-¡No lo puedo creer! - Exclamó Coloso, jamás habían visto algo tan bello en sus vidas.

Rex, con cautela dio el primer paso seguido por Oker y Ana. El gigante, no estaba tan seguro de avanzar, no quería profanar aquel Edén con su existencia tan horrenda, pero Ana al volver el rostro para asegurarse de no dejar nada atrás, lo vio y fue por él, lo tomo del brazo y lo guió hacia delante, gesto que el grandulón agradeció y así, con un poco de confianza avanzó siguiéndolos.

Justo en ese momento, hubo un pequeño temblor y el túnel por el que habían llegado fue tapado por una avalancha de rocas gigantes. Todos se dieron cuenta en ese momento de que para volver, habría que encontrar alguna salida diferente. Oker trago gordo al pensar que tan solo unos segundos de más y hubieran quedado aplastados o atrapados detrás de las rocas, pues pareciera como si jamás hubiera existido un túnel o una entrada en aquel sitio.

Se internaron en el bosque maravillados, observando todo a su paso... tratando de recordar el camino que llevaban pero no hizo falta pues Ana pudo encontrar un camino que ya estaba marcado con una vereda a la cual se ajustaron y siguieron.

***

-¿Estás bien? Te noto muy callado- Erah, frente a Russ daba la última cucharada de la sopa favorita del chico. Amaba cocinar y comer por ello le gustaba complacer a Russ con sus platillos favoritos casi siempre.

-Si...- comento sin ganas. No podía decirle la verdad y tenía muchas dudas.

¿Sería posible que la pantera a la que se refiriera el hombre fuera Erah?

>>Erah ... ¿Cómo es que puedes convertirte en pantera?

-jajjaaja ¿Es eso lo que te preocupa? Tranquilo... No es algo que tendrás que hacer tú.- El rostro del pelinegro era firme, la mujer supo que seguía esperando una respuesta.

>>Verás Russell, ¿Recuerdas la historia que te conté sobre cómo terminé aquí? - el joven asintió- Pues bien, no solo me habían encerrado a mi, también a la pantera. Era extraño por qué de todos los animales de aquí, era el único depredador, aunque en primera instancia supuse que era para mantener el equilibrio natural, después me dí cuenta de que no se comía a los animales. Se quedaba al pie de cada conejo, ciervo o ave que encontrara muerta y lo custodiaban por algunos días, después de eso el cadáver desaparecía.

>>Un tiempo después, comencé a alimentarla pero rechazaba la comida. No era un animal común Russ, era un espíritu.

- Entonces ¿Cómo es...

-La pantera es un espíritu catalizador, un guardián y guía entre los vivos y los muertos, por ello es que su lugar es Etérea, los mismos seres que me desterraron, la mandaron aquí a ser la custodia de cada ser para su paso entre los mundos pero eso es una condena, la impusieron sin darle elección. Me uní a ese espíritu, por ello es que a pesar de que me aislaron aquí, puedo ir y venir de tu mundo, por sus características mi esencia cambió. Mi naturaleza fue modificada en ese momento, así ella consigue un cuerpo y alimentos; y yo consigo la facultad de salir de aquí para buscar a los cuidadores.

-Ya veo...

Russell siguió comiendo mientras su cabeza trataba de digerir todo aquello. El musse de chocolate se deshacía en su boca, amaba ese sabor, antes de Etérea nunca había probado el chocolate así. Lo máximo que se le asemejaba eran unas galletas con chispas de chocolate que había comido en algún lado del cual no se acordaba ya. Ni siquiera estaba seguro de haberlas comido, todo le parecía tan lejano como una migaja de sueño después de despertar.

Después de comer y lavarse, Russ iba a recoger algunas espigas para una nueva pintura. Salió de la mansión y se dirigió a la fuente para llevar un poco de agua. A pocos metros, se detuvo en seco. ¡Había personas allí! Un grupo variopinto de chicos más o menos de su edad, quienes al verlo se tensaron.

-¿Quiénes son y qué hacen aquí?- inquirió el residente a los recién llegados con el ceño fruncido y voz firme. Ya habían sido muchas cosas por un día.

-Disculpa... Estamos buscando

-!Espera! - Ordenó Ana interrumpiendo a Oker. - No sabemos si él tiene a Russ, puede ser peligroso- indicó sin quitarle la vista de encima al nativo.

-¿Que quieren con Russ? -La pregunta lo había delatado. Ese joven sabía de su amigo.

-Hemos venido por él. ¿Donde está? ¿Por que se lo llevaron?- Rex fue esta vez quien alzó la voz.

-No les diré nada si no me responden quiénes son. Ustedes son los extraños aquí, no yo.

El grupo de amigos entendió que no cooperaría.

-Esto es ridículo - Coloso con rapidez se posicionó detrás del pelinegro y le torció el brazo hacia la espalda mientras con su otra extremidad, envolvía el cuello del joven

-Tu sabes de Russell, ya lo has admitido. Ahora, o nos dices dónde encontrarlo o te parto el brazo. -Le amenazó.

El joven intentaba zafarse pero el dolor y el poco aire que podía respirar, lo debilitaban.

-¡Yo... soy... Russell!- dijo entrecortado. Coloso lo apretó más.

-¡Mientes! Si fueras Russell sabrías quienes somos- Exigió Rex ya bastante harto de la situación. Un dolor agudo se extendía aún más en su cuerpo.

-Yo... - El chico estaba a punto de desmayarse.

-¡Alto!- Ana corrió a ellos antes de que el mundo se volviera solo oscuridad para el pelinegro y detrás de ella, Oker también acudió.

El joven, ahora tendido en el suelo y con los ojos cerrados, respiraba tranquilamente. Ana se arrodilló y lo miró atentamente. Los ojos del chico, antes de cerrarse, le habían llamado la atención, algo en ellos le produjo tal sensación de nostalgia que no pudo evitar dudar.

Pasó su mano por el rostro del joven que lucía apenas unos dos o 3 años años mayor que ella, las facciones, el cabello e incluso los ojos eran de Russell, sin embargo, su amigo era menor que ella, el chico que estaba viendo tenía un cuerpo desarrollado y atlético, con espalda ancha y brazos fuertes ¿cómo podía ser posible? No, no era cierto. Ana trató de encontrarle una explicación lógica pero algo más grande que ella misma e incluso que su sentido común le hicieron girar al chico, levantó un poco la playera que usaba y ahí, en su espalda, encontró la respuesta que buscaba.

Las marcas de aquella vez que puso su vida por defenderla estaban ahí. Las reconocía pues ella misma había ayudado a limpiarlas y cuidarlas para que no se infectaran junto con la abuela de Russ. Sus ojos se aguaron de inmediato, presa de la emoción y la incomprensión de la maravilla que estaba ante sus ojos ¡Lo había encontrado! ¡Era él!

-Es él... ¡Es Russ! - Logró articular. Todos la miraron con una mezcla de sorpresa y confusión. -No se como es posible, pero es él.

Oker la abrazó e intentaron despertar al pelinegro. Con cautela, tomaron un poco de agua de la fuente y lo pusieron bajo la sombra de los árboles mientras. Cuando los ojos de su amigo empezaron a abrirse, intentaron calmarlo.

-Tranquilo Russ... Lo lamento, no sabíamos que eras tu. -El joven se mostraba molesto, le dolía aún el brazo.

>>Pero es que es imposible que lo seas... hace menos de una semana que no te vemos y ahora estás aquí, mucho mayor y... diferente - con esto último Ana se sonrojó.

-Tranquila, yo le explico o se te saldrá el corazón enana. -La morena hizo un mohín y le asestó un leve codazo en la costilla, Rex solo hizo un gesto pero se rió.

Todos estaban sentados o arrodillados a su alrededor y tenían sonrisas amistosas en sus caras ¿acaso eran locos? ¿bipolares? Hacía tan solo unos momentos querían matarlo y lo acusaron de mentiroso ¿que estaba sucediendo? ¿seguiría dentro de alguno de los cuadros malévolos?

-Hey... disculpa por lo de hace rato... no sabía que eras tú.- Se disculpó el mastodonte.

 -Russ - él aludido miró al pelirrojo que lo llamaba- Hemos venido a salvarte, no sé como le hiciste para dar este estirón en unos días pero ya habrá tiempo de explicar. Si quieres puedo ayudarte a caminar ¿sabes si hay alguna otra salida además del túnel? Es que se tapó.

-No se tapó, yo lo sellé. ¿Ustedes vienen del mundo terreno verdad?

La cara de todos se deformó en confusión.

-Si... Al igual que tu...- Oker se extrañó de la actitud de su amigo, pensaba que quizá los recibiera con una sonrisa al verlos, un abrazo o siquiera con emoción en su rostro pero esto, el verlo indiferente hacia ellos, como si... No los conociera, dolía.

-Ese lugar es una amenaza para este mundo, tal como ustedes.- Russell se terminó de levantar pero antes de que pudiera decir otra cosa alguien más los interrumpió.

-Russ, querido... esa no es forma de tratar a los invitados- Erah estaba de pie detrás de ellos. El grupo sorprendido se giró y Russell bajó la cabeza avergonzado. En ese momento no quería poner las cosas más tensas de lo que ya las sentía.

>>Lamento interrumpir pero creo que ha habido una confusión. Hola, mi nombre es Erah y ésto es Etérea - comentó con una sonrisa radiante y los brazos extendidos para realzar lo dicho.

-¡Espera! No estoy entendiendo nada- el pelirrojo retomó la palabra.

-Tranquilos, les explicaré, hay tiempo de sobra. Pero dentro, no me gusta ser una mala anfitriona ¿tienen sed? ¿hambre? Dentro hay comida y bebida... También podrán descansar, deben haber pasado por mucho.

-Lo lamento, pero llevamos varios días lejos de nuestro hogar y debemos volver inmediatamente.- Intervino Ana con la mayor educación que pudo a pesar de tener mil pensamientos contrarios a lo que estaba mostrando en su rostro con una amable sonrisa.

-No tienen por qué preocuparse, en este lugar pueden transcurrir los años y solo serán unos momentos en su mundo - Russ interrumpió con aire lúgubre tomando las mochilas de los chicos - Síganme por favor. 

El pelinegro les marcó el paso, al otro lado estaba aquella mujer misteriosa, dentro de la mente de Ana se arremolinaban un sin fin de pensamientos tratando de darle un sentido lógico a todo eso pero al mismo tiempo sabía que por alguna razón esa mujer ejercía una influencia sobre su amigo, de la misma manera en que ahora los estaba influenciando a seguir a Russell a un destino desconocido y contra de su voluntad.

No tenían opción, "es una manera muy extraña de forzar las cosas" pensó Ana mientras caminaban. Una sonrisa, hospitalidad y un lindo entorno... "Se atraen más moscas con miel que con vinagre" fue una de las pocas cosas que pudo sacar en claro. No la conocía pero estaba estudiando su modus operandi con cada gesto, movimiento o palabra ahí dicha. 

La mansión, como era de esperarse, dejó sin habla incluso a Oker. Entre algarabía recibieron los manjares que Erah les ofrecía. Los jugos, postres y alimentos en la mesa eran exquisitos, además de su fina presentación. Los almohadones y sillas eran sumamente cómodos, tanto que Coloso no tardó en roncar.

-Discúlpelo, es que estamos muy cansados- comentó Rex entre risas.

-Tranquilo... los demás también pueden dormir si desean -comentó mirando a Ana con intención.

-Mejor sería que nos dijera de una vez que está pasando con nuestro amigo. - Russell se mantenía de pie cerca del umbral interior de la mansión.

-Ven aquí Russ y más te vale quitar esa cara, tus amigos te están esperando. -El joven obedeció. - Verán, Russell lleva aquí entre 4 y 5 años... que más o menos en su mundo son 5 días. - Erah procedió a explicarles como funcionaba el tiempo en Etérea y qué era aquel lugar.

>>De entre esas semillas especiales encontré a Russ, estaba en aprietos así que después de haber superado todas las pruebas de su corazón, podía ser el cuidador. Él es muy importante para este mundo, sin él... No sé cuanto tiempo tendría que pasar para encontrar otra alma así de pura y que complete las pruebas. Los sueños de personas durante generaciones dependen de ello. Por esa razón Russell en su nobleza, decidió quedarse a ayudar. No se preocupen, no le ha faltado comida, agua, ropa, diversiones, compañía... No le hace falta nada, está bien cuidado.

-Excepto sus amigos y su abuelo- interrumpió Ana, la perorata de la mujer. -Además, eso no responde el por qué no nos reconoce. Sé que el tiempo ha sido largo aquí, sin embargo, nosotros no hemos cambiado, debería saber quienes somos.

-Lo sé.Son... Mis amigos de aquel mundo 

-Pero... no nos recuerdas ¿cierto?- Inquirió Oker con tristeza

-Claro que los recuerda... diles Russ - Erah posó una mano sobre la cabeza de Russell y le alborotó el cabello. La castaña vio mal la interrupción, la acababa de conocer pero ya le caía en la punta del hígado. Había estado con su amigo por casi 5 años y algo en ella la enfurecía.

-Coloso me quería matar, Rex me engaño, Oker me despreció y Ana me abandonó .

A medida que las palabras del joven salían de su boca, los chicos sentían como eran estrujados sus corazones, sacados de su caja toráxica y pisoteados en el fino mármol. Pero pese a todo, sabían que tenía razón aunque no conociera los motivos detrás de todo.

***************************************************************************************

¡Holis!!! ¿se esperaban un reencuentro así? 

Bueeee... Ya veremos si consiguen hacer entrar en razón a Russs ¿que será lo que le pasa? está muy raro todo esto...

¿Volverá Russell a su casa? chan chan chan!!

Les dejo como siempre un mega empalagoso abrazo con mermelada y no se olviden de comentar, votar y recomendar si les está gustando ;) 

Los quiero.... maw!