―te diré lo que es raro, la invisibilidad esta en todas partes. es decir, la gente se centra en lo que puede ver, como la materia y los seres vivos, pero también esta en todo lo que no podemos ver, como el sonido y el aire. son cosas que se nos escapan porque no están a la vista. como dije, lo invisible nos rodea, aún en los lugares más comunes. estos supuestos coexisten, lado a lado; lo que vemos, y lo que no vemos, y el patrón siempre se repite una y otra vez. esos objetos brillantes que siempre llaman la atención, al mismo tiempo, hay objetos que tenemos en frente y no los vemos, así son las cosas. no podemos cambiarlo, sin importar cuanto lo queramos, al menos así lo pienso yo.

―jude st francis―

la música era todo lo que jude necesitaba para entrar en su propia orbita y olvidarse del mundo por al menos unas horas. vivir en el monasterio no era algo que le gustara mucho, la verdad, pero lo podía soportar, aprendió a soportar. e incluso si había aprendido a sobrevivir en un lugar así, la subjetividad de la vida, muchas veces, no lo dejaba dormir tranquilo por las noches. los días en aquel lugar eran largos y duros, jude llego al punto de tal vez no poder o no querer soportarlo. sin embargo, ahí estaba, aguantando.

recuerda que sus padres biológicos lo abandonaron afuera del monasterio. si lo habían dejado ahí, era porque conocían el lugar y a las personas que lo evadían ¿cierto? pero eso no quería decir que fuera algo bueno. también recuerda que, una de las monjas del lugar le había dicho que, si sus padres lo habían dejado al lado de un basurero, lo habían descartado como un humano y lo auto nombraron como basura, y a pesar de que jude intenta consolarse con el pensamiento de que estaba al lado y no adentro, las palabras de la monja le retumban siempre y lo carcomen vivo.

ese lugar lo convirtió en alguien repulsivo, sarcástico tal vez y serio, muy serio. odiaba eso pero ¿qué podía hacer? 

después de que harold y julia lo adoptaran, su vida parecía no ser tan mala. si, seguía siendo serio y toda la cosa, y sus esperanzas de ser feliz se habían esfumado, pero tal vez solo necesitaba alguien que le devolviera el brillo en sus ojos, un brillo que jude no sabia si alguna vez había existido.

Andrew Garfield as Jude St Francis

Rudy Pankow as Willem Ragnarsson

Felix Mallard as JB Marion

Jonathan Davis as Malcolm Irvine

MATT'S NOTE: 

SON LAS TRES DE LA JODIDA MAÑANAAA

so buenas...¿madrugadas? 

probablemente me reten por estar despierta tan tarde pero bue 

esta historia me hará llorar, lo juro

enfin

nos vemos, besitoss