Soledad
Narra Alexandra//
Buenos días, hija -saludo mí madre entrando al comedor-
Buenos días, madre -respondi desanimada-
¿Te ocurre algo? -me miro curiosa-
Nada en especial, no pude dormir demasiado anoche -menti-
Ella optó por quedarse callada y yo también lo hice por qué a decir verdad no tengo ganas de hablar con nadie. Han pasado tres días desde mí fiesta de diecisiete años, ese día nada más ocurrió, arregle de alguna manera las cosas con Gianna y afortunadamente Nicholas no se acercó más a mí, todo ha estado bien desde entonces... Y seguro que todos se preguntan, ¿Que me pasa entonces? Pues la respuesta es bastante complicada y es que realmente no me pasa absolutamente nada. Anoche me fui a la cama sintiéndome muy bien, dormí perfectamente y desperté está mañana sintiéndome realmente triste, muy sola... Y como si alguien me hubiera arrebatado algo importante para mí, no entiendo que me pasa, pero sé que algo no anda nada bien y estoy segura que es algo que está pasando en mí realidad.
Los Jensen vendrán hoy a cenar -declaro mí madre interrumpiendo mis pensamientos-
¿Alguna razón en especial? -pregunte por cortesía-
Vendrán a pedir tu mano oficialmente -dijo alegremente-
¿¡Que!? -me levanté de la mesa de golpe-
No grites, Charlotte -me miro con molestia- comportate como una dama y no olvides tu lugar
¿Mí lugar es el de una sombra, madre? -pregunte desafiante-
No me hagas perder la paciencia con tus rabietas, niña -dijo seria-
No son rabietas, es que esto es muy injusto -dije enojada- yo no amo a Nicholas y jamás podría llegar a amarlo
Eso no interesa, tu matrimonio con él le conviene a nuestra familia -afirmo- seremos aún más poderosos y el tendrá a la mujer que merece
¿Y que hay de mí? ¿Que obtengo yo? -pregunte brusca-
Un esposo -dijo mí padre entrando a la habitación- una mujer no es nada sin un esposo
¿Cómo puede decirme eso? Soy tu hija -dije herida-
Eres una mujer, como tal debes servirle a tu esposo y darle hijos de preferencia varones para que ellos puedan heredar su puesto, algo que tu madre no pudo hacer -dijo con desprecio- al menos tú puedes enmendar el error de tu madre dándome un yerno adecuado como Nicholas Jensen
No, me niego a casarme con el -afirme decidida a no dejarme vencer-
No se va a hacer lo que tú digas, el trato está hecho... Nicholas y su familia vendrán está noche, el pedirá tu mano en matrimonio y se la daré -me miro- te recomiendo que vayas aceptándolo o será peor para ti
Sin poder resistir más de su palabrería me di la vuelta y caminé hacia la puerta de la casa con la cabeza hecha un lío; me sentí herida, enojada y el sentimiento de soledad solo se hacía más y más grande a cada segundo. Caminé hacia el prado dónde puedo estar tranquila con Gianna, al llegar me encontré con una sorpresa... Aquí está ella, mí chica acompañada de alguien a quien conozco y cuya identidad reciente también conozco a la perfección, se trata de Alessa Jensen o más bien, Selena. No creo que ellas dos se hayan dado cuenta de mí presencia, parecían muy atentas a su conversación... Y no puedo decir que no me sentí herida por el hecho de que Gianna la trajera a nuestro lugar especial.
Gianna -la llame y ella me miró de inmediato luciendo sería e incluso indiferente-
Señorita Charlotte -dijo la rubia a modo de saludó- un gusto verla de nuevo
Si, es un gusto, señorita Jensen -le sonreí con falsedad- ¿Podemos hablar a solas, Gianna? -la castaña solo asintió-
Yo me iré, fue muy agradable hablar contigo -le dijo la rubia-
Lo mismo digo, espero que podamos repetirlo -afirmo sonriente-
Claro -beso su mejilla- nos veremos esta noche, señorita -asenti molesta-
La rubia se fue y mí molestia ya se encontraba a un nivel demasiado alto; me sentía molesta por mí conversación con mí padre, también por el hecho de que ya sé por qué Selena está en mí vida y por qué Gianna se atrevió a traerla a nuestro lugar, pero sobre todo estaba molesta por ese enorme sentimiento de soledad que me embarga y cuyo orígen sé que tiene mucho que ver con las dos chicas que hablaban tranquilamente aquí hace unos minutos.
¿De que quieres hablarme? -pregunto seria- ¿Quieres contarme como te vas a comprometer está noche con el hermano de Alessa?
No, quiero pedirte una explicación sobre por qué pensaste que era una buena idea traer a esa chica a nuestro lugar -dije molesta-
No lo sé, supuse que podrías buscar un nuevo lugar especial con tu esposo -afirmo- ya no tienes por qué venir a verme...
Pensé que habíamos solucionando ese tema, Gianna -afirme desesperada-
Quedará solucionado cuando me digas que no te vas a casar -trato de irse, pero la tomé del brazo- sueltame, Charlotte
No -tire de ella hasta dejarla cerca de mi- eres mía... Estás enamorada de mí, no puedes alejarte
Hablas como una demente -dijo molesta- vas a casarte y yo debo seguir con mí vida, ya no hay nada que me una a ti... Ni siquiera estoy segura de que exista amor verdadero
Solté su brazo, ella se fue dejándome ahí.... Me senti aún más herida por sus palabras, por alguna razón me dolieron demasiado, incluso más de lo que deberían y me pregunte si eso estaría relacionado a el sentimiento que me ha perseguido toda la mañana, ¿Será que realmente ya nada me une a Gianna? Tal vez ella dejo de amarme... o tal vez simplemente decidió terminar con su vida o con nuestro lazo... Todas las posibilidades me dolieron de una forma tan intensa que no pude soportarlo, deseé con todas mis fuerzas que nada de eso fuera real, pero apesar de eso el sentimiento de que ahora estoy sola se hacía más y más grande a cada segundo...
Dios... ¿Que hiciste, Gianna? -susurre al viento con una mano en el pecho y sabiendo que algo se rompió entre nosotras-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro