—Hyung— llamó Jisung.

—¿Si?— preguntó el mayor bajando su teléfono para verlo.

—¿Alguna vez te han dicho que tienes una belleza etérea?— Minho -quién se encontraba acostado en su cama junto a Jisung- no pareció entender.

—Sabes que no soy muy bueno con las "palabras de inteligentes", así que dime: ¿A qué te refieres con etérea?

—Pues... Una belleza pura, fascinante, extraordinaria, sublime, que hace parecer que caíste del cielo y fuiste creado por los ángeles. No —se corrigió.— que eres un ángel, uno muy perfecto. Y que cada vez que te veo me quedo más impresionado de lo hermoso que eres. —Los ojos de Jisung parecían brillar, se había emocionado mucho tratando de explicar lo que belleza etérea significa.

Minho río y se acercó más a él.

—Me halagas, de verás muchas gracias. Sabes... Tal vez no use palabras elegantes como tú, pero ahora me toca decirte lo lindo que eres. Ponte cómodo, quizá no acabe jamás — Minho se acostó sobre Han - quién estaba súper sonrojado- y recostó su cabeza al lado del rostro de Jisung para así poder apreciarlo mejor.

—¿Por dónde debería empezar?

—No es necesario...- —Jisung no terminó de hablar pues sintió unos labios sobre sus mejillas.

—Ya sé, iniciaré por esas adorables mejillas.