Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

02 ⇉ news

ੈ✩‧₊  02noticias  ₊‧✩ੈ

Un grupo de seres inmortales, y humano, llegaban a la tierra de la Amazonia, esperando encontrar a las personas que los ayudarían a solucionar sus problemas.

Druig fue el primero en notar que estos viejos y peculiares amigos estaban en su hogar, yendo a recibirlos.

—Cuanto los extrañé —les dijo a los Eternos cuando se detuvo.

Pero antes de que pudiera continuar, las puertas de la cabaña en la que antes descansaba fueron nuevamente abiertas, esta vez por una mujer de ojos marrones y cabello de igual color que parecía caminar en cámara lenta hasta los recién llegados gracias a Sprite. En el rostro de Druig se formó una sonrisa al volver a pensar en lo bien que se veía estando con su ropa hogareña y melena amarrada en un informal moño. Por otro lado, en el rostro de una rubia lo único que había era sorpresa, jamás hubiera pensado que volvería a ver a Eda y su intenso brillo.

—Y bien, compañeros, ¿qué los traído aquí? —preguntó Eda con interés, repasando con la mirada a cada uno de los Eternos. Notó la presencia de Ikaris, Sersi, Sprite, Kingo, un hombre más bajo, Gilgamesh y una mujer desconocida.—. ¿Por qué han osado interrumpir nuestro maratón de "Tres por Tres"? Hablen ahora o les cortaré la cabeza.

—¿Ves muchas películas, verdad? —preguntó Sprite con una ceja levantada, haciendo que Eda asintiera con una sonrisa que dejaba de lado su seriedad.

—No queremos arrebatarte tu sonrisa —empezó a decir Sersi con un arrepentimiento inevitable—, pero los motivos que nos trajeron aquí no son nada positivos.

Eda volvió a cambiar de expresión, formando una dura línea con los labios al captar que aquella visita no sería la más agradable que iba a tener.

—Podemos botarlos si deseas —le propuso Druig intentando proteger su bienestar.

Eda se quedó en silencio un segundo, pensando en que nada podría ser tan malo, por lo que accedió: —Dejemos que hablen.

—Entonces pasen... Pasen, están en su casa —les dijo el azabache a los Eternos antes de dirigirlos, junto a Eda, al interior de la cabaña más grande.

Al entrar empezaron a inspeccionar la cabaña, viendo que habían filas de ocho sillas a cada lado, formando dos columnas. Aunque en una de estas un árbol se interponía, reduciendo la cantidad de asientos. Los colores del interior de la cabaña variaban del amarillo al azul, con ventanas cuadradas o en forma de rombo en las partes más altas.

Todos tomaron asiento, menos Ikaris, que se quedó en la pared. Sersi, desde la silla del frente, empezó a informar sobre todo lo que había ocurrido, ya le había contado a la pareja sobre la muerte de Ajak, ocasionando la huida de Eda y su reencuentro inesperado con Thena. Situación que se vio interrumpiendo por Druig al ir por su novia. Cuando todos volvieron a entrar, Eda y Druig permitieron que Sersi continuará, creyeron estar listos para seguir escuchando.

Cuando la reciente Suprema Eterna terminó de contar otra parte de la historia y tomó un descanso, Eda buscó recapitular todo lo dicho, atónita: —Así que... hablaste con Arishem y te dijo sobre esta cosa, el Surgimiento, que en resumen significa el nacimiento de Tiamut, otro Celestial. Al que ayudamos matando a los Desviantes, que mataban a humanos... Pues este ser se hace más fuerte con la población requerida que, por supuesto, ya alcanzamos. Y dices también, que al nacer, destruirá este planeta matando a absolutamente todos... —la misma Eda no podía creer lo que decía—. Fuimos timados —murmuró un poco fastidiada, se suponía que su misión era proteger, no ayudar a la Tierra a tener una buena gestación.

—¿Y qué pasará con nosotros? —preguntó Druig sin aguantar la incertidumbre—. ¿Volveremos a nuestro planeta o moriremos igual?

—Aquí viene otra noticia —advirtió Sprite con una mueca.

—Tres noticias en un día, me siento afortunada —dijo Eda con ironía.

—Esto se trata sobre Ajak, ella sabía demasiadas cosas que nosotros no —la simple mención de la reciente fallecida causaba un silencio sepulcral.

Eda aún no lograba procesar y afrontar el hecho de que había perdido a quien consideraba familia, pero lo intentaba por la misma Ajak y su memoria.

—Te escucho, Sersi, no te detengas —pidió al notar que nadie más decía palabra alguna.

—Ajak ayudó al surgimiento de muchos Celestiales durante millones de años, al igual que todos nosotros —al soltar ese pedazo de información, Eda creyó haber escuchado muy mal.

—¿A qué te refieres? —preguntó desorientada—. La Tierra fue nuestra primera misión. Vivíamos en Olimpia, ¿cómo es posible? —Sersi no respondió, causando una nueva emoción; alteración—. ¡¿Cómo?!

—Eda —advirtió Ikaris, ganándose una mala mirada por parte de Druig.

—Olimpia no existe —anunció Sersi, interrumpiendo a Druig al llamar su atención y causar su sorpresa.

—Creo que alucinas —comentó Eda intentando aligerar sus propios pensamientos, tratando de creer que todo era una mentira.

—No. Nuestro verdadero hogar es la fragua de mundos.

—¿Qué es eso? —preguntó Druig al saber que Eda no lo haría. Ella ahora parecía ausente, su rostro no demostraba nada, pero por dentro, pensar en todo, cada detalle, atar cabos y llenar espacios en blanco la volvían loca. Al final se dio cuenta de una sola cosa; toda su vida había sido una mentira.

—Es donde Arishem nos creó y programó —respondió Sersi yendo hasta al frente, donde ambos estaban, y sentándose al lado izquierdo de Eda—. ¿Sabes por qué nunca morimos? —cuestionó tomándola de la mano.

—Porque nunca estuvimos vivos... —respondió sin saber si su respuesta era totalmente acertada, aunque Sersi no tardó en confirmárselo, asintiendo—. Somos, máquinas perfectamente hechas con rostros lindos y sin una vida —Eda apretó la mano de Sersi, tratando de contener sus sentimientos—. ¿Por qué no puedo recordar nada?

—Nuestros recuerdos se borran y reinician luego de cada Surgimiento. Arishem los guarda para poder analizar a los Desviantes, seres que él también creó.

Eda la soltó con el ceño fruncido. Se empezaba a convencer de que todo eso era una pesadilla, de que no podía estar pasando, aunque en realidad, ¿qué demonios estaba pasando?

—Creo que deberíamos parar por un rato —dijo Druig viendo por el estado de la castaña, y también el suyo, pues todo lo dicho era nuevo para él de igual manera.

Eda consideró aquella propuesta, pero supo que no sería lo mejor. Si dejaba pasar el tiempo, no iba a querer escuchar más, por lo que tomando valor se negó, pidiéndole a Sersi que continuará.

"Arishem creó a los Desviantes para que eliminarán lo necesario, hasta que se creará la vida inteligente. Pero hubo una falla, ellos evolucionaron, se volvieron depredadores por sí solos, haciendo que Arishem perdiera su control. Y nos creó a nosotros, "Los Eternos", como seres sintéticos incapaces de evolucionar, para corregir su error."

El silencio volvió a llegar, como lo iba haciendo muy seguido, dándole tiempo a Druig y a Eda para procesar.

—Ajak te eligió como la Suprema Eterna —dijo Eda rompiendo el silencio, un poco perdida aún—. Y estoy segura de que no se equivocó. Al final sus errores y mentiras fueron pagados con la muerte, pero tengo una gran corazonada de que eso no pasará contigo.

Eda se levantó, dirigiéndose hasta la puerta, quería darle fin a la plática, pero su nueva líder habló: —Era mi deber decirles lo que ocurría, al igual que lo siguiente que quiero pedirles.

La Eterna capaz de ver el futuro se detuvo, dando un cansado suspiro para a los segundos asentir, dándole el consentimiento de seguir.

—Queremos dormir a Tiamut.

—¿Quieres dormir a un Celestial? —preguntó totalmente incrédula, volteando inmediatamente hacia ella—. ¿Y có... mo? —preguntó, aunque en medio de la pregunta ya tuvo una respuesta.

—No —se negó Druig de inmediato al sentir las miradas sobre él—, si dormir a Thena una vez fue demasiado complicado, ¿cómo quieren que duerma a un Celestial?

Eda empezó a analizar la idea y otras posibles soluciones. Si destruían a Tiamut, mataría a todos, si nacía, mataría a todos también, pero si lo dormían hasta tener una solución, no mataría a nadie—. Eres totalmente capaz —le aseguró volviendo a ir junto a él.

—¿En serio apoyas esto? —le preguntó al verla frente a él. Eda se había arrodillado para poder verlo mejor.

—Druig, no podemos permitir la muerte de todo un planeta —dijo con un tono de obviedad, para luego cambiarlo a uno de súplica con las palabras mágicas: por favor.

—Es un poco egoísta lo que piden y hacen, ¿no lo crees? —dijo Druig con toda la intención de levantarse, haciendo que Eda se alejara para permitirlo—. Vienen aquí luego de tanto tiempo, interrumpiendo nuestra calma al darnos tantas malas noticias en un día y, además, convenciendo a mi novia de seguirlos en su estúpida misión.

—Necesitamos que vengan —expresó Sersi regresando a su lugar.

—Estamos felices... —intentó decir Eda, empezando a caminar alrededor de sus amigos, y siendo interrumpida por el sonido proveniente del celular de Sersi. Ella sonrió por lo tan importuno que eso era, viendo como la Suprema Eterna colgaba mirando a Ikaris.

—Hey, ¿con qué compañía estás? No me sale ni una barra —escuchó al pasar a lado de Kingo.

También, mientras daba su paseo, notó que Gilgamesh dormía, ganándose dos leves manotazos, uno de parte de Eda y otro gracias Thena, que aún mantenía su identidad oculta con las ilusiones de Sprite.

—¿Todos recuerdan este bosque? —preguntó concluyendo su camino al pararse junto a Druig—. Es hermoso.

—El último lugar donde vivimos juntos —recordó él—. Hemos protegido a estas personas durante veinte generaciones del mundo exterior y de ellos mismos —al notar las señas de Kingo hacia su asistente Karun para que dejará de grabar, fue hacia ellos con una traviesa sonrisa—. Tu gente, amigo mío, será responsable de su propia extinción algún día, ¿no lo crees? —le preguntó deteniéndose frente a él.

Kingo miraba de manera amenazante a Druig, pues sabía que él haría algo malo en cualquier momento.

—Hay que aprender de nuestras equivocaciones y mejorar, señor —expresó el humano inocentemente—. No debe perder la esperanza.

Su discurso fue terminado por el control mental de Druig, haciendo que lanzará su cámara contra la pared, rompiéndola.

—Druig —recriminó Eda yendo hacia él.

—Ay no, eso si no —murmuró Kingo levantándose para defender a su amigo—. Okey, nueva regla: no poseemos a los asistentes de otros.

—¿Dónde está tu sentido del humor, Kingo? —preguntó Druig alzando la cabeza al tener al más alto frente a él.

El asistente se disculpaba aunque no fuera su culpa, mientras que Eda llegaba a arrastrar a su pareja lo más lejos de ambos hombres.

—No eres un dios, ¿si lo recuerdas? —preguntó Kingo siguiendo con la discusión.

—Que ironía. Kingo, la superestrella —mencionó Druig con un tono de burla.

—Cierto —dijo Eda al dejar sentado al pelinegro—, tus películas son buenas.

—También he dirigido varias cosas —comentó el moreno emocionado.

—¿Ah, si? Di una —pidió Druig con intenciones de levantarse de la silla, algo que no se le permitió.

—Unos videos de Internet —contestó tratando de mantener su orgullo.

—¿Cuántas vistas? —preguntó Druig nuevamente, desafiante.

—No lo hago por las vistas —defendió Kingo su posición.

—Así se hace —lo felicitó Eda con una sonrisa.

—Déjenlos, perdemos el tiempo —dijo Ikaris con tono amargando, interrumpiéndolos y dirigiéndose a la salida.

—Los necesitamos —recordó Sersi al ver como se iba.

—Así no es como se trata a los amigos, Ikaris —opinó Eda yendo hacia él, ocasionando que se detuviera—, y menos si son los únicos que tienes.

—Tú ya no conoces nada de mi vida.

—Tampoco es como si me hubiera perdido mucho —aseguró cruzándose de brazos—. ¿Volaste hacia el sol y le diste unas vueltas?

—Estar con Druig te hace daño —opinó Ikaris dándole una ojeada al oji-azul que ya se había levantado.

—Huir sin ninguna explicación también hace daño, y más de lo que te imaginas —contraatacó Eda haciéndose un poco más alta para que la diferencia de altura no fuera tan notoria.

Sus palabras delataron la razón por la cual actuaba con tanta frialdad ante Ikaris, que había sido uno de sus mejores amigos.

—De seguro Sersi no te ha reclamado, es demasiado buena como para hacerlo, pero yo no. Sabes que si necesito decirlo, lo diré.

—Si lo que te enoja es que no te dejé un mensajito por la puerta antes de irme, pierdes tiempo, no te pediré disculpas.

—¿Es que en realidad eres muy idiota? ¿O te haces? —le preguntó Eda con incredulidad, acercando más su rostro.

—Ya basta —ordenó Sersi levantando la voz para poder ser escuchada.

—Pero, Sersi, la cosa recién se ponía interesante —reclamó Druig desilusionado, ver como Eda enfrentaba a Ikaris podía volverse con facilidad su pasatiempo favorito.

—Druig, esto es serio —recriminó Sersi perdiendo la paciencia, algo nuevo.

—Yo te diré que es serio —anunció yendo a enfrentarla—; estás diciéndome que estuve en una misión suicida estos últimos siete mil años, y que mi existencia ha sido sólo un engaño... Así que perdón si por ahora me valen tus planes, Sersi —Eda bajo la cabeza, sabiendo que él tenía razón y debía apoyarlo.

Pero antes de salir por completo del lugar junto a él, Eda les dijo, intentando una sonrisa, que estaban invitados a cenar y que los vería luego.

—¿Cómo Eda pudo haberse quedado con alguien tan odioso? —preguntó Kingo al no verlos más.

—Tiene razón, señor —manifestó Karun su apoyo meneando la cabeza con desaprobación.

.   • ㅤ❝ 🚀🌌🌋 ❞ㅤ •   .

—¿Por qué los invitaste a cenar? ¿Crees que vendrán acaso? —preguntó Druig mientras dejaba el último plato de comida sobre en la mesa.

—Bueno, quizás Ikaris falte, su ego es demasiado grande, opaca a su hambre con facilidad, pero estoy segura de que los demás vendrán.

—No lo...

Druig se vio interrumpido por el ruido de la puerta, dando a entender que personas habían llegado. Sprite, Sersi e Ikaris en esa oportunidad.

—Bueno, al final si vino —murmuró Eda al mirar de manera perspicaz a Ikaris.

—Fui obligado —comunicó con pocos ánimos.

—Eda, te he extrañado mucho —comentó Sprite acercándose a la castaña y dándole un abrazo—. Han pasado demasiadas cosas.

Eda le concedió la razón mientras la correspondía el abrazo. Ambas lo habían necesitado, un abrazo que ayudará a cerrar las heridas.

—¿Y por qué yo no tengo mi abrazo? —preguntó Gilgamesh entrando también y haciendo que Sprite se separará. Preferiría que la mayor gente posible no se enterara de que era también alguien dulce y cariñosa.

—Si es mi luchador favorito —hizo saber Eda abriendo sus brazos. También se dieron un abrazo en el que ella murmuró un "gracias", refiriéndose al cuidado que su amigo le había dado a Thena.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Druig concluyendo el momento de abrazos.

—Quiero ayudar, como todos.

Eda supo que ocurría al escuchar aquella voz. Thena había dejado las ilusiones, y a Druig aparentemente eso no le fascinaba.

—Contigo aquí el peligro de destrucción... —empezó a hablar antes de mirar con atención a Eda— aumenta potencialmente.

–Ahora sí que se pone interesante, prende la cámara —le demandó Kingo a su asistente, haciéndole saber a los demás que ya habían llegado.

—Nada de cámaras —advirtió Eda haciendo que Karun escondiera su cámara de inmediato, con fastidio y miedo. Ya se lo iban pidiendo varias veces—. Y Druig, ya basta, esto es ridículo.

Él pareció reaccionar. Sacudió la cabeza y dejó caer su peso en una silla. —Lo siento, supongo. Sólo... Siéntense y hagan feliz a Eda.

La mencionada fue junto a él, sentándose a su lado, lo tomó del mentón y le dejó un beso en la nariz. —Está todo en orden, guapo, te lo aseguro.

Los demás también tomaron algunas sillas, un poco confundidos con la actitud de ambos. ¿A caso eran pareja?, se preguntaban.

—Siéntate, T —pidió Eda al notar que ella no se había movido de la puerta. La rubia la obedeció luego de un momento de duda—. Bien. Empezando con este intento de reencuentro familiar, debo confesar que jamás creí que vendrían todos ustedes.

—Me dijiste que estabas segura —recordó Druig mirándola con los ojos entrecerrados.

—Era para convencerte —murmuró Eda con una sonrisita de niña que no rompe ni un plato—. Sigamos. Ha pasado mucho tiempo desde que nos hemos sentado en la misma mesa...

—Ayer también comimos juntos —interrumpió Kingo mientras se llevaba a la boca un pan, antes de recibir miradas matadoras—, o no.

—De seguro sí —dijo Eda sin perder su tono animado—. Posiblemente han comido juntos unas miles de veces, pero nosotros no —prosiguió tomando la mano de Druig—. Aquella vez que nos alejamos, dije que no podía ocurrir por el simple hecho de que éramos un equipo. Por supuesto Ajak me calló al instante, podía ser mala si lo quería... —su mente empezaba a querer dejar el presente para dar un vistazo al pasado, algo que no dejó que sucediera, volviendo a centrarse en el tema principal—. A lo que quiero llegar, para no alargar más esto, es que ustedes, mis compañeros Eternos, fueron mi vida literalmente por muchísimos años, y se han ganado mi corazón, por lo que los he extrañado mucho en estos años... Y ya me detengo o lloraré.

Druig solamente la observó, jamás había sabido sobre estos sentimientos. Eda hablaba muy poco sobre el pasado con la excusa de que este te detenía del presente, así que él no tenía ni idea de que a su amada le afectaba tanto el no estar junto a los Eternos.

—Eres tan cursi —le informó, haciendo pequeños círculos con su dedo en el dorso de la mano de Eda, sacándole una sonrisa.

—Bueno, ya pueden comer —consintió ella al notar que ninguno había dicho nada. Antes de poder evitarlo, la mayoría se había lanzado a abrazarla. Thena no, pues sabía que abrazarla no sería su mejor decisión, e Ikaris tampoco, puesto que no tenía las agallas de ir abrazarla luego de lo que había hecho—. Hablo en serio, coman —ordenó con un tono de broma al sentirse asfixiada por tanto cariño.

Los Eternos pasaron lo que quedaba de la noche entre pláticas de diversos temas, algunos de estos temas trajeron ligeros problemas, como el conflicto que Eda tuvo por la felicitación de Kingo que dicho con sus propias palabras fue: «Eda, tu cabello se vio tan bien mientras luchabas con Thanos. Los videos si que te favorecen». Causó reclamos, confusiones y agresiones por parte de la afectada hacia la superestrella.

En ese lapso de tiempo volvieron a ser una familia que no se veía tras largos años, pero no dejaban de ser una a pesar del tiempo. Si bien algunos miembros faltaban, el ambiente no se permitió teñirse de colores grises, ellos no lo permitieron.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro