Russ estaba petrificado, no quería voltear pero sabía que era mejor ver lo que pasaba a su alrededor y así, estar preparado para actuar ¿actuar? ¿tendría que hacer algo? Erah siendo su amiga no le haría daño ¿cierto? Pero todos esos niños que la ayudaron antes de él...

-¿Russ?... -el chico se giró sobre sus talones - Estás pálido ¿te encuentras bien?

-S-si...- tartamudeo un poco de los nervios.

Erah con mirada felina y la cabeza un poco ladeada comenzó a avanzar hacia su aprendiz con pasos lentos y sigilosos. Su bata de dormir de satén negro, la envolvía  y se bamboleaba junto con sus largas piernas. Russ estaba paralizado, se había quedado en blanco y no pudo si no tratar de respirar. 

-¿Has visto que es eso?- indicó Erah con su dedo mientras avanzaba. El joven tardó en responder - Russ... ¡Dime ya!

-No...- Últimamente se le estaba haciendo más fácil mentirle

-Mientes..- pero al parecer no por fácil, le salía más creíble.

-Yo, no... -La mujer puso una mano frente a ella para detener lo que el pelinegro diría.

-Estoy muy decepcionada de ti Russell... Vertí todo mi amor en tí. Te fui a buscar para cobijarte cuando nadie te amaba, para cuidarte cuando a nadie le importaste, para alimentarte y darte un propósito cuando en tu miserable entorno jamás tendrías una oportunidad de hacer nada. ¿Y así me lo agradeces, mintiendo y espiando?

-Yo no hice eso..

-Basta. ¡Luche por ti cuando esos invasores llegaron! ¡Te protegí!

-¡Tu no me protegiste, me engañaste!- El reclamo salió más rápido de lo que Russ pudo procesar y cuando se dio cuenta de lo que había dicho, ya era tarde.

-Viste todo ¿no es así? -Erah ya estaba a menos de un metro de él. Russell no sabía que hacer por lo que no contesto, lo que no sabía es que precisamente eso lo delataría. 

Erah en ese instante gritó con furia y trató de abalanzarse a él pero Russ fue más rápido y puso una mano sobre la espiga del pedestal haciendo que la mujer se parara en seco.

>>Deja- eso...--Emitió casi en un susurro como si temiera que su voz pudiera hacer que el joven hiciera alguna locura. - Russ... sabes lo que me pasaría si le haces algo.

-Tu has destruido muchas espigas Erah...- El tono normalmente amigable del pelinegro era duro - ¡Las trituraste, las pusiste en conserva y las comes! ¡Te comes a las personas!

-No Russ, no es así

-¡No mientas! Yo te vi

-No me como las personas, solo... 

-Solo sus almas ¿no?

-Mira - la mujer se paso la mano por la cara y en su tono se reflejaba el fastidio- Yo solo les di lo que querían ¿bien? Obviamente no iba a ser eterno, ellos consiguen su sueño, yo me alimento, todos ganan.

Russell no pudo si no hacer una mueca de asco.

-Pero ninguno sabía tus verdaderas intenciones y ninguno estuvo de acuerdo tu... simplemente lo hiciste.

-¿y que?- el descaro en sus gestos y su voz se veían ante Russ tan impropios de ella y sin embargo le salía tan natural que no pudo si no entender que esa la verdadera Erah.

- ¿A que costo haces realidad sus sueños? ¿alguna vez te interesó siquiera eso?- las lágrimas del chico estaban por salir

-Yo no lo pedí tampoco, no no quería estar aquí y sin embargo aquí estamos. Vivía tranquilamente en mi montaña, rodeada de poblados a los cuales engañar, azotar con mis plagas o curar, me veneraban, ¡me tenían como a una diosa! Y luego empezaron a usar las plantas para sanarse ellos mismos... ¡Que miserables malagradecidos! ¿No te das cuenta? Son iguales a ti, les di y solo recibí olvido. Para retomar mi lugar debía hacer algo, no podía dejar que siguieran fabricándose medicinas, se estaban volviendo independientes. 

-Era su vida, podían hacer lo que quisieran con ella, tu no tenías por qué interferir y menos destruir un bosque.

-Bueno, realmente fue más que eso pero ahora lo importante es que no cometas ninguna locura. Ven, hablemos en el comedor, te prepararé chocolate.

¡Chocolate! Eso es lo que vio en la semilla

-¡Has estado usando el chocolate con una de tus pociones para hacerme olvidar!- acusó sin reparos - ¡Quieres que olvide esto también!- cayó en la cuenta.

-La otra opción me agrada menos... y creo que a ti tampoco te gustará - mientras sonreía maliciosa Russ pensaba en lo que podría hacerle y entendió el por qué aquellos niños antes que él, habían desaparecido.

-¿Mataste a los cuidadores que fueron antes de mi cierto?

-Matar es una palabra muy fea Russ querido, digamos que ahora son más cercanos - El joven entendió que las pinturas que si bien aún no estaban ya en su estómago, pronto lo estarían también podrían estar en algún lado los cuidadores del pasado y ¡Uller! El estaba aún atrapado ahí ¡Vivo! y pronto desaparecería su alma también. 

Russ intentó pensar rápido en como podía desbaratar este caos en el que se había metido. En un abrir y cerrar los ojos tomó la espiga con delicadeza y salió corriendo, esquivando en su huída las manos de Erah que intentaban detenerlo. Corrió y saltó los obstáculos que se le fueron cruzando en el camino y al pasar junto a los costales, tomó una medida y la lanzó a la cara de su perseguidora. Ésta se tuvo que detener para sacarse la harina de los ojos mientras el chico se le adelantaba pero no estaba preocupada, después de todo, ese era su mundo, uno que conocía desde hacía siglos y no había manera de que el chico escapara.

Russell corría, con los sentidos al máximo y el corazón a punto de salirse de su pecho, subió las escaleras y se dirigió al ultimo cuarto del largo pasillo, a su parecer no importaba cuan rápido corriera, estaba aún muy lejos. En cuanto cruzó la puerta cerró y la trancó con la mesa y lo poco que había. Se introdujo rápidamente en el único cuadro que le interesaba ver en ese momento.

-¡Uller! ¡Uller!

-Chico.. Volviste... ¿lo has descubierto?

-Si.... Erah...- no podía hablar bien, entre jadeos intentaba explicar sin aliento. -Me descubrió 

-Bien... tengo un plan. Solo necesito salir de aquí

-Creo... que servirá- poniendo frente al hombre la espiga seca que traiga consigo sacándole una sonrisa.

Por su parte, Erah ya se había limpiado, llegó hasta el lugar donde sabía que lo encontraría en unos segundos. Se metió sin fijarse mucho ni demora en el cuadro oscuro para toparse con lo mismo: Una inmensa oscuridad.

-Vamos... Sabes que te encontraré. Este cuadro está por morir, no tiene la fuerza de sostener si quiera la ilusión de una mísera pared para que puedas esconderte. Solo usaré mi poder para hacer luz aquí y se habrá acabado....- Espero unos segundos sin respuesta- Bien.. tú has querido la forma difícil.

Antes de que Erah pudiera hacer otra cosa, una pequeña luz se logró ver a lo lejos. La mujer sorprendida, dio un paso motivada por la intriga que ésto le generaba pero varios puntos de colores iluminaron todo a su alrededor en un momento. Destellos de luz con la oscuridad de fondo, algunos nubarrones de colores que rodeaban algunos puntos aquí y allá, todo irradiaba fuerza, vitalidad y calidez. Algo que dejó sin palabras a Erah: Un mini universo. ¿Cómo era esto posible? Se suponía que ese cuadro estaba por morir, que la consciencia y el alma del dueño de ese sueño se estaba desvaneciendo

Pronto dejó la sorpresa de lado y de un tirón de su mano, desgarro aquella realidad que se desplegaba ante sus ojos, quedando en completa oscuridad. Sin embargo, de nuevo, algo majestuoso se apareció ante su vista: Se encontraba en el fondo del océano. Ballenas, tiburones, medusas y mantarrayas nadaban a su alrededor con imponente elegancia. Pececillos de colores y arrecifes de coral se extendían a lo largo y ancho de lo que le daba la vista. Esto era simplemente increíble y no tenía explicación alguna.

De nuevo intentó desgarrar aquella imagen con un solo movimiento de su mano pero ésta vez, la imagen era más fuerte y le costó lograrlo. Sea lo que fuere se estaba volviendo más fuerte ¡No podía permitirlo! Uso toda su fuerza y de sus manos expulsó un poder abrumador tal, que como si hubiera sido una explosión, arrasó con todo el océano que le rodeaba.

Un segundo después toda la oscuridad comenzó a llenarse de un humo que  a Erah se le hizo muy peculiar, humo blanquecino que a cada momento se hacía más denso. Después, todo a su alrededor fue luz y suavidad pero sobre todo: Frío. Erah sintió una extraña sensación algo que identificaba haber sentido alguna vez pero que no podía o más bien no quería recordar. Dio un paso, hizo el movimiento con las manos que anteriormente había utilizado para destruir las imágenes anteriores, no funcionó. Dio un paso más y se hundió, solo un poco, en una espesa y acolchada alfombra blanca y fría. Un poco húmeda pero agradable a la vista. Por donde quiera que mirara era lo mismo; kilómetros y kilómetros de nieve, adornada por una espesa niebla que a medida en que fue avanzando, dejó de intentar destruirla. 

Se había dado cuenta que lo que fuera que le estaba dando fuerza a ese sueño, ahí dentro era más fuerte que ella misma. Sintió un poco de temor, algo que si bien en algún momento de su vida llegó  a sentir, ya no recordaba cómo ni cuando había sido. Avanzó un poco más y notó como el terreno escarpado pero amortiguado por la nieve, se iba empinando hacia arriba, dificultando la subida. Justo cuando llegaba a la cima, divisó una casa, robusta y solitaria. Imponente pero sencilla, de grandes ventanas y se notaba que en algún punto, aquel lugar se llenaba de vegetación durante el verano.

Un escalofrío la recorrió, la niebla se disipó y se paró justo en la cúspide, volteó y ahí, a lo lejos, muy por debajo del nivel de donde estaba, se encontraba un valle lleno de vida en el que estaba asentado un pueblo por el que se veían pequeñas figuras humanas moviéndose de un lado a otro. Esa escena la dejó impactada. Un torrente de recuerdos tal cual avalancha, se aglomeraban en su mente provocándole un dolor de cabeza insoportable

-Linda vista ¿cierto?

-¡Uller! ¿Pero que rayos

-Uyy ¿acaso olvidaste que tu me pusiste aquí?

-Deberías estar muerto

-Pues... Creo que no es tan fácil matar a un dios ¿no crees?

Erah se convirtió en pantera y se abalanzó sobre el hombre, el cual con sus fuertes brazos se sostuvo de la quijada del animal, luchando con todas sus fuerzas. Aquella bestia vivaz y poderosa arremetía con sacudidas tratando de zafarse e hincarle los dientes y Uller, con el tiempo que llevaba ahí, se había preparado. Toda su fuerza, ahora no tan conectada con su poder, estaba enfocada en destrozar a aquel ser que tanto sufrimiento había causado.

Uller de un empujón, logró hacerle daño en sus fauces y la derribó. El animal salió del aturdimiento antes de que el hombre lograra tocarla y con suma agilidad lo rodeó, de un saltó se encaramó en su espalda hincando sus colmillos sobre la clavícula del guerrero. Emitiendo un gruñido por el dolor que le provocó, rodeó con sus brazos el cuello de la bestia y la jaló hacia el frente derribándola de nuevo cayendo después con el codo de lleno sobre la pantera.

Entre el forcejeo, Uller le hizo una llave al cuello para no dejarla mover.

-¡Ahora Russ!

Russell apareció con la espiga en su mano, aquella que pertenecía a Erah en una mano y una espada resplandeciente en la otra ¡Russ! ¡Eso era! por eso ella no podía destruir las imágenes, por eso cada vez se volvían más fuertes pero ¡eso era imposible! Ella no le había enseñado eso, jamás lo haría; sin embargo ahí estaba.

Descansó la espiga en el suelo y de un tajo, con la espada la cortó en dos causando que Erah soltara un grito de dolor. Uller se alejó un poco de ella mientras se retorcía entre la nieve y gritaba con quejidos, su imagen se transformaba de pantera a mujer una y otra vez. Russ apreciaba como aquella mujer desaparecía por instantes o se distorsionaba, casi como si fuera un espejismo la mujer y la pantera se fueron dividiendo. Uller tomó en ese momento la espada y arremetió contra el felino arrebatándole la vida en medio de un rugir convaleciente.

Erah, desprovista de  aquel poder mayor y cierta inmunidad que le otorgaba el guardián del mundo intermedio se sintió débil, cansada y frustrada. Uller se alejó un paso o dos con semblante frío sin dejar de mirarla.

-Siempre has sido débil para hacer lo que debe hacerse ¿si quiera consideraste matarme cuando te diste cuenta de lo que había hecho con la naturaleza? ¿Lo pensaste cuando notas que te había robado toda la información mágica que poseías y la había usado contra ti? ¿o ni siquiera te dolió el haber sido usado, seducido y embaucado por una simple guardiana? Tu orgullo de dios debió indicarte algo pero ¡bah! siempre has sido peor que un niño. ¡Cobarde!

-No voy a matarte Erah

-¿Lo ves?

-Pero no por cobardía, ni siquiera por amor como la última vez... - La risa irónica de Erah, le revolvió el estómago a Russ pero a Uller solo le provocó tristeza por que sabía, que dentro de aquella mujer había vivido por un tiempo su hijo, que pudo haber cambiado su historia pues tenía potencial para haber ayudado a la humanidad en vez de intentar destruirla. - Lo haré por que necesito restaurar lo que tu has hecho

-Por mucho que lo intentes cariño... Ya es tarde. Si piensas que puedes salvar el mundo humano -dio una sonrisa diabólica- Estás equivocado, ya es muy tarde.

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Chicos!!!!

Este es el último capitulo, el siguiente será el final y la historia de Russ habrá terminado :'(

Peeero, mientras tanto es pero la estén disfrutando y cuéntenme ¿alguien ha notado algo a lo largo de ésta historia? independientemente de la trama central hay un secretito que está oculto en pequeñas pistas en ésta historia ¿lo habrán notado?

Bueeeeno, déjenme sus dudas, comentarios, teorías, etc y no se olviden de votar y compartir si les gustó.. los quiero y les dejo un mega empalagoso abrazo ....maw!