Desde el principio supe que no era buena idea que me fijase en él, pero lo hice. No pude evitarlo. Tenía un aura misteriosa que me atraía. Tal vez era por su mirada penetrante que siempre lograba cautivarme. O tal vez porque me gustaba su manera de ser, tan vibrante y única. Nunca llegué a planteármelo. Lo único que sé es que a su alrededor me sentía como una polilla que siempre estaba en busca de luz. Su luz. Jamás pensé que eso mismo sería el desencadenante de todo lo que vendría después. Pero la vida es bastante impredecible y caprichosa, y te la juega en el momento en el que menos te lo esperas. A mí me la jugó en cuanto apareció él en escena. Sin embargo, no lo vi hasta que el daño ya estaba más que hecho. Y para entonces ya habían pasado varios años, demasiados.

Casi una vida entera. La mía.

Años enteros que jamás podría recuperar. Lágrimas derramadas que podría haberme ahorrado. Un sufrimiento que no merecía.

Y aun cuando me di cuenta de que todo aquello estaba mal, seguí a su lado.

Podrá sonar estúpido, pero él y nuestros hijos eran lo único que me quedaba. Mis padres habían muerto mucho tiempo atrás y hacía años que no hablaba con mis hermanos. Por su culpa. Porque ellos intentaron avisarme de la clase de persona que era él. No les hice caso. Para mí era inconcebible. ¿Cómo podían creer que mi amado se había casado conmigo por interés? Me negaba a aceptarlo. Tenía una venda en los ojos que no quería, ni podía, quitarme. Así que supongo que ellos se cansaron de insistir y simplemente dejaron que continuase confiando en él. Dejaron de incluirnos en los planes familiares y llegamos al punto de actuar como si fuésemos unos completos desconocidos. Y antes éramos inseparables. Uña y carne.

Creo que por eso me dolió el doble cuando descubrí que ellos siempre habían tenido razón. Pero tenía miedo de ver la decepción en sus miradas. Así que hice lo que mejor se me daba hacer: fingí que todo estaba bien cuando la verdad era muy distinta. Me dolía mucho saber que había sido una tonta durante gran parte de mi vida y que me había alejado de mis hermanos por culpa de un hombre que solo había estado utilizándome. Pero más me dolía saber que yo me había enamorado perdidamente de aquel chico de mirada misteriosa y que él no sentía ni un gramo de todo el afecto que yo sentía hacia él.

O tal vez hubo una época en la que sí que llegó a sentirlo.

Hacía tiempo que no estaba tan segura de ello.

Pero a veces me gustaba pensar que sí.

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Futuro proyecto en el que se basa este relato:

Secretos oscuros