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31.- Miedos

Rex no estaba convencido de la decisión de separarse. Si algo le había enseñado la vida era que no podías confiar en la gente.. Eso había cambiado con Russ pero no podía decir lo mismo de Coloso, era en parte su culpa que estuvieran en esa situación en primer lugar.

"Rex"...

-¿Quién anda ahí? – No podía estar imaginando aquello. Guardó silencio y se detuvo para estar atento por si lo volvía a oír.

"Rex"...

Era la voz de una niña... podría jurar que... ¡No! Imposible, no podía ser Fem. Sin embargo, seguía escuchando aquella voz que casi en susurro lo llamaba, era tan similar a la voz de su hermana.

Siguió avanzando, con la esperanza que nace, no de la lógica o la razón, si no del amor. El túnel parecía no tener fin y aquella voz no exponía a su dueña ni desaparecía. Empezó a correr con desesperación, no podía dejar que se le escapara. ¡Debía ser ella! Si, eso.

Las zancadas que daba eran estorbadas por el peso del agua que ahora le legaba a las rodillas.

-¡Fem! ¿Fem, eres tu? ¡Contesta por favor!

"Rex, por aquí"

-¡Fem!, ¡¿dónde estás?! – la desesperación en la voz de Rex era palpable. Seguía avanzando sin encontrarla pero ahora la escuchaba más cerca. Si había una posibilidad de recuperarla, aunque fuera pequeña...debía hacerlo. ¿Qué había pasado con su hermana? ¿Se perdió, la raptaron? ¿Cómo había permitido que terminara allá abajo? y ¿cómo es que él estaba ahí también? ¿Por qué? No lo sabía.

El agua estaba más alta ahora que le llegaba al pecho, pero no podía parar, estaba ciego en su búsqueda y muy confundido.

"Rex, tengo miedo..."

-¡Tranquila, ya voy!...- El agua lo cubrió por completo, pero siguió avanzando hasta que tuvo que nadar. Lamentablemente para él, no sabía hacerlo...Empezó a tragar agua cuando ya no pudo aguantar la respiración.

A lo lejos, podía ver una figura en el agua, una pequeña en camisón blanco, con pequeñas motas carmesí...Tenía ojos color miel pero su mirada no era dulce. Esta sonriendo pero sin calidez, más bien causaba escalofríos. Una sonrisa sádica que jamás asociaría con su hermana estaba dibujada en el rostro de aquella Fem.

En ese momento algo hizo click en su mente. ¡Fem estaba muerta! ¡¿Qué rayos estaba haciendo ahí?! No sabía si era una alucinación por estarse ahogando o era un fantasma ¡Rayos! Se estaba ahogando ¡Por estúpido!

Frenético, intentó buscar algo a su alrededor de lo cual agarrarse, algo que lo ayudara a subir, pero no había nada más que esa sonrisa retorcida frente a él, ahora más cerca. Rápidamente sus pulmones ardían, su pecho estaba por explotar, y la cabeza le palpitaba en gritos por aire.

Las últimas burbujas de aire escaparon de su boca cuando llegó al fondo y dejó de moverse. La niña frente a el se diluyó transformándose en una figura, un poco distorsionada de un ave justo antes de fundirse en el agua.

***

-No puedo creerlo...¿Por qué tienes que ser tan torpe? ¿Nunca has escuchado el cuento de Hansel y Grettel? Debías dejar algún rastro Russ.. ¡ash!

Ana caminaba por el túnel mientras con la linterna no solo iba avanzando, si no que analizaba cada centímetro de aquella construcción. Refunfuñaba frustrada por no encontrar indicios de su amigo.

Trataba de hablar en voz alta, no solo por lo enojada que estaba, si no también para apagar un poco los sonidos de las alimañas a su alrededor que tanto miedo le daban. Trataba de distraer su miedo enfocándose en su mal humor.

-¡Genial! – La linterna que llevaba estaba parpadeando de vez en vez, signo de que pronto podría dejar de funcionar y apenas iba por los 400 pasos.

El camino que había elegido era el más seco de los 4 por lo que podía caminar sin problemas. De repente sintió un roce en los tobillos. Un escalofrío la recorrió de pies a cabeza. Odiaba a esos animales.

-Sé que son animalitos con vida pero ¡Por Dios! ¿Por qué tienen que ser tan asquerosos?- siguió su camino con cautela, sabía que si hacía movimientos bruscos, podrían tomarlo como ataque, después de todo ella era la invasora.

De nuevo un roce sobre sus pies, provocándole esa horrible sensación.

-¡¿Pero que?! – Alumbró sus pies y no encontró nada.

Después de unos pasos más, la linterna por fin, cedió el paso a la oscuridad total... Aunque Ana ya se estaba adaptando. De repente, muchos escalofríos la recorrían, era casi como una corriente eléctrica. Pequeños roces sobre su cuerpo la enfurecían y desconcertaban al mismo tiempo. Era imposible que una rata hubiera pasado a un lado suyo a la altura de su brazo o de su cuello, eso no era normal.

Poco a poco, esos roces eran más duraderos, una sensación que recorría no solo un punto, si no que iba desde su brazo a su muñeca, desde su mejilla a su cuello, luego a sus pechos. ¡¿Qué demonios?!

Una figura oscura, más negra que la misma oscuridad que la rodeaba, estaba frente a ella, lo supo por que era notoria la diferencia, jamás había visto algo tan oscuro que pareciera que se la iba a tragar de solo verlo.

Primero pensó que era su imaginación pero en cuanto sintió un empujón, supo que no era así. Pronto esa silueta la arrinconó contra la pared del túnel, la inmovilizó de las manos. Estaba asustada, pero no le daría el gusto de verla paralizada. Por lo que hizo finta de querer zafarse mientras acomodaba su cabeza para morderlo en la mano que la aprisionaba y se colocaba en posición. Justo como lo planeo, se zarandeó un poco, lo mordió y le propinó un rodillazo en los bajos, zafándose así de su captor. Corrió, sin embargo topó de frente, no había pared pero algo le obstruía el paso, era no solo una silueta eran más de 5, no alcanzaba a distinguir.

Entre todas esas sombras, la aprisionaron, inmovilizándole las piernas, las manos y el cuello para que no pudiera moverse en absoluto, pronto la silueta que había quedado atrás se unió a los otros.

-¡Déjenme en paz! ¡Suéltenme!

Todas las figuras comenzaron a tocarla, acariciaban y estrujaban su cuerpo haciéndole revivir los horrores que había pasado en casa con su madre y aquellos tipos que iban por las noches.

Una figura tocaba sus pechos y Ana podía sentir como se apropiaba de ellos aquel ser que sin poderlo ver, le causaba asco y rabia.

-¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Auxilio!- Gritaba Ana que con impotencia solo veía que aquellas figuras se hacían cada vez más grandes y fuertes. La sensación de una mano se deslizaba por su entrepierna llenándola de desesperación, lágrimas brotaban de sus ojos. Quería llorar, gritar y salir corriendo pero sobre todo, quería dejar de pensar, dejar de estar presente.

A su mente vino la imagen de Russ sonriendo, como siempre cuando tenía ese tipo de experiencias. Lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Dejó de luchar. Su mente viajó muy lejos.

-Lo lamento Russ... – Habló a la nada mientras su corazón se refugiaba en sus amigos y aquel sentimiento tan cálido que le tenía a Russell. Añoró estar junto a él mientras su cuerpo empezaba a parecerle lejano. Parecía una muñeca el trapo ahora, sin vida. Y eso era, una muerta en vida. Se había desconectado, prefería eso mil veces a ser testigo de la peor de sus pesadillas.

***************************************************************************************Hey! Nuevo capitulo !!!

Pobre Ana... que pasará con ella y con Rex?

Me muero de nervios. Bueno, espero lo disfruten y les deje en tanto suspenso como a mi. Los quiero y les dejo como siempre un empalagosísimo abrazo. 

No se olviden de comentar, votar y compartir para que más gente la conozca, me ayudarían muchísimo. Gracias...mwa!

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