Capítulo final ☾
Bryony
Me dolía el pecho, era una sensación que no se la deseaba a nadie. Sentía horrible ser una basura que solo molesta a los demás y no sirve para nada. Tenía los ánimos por el suelo, quizá más abajo de este si se podía. No paré de llorar en toda la noche y la mañana siguiente fue lo mismo, no me quería levantar de la cama, al contrario, me quise quedar ahí toda la mañana.
Sé que esa cosa no era Caden, pero no dejaba de ser él por fuera y su voz, esa voz era él a veces pero otras más era el demonio que estaba dentro y que esta vez tenía todo el control de su cuerpo.
¿Cómo llegamos a esto? ¿En qué momento todo se fue al carajo así?
La vida puede ser muy perra a veces.
Después de casi no dormir por estar pensando en lo que había pasado el día anterior, me metí a la ducha, salí minutos después y Thea ya había llegado a mi casa para irnos juntas. Ella era una verdadera amiga. Mi madre me preparó un termo con café caliente y juntas fuimos a la universidad. Al llegar fuimos por algo para desayunar y al entrar nos quedamos en el patio central. Este día en particular estaba haciendo mucho viento y frío también.
—¿No te ha hablado Camille? —me preguntó Thea y negué con la cabeza.
—Me imagino que no hay ninguna novedad —suspiré y bebí de mi café que por cierto estaba muy rico.
—Eso es bueno, ¿no? —me miró y me encogió de hombros.
—Creo que sí —musité —. Al menos esa cosa no ha matado a nadie, eso ya es algo.
Cuando Thea iba a decir algo Curtis apareció en nuestro campo de visión, agitando la mano para que lo viéramos. Al acercarse saludó a Thea con un beso en la boca y después a mí en la mejilla. Se sentó a su lado y empezó a hablar.
—No saben las nuevas noticias —respiraba agitado.
—¿Qué nuevas noticias? —le preguntó Thea.
—¿Recuerdan a las tres chicas desaparecidas? —las dos asentimos con la cabeza, mirándonos primero y después mirándolo a él.
—¿Qué pasa con ellas? —le pregunté.
—Sus cuerpos aparecieron cerca de una de las entradas de los túneles —aquello me dio mala espina.
—¿Qué? —me giré por completo a Curtis.
—Sí —miró a su alrededor —. Solo que sus cuerpos estaban despedazados y había poco de ellas. Dicen que fue muy difícil reconocerlas.
—No.Puede.Ser —Thea se giró hacia mí —. ¿Crees que haya sido Bór? —me preguntó.
—Él dijo que no había sido, la verdad no sé si creerle.
—Bór es un sádico sediento de sangre —comentó Curtis —. No va a aceptar que fue él, nunca lo hará.
Yo también llegué a pensar que había sido él el causante de las desapariciones de aquellas chicas, pero con lo que estaba pasando últimamente ahora tenía mis dudas.
—Los lobos estarán rondando el bosque por cualquier cosa. El alfa de la manada dijo que quien sea el responsable de esto debe pagar, no van a tener piedad de él, o ella.
—¿Y si fue Bór? —pregunté —. ¿Qué harán?
—Despedazarlo —dijo Curtis sin inmutarse.
—¿Despedazarlo? —Thea parpadeó para entender las palabras de su novio —. ¿Tan así?
—Son personas de este pueblo, Thea —Curtis cogió su mano —. Nadie toca a los nuestros sin pagar las consecuencias —tragué saliva. Miré a mi alrededor.
—Yo-yo maté a uno de los suyos —murmuré que nadie más que ellos me escuchara —. Debería recibir un castigo.
—Lo tuyo es diferente —respondió Curtis —. Tú no tenías control de ti y todos sabemos que Jareth era una basura.
—Pero no deja de ser un delito —me encogí en mi lugar.
No me sentía orgullosa de lo que hice, pero sé que Jareth era un imbécil violador.
—No hablemos de eso —Thea cambió de opinión —. Por favor. El día ya está deprimente cómo para arruinarlo con este tipo de conversación —nos miró a ambos.
Regresé a mi lugar y cambiamos de tema, pero algo dentro de mí no me dejaba pensar bien. Bór se veía demasiado convencido cuando dijo que él no era el culpable de esas muertes, además...Bór era un vampiro, no había necesidad de destrozar los cuerpos de esta manera, solo con drenar sus sangre era más que suficiente. Y que encontraran los cuerpos cerca de una de las entradas a los túneles me hacia pensar en un solo responsable, pero no quería pensar que era así. Simplemente me negaba a tal barbaridad.
****
Subí las escaleras para ir a mi siguiente clase, recorrí el pasillo y antes de entrar al aula mi móvil empezó a vibrar. Me hice a un lado de la puerta y saqué el móvil para responder. Al ver la pantalla me di cuenta que era Camille.
—Hola, Camille, ¿Pasa algo?
—¿Dónde estás? —preguntó nerviosa.
—Voy a entrar a clase, ¿Por qué?
—No entres, espérame en la entrada, voy para allá —se escuchaba ansiosa.
—¿Por qué?
—¡Haz lo que te digo! —me gritó.
—Está bien —musité y colgué.
Me di la vuelta para bajar las escaleras de nuevo para ir a la entrada principal. Al salir miré mi entorno pero no había rastros de Camille, así que me quedé ahí cómo ella me dijo. No pasó mucho hasta que vi su auto, se detuvo frente a mí y la puerta de atrás se abrió, entré y Morgan estaba a su lado.
—¿Pasa algo? —pregunté quitándome la mochila de los hombros. Morgan miró a Camille y fue esta la que respondió.
—Pasó algo pero es mejor que lleguemos a la mansión —arrancó y condujo hacia la mansión.
Por más que le pregunté que había pasado ella se negó a decir algo y le dijo a Morgan que no me dijera nada, Morgan le hizo caso y no dijo ni una palabra. Me estaba preocupando porque tenía un mal presentimiento y el silencio de Camille no ayudaba en nada.
Al llegar fui detrás de Morgan que se dirigió a la sala, ahí estaban Bastian, Oddur y Bór, que al verme levantó una ceja y me sonrió. Lo ignoré por completo.
—¿Alguien me va a decir que pasa? Camille no me quiso decir nada —dejé la mochila a un lado.
—¿Sabes de las desapariciones que han ocurrido recientemente? —preguntó Bastian.
—¿Hablan de las tres chicas que encontraron en una de las entradas a los túneles? —Bastian se sorprendió un poco.
—Han habido más, Bryony —añadió Camille entrando a la sala.
—¿Más desapariciones? —inquirí.
—Unas tienen que ver con Al y Aluca, al ser demonios vampiro su naturaleza les pide sangre humana, pero...Pero esas tres chicas no fueron asesinadas por ellos, sino por Caden.
—¿Qué? —lo miré incrédula —. No, eso no es posible. Él no...—Camille me detuvo antes de que siguiera.
—Caden se escapó, rompió las cadenas y los barrotes de la reja y se escapó.
—¿Escapó? —la miré y asintió con la cabeza.
—Tenemos la ligera sospecha de que, desde que llegamos este demonio ha estado cazando a escondidas, ha sido muy cauteloso e inteligente. Nos ha estado engañando desde hace mucho.
—¿Por qué creen que él mató a esas chicas? —Camille miró a su tío.
—Conocemos el modo de matar de Caden, sabemos cómo lo hace, sabemos cómo caza y lo peor es que a veces no deja nada de las víctimas. No solo han desaparecido personas aquí, también en los pueblos cercanos —dijo Camille.
No dije nada, no sabía que decir. ¿Cómo defender lo indefendible? No podía.
Me senté en uno de los sofás y tomé aire, sentía que me estaba asfixiando.
—¿Me están diciendo que todo este tiempo ese demonio ha estado matando personas y que apenas ahora nos hemos dado cuenta? —todos asintieron con la cabeza.
—Ahora que tiene todo el control será más peligroso, hasta tú estás en peligro —comentó Bastian —. Todos estamos en peligro, yo, ni siquiera Camille se salva de ser una de las presas de Caden.
—Eso no es Caden —le dije a Bastian.
—No, no lo es pero usa su cuerpo —me dijo Camille —. Tiene los poderes de un vampiro y un demonio, eso lo hace mucho más peligroso de lo que ya es. No tiene compasión por nadie —sé que eso lo decía por mí —. Hará lo que sea por comer y no se va detener.
—Lo sé —musité.
—Sé que esto es doloroso, Bryony —al mirar a Bastian tenía una mirada compasiva —. Pero en esta ocasión no debes pensar en él, sino en ti. Eres importante para lo que se viene y perderte no es una opción.
Los miré a todos, cada uno de ellos asintió ante lo que dijo Bastian y no supe cómo sentirme, si sentirme bien o mal. Esto me sobrepasaba, todo se estaba complicando y cada vez estaba peor la situación.
—Eres cómo la pieza clave para todo esto —dijo Bór —. Eres más importante que yo.
—Cállate, idiota —le dijo Camille, resoplando.
—Ahora yo...no dejo de pensar en Caden, en lo que debe estar sufriendo y...—no pude terminar de decir aquello porque un nudo se formó en mi garganta —. ¿Qué haremos ahora? —les pregunté.
—Lo único que podemos hacer...—dijo Bastian.
—...ahora él es la presa y nosotros el cazador —terminó Camille por él.
—Entonces, ¿lo vamos a cazar? —pregunté trémula.
—Sí, lo vamos a cazar y lo vamos a encontrar antes de que haya más víctimas que lamentar —zanjó Bastian sin un ápice de remordimiento y aquello me dio miedo en demasía.
Caden había dejado de ser cazador para convertirse en la presa. Nuestra misión ahora era encontrarlo para detenerlo. No había otra opción, era él o nosotros.
Continuará.
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