18-Remordimientos
Ana caminaba hacia la zona residencial un viernes por la tarde. No acompañaba a Russ esta vez a ver a Oker. Pobre chico, desde su pelea con el pelinegro no había podido ir a verlo. Estaba evitando cruzarse con Russ, pero ahora lo extrañaba, es simplemente imposible no quererlo. En su mente se decía a sí misma que él estaría bien, teniendo a Martha y a Russ no había problema, así era antes de ella y así podría ser ahora.
Al doblar la esquina, pudo ver a Martha que hablaba con el vigilante, estaban solos por lo que no dudó en saludarlos. Antes de hablar, Martha se le adelantó.
-Ana, ¡gracias al cielo!¿Has visto a Russ? ¿Viene contigo?- mirando por encima de la morena.
-No...No desde el día de la piscina- el sabor amargo de aquel recuerdo estaba fundiéndose en nostalgia.
-Ha pasado algo muy malo...El señor Maxon lo vio en casa- la pesadumbre oscureció rostro de la cálida mujer.
-¿Pero cómo si...?
-Yo no sabía que estaba aquí. Normalmente no venía a esas horas y tampoco me esperó en la cocina o en mi cuarto- Martha le contó a la niña lo sucedido mientras ésta se cubría la boca con horror.- De eso hace 3 días y no he sabido nada de él.
-Yo he ido a su casa- interrumpió el vigilante.- Pero su abuelo está enfermo, no reacciona y nadie sabe razón del chico. Hay unas vecinas que han estado llevándole algo de sopa al anciano y le dan de comer como y lo que pueden pero no saben nada.
-Imposible, él no dejaría así a su abuelo
-Oker está devastado. Incluso intentó fugarse de casa y...-Martha no terminó su frase.
Ana estaba muy enojada con el rubio por lo que había hecho pero ella no era quien para juzgarlo en ese momento. Ella también había cometido errores, se había enojado con el pelinegro y prácticamente había dejado de ser su amiga por un berrinche, él no era el chiquillo si no ella. A nadie se le puede obligar a querer a otra persona y lo que había hecho después ¡Dios! estaba tan avergonzada.
***
-¿Que pasa linda? Hoy luces algo... perdida- Perla indagó
-Estoy preocupada por un amigo
-Un amigo ¿eh?- alzando una ceja y entrecerrando los ojos, cerró el estuche de rubor que tenía en las manos, dejando sobre una mesita el objeto junto con una brocha que estaba usando para maquillar a Ana. -A mi me parece que tu expresión es más grave que eso. Si fuera un amante, tal vez lo entendería o que a ese amigo lo supieras a punto de morir, sin duda; pero por una preocupación sin más, no lo entiendo.
-Mmm es que no lo conoces, es un chico muy amable, atento y divertido. Adora a su abuelo y sus amigos como nadie, los defiende con su propia vida- recordando lo que había hecho por ella, una lágrima se escapó de sus ojos.
-Pues a mi me suena a que o ese chico es superman, o estás enamorada- Perla sonrió de lado
Ana no contestó.
>>¿Lo ves? Tengo razón... lamentablemente siempre la tengo. Mira, me caes muy bien y eres linda, podrías ser la mejor del bar en un tiempo, incluso a mi me sobrepasarás pero en nuestra situación no podemos enamorarnos- dicho esto, retomó su labor.
-¿No te has enamorado?
-Si...- soltó un suspiro y sus perfectas cejas dejaron ver su congoja- pero verás, nuestro trabajo no es bien visto y menos ante los hombres. Irónico ¿no? Ellos nos buscan para divertirse y nos tratan como reinas mientras lo disfrutan pero no nos buscan para ser sus novias, esposas o madres de sus hijos. Solo somos eso: diversión. Algo que usas y deshechas pequeña, ¿es triste? sí, pero nos da de comer.
Ana pensó que no diría más y por su expresión no quiso ser impertinente pero Perla continuó.
>>Tuve un novio. No sabía a lo que me dedicaba cuando nos conocimos, salimos un tiempo y luego me pidió matrimonio, era dulce, amable, cariñoso y me respetaba, algo que nadie más me había demostrado. Lo amé con locura. Íbamos a casarnos y por ese amor, juré que no le ocultaría nada. Debía ser sincera con él y no mentirle pues el amor no puede serlo envuelto en sombras y mentiras. Le conté.
-¿Y que paso?
-Me abofeteó.-el ton sereno que había mantenido cambió- Me dijo que era la peor basura que pudo haber conocido, que se arrepentía de haberme conocido y que ojalá me muriera de alguna enfermedad venérea. Já- una sonrisa amarga deformó un poco sus delicadas facciones.
>>Traté de explicarle, de rogarle, de que me perdonara ¡Imagínate! Buscaba el perdón de alguien por haber sobrevivido en esta ciudad. No será el trabajo más honroso del mundo, pero tampoco es que sea una basura. Dejé de buscar el amor después de eso.
>>No me interesa lo que buscan los hombres. Me interesa el hombre que me busque a mi.
Esas palabras quedaron grabadas a fuego en la mente de Ana.
>>Por ello no quiero que te embarques en la misma situación.Por ello no te ofrecí ser...lo que soy. Sería ponerte en una posición difícil. Llegado el momento, tu decidirás si avanzas a esto o te quedas como compañía. Por ahora solo tienes que sonreír y ser amable. Bailar y pretender que esos hombres borrachos y forrados, son simpáticos y los más guapos del mundo.- Con un guiño dio por zanjada la conversación.
*** ***
-¿Erah?
-Esa soy yo... ¡Bienvenido a mi hogar!- extendiendo sus brazos alrededor y guiñándole un ojo. Russ impresionado no dijo nada.
>>¿Sabías que eres adorable?- comentó acercándose al chico para desordenarle el cabello.
-Disculpa... es que, dijiste que me estabas esperando y...
-¡Oh! si claro, debes tener muchas dudas pero ahora, debes descansar. Has pasado por mucho ¡pobre chico! -comentó haciendo un puchero- pero ven- lo llevó hasta el bulto de cojines- duerme un poco y hablaremos cuando despiertes. Yo estaré aquí, tranquilo. Estás a salvo.
Y con esas palabras Russell, empujado por un cansancio que hasta el momento no había sentido, se dejó envolver en los brazos de morfeo.
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Hola, hola! Esta semana de nuevo, los consentiré publicando 3 capitulos ¿no es genial?
Hasta ahora que opinan de Erah? Será de fiar o no?
Y que pasará para que se reencuentre el grupo de amigos? ¿podrán reunirse de nuevo?
Mwahaha , les dejo un inmenso y empalagoso abrazo, los quiero y no se olviden de votar, comentar y recomendar si les está gustando.
Maw!
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