Rex II
Desde ese día, ese horrible día en el que todo su mundo se vino abajo, en el que con mucha ironía, su hermana, su flor se había marchitado; Rex no había vuelto a ser el mismo. Fue muy tarde para su hermana. Esta vez no quería llegar tarde, no podía tardarse de nuevo.
Russell debía estar bien. No soportaría perderlo de nuevo, aunque no lo había perdido antes a él. Daría su vida a cambio si era necesario. Él era el único que había demostrado que no importaba si lo mataban, era fiel incluso a una chiquilla que apenas si conocía. Que no le debía nada, que solo pagó por ella por que sentía que era lo correcto. El único retazo de humanidad en esa ciudad de mierda.
Rex lo había observado desde mucho antes a su encuentro formal. Siempre honesto, regresando incluso dinero que se le caía a los transeúntes que groseros y déspotas lo despachaban después de su buena acción sin siquiera un "gracias" cuando a él mismo le hacía tanta falta. El chiquillo con una sonrisa se iba tranquilo de consciencia envuelto en la felicidad que solo da la inocencia.
Russell ayudaba en casa, trataba de trabajar; siempre estaba alegre, incluso con los morados que él le había causado, incluso los días que no comía o los días que la esposa de don Benito lo maltrataba, aún después de la muerte de su abuela. En eso se parecía mucho a su hermana, siempre tenía una sonrisa a pesar de dolor y la enfermedad.
Russ ayudaba a los desvalidos, siendo él mismo uno de esos. Un desvalido del alma. Un pobre miserable que después de perder a su hermana, y que los que ayudó le dieran la espalda; pensaba que no había ninguna persona que realmente valiera la pena.
En aquella ocasión, justo cuando el tratamiento de su hermana estaba en la etapa decisiva, un ricachón lo había denunciado. Los policías habían ido por él.. No eran capaces de acabar con la inseguridad de la ciudad pero si se tocaba un pelo de los poderosos, era otra historia. De nuevo no solo los vecinos no lo ayudaron y ni siquiera abogaron por él, si no que lo escupieron, le aventaban basura y le gritaban para quedar en bien con el hombre de dinero que fue a presenciar el arresto. Un hombre que finalmente ni siquiera los conocía ni les haría ningún favor. La gente era horrible.
Su madre no hizo nada... pero esa vez, no sabía si era por el forcejeo o alguna visión pero a lo lejos, en vez de la dura mirada de aquella mujer que los crió; encontró dos luceros brillantes nadando en tristeza. Quizá había visto que aunque no era correcto, estaba ayudando o quizá estaba arrepentida por haberlo mantenido a su lado todos esos años.
Una vez más logró salir unos días después. Fue con el doctor rápidamente para saber qué hacía falta pero no lo encontró. Corrió a casa y se encontró con una escena terrible.
Su madre lloraba, un llanto que le desgarraba el alma. Se acercó un poco más para encontrar al doctor que había ido a buscar inclinado sobre Fem. ¿Por qué había ido sin él? El hombre de bata se incorporó y se quitó el aparato que decoraba sus orejas y cuello. Algunas manchas de sangre daban una tétrica decoración a su atuendo.
Unos segundos transcurrieron sin que el pelirrojo se animase a hablar.
-¿Que pasó?- pero su mirada no estaba dirigida al doctor, si no a su madre. Esta no contestaba -¡¿que rayos pasó?!
-Empezó a toser, mucha sangre le salía por la nariz...- contestó el doctor- tu madre fue por mi y me trajo- la fiebre era muy alta y empezó a convulsionar. Cuando llegué había parado.
Rex no entendía
>>... Al parecer, las convulsiones hicieron que se golpeara la cabeza con demasiada fuerza y se cortara la lengua. Le intenté bajar la fiebre pero...Lo siento hijo- El doctor posó una mano sobre el hombro de Rex. Éste salió disparado hacia su hermana. El horror lo detuvo un segundo, pero aún así se acercó, la acunó en sus brazos y la meció.
-Hijo... yo... ya basta por favor.- suplicaba entre sollozos y miedo aquella mujer- está muerta.
***
-¡Hey Rex! ¿me estás escuchando?- La voz de Ana lo trajo a la realidad.
Cierto. Gracias a Russ, ahora había conocido a más personas que valían la pena. Ana era una de ellas y ahora, cierto rubio regordete, muy valiente y cabezota que estaba dispuesto a arriesgar mucho por su amigo a pesar de tenerlo todo en casa "No sé de donde has sacado a estos amigos Russ pero tengo que admitir que eres especial".
>>Entonces, Rex, Oker, Coloso y yo; iremos por el alcantarillado. Gumpha y ustedes dos se encargarán de mantener a raya a los Dragons. Martín cuidará de mi padre y el abuelo de Russ mientras los demás mantienen ocupada a Martha y sin sospechas al señor Maxon ¿ok?
-Ya oyeron a la jefa
El pelirrojo, Ana, Oker y la máquina partieron rumbo a la bifurcación de la avenida ya con todo preparado. Coloso levantó la tapa de la cloaca una vez más y empezaron a bajar de uno en uno por la cuerda anudada que habían preparado. La oscuridad los recibió en sus negras fauces, envolviéndolos en la intriga de su futuro.
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Holis! Este es un nuevo capitulo, algo corto pero tranquilos, no deberán esperar hasta la próxima semana para el siguiente...;)
En un rato subo el otro ¿por qué? Por que los quiero mil y son mis peques consentidotes XD jajaja
No se olviden de comentar, votar y compartir... me ayudarían mucho... besos, maw!
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