36.- Experimentos
Akos Maxon entra por tercera vez en la semana al bar de Perla, quien como siempre, lo atiende como a todo un rey.
Perla ha sido su favorita desde que inició a visitar aquel lugar. Su fina belleza y cabello rubio le hacían recordar a su querida y fallecida esposa. Solo que ésta no entraría en su vida, no se adueñaría de su corazón ni lo destruiría si llegara a faltar, si lo dejara. Jamás volvería a ser tan idiota pero es intuitiva y muy inteligente. Sabe cuando quedarse callada, cuando ser una fiera en la cama y cuando ser toda una fina anfitriona que lo escucha.
Perla lo acompaña con unas copas en la mesa más privada del lugar. Cercada por cortinajes que cuelgan de un dosel, la mesa les da privacidad no solo para platicar cualquier cosa que no quiera que oídos malintencionados escuchen, si no para ponerse... cariñosos si quieren. Y es lo que Akos siempre busca. Perla lo sabe, tampoco está esperando a su príncipe azul, ya no más. El amor no es para ella y ella ya no lo esperará, es una pérdida de tiempo y atención.
La rubia lo atiende, le sirve, lo acaricia y Akos se deja hacer, no es muy conversador a menos que ya esté pasado de copas... En cuyo caso solo dice unas cuantas palabras antes de irse a alguno de los cuartos de arriba, donde se atienden otro tipo de necesidades de los clientes.
Unas horas después, ya la noche está avanzada. Perla se dirige a Lisa para encargarle la atención de los clientes más distinguidos pues Ana ha faltado al trabajo algunos días y no dispone de muchas chicas desde que todo en la ciudad empeoró. Por supuesto que Akos es su prioridad, pero un cliente, siempre será un ingreso para ella y las demás chicas. Ninguno es menospreciado pues cada centavo cuenta para hacer la diferencia entre una persona mendingando y buscando entre la basura a una persona con alimento en su mesa cada día.
Perla y Akos entran en su habitación, cerrando la puerta tras ellos. La rubia no es ajena al encanto del empresario y por supuesto que no es ciega para ver que es bastante guapo. Sin embargo es experta reconociendo el dolor y la maldad en las personas y Akos, es un ser que alberga ambas cosas en partes iguales y en grandes cantidades. Eso la hace estar siempre alerta en sus encuentros.
La anfitriona le ha quitado el saco y entre caricias y besos le suelta la corbata. Akos, sentado en la cama, con la cabeza gacha y el semblante sombrío no dice nada. La rubia intenta estimularlo acariciando su pecho ahora ya expuesto sin la camisa tan endemoniadamente abotonada que tenía. Perla lo recuesta con ternura y gentileza, le saca los pantalones y los zapatos para ser libre ahora de repartir sus besos en toda la piel del hombre. Estando ahora encima de él, lo masajea, le repasa la piel con sus finos y delicados dedos causando escalofríos al tempano de hombre. Revuelve sus cabellos mientras lo besa apasionadamente después se levanta solo un poco, quedando a horcadas de él. Se baja el cierre del diminuto vestido plateado que luce y se suelta el cabello, haciendo caer la cascada de ondulaciones doradas sobre su espalda.
Akos que anteriormente parecía ni siquiera notar su presencia, como si su mente estuviera en otro lugar; abre los ojos como platos mirándola. Los colores del rostro se le esfuman y Perla se inquieta pues su cliente pareciera haber visto un fantasma.
-¡No! ¡Aléjate de mi!
Perla un poco molesta y algo alterada se bajó de la cama de un salto buscando su vestido mientras trataba de razonar con aquel hombre.
-No se preocupe... si no requiere mis servicios hoy, puedo buscar a alguien que..
-¡No! ¡Cállate! ¡Cierra la boca... Cállate!- gritaba frenéticamente el hombre.
-De acuerdo, pero deje de gritar que puede asustar a otros clientes por favor.- Perla ya a medio vestir hablaba con voz firme.
-¡Beth! ¡Mi Beth!...Perdóname - Akos empezó a llorar como un chiquillo, arrodillado la miraba y empezó a gatear hacia ella quien de un brinco intentó zafarse "Genial, Akos perdió la batalla contra el alcohol ésta vez"
No era la primera vez que el hombre le llamaba Beth pero si era la primera vez que se ponía en ese estado.
>>Yo no tuve la culpa... Tu querías dejar todo. Yo tuve... Tu padre, la empresa.. ¡Perdóname!- El empresario, solo en bóxers, estaba aferrado a las piernas de perla y ésta se estaba hartando de la situación. Jamás en todos sus años de trabajar en ese medio le había tocado un espectáculo como ese.
En ese momento Akos no era preso del alcohol, pero si de una consciencia que cada día se abría paso con mayor fuerza conforme el tiempo avanzaba pues la empresa iba en decadencia y los remordimientos de sus acciones pasadas junto con las actuales, estaban sumandose en un peso que ya no podía cargar.
Frente al señor Maxon no se encontraba Perla. De pie, firme y llena de vida, estaba Beth, su mujer que ya hacía más de una década estaba muerta. ¡Estaba muy seguro! Él mismo la había visto morir, él había sido el causante de su muerte, no había duda.
***
13 AÑOS ATRÁS ...
-¡No está bien Akos! - soltó un suspiro tratando de calmarse- Mira... yo sé que tenemos una agenda que cumplir pero entiende cariño que todavía no está listo. Necesito hacer más pruebas en el laboratorio
-¡¿Y no es tu trabajo hacer que lo esté?!
-No... mi trabajo es verificar que cada producto no solo tenga la funcionalidad si no que su química sea completamente segura para los usuarios a corto y largo plazo. La salud de nuestros consumidores debería ser tu prioridad
-Mi prioridad es que compren ¿Por que te sigues negando a probar los cosméticos en humanos? Sabes que hay miles de personas dispuestas a ser ratas de laboratorio por unas cuantas monedas en esta ciudad. Por eso nos instalamos aquí ¿recuerdas?
-No Akos... - Beth que estaba frente al escritorio, se acercó a su marido y posó su mano en la mejilla de incipiente barba - Nos instalamos aquí por que queríamos hacer la diferencia para estas personas, ayudar en algo a la ciudad, crecer junto con ellos... Pero lo que pides no es ético, no puedo amor mío. Lo siento
-No te disculpes. Entiendo si no tienes estómago para ello
-No entiendes... Lo siento por tí - La cara de su esposo se deformó en una mueca incómodo- Has perdido el rumbo, la meta de hacer un lugar mejor para nuestro pequeño
-Es por él que quiero que esta empresa suba como la espuma, ese dinero es para ti y para nuestro hijo ¿no lo ves? Solo quiero que nada les falte.
-No todo en la vida es el dinero Kos.
-Eso dices por que nunca has pasado hambre Beth pero ve y dile eso a las personas que se reproducen como conejos en las favelas y verás. -comentó haciendo aspavientos
-Quizá no he padecido carencias pero eso no me hace menos humana, lo que nos hace personas de valor querido es nuestro corazón. Y el tuyo me temo, está perdiéndolo.
Con éstas últimas palabras Beth salió de la oficina y se puso en marcha hacia el laboratorio.
Los resultados seguían dando reacciones inestables ante el tejido, no era posible aplicar aquellos productos en un ser humano y esperar que no le hicieran daño a un nivel profundo en la piel. Beth había estudiado durante muchos años, incluso de niña, creciendo en aquella ciudad en ruinas, soñaba con ayudar a otros. Al crecer se fue a estudiar la universidad donde conoció a Akos Maxon , después realizó estudios más avanzados pero siempre añoró volver y ayudar a la ciudad junto con sus pobladores que la vieron crecer.
Una noche, después de varios experimentos fallidos. La rubia se había quedado dormida sobre el escritorio encima de algunos papeles de sus investigaciones. Akos, preocupado por su tardanza, la fue a buscar a su área de trabajo. Estaba sola y descansaba tranquila.
Siempre le había fascinado ver a su esposa dormir, la encontraba tan hermosa como una aparición y temía que algún día se esfumara. Beth, sintiendo o presintiendo algo, despertó y lo miró con aquellos ojos glaciales que irónicamente lo derretían.
-¿Nos vamos?- La rubia asintió y se quitó la bata para salir del despacho. Antes de salir de la fábrica a Beth se le habían olvidado sus lentes en el escritorio así que decidió volver por ellos. Sin embargo, su marido no la dejó, el volvió por los lentes.
Cuando tomó los lentes del escritorio, uno de los documentos fue a parar al suelo. Akos lo tomó y solo un vistazo bastó para despertar su interés "POSITIVO 99.02%"
¿Su esposa le había estado mintiendo? ¿Como era posible que los resultados fueran tan buenos y no se hubiera lanzado ya el producto? Rápidamente comenzó a buscar entre los demás documentos
"99.03%, 98.078%, 95.293%" La ira inmesurada golpeaba el pecho de Akos con más fuerza entre más leía. No cabía en asombro e indignación. Beth sabía lo importante que era sacar al mercado la próxima línea de cremas y jabones para bebés, ella sabía todos los problemas que había tenido por el retraso con los clientes y algunos proveedores. ¡No era justo! Ella ahí, jugueteando, perdiendo su valioso tiempo y dinero mientras él que estaba al frente, debía dar la cara ante todo el mundo, mostrando su fracaso.
Esa noche Akos durmió junto a su mujer en paz, después de haber arropado al pequeño Oker y de entregarse a su amor olvidándose de todo por un rato.
-¿Todo listo?
-Si señor...- el hombre junto a su jefe se mostraba algo incómodo.
-¿Todo bien?....
-Si señor... es solo - el ayudante de laboratorio no estaba seguro de seguir hablando pero algo en su interior le dictaba que lo que estaban haciendo no estaba bien - La señora Maxon.
-Tranquilo... Si pensara que hay la posibilidad de que esto no salga bien, yo sería el primero en detenerlo. Ahora, ¿seguimos?
El hombre de bata se adentró en la zona de desinfección para ingresar a la sala de experimentación recién instalada. Un cuarto con paredes de cristal para observar los resultados desde todos los ángulos visibles. Un intercomunicador ponía a ambos hombres en contacto.
>>Procede
El ayudante sacó rápidamente rápidamente un lienzo de tela que cubría un bulto a mitad de la mesa en aquel lugar para dejar a la vista un moisés con un pequeño dentro que dormía plácidamente. El pequeño, con sus mejillas sonrosadas y su poco cabello tan rubio que parecía no tenerlo, hacía pequeños pucheros con saliva mientras descansaba. Los monitores alrededor de la mesa de observación por fuera del área de experimentación, mostraban cada detalle de la personita en cuestión, su piel, sus ojos por el momento cerrados, su respiración y un monitor pitaba periódicamente mostrando la constancia de sus signos vitales.
El tembloroso trabajador, que había sido llamado a deshoras de la madrugada una noche mientras dormía para hacer un encargo confidencial para el dueño. No podía decirle que no. Debía tomar la sustancia más eficiente e entre las simulaciones de Beth y producirla en un demo para experimentar. Cuando había preguntado sobre qué se aplicaría su jefe solo respondió "Es una crema para bebés ¿no?" Con cierta ironía que ahora que tenía al hijo del señor Maxon en la mesa de experimentos, la podía entender completamente.
Apretando el estómago y contrario a todo lo que sus alarmas internas decían, tomó la muestra de la crema con un aplicador y lo llevó hacia el pequeño
-Muestra 001 de la sustancia AB256 en crema.
-¡Alto!- Beth había llegado justo en el momento del anuncio- ¡¿Que rayos estás haciendo?! ¿Akos?- La mujer, enojada por lo que veía tras el cristal, no había notado la presencia de Akos al otro lado- ¿Estás demente? Beth corrió al área de desinfección por su pequeño
-¡Procede de una vez!- ordenó el empresario desde el intercomunicador
Con premura se abalanzó el hombre para con el bebé pero Beth llegó antes, forcejeó un momento con el ayudante hasta que logró darle un puñetazo y la crema, junto con el aplicador terminaron en el suelo
-¡Eres un monstruo Akos Maxon! ¡Es tu hijo!
-¡Solo lo hago para demostrarte que aunque me has estado engañando, esto es completamente seguro! No querías usar niños de las favelas ¡Que mejor que nuestro hijo para demostrartelo!
-¡¿Seguro?! ¡Ashh!.... Ahhhh
-¿Beth? ¿Que tienes? ¿Que ocurre?
La rubia estaba haciendo muecas de dolor y al mirar hacia abajo notó que parte de la crema había caído sobre su pierna y le estaba enrojeciendo la piel. El ayudante avergonzado le tendió su bata y Beth iba a tomarla pero no pudo, un leve ruido junto con su grito de dolor fueron sus compañeros en su caída al suelo. Akos de inmediato se levantó y corrió a su encuentro justo cuando ésta luchaba por mantenerse cuerda ante el dolor. Sus gritos resonaban en la habitación de cristal, despertando al bebé que de inmediato por el susto empezó a llorar.
-Cariño ... tranquila ¡Ve por ayuda!- le gritó al asistente y éste corrió.
El hombre de traje intentó limpiar la piel de la mujer pero al pasar la tela de bata por ésta, un pedazo de piel y músculo se fue con ella. Desconcertado, se detuvo y miró a su mujer. No podía creer lo que había hecho
-¿Como. pudiste?...- fue lo único que alcanzaba a decir su mujer entre sus brazos.
-Beth... lo siento amor, no quise ¡Ayuda! Tranquila... -Ella luchaba por soltarse, no soportaba verlo y menos que la tocara aún con el dolor que estaba soportando- Todo va a estar bien
Akos miraba su pierna que ahora lucía una franja blanquecina rodeada de rojo. El hueso estaba saliendo a flote y un olor desagradable estaba inundándoles. Algunos trozos de carne destruída, descansaban en el suelo junto a su mujer. La crema se la estaba comiendo
-¡Prométeme que Oker estará a salvo! ¡Prométeme que nunca lo usarás en esto!- la madre luchaba por mantenerse consciente mientras apelaba por su hijo. - Si algún día nuestro amor fue más importante para ti que el dinero, lo harás..
-Lo ... Prometo.
La carne roída ya estaba cerca de su cadera y la ayuda no llegaba. La mujer, unos segundos después, cerró los ojos y sin aviso, dejó de respirar. Había muerto en brazos del monstruo que estuvo a punto de matar a su hijo. Desde ese día, Akos murió. Su alma se convirtió en un agujero negro que succiona todo lo bueno, para destrozar y destruir todo a su paso.
Se levantó y miró al bebé que lloraba, dando manotazos y tratando de meter su puño dentro de su boca. Ese pequeño ahora no era su hijo... Era la prueba y el recordatorio de que no solo había perdido al único amor de su vida si no que él mismo había sido su verdugo.
¡¿Por qué?! - Se repetía en su mente- ¿Por qué lo elegiste a él y no a mi?... Estarías viva de no haberme traicionado. Pudimos haber sido felices, tener otros hijos... Pero me obligaste a ser esto.
Apesadumbrado y casi fuera de sí, comenzó a vagar por las instalaciones mientras los médicos llegaban solo para declarar la hora de fallecimiento de su mujer. La que con su muerte se había llevado todo.
******************************************************************************************* CHAN CHAN CHAN! Nuevo capitulo mis peques consentidos!
Espero que este capitulo, aunque sin Russ y los chicos, lo hayan disfrutado mucho.
Me alegra que le den una oportunidad y no se olviden de comentar, votar y recomendar si les está gustando :D
Les dejo un mega empalagoso abrazo ...maw!
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