Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

02 ⇉ new beginning

ੈ✩‧₊  02 nuevo comienzo  ₊‧✩ੈ

Seguía el mapa que le había robado a Phastos, donde colocaba el camino exacto para llegar al último lugar que antes habíamos habitado, pero ahora era el hogar de muchos otros.

Al llegar, pude visualizar a varias personas, más adultos que niños o adolescentes. Caminé, esperando encontrar la cabellera negra de un buen conocido.

—Mi lady, no esperaba verte tan pronto —habló un hombre de ojos negros, dejando sus quehaceres. Le presté atención, dejando de lado a una joven de cabello interesantemente rojo que, emocionada, me había empezado a enseñar sus flores.

Sospechando de quien se trataba, dije: —Ha pasado más de un año y medio, deberías haber esperado verme antes. Pero da igual, supongo que tenerme frente a ti al menos te causa un poco alegría, ¿no... Druig?

—¿Y a ti? —preguntó el hombre luego de que sus ojos empezarán a destellar un intenso color amarillo.

—Siempre es bueno visitar a viejos amigos.

Escuché que las puertas de una cabaña a medio hacer, mucho más grande que las demás, se abría, dejándome ver al controlador de mentes. Los humanos que estaban a mi lado se retiraron.

—No haz cambiado nada —fastidié mientras nos saludábamos con un abrazo—. Toma —le ofrecí el ramillete que la pelirroja me había dejado.

—Tú te ves más vieja, y gracias... ¿Qué es lo que deseas? —preguntó de inmediato, observando las orquídeas.

—Me ofendes, amigo mío —él alzó una ceja. Suspiré, sintiéndome descubierta—. No tengo donde quedarme.

—¿Ajak te echó?

—¿Cómo...? —quise preguntar cómo sabía que había estado con Ajak, pero mejor me callé—. No me botó. Sólo escapé, estoy cansada de estar vigilada todo el tiempo.

—Cuéntame todo —pidió, guiándome a una cabaña más pequeña, pero aún espaciosa y totalmente construida que, supongo, era la suya.

Me senté en el lugar que me indicó, frente a una mesa de madera, y empecé: —Thena y yo terminamos —él, que había tomado una jarra de bebida de extraño nombre, dejó de servir en nuestras tasas inmediatamente.

Su reacción me sorprendió, es decir, Druig nunca se había mostrado fan número uno de mi relación con Thena.

—¿Por... Por qué? —preguntó, tomando asiento a lado mío.

—Ella no permitió que yo la cuidara.

—¿No borraron su memoria? —negué con la cabeza, recibiendo su lento asentimiento—. Bien, continúa.

—Cuando me dejó, estuve demasiado, indispuesta. Me encerré en el domo por varios días, hasta que Ajak y Phastos me llevaron a la casa que habían conseguido.

—Déjame adivinar, ¿te quedaste encerrada nuevamente ahí por más de un año?

—Tenemos un ganador —dije alzando su brazo por unos instantes.

—¿Qué pasó luego? —preguntó, volviendo a servir el contenido de la jarra.

—Fui una oveja descarriada —dije con gracia—. Empecé a beber, y mucho.

—¿Lo sigues haciendo? —preguntó intrigado.

—No desde que casi muero —respondí antes de beber el poco contenido de una de las tasas como excusa.

—¿Cómo...? ¿Ibas a morir?

—Sí —murmuré, cubriendo la mitad de mi cara con el recipiente—, estaba a punto de caer por un barranco.

—¡¿Es que estás loca?! —dijo Druig exaltado, causando mi ceño fruncido.

—Oye, cálmate, ¿sigo viva, no? Además, ya he madurado —aseguré, dejando la taza a un lado.

—¿Qué? ¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Quince días... —dije imitando un tono de orgullo, que no era cierto para nada.

Druig se tomó un momento que respeté, hasta que la impaciencia me ganó y le empujé su tasa de manera ruidosa.

—Eda, no puedes sólo acabar con tu vida así como así —me dijo con más tranquilidad. Pude notar en su rostro preocupación, por lo que acaricié su mejilla unos segundos.

—Lo sé, pero, ¿qué más daba? Al final iba morir, de una manera u otra.

—En realidad, no debes morir, literalmente eres casi inmortal.

Quité mi mano y dejé caer la mitad superior de mi cuerpo sobre su mesa, cansada, sintiendo el frío de la madera bajo mi mejilla. 

—No importa, estaba harta de todo, no veía algún camino para seguir. Habíamos matado a todos los Desviantes, acabando nuestra misión y unión, Thena me había dejado, sentí que todo se había juntado en mi contra.

—Oye —me llamó, recostando su mejilla en la mesa también, dejándome ver bien sus lindas facciones. Aún no entendía por qué no estaba con Makkari—, ¿la odias?

—¿A Thena? —pregunté, recibiendo la imitación de un "sí" de sus labios—. La odié, pero al salvar mi vida, dándole un fin digno a nuestra historia, todo cambió.

—¿La amas?

Me quedé pensando en su pregunta. Yo había dicho que no la amaría más en algún momento, aunque supongo que ese sentimiento tardaría en ocurrir, por lo que susurré una respuesta positiva.

—Y entonces ahora estás sobre mi mesa, sin pesos o cargas, pero de igual manera, sin algún futuro en mente —dijo volviendo al tono animado mientras se sentaba de manera correcta.

Supongo que el momento serio había acabado, pero no me molestaba. Era mejor así, agradecía que me tratará de manera normal y no como si fuera una loca suicida.

—Eres tan sabio —dije irónicamente, cerrando los ojos con lentitud. Últimamente no había podido descansar bien, algunas veces porque andaba lejos de mi cama, y otras por mis tormentosos pensamientos. Pero justo ahí, a lado de Druig, en su hogar y ambiente, me sentí tranquila—. Gracias por ser comprensivo. Eres el único que me ha escuchado sin juzgar, o al menos sin juzgarme tanto —agradecí formando una leve sonrisa con mis labios—. Eres un gran hombre.

—Sí, al igual que tú eres una gran mujer —escuché su voz cerca de mí, como si estuviera a centímetros de mi rostro, pero no le di importancia.

Momentos después, caí dormida, realmente el sueño me había controlado.

—Druig —mencioné al entreabrir mis ojos y creer verlo a él de manera borrosa. Me sostenía entre sus brazos.

—Duerme, Eda, yo cuidaré de tus sueños y te evitaré las pesadillas —me aseguró, dejándome caer sobre una cama. Me acurruque en esta, sintiendo como suaves telas me cubrían.

Al despertar lo primero que volví a ver fue a Druig, sentado en una silla frente a mí. Al principio me sentí desorientada, hasta que recordé lo del día anterior.

—Hey —lo llamé al dejar la cama, sintiendo el frío suelo bajo mis pies—. Oye, guapo, despierta —pedí, empezando a moverle el hombro.

—¿Qué...? ¡Eda! ¿Eda...? —articuló mientras empezaba a frotarse los ojos—. Oh, Eda, ya despertaste, ¿qué tal dormiste?

—Como un bebé —respondí sonriente—. Gracias, hace mucho que no podía dormir de esa forma.

—No fue nada —me aseguró empezando a estirarse. Escuché como sus huesos producían un sonido extraño, y me espanté.

—No me digas que estuviste en esa silla toda la noche... —no recibí respuesta, solo una sonrisita—. Druig, no debiste haber hecho eso, esta es tu cama, no la mía.

—Bueno, no quise incomodar tus sueños, te veías muy pacífica.

—¡Y además me viste dormir! —añadí empezando a sentir vergüenza.

—Cálmate, Eda, no eres de las personas que se ven mal durmiendo, te lo juro.

—No es eso... —expresé, empezando a buscar con la mirada mis zapatos—. Sólo no quiero ser una molestia para ti, o para alguien. Lo mejor será que me vaya.

—¿Crees que voy a dejarte ir? Por supuesto que no —declaró muy decidido—. Ya me comprometí, ¿no? Cuidaré sueños y espantaré pesadillas hasta mi muerte.

—No tienes porque ser tan exagerado —dije al dar un juguetón golpe en su hombro.

—Quédate, Eda, tendrás una cabaña y no serás molestia, por el contrario, te amarán.

Me quedé en silencio, sentándome nuevamente en la cama. Me sentí, rara. Hace mucho que no era yo la que pedía que se quedarán junto a mí. Pero ahora Druig llegaba a pedirme ello, solté algunas lágrimas sin notarlo.

—No, espera, esa no era mi intención —dijo dudoso al no saber si limpiar las lágrimas o solo quedarse en su asiento—. Mira, toma este pañuelo y limpia tus lágrimas —ofreció con preocupación a causa de mi estado, lo acepté—. Ahora dime, ¿qué causa tu llanto?

—Es que... Es que nadie... —volví a verme interrumpida por mis llantos—. Es que yo... Hace mucho que no... Me piden que les de mi compañía —respondí entre sollozos, ocasionando que él suspirara de alivio—. ¿Esto te parece bueno? —pregunté empezando a fastidiarme .

—No —negó de inmediato—, claro que no, sólo que creí que era algo mucho peor. Disculpa.

No dije nada, sintiéndome ridícula. ¿Por qué estaba llorando frente a Druig? ¿Por qué me había enojado con Druig? Rápidamente me levanté con intenciones de ir a la puerta.

—Vamos, Eda, quédate aquí y déjanos cuidarte —él se había puesto como muro para que no me fuera—. Por favor.

Después de dudar mucho y pensar en todos los pros y contra, acepté, poniendo algunas condiciones como: "Nada de dormir en camas ajenas". "Si me quedo dormida en tu cama, me botas". Druig las vio muy innecesarias, pero no me importo e igual hice que las aceptará.

Por la noche, hubo una fiesta a mi honor, haciéndome sentir halagada. Fue un momento agradable. Bailé y reí como desde hace tiempo no hacía.

—Ven, Druig, vamos a bailar —ofrecí, tendiéndole mi mano que no tardó en ser aceptada—. Muy bien.

Empezamos a danzar, notando que éramos la pareja principal rodeada por todos los demás.

—No bailas mal —halagó con voz fuerte debido al ruido—. De hecho, eres la mejor que he visto.

Sonrió y pude sentir un poco de calor, aunque debido a la euforia del momento nadie notó que estaba un tanto roja, o eso esperaba.

Los días siguieron pasando, convirtiéndose en semanas, meses. Recibimos varias visitas en ese tiempo, una de ellas había sido Makkari.

Perdóname —señaló con arrepentimiento—. Solamente intentaba hacer lo mejor.

Oh, Makkari, perdóname a mí —dije también antes de lanzarme hacia ella para abrazarla fuertemente. Segundos después me alejé un poco y le dije que la quería mucho, sentimiento que fue bien correspondido.

Luego de eso, todo fue un poco más interesante de lo que debió haber sido. Decidimos pasear por el cosmo, sin ningún destino o propósito más que divertirnos, cometiendo demasiados errores. Pero de eso hablaríamos luego.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro