Hermosa Y Destrozada
Narra Alexandra//
Me presenté frente a ellas totalmente frustrada con mi aspecto, me veo como un mal chiste y todo por culpa de las dos mujeres más odiosas que he conocido, mi madre y la de Nicolás. Hoy es la fiesta de compromiso que organizaron para Nicolás y para mí, por eso estoy desfilando vestidos para ver qué usaré esta noche en una fiesta tan importante como mi fiesta de compromiso.
Luces absolutamente preciosa, niña -dijo Verónica mirando embelesada el vestido color verde olivo que estoy usando-
No voy a usar esto, me veo ridícula -afirme molesta- además no pudo respirar, me siento aprisionada en este vestido...
Es tu fiesta de compromiso, debes verte hermosa -dijo mi madre molesta por mi afán de llevarles la contraria-
Si me dejan opinar... -susurro Alessa mientras se acerca a mi a paso lento- es por eso que ella debería estar cómoda con su atuendo, es su fiesta, va a recibir a muchos invitados y tendrá que estar en muchos sitios a la vez, debe estar cómoda con lo que va a usar...
Mi hija tiene razón, Audrey -declaro la señora Jensen- es una fiesta importante...
Si, pero este vestido luce hermoso en ella -dijo seria-
De todas formas no lo usaré y no voy a seguir hablando de eso, usaré el vestido lila que yo elegí -afirme- ¿Gianna? -la castaña que se mantenía callada se acercó a mi- ¿Me acompañas a quitarme esto?
Por supuesto -dijo con un ligero rubor cubriéndole las mejillas-
Le sonreí y empecé a caminar de vuelta a mi habitación, me hicieron bajar a mostrar el vestido verde y la verdad es que no tuvo ningún sentido que lo hiciera.
Tu madre está demasiado molesta contigo -afirmo la castaña a mi lado mientras subimos las escaleras-
Me tiene sin cuidado -dije molesta- ella cree que puede decidir todo en mi vida y está muy equivocada, ya me eligió un marido, no va a controlar más mi vida -respire profundamente una vez termine de subir las escaleras- además, este vestido es horrible...
Yo creo que luces hermosa -afirmo-
¿Eso crees? -la mire sonriente y ella solo asintió-
Entramos a mi habitación, cerré la puerta y de inmediato la castaña se puso a desatar el muy apretado corset que estoy usando, una vez desajusto las tiras pude respirar mejor y solté un suspiro; termine de quitarme el enorme vestido con su ayuda, lo arroje a el suelo de la habitación quedando en la nada sexy ropa interior de mi época. Volteé a ver a Gianna quien está muy sonrojada, tiene una sonrisa nerviosa en el rostro y la verdad me parece gracioso, ella reacciona como si estuviera mostrando mucha piel y eso me hace pensar en como se podría si me viera en la ropa interior moderna... Seguramente moriría de vergüenza, creo que es lo que más amo de está Gianna, ella es dulce e inocente como las chicas de esta época y eso siempre va a parecerme adorable.
¿Me ayudas a ponerme el otro vestido? -ella asintió con dificultad-
Fue hasta la cama y tomo el vestido color lila, es un vestido realmente hermoso con flores en color blanco y rosado, tiene una falda voluminosa y un clásico corset ajustado, pero nada que me prohíba caminar con libertad o respirar, además cuenta con mangas largas. La castaña se puso frente a mi, me repaso el cuerpo con la mirada haciendo que su sonrojo aumentará y un suspiro brotará de sus labios.
¿Te pasa algo? -tome una de sus manos y le sonreí-
No lo sé... -admitio mientras fruncía el entrecejo- me siento... extraña...
¿Que sientes? -pregunte con aparente confusión-
Yo... me siento acalorada, el corazón me late muy rápido y respiro con dificultad... y siento un cosquilleo extraño en el cuerpo -suspiro- creo que estoy demente...
No, no es así -acerque mi rostro al suyo- creo que lo que sientes es deseo...
¿Deseo? -pregunto ligeramente asustada-
Es normal que lo sientas -afirme- todas las personas lo sienten cuando están con una persona a la que quieren...
Yo te quiero mucho -afirmo-
Y sabes que yo te quiero a ti -roce mis labios con los suyos-
La bese con dulzura, no niego que me encantaría besarla de una manera diferente, pero la verdad es que sé que por ahora no sería una buena idea hacer algo tan intenso con ella.
Debes terminar de vestirte -afirmo- tus invitados no tardan en llegar...
Lo lamento muchísimo... -dije con mi mirada fija en su hermoso rostro-
Ya entendí que no es tu culpa -me acarició la mejilla- y... creo que no todo está perdido
Puede que el sea con quién me pasee en público, pero a quien amo es a ti -bese sus labios efímeramente-
Lo sé -sonrio-
¿Te quedarás a la fiesta? -pregunte-
Si, creo que sería raro que no estuviera aquí si yo soy la dama de honor -asenti de acuerdo con ella-
Terminamos de ponerme el vestido, ella se fue a su casa para poder alistarse para la fiesta y yo me quedé para terminar de arreglar mi aspecto; al terminar, me plante frente al espejo y el reflejo que me dio no me gustó en lo más mínimo, por qué deje de verme como la chica que ahora soy por dentro y refleje lo que tal vez sentía la verdadera Charlotte en este momento de su vida; un mar de miedo y dolor que cubría sus ojos, el intenso deseo de gritarle al mundo lo mucho que amaba a Gianna y la sonrisa perfecta que solo servía de mascara para esconder su triste y desastrosa realidad.
Deje de pensar en eso y salí de la habitación justo antes de que Nicolás tocará a la puerta, me tendió su mano y no me quedo más remedio que tomarla.
Luces hermosa -dijo sonriente-
Gracias -respondi seria-
Nos plantamos frente a las escaleras y en cuanto empezamos a bajar los aplausos estallaron en el lugar, nos sonreían pareciendo realmente felices por nuestro compromiso, curioso que todos estén felices por nosotros y nosotros estemos pasando el peor momento de nuestras vidas.
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