KODOISH ADONAI TSEBAYOTH
(Misterio)
Siempre tuvo un deseo,y,si no lo tuvo,
Un suyo hermano ,que,tímidamente,
Ofreció a los mortales el consuelo,
Susurróle en su oído varias veces
Un «Por qué no,cuando se acabe el tiempo?»
Suspiró.Se imponía cierta pregunta,
Aunque sabía ya de suyo la respuesta:
«Tú,dime...aún le amas?»,con un hilo
De voz ,humilde encuesta
Vino a cortar los huecos del silencio.
«Nunca pude dejar de amar,y sirvo
Aunque no goce jamás de su presencia,
Con más fidelidad que los muñecos
A los que tanto amó,y,aunque lo quise
No pude soportar que ello ocurriera:
Llámale celos,envidia,como quieras.
Acaso el barro acuña más que el oro
Que sagrado dio origen a mi esencia.,
Y también a la tuya,que,gemela,
No digas que no extraña mi presencia?»
Un doblar de campanas,a lo lejos,
Anunció una partida.
Esqueletos desnudos de la plaga
Arrastraban consigo inerme vida.
«Allá se va otro triunfo de mis armas,
Que-bien sabes-son dos:
Miedo y Mentira,
Ornadas con ropajes de lujuria,
Y a, veces,con la envidia y con la ira.
Yo inventé el carpe diem,esa consigna
De gozar como fin en cada día,
De todo cuanto pongan en las manos
Fangosas de los hijos de la sima.
Yo inventé de los géneros la historia,
Y nadie entiende ese galimatías:
Yo deshice natura en cuerpos sanos
Y los inoculé con la desidia,
Pues el triunfo aclamaron de Sodoma,
Y la muerte sin sol,desguarnecida.
Yo deshice los lazos que,por siglos,
Dieron al barro patrias y familias».
Otro tañir funéreo,otra victoria,
Una nueva tortura de la víctima:
En su veste de blanco,el asesino,
Se pasea con deleite y con sonrisa.
«Ya no soy general,ni cruel tirano:
Ahora soy en quien ellos más confían,
La salud de sus cuerpos,que las almas
Ha tiempo que olvidaron la homilía.
Llevo vidas con soplo al crematorio.,
Vidas que laten sangre todavÍa.
Y les hago escoger quiénes van vivos,
Y quiénes,vivos,forjarán cenizas»
Por supuesto,les hago salvar niños,
Porque me es fácil devorar su estima:
Y jóvenes,que,henchidos de lujuria,
Tienen del vicio mi señal ya inscrita.
Y ricos,porque pagan estos gastos,
Con gran solicitud,mucha alegría,
Y célebres que Fama toca un poco,
Para que sientan gloria por un día».
Yo marco a los que quedan,y a los idos,
Ya los marcó mi sueño de avaricia_».
Caviloso,escuchando las palabras
Dictadas por la gélida malicia,
En la cota de azul relumbró un halo
Y en el rostro una lágrima vertida
(Después de todo,Señor,eran hermanos!
Después de todo,Señor,eran familia!)
Y unas palabras que sonaron recias
Aunque muy quedamente fueron dichas:
«Pusiste al hijo en contra de la madre,
Y al padre en contra de la voz del hijo.
La esposa fue perdida en podredumbre,
Y en muladar de estiércol el marido.
Hermanos contra hermanos enfrentaste,
Llevándote a los muertos.Los heridos
Clamaron la clemencia que en los cielos
Se escucha como un tétrico gemido.
Si hay perdón,no lo sé,ni corresponde
A mí pensarlo o decidirlo.
Nuestro hermano pequeño me pedía
Que intentara reunirte con los míos.
No es asunto que pueda resolverse
Ni aun por caridad...Tu desvarío
Corto ya mismo como lo he cortado
Antes que fuera el tiempo en su principio».
Relámpagos y fuegos de justicia
Brillaron en la noche.Los enfermos
Alzáronse del lecho.Con un golpe
Deshízose el maligno contubernio.
Kodoish!Tsebayoth!
(Quién como Él?El Dueño!)
Y un alba nueva,vuelo de gaviotas,
Depertó al vasto mundo de su sueño.
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