06 ⇉ traitor
ੈ✩‧₊ 06 — traidor ₊‧✩ੈ
Muy tranquilos los Eternos,
empezaron a platicar,
sin saber que de los secretos,
eran su principal hogar,
y que entre ellos un traidor, su
verdadera cara empezaba a mostrar
Eda encontró a Sprite sentada en el suelo, en posición fetal.
—Hey —llamó, hincándose frente a ella—. ¿Preguntarte cómo estás es algo estúpido?
—Esa pregunta ya lo es —le respondió, sacándole una pequeña sonrisa.
—Linda... sabes que darle la razón a Ikaris, o defenderlo, no va a cambiar nada. Por favor, sigue tu propio consejo y no te engañes.
Eda sentía que sus palabras llegaban a ser crueles, pero eran la verdad, así que prefirió decirlas.
—Necesito intentarlo —se excusó Sprite alzando su cabeza, permitiéndole a Eda ver su triste expresión—. Mis opciones son demasiado limitadas. No puedo cambiar el cómo me creó Arishem, pero puedo intentar hacer que alguien me ame como soy.
—Estás intentando en el lugar equivocado —le informó la castaña, dejándole pequeñas caricias en la mejilla—. Yo sé que la gente no nota lo maravillosa persona que hay dentro de ti, pero estoy segura, de que alguien pronto buscará conocerla.
—¿Me lo juras?
—Te lo juro... pero sólo si soy yo a quien le contarás absolutamente todo, eh.
Sprite soltó una pequeña risa ante las condiciones de su amiga, para luego envolver su cuello con sus brazos, dándole un abrazo. Eda le acarició la espalda cariñosamente hasta que sus rodillas empezaron a dolerle.
—Espera, tomo asiento y seguimos —anunció alejándose para poder sentarse de una manera más cómoda a lado de Sprite—. Te he extrañado mucho, ¿sabes?
—Si no fuera por Druig, hubiera ido contigo —le aseguró la pelirroja dejando caer su cabeza en un hombro amigo, recordando la vez en la que se enteró de que Eda había huido, siendo hallada por Phastos en el Amazonas.
—No seas cruel —pidió Eda empezando a acariciarle el pelo—. Druig es un buen hombre, aunque no lo crean.
—Quizás debimos quedarnos todos juntos, Ajak seguiría con vida... —el tono triste de Sprite le afligió el corazón.
Eda apoyó su mejilla en el cabello de Sprite, confesando que no hubiera sido capaz de verla muerta.
—Fue muy duro —comentó Sprite, abrazándose a sí misma—. El día era como cualquiera y de repente, en medio de la noche, aparecen los desviantes, vamos por Ajak y... la encontramos muerta.
Sus palabras hubieran sido totalmente aceptables para Eda si no fueran por un pequeño detalle.
—¿Dijiste noche? —preguntó confundida, haciendo que Sprite se enderezará a mirarla con el ceño fruncido—. ¿Ustedes fueron con Ajak por la noche?
—Sí —contestó desorientada al ver la reacción de la vidente.
Eda empezó a analizar todo, trató de hacer que sus memorias se mostrarán con la mayor claridad posible. Se negaba a creer que Sersi, Sprite e Ikaris habían ido por Ajak en la noche.
¿Cómo?, era la pregunta que en su mente se presentaba sin fallar ni una vez. Ella, en sus visiones, había observado a Ikaris sosteniendo el cuerpo sin vida de su líder por la mañana, y no había intentando hurgar más en el tema. No le había preguntado a Sersi, Ikaris y Sprite como había ocurrido todo a detalle, y quizá ese había sido peor error, pues alguien le pudo mentirle gracias a eso.
Sprite le había contado sin temor a ser pillada en su mentira. Pero Ikaris, él no había negado las suposiciones de Eda sobre lo ocurrido, aunque tampoco las había confirmado, había hecho algo completamente diferente a ello, abrazarla mientras me pedía perdón.
—No... —negó Eda, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas. Ya lo había descifrado, había encontrado la pieza faltante del complicado rompecabezas. Llevó sus manos hacia su rostro, con desesperación—. Ikaris no...
Se levantó y dirigió hasta la sala principal con la mayor velocidad posible, escuchando la voz de Sprite como simples murmullos, sus preguntas o dudas no eran algo que en ese momento pudiera resolver.
Al llegar, vio que Druig conversaba con Thena, mientras que Phastos seguía trabajando. Decidió acercarse a los dos primeros con pasos dudosos, viendo como la rubia se iba. Su mente era un total desastre, no dejaba de pensar, intentar encontrar fallos que le dijeran que uno de sus mejores amigos no era un traidor, y que todo era solo un completo malentendido. Al estar a mitad de camino, justo cuando pasaba a lado de Phastos, Ikaris apareció, destruyendo todo lo que el inventor había avanzado con dos rayos saliendo de sus ojos.
El gran impacto hizo que Eda terminará siendo lanzada al suelo, al menos el ataque la había hecho reaccionar, procesando finalmente lo que había descubierto. Ello también había causado una visión que no se había extendido más allá de Ikaris y Sprite yéndose juntos.
Druig fue a auxiliarla, haciendo que su novia se apoyará en él para poder mantenerse de pie hasta que estuviera más estable. Kingo empezó a preguntar qué era lo que ocurría, confuso por la actitud del Eterno más fuerte.
—Ya permití esto por demasiado tiempo... —empezó a decir Ikaris mientras miraba a Phastos, preparando el ataque que lo mataría.
—¡No los lastimes! —pidió Sersi, entrando a la habitación y yendo a ayudar a Phastos—. Él nos mintió, sabía todo sobre el Surgimiento.
—Él no lo haría —aseguró Kingo demasiado confiado en el Ikaris totalmente bueno que creía conocer. Posiblemente idealizarlo tanto había sido de sus más fatales equivocaciones.
—Ajak me lo confesó cuando dejamos Babilonia —anunció Ikaris, contradiciendo a una de las pocas personas que creían ciegamente en él, causándole confusión y negación.
—No ibas a dejarnos evitar el surgimiento —dijo Phastos detrás de Sersi, recibiendo la confirmación de Ikaris al segundo.
—Sólo deseaba protegerlos de los Desviantes.
—Si Ajak quería darte a ti su puesto, ¿por qué me escogió a mí? —preguntó Sersi con dudas sobre esa parte de la historia.
La interrogante de Sersi no tardó en ser resulta por Druig, que dijo: —Porque él la asesinó.
Eda miró en todo a momento a Ikaris, su reacción, y le pidió por favor que lo negará.
—Tuve que hacerlo —se excusó, alternando su mirada entre Sersi y ella. Eda empezó a acercarse sin temor a ser atacada, pero sí provocando miedo y angustia en Druig. Lo que más le importaba a él era cuidar de su amada, pero sabía que no iba a poder detenerla en lo que ocurría.
—Ajak te amaba —le aseguró Eda, llegando frente al único Eterno que ya poseía su traje de superheroe, pero en ese momento sólo parecía el villano—, ¿cómo fuiste capaz?
—¿Eso crees? —le cuestionó Ikaris.
—¡Te amaba! —repitió, golpeándolo en el pecho con su puño—. Yo te amaba, y confiaba en ti. Te consideré todo este tiempo mi amigo, te di la oportunidad de decirme la verdad, y aún cuando me viste sufrir, ¡preferiste seguir mintiendo como el maldito farsante que eres!
Ella se sentía traicionada, mucho más de lo que alguna vez pensó sentirse. Aquella persona a la que, con seguridad, antes podía haberle confiado su vida, había matado, engañado y vivido como si nada, haciendo que también sintiera frustración. La Eterna había empezado a creer que Ikaris era la peor escoria en todo el universo, y se merecía lo peor.
—¡¿Crees que fue sencillo vivir con la verdad?! —preguntó Ikaris, tomando la mano de Eda para que parará de golpearlo, haciéndole notar que él también lloraba, algo que le resultó tan ridículo a la ojimarrón—. ¿Saber que todo se acabaría? ¿Tener que mentirles a todos? Si dejáramos elegir a la humanidad, ¿cuántos aceptarían morir para que así, cientos de millones más después vivan?
—No los estamos dejando elegir —recordó Eda, haciendo que Ikaris soltará su mano con brusquedad.
—¿Por eso, estás dispuesto a matar? —preguntó Phastos, haciendo que todos voltearan a mirarlo—. ¡Eres tan patético!
—Soy un Eterno, Phastos. Existo para Arishem, igual que tú, igual que todos, es lo que somos.
—No cambiaría una sola cosa de como soy, ¿comprendes? —aseveró el inventor, acercándose con demasiada furia en su sistema como para pensar en el riesgo que corría al hacerlo—. Nacido o creado, ¡pero yo no existo para Arishem, existo para mi familia!
—Entonces cometes el mismo error que Ajak —indicó Ikaris, intentando acercarse también, algo que Eda no permitió, empujándole el hombro con fuerza para regresarlo a su lugar.
—Y todavía tienes el descaro de decir su nombre —habló ella al obtener nuevamente su atención.
Mientras que eso pasaba, Makkari llegaba con una sonrisa a decir que ya había encontrado a Tiamut. Ikaris no dudó en atacarla, haciendo que Eda se colocará frente al rayo para evitarle heridas a su amiga, cayendo al suelo y quedándose con un corte en el hombro, Druig quiso ir por ella hasta que vio lo que hacía. Kingo le informó a Makkari que debía escapar, algo que ella hizo aturdida.
—Eda... —llamó Ikaris al notar que, la que había sido su amiga por tantos años, se levantaba como Ajak, curando su herida sin la necesidad de algún médico.
Kingo empezó a concentrar una gran cantidad de energía en una de sus manos sin notar ese suceso, apuntándole a Ikaris mientras le decía que uno nunca, le hacía daño a su familia.
Eda volteó a mirarlo, dándole a entender con un asentimiento que ella se encargaría.
La Eterna con apariencia de Ajak, dio nuevamente unos pasos hasta Ikaris, esta vez más firmes, diciéndole: —Gilgamesh murió por tu culpa. —Él, a causa de la impresión por volver a ver Ajak, aún cuando no era cierto, no pudo moverse—. Yo morí por tu culpa, y eso jamás, se te será perdonado.
No sólo Ikaris sintió una mezcla dolorosa de emociones al ver a Eda convertida en Ajak, todos se sintieron conmocionados por ello, recordando momentos o pensando en cosas que quisieran decirle si es que ella realmente estuviera ahí, solucionando las cosas como siempre hacía.
Ikaris intentó no verla, desviando su mirada a cualquier otro Eterno que, en ese caso, fue Druig. —No lograrán derrotarme. Y a todos los voy a matar si debo hacerlo.
Eda, volviendo a su forma natural, lo tomó del hombro, haciendo que se atreviera a verla. —Un último consejo como tu amiga, "jefe"; no puedes matar a quien nunca ha estado vivo, y te quiere destruir.
Él no supo que decirle, recurriendo a Sersi con la mirada, ella solamente guardó silencio, sintiendo sus saladas lágrimas pasar por sus labios, cayendo al suelo. Ikaris dio media vuelta, dispuesto a irse solo, como lo merecía, pero fue detenido por la voz de Sprite, causando la sorpresa de todos, menos de Eda.
—Alto. Yo voy contigo —comunicó, dando los primeros pasos hacia su elección, lo más problema, errónea.
—Sprite —llamó Eda tomando su mano para intentar algo que, sabía, fallaría—, por favor no cometas este error.
—Lo siento, Eda —expresó antes de continuar con su camino.
Thena llegó, preguntando qué ocurría. Ikaris intentó atacarla también, siendo alertada por el grito de Eda. La situación no pasó a mayores gracias a Sprite, que, envolviéndolos entre mariposas negras, desapareció junto a Ikaris.
Todos lo vieron, cada uno sintiéndose diferente, pero compartiendo algo; un ex-amigo traidor. Ikaris les había mentido y, aunque para él eso había sido por un bien mayor, el daño era el mismo. Y vaya que sí dolía. Compartir tantos años con una persona a la que considerabas buena, para luego notar que era totalmente lo contrario, no era la mejor sensación, y ellos lo pueden confirmar.
Eda se dejó caer al suelo al sentir sus piernas fallar, empezando a llorar sin importarle estar frente a personas que parecían poseer mucha fortaleza, pues lo necesitaba debido a como se sentía. La castaña había llegado a considerar a Ikaris un hermano, por lo que saber que él sólo había estado engañándola, la lastimaba mucho. Además, supo que Sprite sólo se lastimaría siguiéndolo, algo que la preocupó.
Dos personas dieron un paso hacia ella, mirándose al notarlo. Druig y Thena querían consolar a Eda, y ninguno estaba dispuesto a desistir para que el otro pudiera hacerlo. Pero al escuchar los sollozos de Eda aún más fuertes, ambos fueron a abrazarla, Druig rodeándola por la cintura con sus brazos y Thena abrazándola por los hombros. La consolaron, deseando con todo lo que eran que parara de sufrir, pues no soportaban ver padecer a lo que más amaban.
—¿Qué ocurrió? —preguntó Makkari al volver, confundiéndose aún más al ver a los tres Eternos en el suelo—, y con detalles por favor.
AUTHOR'S NOTE 🎠:
Soy mala para las rimas, pero quise intentarlo al principio, pido compresión.
No sé ustedes, pero yo sentí un claro "she knows" cuando Eda terminó de captar todo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro