único.
Corregido.
Muy pronto la segunda parte, esperenlo. ♡
. . .
Los pasillos del instituto estaban tranquilos debido a la hora. Era temprano aún y todos esperaban la hora de entrar a clases pacientemente. Por otro lado, estaba él sentado en aquel banco situado frente a las taquillas junto a Jungkook quien no dejaba de hablar sin parar.
Taehyung miraba al frente tratando de aparentar que prestaba atención a lo que decía su novio. Desde hacía mucho tiempo las historias de Jungkook se habían vuelto un tanto aburridas para él, e incluso empezaba a aborrecer lo superficial que era su pareja la mayoría de las veces. Pocas veces le hablaba de temas mínimamente interesantes, o al menos eso creía antes, quizá solo lo decía por tolerancia, pero ahora le resultaba casi imposible prestar al menos un poco de atención a lo que, para él, solo era el palabreo sin sentido de su novio.
Había otro chico que últimamente había estado robando su atención, aunque nunca lo admitiría en voz alta. Simplemente disfrutaría de las ilusiones imposibles que tenía con aquel chico, Min Yoongi, quien aparte de no mostrar interés en nadie, parecía bastante difícil de impresionar. Por lo tanto, se centraba en su novio que muchas veces lo dejaba abandonado y a veces lo trataba como a una segunda opción. A pesar de eso, sabía que Jungkook lo amaba, más no podía evitar ser como era.
Jeon Jungkook era el típico chico mimado, muy parecido a él en ese sentido a decir verdad, con la diferencia de que Jungkook era hijo único y por lo tanto recibía aún más atención. El pelinegro solo debía abrir la boca y ya tendría a sus padres besándole los pies solo para que su "pequeño bebé" se sintiera bien. Taehyung a veces odiaba aquello, el no quería recibir todo de sus padres a pesar de que estos pudiesen dárselo; él quería ganar cosas por sí mismo, sentía más orgullo al decir "me lo compré yo, lo gané yo" a decir, "fue gracias a mis padres".
Su novio pasaba la mayor parte del día contándole lo increíble que era el nuevo auto que sus padres le habían comprado, o la pelea que había tenido con Jackson por decidir quién tenía el mejor celular, la mejor ropa, accesorios, etc. Totalmente estúpido.
Amaba a Jungkook, no podía negarlo, a pesar de que la actitud del menor a veces lo molestaba de sobre manera, no podía siquiera considerar la idea de dejarlo. (Claro, eso no quería decir que no sintiera curiosidad de experimentar con alguien más como su novio lo había hecho en ocasiones.) Los años de relación que habían mantenido ya se habían convertido en parte de su vida, y quizá ese había sido el error, permitir que su relación se volviera tan aburrida y monótona.
—... ¿Taehyung? ¿Estás escuchándome? —Jungkook interrumpió los pensamientos de su pelirrojo novio y este volteó enseguida parpadeando repetidas veces para aclarar su mente.
—Lo siento, Jungkookie, me perdí. ¿Qué decías? —Taehyung preguntó con una pequeña sonrisa nerviosa sintiendo cómo su novio lo calcinaba con la mirada.
—Te estaba contando mis propósitos para este año. Adelgazar un poco más y esforzarme aún más en el gimnasio, también cambiaré mi cabello y estaba pensando también en hacerme una nueva perforación... —Jungkook acarició su rostro mientras pensaba y Taehyung no pudo evitar alzar una ceja ante lo ridículo que se había escuchado aquello.
— ¿Adelgazar más? Jungkookie, no creo que eso haga falta. —Taehyung se arrepintió de sus palabras en el momento en que la sonrisa del menor se borró.
— ¡¿Qué dices, Taehyung?! ¡Acaso no me has visto! —La expresión molesta e indignada de su novio lo dejó perplejo, no supo que responder.
—Jungkookie, yo solo decía...
—Ya. Lo sé, amor. Me amas tal cómo soy. No te preocupes, no será nada muy drástico. —El menor volvió a su semblante natural y Taehyung soltó un suspiro.
—Mientras no descuides tu alimentación está bien, bebé. —Jungkook asintió enérgicamente y besó la mejilla de Taehyung haciendo que este sonriera.
—También estaba pensando en comprar unas nuevas sudaderas de pareja. ¿Qué te parece? —Taehyung creyó que el menor bromeaba, pero su expresión le decía que hablaba totalmente en serio.
—Pero... ¡Jungkookie, mi armario ya está que explota de tanta ropa de pareja! —El pelirrojo lucía casi horrorizado, rezando porque su novio solo estuviese bromeando, no podía ser en serio. Su clóset estaba al tope de cosas que ni siquiera habían usado más de una vez.
—Ay Tae, no seas exagerado, apenas y tenemos un par de sudaderas... —El menor pensó detenidamente relamiendo sus labios, Taehyung soltó una risita incrédula.
—Siete sudaderas, doce camisetas, ocho pantalones, cinco pares de zapatos, y ni contar los accesorios... —Taehyung enumeró con sus dedos y Jungkook hizo una ligera mueca que rápidamente se transformó en una sonrisa.
— ¡Eso me recuerda algo! —chilló el menor abriendo su mochila y rebuscando algo en el interior, los ojos de Taehyung se abrieron con sorpresa al ver una funda negra para su celular, obviamente, a juego con la de Jungkook. A veces se cuestionaba seriamente si su novio creía que era un especie de Ken para vestir y adornar a su gusto.
—Jungkookie, ni siquiera teníamos una semana usando las otras fundas... —El mencionado se encogió de hombros y Taehyung solo observó como Jungkook tomaba su móvil para ponerle el mismo la nueva funda.
—Entonces en la tarde podemos elegir que sudadera compraremos —finalizó el pelinegro levantándose y dejando un pequeño beso en sus labios—. Ya debo ir a clases.
Observó a su novio alejarse tan pronto como terminó de hablar y solo suspiró sintiéndose derrotado y devolviendo su vista al frente para esperar su siguiente clase.
Su mirada se concentró en los estudiantes que se mantenían en los pasillos esperando sus clases o simplemente perdiendo el tiempo, y sin querer, su mirada se posó en aquel chico que la mayoría de las veces le aceleraba la respiración.
Min Yoongi, era el característico chico misterioso y guapo del instituto, parecía tener la palabra "inalcanzable" tatuada en la frente, su interés por su exterior parecía ser simplemente nulo, sin embargo, había algo en su mirada que le hacía temblar de manera involuntaria. No habían cruzado muchas palabras, aun así había descubierto al chico de cabellos negros mirarle en varias ocasiones. No conocía del todo a Yoongi, pero sí conocía a sus amigos Hoseok y Jimin, quienes siempre estaban con él y parecían ser las únicas personas toleradas por el azabache.
Como tantas veces, la vista del mayor se encontró con la suya y se sintió desfallecer cuando una pequeña sonrisa tiró de los labios contrarios, sus mejillas enrojecieron y desvió la mirada levantándose rápidamente para huir de allí totalmente avergonzado. Claramente debía haber parecido un acosador.
Maldijo cuando Hoseok llegó casi corriendo hasta él, tomando su brazo y haciéndolo parar. La brillante sonrisa del contrario lo saludó haciéndolo sentirse cómodo con su presencia y era una de las cualidades de ese chico.
—Taehyung-ah. ¿Cómo estás? —preguntó el chico sin borrar su sonrisa haciendo que el mencionado no pudiese evitar devolverle el gesto.
—Todo bien, hyung. ¿Qué tal tú? —El contrario hizo un gesto indicando que todo estaba bien y tomó un poco de aire antes de hablar.
—Sé que te parecerá extraño, pero hoy nos reuniremos en casa de Yoongi hyung a las cinco, si no tienes nada que hacer y estás aburrido, puedes ir, yo podría pasar a recogerte si quieres. —Sus ojos se abrieron con evidente sorpresa y no pudo evitar fruncir un poco el ceño, de verdad que sí le había parecido extraño, nunca había convivido de manera personal con Yoongi, no había más allá de saludos y las miradas curiosas que se dedicaban de vez en cuando.
—Yo... Está bien, te avisaré si no tengo nada que hacer... —No pudo evitar aceptar, por alguna razón el saber que estaría con Yoongi le impidió negarse, y solo luchó porque sus emociones no se alteraran demasiado.
—De acuerdo, tienes mi número, así que solo escríbeme. —Hoseok le guiñó un ojo y se alejó de nuevo en dirección a sus amigos, Taehyung se quedó parado en medio del pasillo sintiéndose aún un poco aturdido.
No quiso darle mucha importancia y solo se volteó para caminar a su clase que ya debía haber empezado.
¿Qué podía tener de malo aceptar aquella simple invitación?
. . .
Miró su reloj por quinta vez y bufó frustrado, llevaba casi cuarenta minutos esperando que Jungkook saliera del instituto y aún no lo había hecho. Siempre se marchaban juntos ya que el menor se ofrecía a dejarlo siempre en su casa, aparte, habían quedado en ir a ver qué sudaderas comprarían, pero sin embargo, no había visto a su novio desde la mañana y moría de hambre en ese momento.
Se abrazó más a sí mismo para apaciguar el frío y miró a la calle cuando varias risas lo hicieron devolver su vista a la entrada del instituto donde pudo ver a Jungkook saliendo junto a su grupo de amigos, suspiró aliviado por la presencia del chico, aunque no le agradaban mucho los amigos de Jungkook, podía disimularlo.
—Jungkookie... —llamó a su novio haciendo que este se volteara recién percatándose de su presencia.
—Ah, TaeTae, creí que ya te habías ido. —Taehyung sintió una punzada debido a las palabras del menor sin embargo no habló—. Hoy no podré llevarte a tu casa, tampoco creo que podamos salir, iremos a casa de Mingyu-yah para ver una película, te escribiré más tarde.
—Pero... ¿No iríamos a ver las sudaderas? —Taehyung trató de no mostrarse tan decepcionado como estaba sin embargo sabía que estaba fallando patéticamente ante las muecas de lástima falsa por parte de los amigos del menor.
—Lo siento, Tae. Podemos ir mañana, te amo, adiós —Jungkook dejó un beso fugaz en los labios del mayor antes de alejarse junto a sus amigos hasta su auto.
Taehyung se quedó de pie frente al instituto, ya no quedaba nadie y se sentía totalmente ridículo, sabía que no debía sentirse así, después de todo, debería estar acostumbrado a que Jungkook lo desplazara la mayoría de las veces por otras personas. Observó la hora en su reloj percatándose de que eran apenas las dos, podía regresar caminando a casa, sin embargo, tenía demasiada hambre y poca energía.
Miró el cielo, estaba seguro de que empezaría a llover en cualquier momento, pero quería creer que la vida le tendría un poco más de lastima y evitaría que llegara todo mojado a su casa.
Pero la vida lo odiaba, y tan rápido como terminó de pensar aquello pequeñas gotas golpearon contra su rostro. Se cubrió con la capucha de la sudadera y caminó a paso rápido para alejarse del instituto y llegar a su casa antes de morir de hipotermia.
Su casa quedaba a unos cuarenta minutos a pie, si se apresuraba quizás treinta, pero la verdad no tenía muchas ganas de caminar rápido. Abrazó su cuerpo con fuerza cuando el agua empezó a golpearlo con mayor brusquedad, empapándolo casi al instante. Dobló en la esquina y caminó un par de cuadras antes de que un Audi negro bajara la velocidad a su lado, bajando la ventanilla y dejándole ver a la persona dentro de este, sus ojos se abrieron con sorpresa y sintió como la lluvia se hacía más fuerte, azotando sin piedad su cuerpo junto a la fría brisa.
—Sube, te llevaré a casa —habló Yoongi firmemente con una expresión calmada, Taehyung no lo pensó demasiado y corrió dando la vuelta al auto para subir al asiento de copiloto.
—Muchas gracias, hyung, estaba muriendo de frío —murmuró Taehyung tratando de ignorar que la persona con la que estaba era Min Yoongi.
Yoongi no pudo evitar mirar a Taehyung con una ligera mueca de pena, su hermoso cabello rojo estaba revuelto a causa de la brisa y sus labios estaban morados debido al frío. Su cuerpo seguía temblando débilmente así que optó por subirle un poco más a la calefacción, rezando para que el menor no se resfriara.
La calefacción del auto lo hizo sentirse mucho mejor y luego de indicarle la dirección al mayor el auto volvió a avanzar, sumiéndose en un silenció un poco incómodo que el azabache no dudo en romper.
— ¿No es tú novio quién te lleva a casa? ¿Por qué te dejó ir solo con este clima? —preguntó Yoongi con expresión casi... ¿Molesta?
—Él... Tenía planes con sus amigos. —El pelirrojo mordió su labio inferior tratando de contener la molestia que se formaba en su pecho al recordar las palabras de su novio.
—Hm, tenía entendido que los novios siempre velaban por el bienestar delo otro... —Yoongi pareció burlarse, sin intenciones, pero aun así el pelirrojo lo sintió así, más no dijo nada y bajó la vista su regazo.
Luego de algunos segundos de silencio decidió hablar. —Jungkook... Él... Es un poco difícil de entender.
Yoongi soltó una pequeña risita sarcástica y alzó una ceja en señal de incredulidad, tomando un poco por sorpresa al menor.
—Yo diría que más bien es muy fácil de entender, es solo un niño mimado, quiere todos estén detrás de él y hagan lo que él quiere. Que cumplan sus caprichos y se comporten como lindos sirvientes para él —El pelinegro volvió a reír—... Lo siento, no soy nadie para hablar de tu novio. No fue mi intención ofenderte, simplemente soy sincero, no me agrada ese chico.
Lo que Yoongi quiso decir fue "no me agrada ese chico cerca de ti", sin embargo, Taehyung no notó aquello que se escondía en los ojos del pelinegro, aquel deseo creciente y la fuerte atracción que sentía por su persona, ni siquiera Yoongi podía saber con seguridad cuando se dio cuenta de lo mucho que le gustaba el chico de cabellos rojos, lo observaba pasear por los pasillos del instituto, a veces solo y a veces junto a su irritante novio, e incluso lo había visto soltar algunas discretas (no tan discretas) lágrimas cuando su novio le decía cosas que sin saber, lo herían.
Yoongi solía vigilar al chico de lejos, asegurándose de que regresara bien a casa, que cuando estaban en alguna fiesta no bebiera de más o si era así, hacer que Hoseok lo regresara sano y salvo a su casa cuando su estúpido novio ni siquiera recordaba que había llegado allí con él. Odiaba a Jungkook y odiaba su actitud de adolescente hormonal, había perdido la cuenta de cuántas veces había visto al menor dejarse manosear por aquellos chicos a los que llamaba "amigos" y quien sabe cuántas cosas más.
Era un chico egoísta, inmaduro y mimado, que no medía las consecuencias que podían traer sus actos en cuánto a Taehyung. El pelirrojo siempre le había parecido un chico extremadamente hermoso, aun cuando trataba de ocultar el daño que su novio le hacía seguía pareciéndole perfecto, tan delicado, tan fuera de nivel para Jungkook, y para cualquiera en realidad.
Yoongi estaba junto a Taehyung siempre aunque no fuera directamente, lo cuidaba desde atrás, siempre velando por el bienestar y la felicidad de aquel pequeño ángel, no quería acercarse más, o al menos no hasta ahora, repudiaba la idea de destruir una relación; aunque al haber visto tantas veces a Taehyung llorar en silencio, en los pasillos más oscuros, o en el baño, para luego salir con una sonrisa y decirle "te amo" a Jungkook como si nada, le había hecho entender que aquella relación ya estaba destruida y estaba destruyendo al pelirrojo.
Jungkook lastimaba a Taehyung y ni siquiera él mismo parecía darse cuenta, siempre lo excusaba diciendo que era la personalidad del menor o cualquier otra tontería. Por eso, siempre que su mente trataba de decirle que aquello no estaba del todo bien, reprimía esos pensamientos y dejaba que su amor por Jungkook llenara cualquier vacío, cualquier falta de cariño, cualquier comentario hiriente del menor, lo tapaba. Sin saber que estaba agotándose emocionalmente y le estaba exigiendo a su corazón luchar más de lo que podía incluso soportar.
—N-No se preocupe, hyung... Sé que Jungkook no es el mejor novio del mundo, sin embargo, aprendí a amarlo de esa manera... —Taehyung trató de esbozar una sonrisa aunque su cuerpo se negara, tratando de hacerle saber al mayor que estaba bien.
Sabía que estaba mintiendo, su relación no siempre había sido así, aquel giro inesperado lo había tomado hacía más o menos un año, cuando Jungkook descubrió que había personas más importantes e interesantes que Taehyung.
—Pues, eso... Está bien, supongo. —Yoongi no quiso meterse más en aquel asunto, su trabajo no era recriminarle a Taehyung lo insano de su relación, por más que quisiera al menor, para él solo era un conocido.
Taehyung desvió su vista observando por la ventana como la lluvia ya no era tan agresiva, aun así pequeñas gotas seguían golpeando contra el cristal del auto, el clima lograba hacerlo sentir un poco peor, como si el cielo lo estuviese invitando a llorar con él, sin embargo, no podía romper a llorar en el auto con Yoongi, debía contenerse los pocos minutos que faltaban para llegar a su casa.
Al llegar formó su mejor sonrisa para agradecerle al mayor, pensando exactamente que debía decir. —Muchas gracias, hyung, tal vez lo vea más tarde.
Taehyung hizo referencia a la invitación que le había hecho Hoseok y observó como el contrario esbozaba una débil sonrisa que le revolvió un poco el estómago.
—No hay de qué, te veo más tarde entonces, tal vez.
Taehyung salió del auto cerrando la puerta y despidiéndose con su mano antes de entrar a casa, el olor a vainilla y manzana de su hogar inundó sus fosas nasales y supo que estaba solo al ver el perchero vació junto a la puerta, dejó su sudadera en este y caminó directo a la cocina del lugar saludando a su ama de llaves la cual le indicó que le serviría su comida en un momento, mientras tanto se sentó en el mesón tratando de descifrar por qué su corazón seguía acelerado por la presencia de Yoongi. Lo confundía demasiado y por más que sacudiera su cabeza no podía alejar la imagen de la sonrisa del pelinegro de su mente.
. . .
Eran casi las cinco de la tarde y no había recibido ni siquiera un mensaje por parte de Jungkook, había llamado incontables veces y siempre lo mandaba al buzón, estaba cansado de esperar alguna señal de su novio así que se dejó caer de espaldas en su cama para suspirar pesadamente, pensando seriamente en aceptar la invitación de Hoseok esa mañana.
Observó su habitación, las repisas llenas de absurdos regalos que le hacía Jungkook cada vez que lo creía conveniente, lo cual la mayoría de las veces resultaba un tanto extraño para el pelirrojo, pero aun así se había acostumbrado después de un tiempo; lo que Taehyung no sabía, era que aquellos regalos no eran más que el método de Jungkook para aligerar la culpa que sentía cada vez que cometía un error o hacía algo que podía herir a su inocente novio.
Se paró observándose en el espejo, como si se preguntara a si mismo qué debía hacer, estaba aburrido y se sentía un tanto frustrado porque una vez más, Jungkook había quedado en escribirle y no lo había hecho.
Luego de varios minutos de una batalla mental, se decidió por escribirle a Hoseok para confirmarle que sí iría con ellos a casa de Yoongi, la respuesta del contrario llegó casi enseguida como si hubiese estado esperando su mensaje frente al celular, acordaron que pasaría a recogerlo en unos minutos y Taehyung cambió la vieja camisa que llevaba por una camiseta blanca que quedaba bien con sus simples jeans negros, luego se colocó unos zapatos y tomó su chaqueta bajando para esperar a su amigo.
Minutos después, la bocina de un auto sonó haciéndolo salir disparado de casa, subiéndose al auto del chico quien lo recibió con su habitual sonrisa, Jimin se encontraba en el asiento de copiloto y también lo saludó de manera efusiva, como si tuviesen toda la confianza del mundo.
—Acabamos de ver a tu novio con sus amigos en la cafetería del parque, creí que estarías con ellos hasta que Hoseok me dijo que vendríamos a buscarte, y me pareció muy extraño porque creí ver que un chico estaba a punto de besa-... —Jimin hablaba muy rápido pero se vio interrumpido por un disimulado golpe de Hoseok indicándole que estaba por decir algo que no debía—... A punto de venirse a su casa, porque parecía estar despidiéndose.
Jimin carraspeó nervioso y Taehyung frunció el ceño ante lo extraño que había sido aquello, trató de no sentirse mal por el hecho de haberse preocupado por Jungkook y saber que su novio solo estaba demasiado ocupado comiendo con sus amigos como para responderle al menos un mensaje.
De repente se sintió herido, y aunque trató de alejar aquella sensación, su corazón se negó.
Hoseok y Jimin hacían bromas y hablaban de cosas banales haciendo que se sintiera a gusto en todo el trayecto a casa de Yoongi, y Taehyung se arrepintió de no haber compartido con ellos antes, eran unos chicos bastante agradables, no como los superficiales y odiosos amigos de Jungkook.
Al cabo de varios minutos estuvieron en una urbanización bastante bonita y de clase alta, no podía esperar menos, Yoongi tenía toda la pinta de chico adinerado, sin embargo, no parecía verse interesado en presumir aquello, esa era una de las cosas que le atraían del mayor, era tan sencillo y humilde que podías sentirte bien con su presencia sin ningún problema.
Hoseok estacionó frente a una gran casa blanca y bajaron del auto, al instante Jimin entrelazó su brazo con el de Taehyung jalándolo hasta la entrada de la casa, el mayor tocó la puerta y luego de un par de minutos esta fue abierta mostrando a un Yoongi recién levantado, vistiendo jeans negros y una camiseta del mismo color, su cabello estaba alborotado pero aun así lucía hermoso a los ojos de Taehyung.
—No me digas, olvidaste que vendríamos —adivinó Hoseok pasando junto a su amigo para entrar a la casa con total confianza, Jimin lo arrastró de igual manera y solo le sonrió al mayor de todos en forma de saludo.
—En realidad, lo olvidé un segundo antes de quedarme dormido, pero volví a recordarlo cuando me despertaron, así que no —explicó el mayor caminando hasta el salón y una vez allí se dejó caer sobre el sofá, que era un desastre de cojines y mantas.
— ¿Estabas durmiendo en el sofá? —preguntó Jimin indicándole a Taehyung que se sentara y sentándose luego junto a él.
Yoongi asintió encogiéndose de hombros y enseguida escucharon a Hoseok chillar diciendo que tenía hambre, Yoongi rodó los ojos.
—Cada vez que vienes a mi casa te da hambre —farfulló el mayor tallando sus ojos luchando por despertarse por completo.
El tiempo pasó rápido en compañía de los chicos, habían comido, jugado y reído hasta que el estómago de Taehyung dolió, incluso habían corrido por toda la casa huyendo de Yoongi cuando Hoseok le pegó goma de mascar en el cabello. Sin duda se sentía totalmente bien en compañía de aquellos chicos, a pesar de que nunca había convivido demasiado con ellos se sentía en confianza y agradecía que lo estuviesen haciendo pasar un buen rato, pues hacía mucho no lo tenía.
—Iré a buscar una tijeras para cortar la goma —informó Jimin arrastrando a Hoseok con él, Taehyung se dejó caer en el sofá evidentemente cansado por todo lo que habían corrido, y apenas su vista se posó en el mayor no pudo evitar romper en otra sonora carcajada recordando lo sucedido.
Yoongi sintió su corazón acelerarse al ver a Taehyung reír con tanta energía, no muchas veces lo veía reír de aquella manera, y saber que era gracias a ellos hizo que no pudiera evitar esbozar una sonrisa.
—Me gusta cuando ríes... —confesó Yoongi cuando la risa de Taehyung se calmó y no pudo evitar sonrojarse ante el comentario del mayor.
No había podido evitar notar las miradas que Yoongi le había dedicado toda la tarde, tampoco la forma en que sus brazos se aferraban a su cintura cuando jugaban o como siempre estaba pendiente de que no se cayera o se lastimara, lo cuidaba demasiado y aún si estaba con la boca llena de comida lo miraba fascinado, como si fuese la cosa más maravillosa del mundo.
—Ustedes me hacen reír, gracias... —La voz de Taehyung sonó bajita mientras esbozaba una pequeña pero sincera sonrisa.
—Pues, deberías juntarte con nosotros más seguido, si quieres claro, soporto a Hoseok y a Jimin siempre, creo que puedo con uno más. —Yoongi soltó una risita y Taehyung rio de igual manera.
—Yo... Está bien, no puedo negarme, me siento muy cómodo con ustedes. —Yoongi no pudo evitar sentirse demasiado bien por aquellas palabras.
Jimin y Hoseok volvieron a llegar, extrañamente callados y dedicándose unas cuantas miradas cómplices.
—Cuidado con lo que vas a hacer, Jimin —advirtió Yoongi cuando sintió cómo Jimin acercaba las tijeras a su cabello.
—Confía en mí, hyung, todo bajo control. —Dicho esto el menor se dispuso a cortar el cabello del pelinegro para quitar sin problemas la goma de mascar.
. . .
Esa noche Taehyung fue dejado en su casa pasadas las diez, al llegar encendió su celular y vio que solo había un simple mensaje de Jungkook en respuesta a todos sus mensajes y llamadas de preocupación.
De: Jungkookie. <3
Dios, qué intenso eres Taehyung, estuve ocupado toda la tarde, eres peor que mi madre.
Hubiese mentido si dijera que aquello no le dolió, pero había pasado un día tan bueno que no permitió que se lo arruinaran, apagó el móvil tirándolo a la cama e ignorando por completo cualquier sentimiento que no fuera tranquilidad. Porque ese día, había descubierto un nuevo escape.
. . .
Habían pasado tres semanas desde que había compartido por primera vez con Yoongi y sus amigos, y a decir verdad, desde ese momento se sentía más animado, los chicos se habían mantenido a su lado desde ese día, cumpliendo la promesa que le habían hecho de ser sus amigos para siempre, cosa que al principio le causó gracia y no creyó que se tomaran sus palabras tan en serio.
Pero allí estaban, compartiendo los recesos con él, yendo a su casa en las tardes, al cine, al parque, etc. Incluso cuando Jungkook lo había hecho llorar la semana pasada diciéndole que "debía cuidar más su físico porque estaba engordando" no lo habían dejado deprimirse ni pensar demasiado en aquello, pues lo habían sacado enseguida de su casa y fueron directo a comer haciéndolo reír tanto que olvidó por completo lo que había pasado.
Una vez más estaba allí hablando con Jungkook, más no le estaba prestando atención en absoluto, su mirada estaba fija en cierto chico de cabellos oscuros que cada vez lo confundía más. Yoongi giró su vista como si sintiera la mirada de Taehyung sobre él y lo saludó alegremente con la mano, Taehyung devolvió el gesto y sintió como Jungkook paraba de hablar para verlo con el ceño fruncido.
— ¿De casualidad estás prestándome atención? —El menor lucía molesto, aquella actitud de su novio comenzaba a irritarle demasiado.
—C-Claro Kookie... —Taehyung trató de que su voz sonara segura, fallando patéticamente.
— ¿Entonces qué opinas? —interrogó Jungkook con una ceja alzada.
—Hm, está bien, opino lo mismo. —Taehyung habló seguro, como si de verdad hubiese prestado atención a lo que el menor había dicho, el rostro de Jungkook se descompuso.
— ¡¿También piensas qué soy un engreído?! —preguntó ofendido el menor.
Sí.
—Oh, nono, por supuesto que no Jungkookie, eres la persona más humilde que conozco. —Una pizca de sarcasmo adornó las palabras del mayor pero Jungkook pareció no notarlo.
—Eso mismo dije yo, Jackson es un hablador —Jungkook se cruzó de brazos indignado y se levantó para despedirse de Taehyung—. Hoy saldré con mi madre, no me llames, yo lo haré cuando tenga tiempo.
Taehyung hizo una mueca de incredulidad más no protestó, solo asintió y aceptó el beso a forma de despedida que le dio su novio, y tan rápido como se fue Jungkook, como si fuese una señal, llegaron Jimin y Hoseok a su lado.
—Odio a tú novio. —Se quejó Jimin de brazos cruzados evidentemente molesto, Yoongi llegó con ellos y se sentó junto a Taehyung en silencio abriendo una botella de agua para beber un poco.
—Lo dices todos los días, Jiminnie. —Taehyung soltó una risita no queriendo oír una vez más las razones por las que Jimin detestaba a su novio.
—Es que no quiero qué lo olviden. —El pelirosa sonrió sentándose en las piernas de Taehyung como ya era costumbre.
— ¿En qué momento llegamos a esos niveles de confianza? —preguntó Hoseok divertido mientras los señalaba.
—Yoongi hyung. ¿No tenías que decirle algo a Tae? —Jimin habló mirando insinuante al mencionado quién se paralizó enseguida y retiró la botella de agua de sus labios.
—Ah... Sí —carraspeó —Taehyung... Tu.... ¿Quieres salir conmigo hoy en la tarde? —El mayor evitó la mirada de sus amigos sabiendo que lo miraban con aquellas sonrisas burlonas.
—Claro hyung, siempre salimos. —Taehyung sonrió, riendo por lo absurda que le parecía aquella escena.
—Hm, no me refiero a salir... cómo siempre. —Yoongi desvió la mirada, evidentemente le costaba hablar de aquello.
—Yoongi hyung quiere una cita. —finalizó Jimin por el mayor.
Allí fue que Taehyung entendió y sin poder evitarlo las mariposas revolotearon en su estómago, sus mejillas enrojecieron y no supo qué hacer, tenía leves sospechas de que Yoongi sentía más que simple amistad por él, pero aun así no espero que fuera así de directo o que fuera él quién daría el primer paso, más aun sabiendo que él tenía novio.
—Hyung yo...
—Lo sé —interrumpió el mayor—. Tienes novio. Pero aun así, no me importa Taehyung. No me importa tú estúpida relación tóxica porque tú en realidad me gustas.
Y como si su corazón no pudiese estar más acelerado, golpeó dentro de su pecho sintiendo el sonrojo subir por toda su cara hasta cubrir sus orejas. Hoseok y Jimin permanecieron en total silencio, sorprendidos por la seriedad con la que el mayor pronunció aquello, importándole poco si alguien más lo había escuchado, después de todo, no se avergonzaba de sus sentimientos, Taehyung era un chico maravilloso, cualquiera caería por él.
—De acuerdo hyung, saldré contigo.
Taehyung no sabía si aquello había estado bien, sabía en lo que se estaba metiendo y sabía que aquello probablemente le traería problemas, pero la sinceridad en los ojos de Yoongi lo cautivó, y después de mucho tiempo se sentía bien oír una declaración tan real, más real que los "te amo" vacíos que pronunciaba Jungkook con tanta facilidad.
Yoongi sonrió, volviendo a abrir la botella de agua y habló antes de beber. —De acuerdo, pasaré por ti a las cuatro.
Jimin se paró y dio saltitos chillando emocionado y colgándose a la espalda de Hoseok quien lucía orgulloso de su amigo.
Pues aquellos dos, Jimin y Hoseok, llevaban mucho tiempo esperando que su amigo confesara sus sentimientos y se diera una oportunidad a sí mismo, ya habían limpiado sus lágrimas mucho tiempo, ahora todo quedaba en manos de Taehyung.
Las palabras de Yoongi habían puesto un pequeño peso sobre su espalda, pero aun así, se sentía demasiado bien, ignorando la parte de su consciencia que le decía que estaba hiriendo a Jungkook.
. . .
—Últimamente estás muy distraído, Jungkookie. —Yugyeom estaba recostado en la cama junto al cuerpo desnudo de su amante, el mayor mantenía su ceño fruncido concentrado en sus pensamientos.
—Taehyung está muy extraño últimamente. —Jungkook se giró para ver mejor a Yugyeom.
— ¿Crees que se esté dado cuenta de lo nuestro? —inquirió el menor con fingida preocupación.
—No se ha dado cuenta en todo este año, no creo que se dé cuenta ahora, Taehyung es demasiado inocente —habló Jungkook rodando los ojos levemente irritado.
—O demasiado idiota diría yo... —susurró Yugyeom ganándose un pequeño golpe por parte de Jungkook, el contrario rio—. ¿Qué? ¿No me digas qué comienzas a sentirte culpable?
Jungkook bufó. —Por Dios. ¿Cómo me sentiría culpable a estas alturas? No es mi culpa, Taehyung es un pasivo excelente, pero por el otro lado... No me satisface.
— ¿Cuánto tiempo llevas sin meterla? —preguntó curioso el menor.
—No lo sé... Tres meses, ¿Quizá? —Yugyeom soltó una risotada.
— ¡Tienes al pobre Taehyung en abstinencia! —Se burló el menor contagiando a Jungkook con su risa.
—Te lo dije, es demasiado inocente. —Jungkook rodó los ojos.
Se rieron unos cuantos minutos más del pobre Taehyung hasta que la voz de la consciencia comenzó a molestar demasiado Jungkook, sabía que no estaba bien hablar de aquella manera acerca de su pequeño novio con su amante, pero no podía evitarlo, Taehyung había pasado a un segundo plano en su vida, y a medida de que pasaba el tiempo se daba cuenta de que era reemplazable, y de que ese amor que se profesaban hace tres años cada vez era menos. Aun así, era demasiado egoísta, y no podía dejar a Taehyung para alguien más.
. . .
Taehyung mordía su labio inferior con fuerza, en todo el tiempo que tenía de novio con Jungkook y a pesar de su actitud arisca y distante, nunca consideró que el menor pudiese estarlo engañando, sin embargo, ahora la advertencia estaba allí tan clara que le asustaba. Aún sostenía el teléfono en su mano, las últimas palabras de la madre de Jungkook dando vueltas en su cabeza.
"¿Jungkook? No lo he visto desde esta mañana, cariño, me dijo que estaría contigo".
Taehyung no quiso decirle a su querida suegra que Jungkook le había dicho que estaría con ella, la sorpresa no lo dejó y solo cortó la llamada sintiendo su estómago revolverse ante el mal presentimiento, no quería pensar mal de Jungkook, no podía hacerlo, nunca lo había hecho y mucho menos lo haría ahora.
Envió un mensaje a Mingyu con un corto saludo y una corta pregunta, esperó unos cuantos minutos con un poco de impaciencia, estaba preocupado. ¿Y si algo le había pasado a Jungkook?
La respuesta de Mingyu tampoco ayudó.
"Hola hyung, Jungkook no está con nosotros, dijo que estaría contigo."
Casi pudo reír ante lo absurdo que era aquello, sin embargo, una leve molestia comenzó a formarse en su ser, no quería sacar conclusiones, le preguntaría al mismo Jungkook, él no podría mentirle, no haría teorías, le preguntaría a su novio directamente y ya.
Para: Jungkookie. <3
Amor ¿Dónde estás? Es importante, necesito darte algo.
Sí quería que Jungkook respondiera debería decirle algo que lo obligara a responder, sin embargo, en cuánto la respuesta llegó no se sintió aliviado, al contrario, no pudo contener la risa que brotó de su garganta, sintiéndose totalmente idiota.
De: Jungkookie. <3
Estoy con mi mamá amor, te lo dije esta mañana, pero ya voy a casa. ¿Qué quieres darme?
Dejó el celular sobre la mesilla y se dio la vuelta para vestirse, iría a esa cita con Yoongi e ignoraría ese asunto por ahora, no sabía la razón pero claramente Jungkook le había mentido, y probablemente no era la primera vez.
Yoongi pasó a recogerlo y fueron a comer helados, en todo el trayecto el mayor no permitió que su sonrisa se apagara, notando que había un brillo un poco extraño en sus fanales, lucía un poco triste así que se esforzó por hacer que el pelirrojo olvidara todas aquellas cosas malas pudiesen estarlo atormentando. Había comprado todo lo que Taehyung quería y su recompensa había sido verlo comer tan alegre, riendo de la manera hermosa que solo él sabía, sintiéndose totalmente en confianza con él aún sin notarlo.
—Taehyung... —llamó el mayor captando la atención de Taehyung — ¿Sabes lo que significa etéreo?
El pelirrojo ladeó la cabeza negando con una mueca de confusión que le causó demasiada ternura al mayor. —Es algo delicado y maravilloso... Cómo tú.
El menor se sonrojó, sintiendo la necesidad de desviar la mirada, más no lo hizo, sintiendo la necesidad de seguir viendo el brillo en los ojos del contrario, Yoongi lo miraba con auténtica fascinación, y estaba seguro de que ni siquiera Jungkook lo había visto alguna vez de aquella manera.
Yoongi observó que el menor no respondería así que volvió a hablar. — ¿Recuerdas el día que estaba lloviendo y te lleve a tu casa? —Taehyung asintió en respuesta—. Un día antes me había rendido respecto a ti, decidí que no me metería entre Jungkook y tú, que me alejaría e ignoraría todos los sentimientos que tengo por ti. Pero cuando te vi ese día, caminando bajo la lluvia tiritando de frío, esa voz en mi cabeza me dijo que debía hacerte feliz, que debía hacerlo yo y no debía dejar que nadie más lo hiciera, que debía darte todo lo que necesitarás, que no debía dejar que lloraras más en los oscuros pasillos del instituto, que no debía dejar que Jungkook te volviera a lastimar, y por último, que no debía dejar que volvieras a caminar sólo bajo la lluvia. Y aquí estoy, luego de tres años de seguirte desde las sombras, frente a ti, diciéndote lo que siento y totalmente dispuesto a luchar por ti, porque lo mereces, Taehyung. Mereces alguien que luche por ti, no mereces ser la segunda opción de nadie, tú eres una prioridad, eres mi prioridad, y ahora que he conseguido que me mires de esa manera, te prometo que no te dejaré ir jamás.
Taehyung estaba reteniendo el aire, las palabras de Yoongi se metían en lo más profundo de su corazón, como si estuviese diciendo "Hola, soy Min Yoongi y vine para quedarme". Todo el tiempo había notado las miradas del mayor sobre él junto a sonrisas tímidas que le regalaba. El último postre de la cafetería, el último libro de ciencias, como lo cubría de los balones en educación física, su presencia en el instituto alejado de él pero sin moverse hasta qué él se fuera, como dejaba caer "disimuladamente" dinero cuando se quejaba de que había olvidado su cartera y diciendo que lo tomara cuando intentaba devolvérselo o cuando impedía que cualquiera entrara al baño cuando él estaba llorando en el interior por alguna de las estupideces de Jungkook.
Se preguntó cómo no se había dado cuenta antes de las indirectas del mayor, quizá si era demasiado idiota como Jungkook le decía, quería golpearse en ese instante, sin embargo, seguía pasmado.
No podía hablar, no conseguía las palabras, nunca nadie le había hablado de aquella forma tan directa y sincera, podía ver la seguridad en los ojos del contrario y aquella seguridad le hizo temblar, porque se dio cuenta que había estado tan ocupado en no pensar en el daño que Jungkook le hacía, que no había sido capaz de notar que había alguien allí afuera que lo veía como si fuera todo.
—Hyung, n-no... No sabía... T-Tú, yo... —Las palabras se atascaron en su garganta y Yoongi solo sonrió tomando su mano por encima de la mesa preparándose para la confesión que iba a hacer.
—Yo pinché las ruedas del auto de Jungkook cuando trató de irse sin ti de la fiesta de Jackson con Yugyeom... —Yoongi no lucía apenado, sin embargo habló bajito, Taehyung rio recordando ese día, pero el último nombre llamó su atención.
—Espera, dijiste... ¿Yugyeom? —Yoongi asintió, dándose un golpe mental— ¿Quién es?
—Él... Bueno, pues, él es un... Amigo de Jungkook. —Taehyung no creyó nada.
—Pero, Jungkook odia a Yugyeom. —Yoongi se mostró desconcertado y tuvo una batalla mental pensando en si hablar o no.
—Bueno... No sé si yo sea la persona indicada para decirte esto, no es estoy seguro, pero... Hay rumores que dicen que Jungkook mantiene una relación con Yugyeom. —Yoongi no quiso ver la expresión de Taehyung, él esperó que Taehyung ya supiera de los rumores, pero al parecer el chico si era bastante ingenuo.
Taehyung sintió como si un balde de agua fría cayera sobre su cuerpo y recordó las palabras de Seokjin una vez, advirtiéndole aquello, más negándose a desconfiar de su amado novio.
Flashback.
— ¡Te lo digo en serio, Taehyung! Vi a Jungkook salir ayer de la casa de Yugyeom justo a las 7. —Seokjin hablaba con seguridad haciendo que Taehyung se molestara cada vez más por las acusaciones de su amigo hacía su novio.
—Y ya te dije que eso no es posible porque una hora antes me había dicho que estaba con Mingyu. —Taehyung rodó los ojos levemente fastidiado.
—Eso es imposible, yo estaba con Mingyu, y Jungkook no estaba con nosotros. —Taehyung estuvo a punto de creerle, pero se negó.
— ¿Acaso quieres separarme de Jungkook, hyung? Eso es ridículo. —Y fue así como su relación con Seokjin acabó.
Y claro, después Jungkook terminó de arruinar la situación diciéndole. "Eso es totalmente mentira. No quiero que hables más con Seokjin hyung, solo está inventando cosas, no sé qué le pasa."
Y él cómo buen novio, le hizo caso e ignoró el tema pese a su mal presentimiento.
Fin del flashback.
Yoongi observó como los ojos de Taehyung se cristalizaban y entró en pánico, como si estuviese viendo a un bebé a punto de romper a llorar, no quería que Taehyung llorara, odiaba verlo llorar, por eso cuando una tras otra las lágrimas se deslizaron por sus mejillas no supo qué hacer, y sólo se inclinó para acercarse al menor y alzar su mentón juntando sus labios con los propios.
Taehyung se sorprendió demasiado, sin embargo, no se separó, los labios del mayor se sintieron demasiado bien sobre los suyos, se movían con parsimonia en un suave vaivén y encajaban a la perfección, sabía a café y pastel de fresas y el cariño impuesto en aquel beso lo estaba adormeciendo. El gesto había hecho que dejara de llorar, la sangre se había acumulado en sus mejillas y no pudo evitar cerrar los ojos cuando Yoongi acarició su mejilla, importándole poco si atraían las miradas de los presentes, en ese momento solo eran ellos, en ese momento solo era Yoongi cumpliendo su sueño.
Su sueño de besar a aquel ángel que sabía a cielo.
Se separaron por falta de aire, los ojos de Taehyung brillaban como nunca y Yoongi sonreía totalmente complacido, fue en aquel momento que Taehyung se sintió completo, como si no hubiese perdido nada, al contrario, había ganado a todo.
No había perdido a Jungkook, Jungkook lo había perdido a él. Y allí estaba Yoongi indicándole que no debía seguir atado a una relación que solo lo lastimaba.
—Eso fue tan... etéreo —habló Taehyung haciendo que Yoongi sonriera, acariciando su mano con suavidad.
—No lo olvides, estoy aquí por ti y para ti, y no permitiré qué llores, nunca más.
Y con aquella promesa muda, Taehyung pudo estar en paz, porque ahora, se sentía amado y especial, ya no se sentía como una opción, no se sentía remplazado.
Porque Yoongi tenía aquella mirada, aquella mirada que le decía que era todo, cuando creía que no era nada.
Y bendita sea la lluvia que lo hizo tiritar de frío aquel día para que Yoongi decidiera que no lo dejaría caminar de nuevo solo bajo la lluvia.
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