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O1 ― something.

el arte del "intentar" era simplemente confuso. siempre luchando, siempre viendo que podía hacer para mejorar las cosas. muchas personas en el mundo se dedicaban a hacer sufrir a otras, aparentemente eso les causaba placer. jude no entendía eso. no era justo para nadie. nadie merecía sufrir, incluso si habían hecho algo malo. tal vez era enfermizo, pero jude no era capaz de culpar a alguien por nada. no podía evitarlo, simplemente buscaba algún tipo de justificación y con eso se solucionaba todo. pero cuando hablábamos de traumas y miedo y cicatrices, jude tenía la culpa, porque para él, jude era el culpable de todo. no era capaz de ver que habían cosas que simplemente el destino se había encargado de dejarlas tal cual estaban, que no era culpa de nadie, solo sucedían. pero algo era cierto y es que el mundo tenía que dejar de ser tan cruel. jude sabia que lo estaba intentando, que lo había estado intentando hace meses, pero sinceramente no había un por que de su comportamiento, de su aislamiento y de todas las cosas insanas que hacia siempre. él solo quería estar en paz, quería ser libre, quería sonreír sin tener que taparse la boca y reírse todo lo que quisiera y tener amigos y sentir el petricor inundando sus fosas nasales. ¿acaso no se lo merecía? 

dejó sus estupideces de lado cuando escucho unos golpes en su puerta. 

―¿qué? ―pregunto con voz seca. la puerta de su habitación se abrió lentamente, dejando ver a julia detrás de este. el chico frunció el ceño. no le dijo que podía pasar. 

―hola jude. umh, harold te esta buscando. ―le dijo la rubia. 

el castaño lo miro, con una clara advertencia que decía "matate". pero obviamente no le diría eso. julia había sido muy amable con él desde que lo habían adoptado, y ella no tenia la culpa del humor de jude. 

―ya voy. ―dijo, desviando la mirada, pero no se movió de su cama. 

la mujer asintió y se fue, cerrando la puerta. jude agradeció eso. 

soltó un suspiro. ¿para que mierda lo querían ahora? 

cerró los ojos con frustración. se levanto de su cama, dejando su libro de lado y salió de la habitación, dando un portazo. bajó las escaleras sin ninguna pizca de emoción y se dirigió al patio, donde estaba harold. 

pero se detuvo al ver una cabellera rubia brillante. ¿quién mierda era? 

―jude. ―lo llamó harold. ―te estuve buscando. 

el nombrado asintió con expresión neutral. 

―estoy ocupado. ―le avisó. ―¿qué pasa? 

―¿recuerdas que te hable de los ragnarsson? 

―aja. ―asintió. 

―él es willem, tal vez lo conozcas. 

oh, por supuesto que lo conocía. willem. 

el idiota que todos los maestros adoraban. 

el idiota que se creía mejor que todos. 

el idiota que tenía un grupo de idiotas haciendo idioteces. 

―si. ―respondió simplemente. 

―estará viviendo en casa por unos días. solo una semana, para que sepas. ―le aviso el mayor. 

¿qué? 

―¿qué? ―pregunto jude con confusión. 

no. de ninguna manera. 

no le gustaba tener que convivir con la gente, a penas y podía fingir una mueca cuando estaba con harold y julia, y ahora querían que viviera con un idiota que se creía el ángel del cielo. ¿en serio? 

willem le sonrió amablemente, pero jude sacó la mirada rápidamente. 

―será solo una semana jude, no te preocupes. 

el oji-miel soltó una suspiro cansado. 

harold se fue adentro de la casa, con la excusa de que tenia que ir a buscar algo, dejando a jude y a willem solos. el castaño miro al contrario con cierto disgusto, un poco de confusión y, en el fondo, algo de pánico. 

hace años que no convivía con alguien de su edad tan de cerca, normalmente, en la escuela, solo sentía las miradas de los otros niños en el, escuchaba susurros y murmullos que siempre se trataban sobre el. para los demás, jude seguía siendo el niño nuevo. 

pero aparte de eso, no había hablado con nadie que no fuera un maestro. la ultima vez que había interactuado con chicos de su edad fue en el monasterio, a los cinco-seis años. ahora, con diecisiete, dirán que era un cobarde, y lo era. 

pero tenía miedo. mucho miedo. 

contuvo su respiración todo el tiempo que pudo, mientras sentía la mirada del rubio en él. estaba incomodo. 

―¿qué? ―preguntó con brusquedad. 

―nada, lo siento. ―dijo el mas alto, desviando la mirada. 

"lo siento". odiaba esa palabra. 

odiaba todo. en ese momento odiaba todo. 

odiaba que todos en la escuela se le quedaran viendo como si hubiera algo mal en él. 

odiaba que harold y julia fueran tan amables con él. 

odiaba que hablaran de él a sus espaldas. 

odiaba que se burlaran por ser más bajo que los de su clase. 

en resumen, odiaba todo lo que tenia que ver con la gente. 

él era solitario, y si harold había traído a willem cerebrito ragnarsson para que aprendiera a convivir, no lo iba a lograr. si era necesario se escondería en su habitación toda esa semana hasta que el rubio se fuera y lo dejará en paz. 

tomó sus audífonos de casco (los cuales tenia en su cuello) y se los puso, ignorando todo a su alrededor. la canción "lovely" de billie eillish se reprodujo y por un momento creyó que se pondría a llorar. 

se sentó en el suelo y apoyo su espalda en la pared de la casa. de reojo noto como el rubio hacia lo mismo. 

este sería un largo día. 

(...)

―¿explícame por que estas quedándote en la casa de harold stein? ―le pregunto jb a su amigo. escucho un suspiró por parte del contrario. 

―no lo se, pero será una semana larga. ―respondió el rubio mientras se sentaba en la cama. ―fue idea de papá, no quiere que este aquí cuando hemming tenga que ser operado. 

―hablando de eso, ¿él ha estado bien? 

los ojos azulinos de willem se dirigieron a una foto de él y su hermano mayor. sonrió con nostalgia. 

―él dice que esta bien, que no me preocupe pero.. no se, no se ve bien. 

―¿en que sentido? ―pregunto el pelinegro. 

―se ve más débil, no se levanta de la cama, no come. solo cuando mamá lo obliga. 

hubo un pequeño silencio. mientras seguían hablando de temas triviales, willem se había dirigido a la cocina. el hambre le ganaba. 

el rubio abrió el refrigerador, pero al no ver nada hizo un pequeño puchero. 

―vaya mierda. ―murmuro el rubio. 

―¿que pasa? 

―no hay nada para comer. ―dijo, cerro la puerta del refrigerador. casi se tropieza con sus propios pies cuando vio a jude detrás de esta. ―¡mierda! ―se echo un par de pasos hacia atrás. 

―vocabulario. ―se burlo el castaño en voz baja mientras abría un gabinete y sacaba un paquete de galletas de chocolate. 

willem vio con atención los movimientos del mas bajo. casi se le había olvidado que estaba en llamada con jb. jude se sentó en una de las sillas de la mesada, aun estaba con los audífonos en tu cuello. 

el oji-miel volteo a ver al rubio. lo examino de arriba a abajo. no tenia ganas de hablar con él, pero no soportaba la incomodidad. 

―¿te vas a sentar o que? 

el contrario parpadeo repetidas veces antes de sentarse al lado del más bajo. saco una galleta con lentitud y se la llevo a la boca. 

willem tenia pensamientos intrusivos en su cabeza. quería hablar con jude, pero el chico era muy difícil de leer y no seria nada fácil interactuar con el. 

vaya mierda, si que seria una semana larga. 

jude lo miró de reojo, noto como el rubio quería hablar pero no decía nada. 

―no. ―dijo. 

―¿no que? ―willem frunció el ceño. 

―no te esfuerces, rubio. ―le dijo, se levanto de la silla y lo miró. ―se que harold invento todo esto para que conviva con gente de mi edad, lo conozco, pero esta equivocado. no somos amigos y no quiero serlo ¿si? apártate de mi camino y yo me apartare del tuyo. 

―no se de que estas hablando jude pero no tengo intenciones de ser amigo de alguien como tu. ―el rubio también se levanto de la silla. 

―¿como yo? 

―si. 

el castaño se acerco a él, dejando una corta distancia entre ellos. 

―no te metas en mi vida y yo no me meteré en la tuya ¿vale? ―el chico se fue, dejando a willem con la palabra en la boca.


(...)

el rubio llego a su habitación, en la cual se quedaría, y apoyo la cabeza en la pared, cerrando los ojos. 

―vaya. 

frunció el ceño. ―¿jb? ¿sigues ahí? 

―por supuesto que si, te olvidaste de colgar. ¿ese es..? 

―¿jude? si.

se acostó en la cama con cansancio. ―¿ese es el tímido hijo de harold? 

―aja. es un idiota integral. ―respondió el rubio. 

―¿es lindo? 

willem soltó una risa. ―aparte de chusma, eres un interesado ¿ lo sabias? 

―o sea que es más que solo lindo eh. ―lo molestó el chico desde la otra linea. 

―no lo se. ni me he fijado. ―contesto, claramente mintiendo y mirando la puerta cerrada de su habitación. 























MATT'S NOTE: 

probablemente mañana no actualice ya que tengo que volver a clases

me suicidio, dea 

lo bueno es que estos días no hemos echo nada, solo en matemáticas, y bue

el martes tengo prueba de música, alto miedo

recen por mi xfa 

enfin, ojala les guste el cap

nos vemos, besitoss

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Tags: #alittlelife