|| u n o ||
Estaba tomando una clase importante cuando recibí esa llamada de mi madre.
En otro momento, le hubiese regresado la llamada más tarde porque no me puedo permitir desatender las clases, pero dadas las circunstancias tan tensas en las que me encontraba, me apresuré a salir del salón para contestar. Obviamente, la profesora Moon me miró mal, pero me disculpé diciendo que era una emergencia.
Y una vez que estuve fuera, me arrinconé lo más que pude en el pasillo y contesté, a pesar de que me temblaban las rodillas y no quería escuchar lo que mi madre tenía por decirme, porque ya lo presentía.
—Hola, ma...
— ¿Me puedes explicar qué está pasando, Min YoonGi? —Y ahí se encontraba ella, sonando molesta tal y como lo esperaba.
Preferí fingir demencia para que ella no notara lo mal que yo me encontraba por dentro.
— ¿A qué te refieres? —Contesté forzadamente tranquilo.
—La señora YangMi me acaba de llamar para decirme que te quiere fuera la siguiente semana porque necesita la habitación para alguien más, pero luego se quejó de que llegabas muy tarde a casa y de que siempre tenías sucio tu cuarto, entonces ahí supe que esos eran sus verdaderos motivos. YoonGi... quedamos en que esto iba a parar. Estos son los mismos problemas tuvimos con tu tía, creí que la del problema era ella, pero ahora veo que no, estás haciendo justo lo contrario a lo que prometiste. Por favor dame una explicación de por qué demonios no has cambiado si te comprometiste a hacerlo cuando tu tía te echó de su casa.
Ignoré por completo esos comentarios que hizo sobre mi tía porque es un tema bastante molesto, desagradable, innombrable para mí. Entonces me enfoqué en lo otro.
Y bueno... quedé atónito.
¿Echarme de la casa? Eso sí que no me lo esperaba. Yo estaba preparado para ser regañado porque la vieja chismosa esa exageraba todo lo que yo hacía, por mínimo que fuera. Esta mañana, la anciana maldita me exigió el número de mi mamá sin decirme para qué lo quería. Se lo di a regañadientes y me predispuse a aceptar regaños y posibles correcciones de comportamiento. Yo sabía bien que su principal queja en ese momento era mis llegadas tarde al salir de la escuela. ¿Pero lo otro? Eso ya era una exageración. Además, eso cambiaba completamente mis planes. Pese a que yo me había hartado de vivir ahí desde el primer mes, estaba dispuesto a soportar hasta el fin de semestre, por lo menos para darles chance a mis padres de reponerse económicamente.
Estaba enfadadísimo por la situación, pero no podía gritarle a mamá porque... porque es mi mamá, obvio. En cambio, intenté contestarle tranquilamente pero fallé, mi voz temblaba:
—Mamá, puedo explicarlo, necesito que estés de mi lado, escúchame por favor...
Ella ya estaba acostumbrada a mis montones de explicaciones, las cuales jamás tomaba en cuenta porque sobre mí ya está la etiqueta de desordenado e irresponsable. Pero bueno... tenía que echar mano de mis únicas herramientas que eran rogar y decir la verdad.
—Está bien —la escuché suspirar, como cuando está intentando guardar la calma—. Explícame, sin mentiras esta vez, porque ya conozco cómo te gusta encubrir tus malos hábitos culpando a los demás.
Bueno, eso es cierto, lo admito aunque me duela. Sin embargo, yo no tenía por qué mentir, ya que ahí la única víctima era yo. Así que me esforcé por organizar la información en mi mente y le expliqué todo:
—Primero que nada, la señora está exagerándolo todo, esta vez no es mi culpa —suspiré incómodo y reuní suficiente valor para contar lo que pasaba dentro de esa casa—. Con lo de las llegadas tarde, no es como con mi tía. He estado teniendo mucho trabajo en equipo y me quedo con Hobi y Joo después de clases, pero lo más tarde que he llegado es a las cuatro de la tarde. Y tienes que saber que eso solo me ha afectado a mí porque cuando llego, difícilmente accede a darme de comer, pero tampoco me deja meterme a su cocina para servir mi propio plato. También, con eso de la comida, ella no ha estado cumpliendo con lo acordado. Los fines de semana me ha negado la comida porque dice que ella "no trabaja en sábado y domingo", por eso es que me he tenido que ir a comer a la calle o en casa de Joo. Pero esa no es la peor parte, mamá, ella también está inconforme con que yo me quede en la casa los fines de semana, quiere que yo me vaya a Daegu así como lo hace el otro chico que vive en la casa, por lo que también he tenido que pedirle posada a Hobi porque cuando me he llegado a quedar con ella, es en extremo incómodo y no puedo hacer nada además de estar encerrado en mi cuarto.
— ¿Estás hablando en serio? —Y entonces su tono cambió drásticamente. Ya no sonaba enfadada, sino preocupada.
Así que, aprovechando que logré ponerla de mi parte, seguí contándole el resto de mis desgracias:
—Sí, mamá, hablo en serio —y por fin me pude sentir más tranquilo—. Y con lo del cuarto sucio, es una completa mentira. Te juro que he estado portándome bien en cuanto a la limpieza, la única persona mala aquí es ella. Es grosera, invasiva, fisgona y desconsiderada. Se ha metido a esculcar mis cosas y también toma mi ropa para lavarla sin mi consentimiento, ya tengo varias prendas arruinadas por su culpa. Mamá... vivir ahí es un infierno, estoy hablándote con la verdad.
—Te creo, cariño —oh, mi bendita madre, me culpé por pensar que estallaría su enojo contra mí. Sin embargo, agradecí infinitamente por su buena reacción—. ¿Por qué no me habías contado nada de esto? Ya tienes dos meses viviendo ahí, es increíble que te hayas guardado todo.
—Porque sé que no estamos tan bien económicamente —confesé amargamente, no es algo que me guste mucho admitir—. Esa casa de asistencia fue lo más barato que pudimos encontrar, por eso no me quejé de nada al principio, pero ya estoy harto y ahora no sé qué hacer... al parecer tendré que mudarme otra vez, aunque estaba dispuesto a aguantar hasta el fin del ciclo escolar. ¿Qué vamos a hacer ahora si no encontramos algo más barato?
—Yoon, deja de preocuparte por lo del dinero, es lo de menos...
—Claro que me preocupo, mamá —tras expresarle mi sentir, empecé a sentir ganas de llorar—. Debido a lo que pasó con mi... con... con mi tía, me prometí ser más responsable para no dar problemas y que ustedes no tuvieran que esforzarse tanto para que yo viva bien, pero esto simplemente se salió de control, perdónenme...
—Cariño, basta —con solo escucharla sollozar, yo también me eché a llorar—. Escúchame bien, no voy a permitir que sigas viviendo en ese lugar. Le diré a tu padre y lo arreglaremos a la brevedad. ¿Está bien?
— ¿De verdad? —Quedé realmente sorprendido. Puede que haya subestimado la bondad de mi mamá.
—Sí, de verdad. No mereces estar en un lugar así. Sé que puedes llegar a ser muy desordenado, pero no voy a permitir que nadie te maltrate. Eso de no permitirte estar el fin de semana y restringirte las comidas es demasiado cruel, YoonGi. Ve alistando tus cosas, prepararemos todo para ir a sacarte de ahí el fin de semana.
—Pero mamá... ¿A dónde iré? Las demás casas de asistencia que vimos son demasiado caras y vivir solo será peor. Además estoy a medio semestre...
— ¿Has pensado en tener roomies? —Me interrumpió sorpresivamente. Generalmente hace eso cuando empiezo a preocuparme demasiado.
— ¿Roomies? —Respondí sintiéndome algo desconcertado.
—Sí, podrías buscar en internet. Hay algunas páginas especiales para encontrar compañeros de cuarto que sean más o menos de tu edad, la ciudad está llena de estudiantes que constantemente están buscando personas para compartir piso. Estuve investigando cuando tu tía te echó, se lo propuse a tu padre pero ya sabes cómo es de anticuado... entonces, ya que pasó esto, podríamos echar mano de esa opción. ¿Qué dices?
—Pues... no suena mal. Seguro es mejor que vivir con esta vieja bruja —reí, no solo de alivio, sino también porque una extraña emoción se arremolinó en mi vientre: era un inmenso agradecimiento porque mi protectora madre estaba ayudándome a salir del tormento
—Claro que será mejor, pero ten en cuenta que estando con roomies tendrás que ser mucho más responsable que antes porque nosotros ya no podremos ir a abogar por ti, tal y como lo intentamos hacer con tu tía, ya estás demasiado grande para eso. Tendrás más libertades, pero también te encontrarás por tu cuenta.
—Puedo con eso, ma, ya tengo dos años y medio viviendo aquí. Y lo de mi tía... no me lo recuerdes, por favor, aún me genera mucha molestia tan solo con que la menciones.
—Sí, sí, dramático —se burló de mí, como siempre lo hace cuando evado temas incómodos—. Entonces ahora es tu turno de actuar, tienes esta semana para encontrar una buena oferta que no rebase nuestro presupuesto.
— ¿Pero y si papá se opone?
—Yo tengo mis modos para convencerlo —habló sugerentemente, lo cual fue un poco desagradable—. Apresúrate porque iremos a mudarte el fin de semana. Y resiste, Yoon, solo intenta ignorar a esa señora loca estos días. Te mandaré dinero para que comas en la escuela esta semana. ¡Me hierve la sangre de solo pensar que te negó el alimento y el techo! ¡Para eso le estuvimos pagando, mierda!
—Tranquila, ma —entonces yo me reí de ella, suena tan graciosa cuando dice groserías—. Trataré de buscar algo económico. Y por el dinero de la comida no te preocupes, esta semana no tengo trabajos pendientes, así que llegaré a tiempo para tomar el té con la bruja.
—De acuerdo, tú mandas ahora. Nos vemos el fin de semana, Yoon, te quiero.
—Adiós, ma, también te quiero. Y gracias por creer en mí...
Y entonces colgó, dejándome un buen sabor de boca. Comencé a ver el asunto con menos enfado y me sentí realmente apoyado, sobre todo porque esto no estaba pasando porque yo lo provoqué, sino porque esa vieja intolerante simplemente no soportaba mi estilo de vida de estudiante. ¡Qué malditamente difícil es ser estudiante foráneo!
—Hey, ¿estás bien? —Repentinamente, una mano pequeña se posó sobre mi hombro, acompañada de una tierna voz. Era JooYoung.
—No lo sé, creo que sí —guardé mi teléfono y me volteé hacia mi amiga, a quien siempre le cuento todo—. La vieja bruja le llamó a mi mamá para hablarle mal de mí y me echó de la casa.
— ¡No puede ser! —Se sorprendió y me sacudió por los hombros—. ¿Y ahora qué?
—Mi mamá dijo que me mudara con roomies...
— ¡Eso es fantástico, Yoon!
— ¿De verdad crees que es buena idea?
— ¡Claro que sí! Mi hermano vivió con roomies un tiempo y dice que es una experiencia maravillosa, mucho mejor que una mugrosa casa de asistencia. ¿Cuándo te mudas?
—Este fin de semana —suspiré un poco decaído. Aunque me sintiera apoyado y entusiasmado por salir de esa horrible casa, la idea no me agradaba al cien por ciento.
— ¡Mierda, es muy pronto! —Se exaltó y se rascó la cabeza a modo de preocupación—. Bueno, Hobi y yo te ayudaremos a buscar un buen lugar. Ahora métete ya al salón, la profesora va repartir material para trabajar el resto de la hora.
Entonces decidí olvidar el asunto por un momento para enfocarme en mis estudios, pero a veces mi cabeza no está muy de acuerdo con las decisiones que tomo conscientemente, porque durante el resto del tiempo no pude prestar atención a absolutamente nada de la clase. En cambio, empecé a cavilar sobre mi situación actual: repentinamente había caído sobre mis hombros una responsabilidad para la que no estaba preparado. Ahora tenía que elegir una casa para vivir casi por mi cuenta, sin personas mayores a cargo, sin restricciones de algún tipo, solo con personas de mi edad.
Nunca, en mis veinte años de vida, había lidiado con algo de esta magnitud. Sonaba genial al principio por varias razones: nadie me diría qué hacer, a qué hora llegar a casa, a qué hora comer, si podía quedarme o no todo el día en casa, si tenía permitido cepillarme el cabello en la cocina o comer cereal a las tres de la mañana.
Pero, por otro lado, significaba que mi vida diaria ya dependía de mí mismo, tendría que hacer cosas como cocinar, lavar, despertarme por mi cuenta, ir pagar los servicios...
No sé cómo debería sentirme al respecto.
¿Y si realmente no puedo con todo?
Para que ubiques a la amiga de YoonGi, te dejo la foto aquí:
Ella es JooYoung, una actriz coreana que me robó el corazón. La conocí por Itaewon Class, aquí en este fic será un personaje parecido al de la serie porque sí alv.
AgustDina
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro