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28

Mientras la mecía suavemente, pensó en el futuro. Sabía que no sería fácil, pero también sabía que no estaba completamente solo. Tenía a su hija, tenía sus recuerdos con Jimin, y tenía la esperanza de que algún día se reencontrarían. 

—Te esperaré, Jimin. —Miró por la ventana una vez más, el sol ya asomándose en el horizonte, y murmuró para sí mismo. —No importa cuánto tiempo tome, no importa lo que tenga que enfrentar, volveremos a estar juntos, como una familia. 

Con esas palabras, abrazó a su hija un poco más fuerte, decidido a protegerla y mantener viva la promesa que le había hecho a Jimin.

***

Mientras tanto, en un lugar distante y apartado, Jimin se encontraba en un claro del bosque. La luz tenue se filtraba entre las ramas de los árboles antiguos, creando un ambiente sombrío y místico a su alrededor.

Con movimientos precisos y deliberados, Jimin se agachó sobre el cuerpo inerte de un ciervo recién cazado. Su rostro mostraba una serenidad que contrastaba con la intensidad de sus ojos, ahora teñidos de un carmesí profundo mientras bebía la sangre del animal. Cada trago parecía infundir fuerza y determinación.

Una vez saciada su sed, Jimin se puso de pie con gracia felina. Su piel resplandecía con un brillo sutil y una energía palpable, como si hubiera absorbido la esencia misma del bosque que lo rodeaba.

Tomó su lanza, un arma finamente elaborada con runas antiguas grabadas en su superficie, y se preparó para emprender su siguiente misión. En su mente resonaba una única certeza: eliminar a la deidad mayor que había separado a su familia y lo había obligado a tomar decisiones difíciles. Solo entonces podría ser verdaderamente libre.

Con pasos firmes y decididos, Jimin desapareció entre los árboles, su figura desvaneciéndose como una sombra en la oscuridad del bosque. Su corazón latía con determinación, impulsado por la promesa que había hecho a Yoongi y a su hija.

Mientras avanzaba hacia su destino, la luz del sol filtrándose entre las hojas susurraba palabras de aliento, como si el mismo bosque estuviera de su lado en esta búsqueda de redención y libertad.

Cuando camino al centro donde estaban las demás deidades estas lo atacaban, por órdenes de su padre, pero Jimin con una habilidad debido a su maldición los vencía fácilmente matando a los que alguna vez fueron sus hermanos.

—Muy pronto estaremos juntos. —habló Jimin mientras miraba a un ejército ir donde él. —Yoongi.

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