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Capítulo 35: Rápida y fabulosa.

Maratón 3/3

¿Cuántas veces te dejaron caer cuando eras pequeña? ¿En qué mundo que dos chicos se peleen por ti es malo? ¡Es mi sueño!

Entorno mis ojos. Thomas no está comprendiendo lo que está pasando, por eso esta tan contento.

—De la forma que Heather me contó todo, parecía que estaban compitiendo como si fuera un trofeo con valor artificial —digo molesta.

Thomas se queda en silencio unos segundos.

Si no los dejas estériles, yo lo haré por ti.

Hablamos unos minutos más imaginándonos a nosotros dos como los nuevos asesinos seriales más fabulosos de la historia. Nos despedimos porque debe ir a colocarse el uniforme. Creo que lo único bueno del día es que Thomas viene hoy, ya que es viernes y mis padres tienen algo en New York irán por él, de paso.

Mi ceño fruncido ha estado allí desde que me levanté y recordé lo que Heather me había contado ayer. Me enojé mucho más al leer el mensaje de Ben preguntándome si quería que me pase a buscar. Le respondí que no y que debíamos hablar en el Instituto. La pregunta de si llevarme o estar conmigo frente a todos sería como enseñar que ganó en la tarea de conquistarme primero, resuena en mi mente.

Ugh. Hoy no estoy de buen humor, no, creo que cualquier detalle insignificante logrará sacar los gritos que estoy aguantando y posiblemente lance algo por la ventana. Por este mismo motivo no cené anoche y mamá lo entendió. Aunque hoy no lo hará, me obligara a desayunar con ellos.

Bajo las escaleras esperando que mamá y papá me dejen ir al instituto sin desayunar o por lo menos con una manzana de camino. No estoy de ánimos para estar rodeada de gente. Los amo, pero en este momento no me soporto ni a mí misma. Para mi sorpresa, puedo distinguir la cabellera castaña de Jazmín de espaldas a las escaleras. Ésta charlando animadamente con Katy. Mi rubia cuñada al verme, sonríe en mi dirección haciendo que Jazzy voltee.

—¡Buenos días, pequeña perra! —exclama Jazmín tan alegre y efusiva como siempre— ¿Lista para el instituto?

—¿Vas a llevarme? —pregunto intentando sonar normal, pero fue más como disgustada.

Jazmín, ajena a mi forma de responder, asiente tirando su cabello hacia detrás de su hombro con arrogancia.

—Bien —asiento sabiendo que no tengo otra opción. Con Jazmín solo existe la respuesta si — Déjame avisarle a mis padres...

—Sam y Tyler no están. Salieron temprano para New York —me interrumpe Katy entrelazando sus manos.

Creí que se quedarían para el desayuno, pero bueno. Eso ayuda en un poco a escaparme del desayuno, no siento ganas de ingerir nada. Katy, sólo insistió una vez en que llevará algo para el camino. Negué. Si, a veces cuando estoy de mal humor mi estómago se pone en contra de cualquier alimento sólido.

Apenas subo al auto de Jazmín su fragancia de frutos rojos no tarda en llegar a mis fosas nasales.

—Entonces, fuiste a dejar el diario de Daniela con el tío Drake... —dice sacando tema de conversación.

Mi ceño de frunce más.

—¿Cómo lo sabes?

—Lo acabas de confirmar y los vi saliendo del cementerio —dice con la vista al frente— Fui a dejarle flores, antes de que preguntes.

Asiento y miro la hora en mi celular, creo que llegaré tarde. Por suerte mi primera clase es con el profesor Richwell y al verme con Jazzy quizás no me ponga media falta. Ese es un pro de que salga con mi prima.

—¿Y no sabes quién te lo quitó? —niego con la cabeza y ella hace una mueca, casi parecida a un puchero, pero no. Es un gesto de confusión— Qué extraño.

—¿Por qué me habías dicho que debíamos dejar el tema de lado? —pregunto recordando aquella vez que me dijo que nos olvidemos del diario.

La pregunta parece tomarle por sorpresa, pero es muy buena y al segundo de procesar lo que dije actúa de manera natural.

—Creí que tendríamos problemas. Ya sabes, es un tema de adultos.

Mentira. Jazmín siempre se mete en todos los asuntos que ella quiere, no muy diferente a mí, pero que esté diciendo que es un tema de adultos fue lo que arruinó su supuesto plan de engañarme. Ella tiene algo que ver con la desaparición del diario, de alguna forma lo siento. Pero no también parece incoherente. Jazzy no hablaría con Stefan y mucho menos ayudaría a Sophie a dañar a Brooke.

Entonces si ella no tuvo nada que ver con la desaparición de la caja de Pandora, tiene algo escondido. Algo que sus labios están prohibidos a pronunciar, por lo menos frente a mí. ¿Qué será?

—A ti no te importa meterte en problemas —le digo y me río un poco para que piense que en realidad no quiero sacarle información.

—Algunas veces —asiente con tranquilidad— Pero no me interesó el diario al final. No había nada relevante en el.

—¿Cuándo lo leíste?

—No lo leí. Sólo creo que no hay nada que una chica con trastorno de personalidad tenga algo coherente que decir.

Asiento con la cabeza. Ahora sí que se me está haciendo tarde. Heather acaba de enviarme un mensaje diciendo que a la primera hora no tenemos historia, sino geografía y la profesora vino con mucho mal humor. Pues quizás nos sentimos juntas a charlar de lo mucho que odiamos al mundo hoy, tal vez allí no me coloque media falta.

—¿Puedes acelerar? Estoy llegando tarde.

Jazzy asiente y mira por el espejo retrovisor con rapidez. Mantiene su mirada allí por unos segundos. Pisa el acelerador volviendo su vista al frente.

—¿Recuerdas a Connor? —pregunto cambiando de tema. No conseguiré sacarle nada a Jazzy, por lo menos no con el tiempo justo.

—Mmm, si —asiente y otra vez mira por el espejo retrovisor— ¿Qué pasa con él?

—Le gusto.

—Espera, ¿él no era amigo de tu novio? —asiento con la cabeza— Uy. Me imagino la situación entonces.

Estamos a sólo dos cuadras de la calle donde debe doblar para ir al instituto. Sí, no llegaré tan tarde después de todo. Aún tengo tiempo de ir a buscar un café para la profesora y que podamos hablar cómodas sobre cómo destruiremos el mundo hoy. O posiblemente nuestro mal humor sólo se haga peor y termine mandándome a la oficina del director por gritarle.

—Sí, lo peor de todo es que parece que estaban compitiendo por mí —digo y puedo notar que se ve algo tensa. Frunzo el ceño.

—Si hicieron eso ambos son unos imbéciles —asiente, manteniendo el volante con una mano y con la otra ágilmente se coloca el cinturón de seguridad— Tienes que hablar con ambos.

—Si... —alargo viéndola confundida. ¿Por qué se ve tan tensa?

—Ponte el cinturón de seguridad, Sky.

Hago lo que me ordena y pisa el acelerador, aumentando claramente la velocidad. Frunzo el ceño. Quiero llegar sin tanta tardanza, no matarme. Dobla al lado contrario donde debería, a dirige a una autopista. Le miro sin entender que pretende.

—Jazmín, tengo clases —le digo con obviedad. Me ignora y sigue conduciendo— ¿Qué sucede? ¿A dónde vamos?

—Mira por el espejo retrovisor —me ordena y nuevamente lo cumplo. Sólo veo autos detrás de nosotros— Hay un auto negro. Está siguiéndonos.

Busco entre los autos y si, puedo hallarlo porque está pasando a un camión. Pero no, no puede estar siguiéndonos. Sólo porque estén detrás de nosotros no significa que nos esté siguiendo, en ese caso todos los autos lo estarían.

—No nos está siguiendo.

—Claro que lo hace —asiente frunciendo el ceño— Vi suficientes series sobre policías para saber que ese auto nos está siguiendo.

—¿Te estás dejando llevar por series policiales? —pregunto haciendo una mueca. Llegaré tarde por Jazmín y Netflix.

—Un poco, si —bufo— Pero, ese mismo auto me siguió ayer al salir de la universidad.

—Existe algo que se llama coincidencia.

—No vivimos en un pueblo, Skyler. En los Ángeles no te cruzas con el mismo auto dos veces.

Si, posiblemente tenga razón pero hay veces que si te cruzas con el mismo auto dos veces. Muy pocas, pero las hay. Me rehusó a creer que alguien está siguiéndonos.

Miro por espejo retrovisor el auto se está acercando a nosotras poco a poco, el miedo se instala en mí. No puedo sentir miedo, se supone que no creía que alguien nos esté siguiendo. Ay, diablos. Necesito tener claros mis sentimientos, aunque viendo la fecha es muy normal sentirme de esta forma. Estúpido Andrés.

—Ugh, ¿esté autobús anda a paso de tortura? —pregunta Jazmín con suma molestia.

No puede pasarlos porque cruzaremos a unos oficiales que están con uno de esos medidores que te dicen a qué velocidad va el auto para multarlo si se excede. En estos momentos ir a la velocidad establecida por la ley no es una buena idea.

—Jazzy, es un autobús de ancianos —digo al reconocer el nombre del asilo.

—Yo me haré anciana cuando se muevan —dice entornando sus ojos— Mierda.

El auto está detrás de nosotras. Intento ver quién está dentro, son dos personas o quizás más, no logro verlos bien. Aceleran y chocan la parte de atrás del auto, haciendo que ambas soltemos un gritito. Ahora si le creo. Están siguiéndonos.

—Bien. A la mierda la multa.

Pisa el acelerador y pasa el autobús de ancianos, también a los oficiales que no parecen nada felices por la velocidad a la que va Jazmín. No tienen tiempo de detenerla. Lejos de estar preocupada por la multa y su auto dañado, se encuentra aliviada de haber perdido de vista al auto negro.

—¡Sííí! —exclama sonriendo— Soy rápida y fabulosa, bebé.

—¡Bien hecho, Jazzy! —asiento sonriendo.

Jazzy sonríe una vez más y mira por el espejo retrovisor. Su sonrisa desaparece.

—¡Estás jodiendome!

Miro también por el espejo retrovisor y hago una mueca, sintiendo como la adrenalina hace efecto en mi estómago, sumándole el hecho de que no como nada desde la siete de la tarde del día anterior.

Estamos llegando a un semáforo. No podremos perderlos más y menos si están logrando volver a alcanzarnos. El semáforo está en amarillo, pero puedo ver como Jazzy sonríe un poco. Sé lo que está planeando.

—Jazzy... —digo temerosa.

—Agárrate fuerte —dice sonriendo. Bajando la velocidad— Porque vamos a volar.

Sintiendo como estoy por vomitar mis intestinos, me aseguro de que mi cinturón este puesto correctamente. Ella planea despistar al auto negro, bajando la velocidad y teniéndose en el semáforo. Eso hará que actúen o algo, entonces ella acelerará.

Un camión va a cruzar, no lograremos pasar antes que el y habrá un terrible accidente. ¿Ella piensa matarnos?

Nos detenemos frente al semáforo, estando primeras. El auto negro se detiene detrás de nosotras y como Jazzy anticipó, dos tipos bajan de el, justo en ese momento Jazzy pisa el acelerador.

El camión ya está cruzando y es uno de esos que llevan autos, por ende su longitud es notable, sumando la velocidad a la que va es imposible que lo crucemos. Nos detendremos allí y los del auto negro vendrán tras nosotras o terminaremos muertas en un accidente.

Esto es una maldita misión suicida.

Sigue pisando el acelerador, acercándonos al camión. Cierro mis ojos para que mi muerte sea menos traumática de la que ya será. Vuelvo a abrirlos por el chillido de alegría de Jazmín.

—¡Si, estúpidos! —exclama sonriente.

Logramos pasar al camión. Ahora los del auto negro tendrán que esperar a que cruce y eso nos da mucha ventaja. Jazmín dobla en la próxima salida de la autopista y cuando estamos a unas calles de allí se detiene. Sintiendo como mi corazón salta en mi pecho por la adrenalina y el miedo de casi morir, suelto un suspiro que es como si volviera a respirar. Pareciera que estuve conteniendo la respiración todo este tiempo. Dejo caer mi cabeza contra el respaldo.

—Eso fue... —dice Jazmín dejando la oración en el aire.

Ambas continuamos la oración al mismo tiempo.

—Horrible.

—Genial.

Sí, tenemos ideas muy distintas de lo que acabamos de vivir. Jazzy se ríe y niega con la cabeza. ¿Perdió la cordura?

—No sé por qué me estoy riendo —dice riéndose.

Sip, creo que acaba de perder la poca cordura que le quedaba.

Luego de superar su ataque de risa producto de su locura vuelve a arrancar el auto, pero esta vez va a una velocidad normal y aceptada por la ley. Frunzo el ceño al no saber a dónde nos dirigimos ahora.

—¿A dónde vamos?

—Te llevaré al instituto, dah —contesta con obviedad.

El Instituto. Por un momento lo olvidé. Estaba concentrada en cómo sería mi vida como fantasma o pensando en quién podría reencarnar.

—Ya no quiero ir, no te dejaré sola —le digo frunciendo el ceño.

Si la siguieron ayer al salir de la universidad y ahora conmigo, no dudo en que vuelvan a atacar. Al parecer a estas personas no le importa lo que pueda pasar, ni siquiera se molestaron en fingir que no estaban siguiéndonos frente a los policías. Chocaron el auto de Jazmín. No dejaré a mi prima sola después de esto.

—Eres un amor, pero tienes instituto.

—¿El Instituto es más importante que tu seguridad? —pregunto arqueando una ceja.

—Después de lo que acaba de pasar, ¿crees que necesito seguridad? —pregunta con arrogancia.

—Eh... si —asiento con obviedad.

Si, puede que los haya perdido dos veces, pero la tercera es la vencida. No importa lo que haya hecho o lo fuerte que puede ser, Jazmín necesita seguridad.

Entorna sus ojos. Miro la hora en mi celular. Ya pasó la primera hora y el receso, ahora sí tendría que tener clases con el profesor Richwell. Qué rápido.

—No sé quién pudo haber sido, pero tengo su matrícula —señala su cabeza— Creo que podremos hablar con Derek para que nos ayude a saber su identidad.

—¿Le diremos a nuestros padres? —pregunto.

—Casi morimos, Skyler —contesta— Claro que le diremos a nuestros padres.

No decimos nada más en camino al instituto. Aún siento la adrenalina de casi haber muerto y me alegra estar viva. Siento ganas de repetirlo. Loco y estúpido, soy consciente de ello. Al llegar Jazzy me acompaña a mi curso, porque quiere contarle al profesor lo que acaba de pasar.

Al abrir la puerta los ojos curiosos de todos los estudiantes están sobre nosotras y algunos más de lo debido sobre mí, ahora, castaña prima. El profesor deja de escribir, primero nos observa confundido y después pone una sonrisa en su rostro al ver a Jazmín.

—Sophie, ¿puedes continuar con esto? —le dice el profesor a mi otra prima teniéndole el libro y el marcador con el cual estaba escribiendo.

Sophie asiente mirándonos a Jazmín y a mí, extrañada. Toma el marcador y el libro, comenzando a escribir en la pizarra. Ella casi siempre pasa a escribir cuando algún profesor tiene flojera porque tiene linda letra y además no tiene que copiar, pero en realidad si, aunque no lo hace.

Cierra la puerta, dejándonos fuera con él.

—¿Por qué...? —pregunta señalándonos. Jazmín le interrumpe.

—Venimos de una persecución —le responde Jazmín— Lamento la tardanza, cariño.

Puedo notar como las mejillas de mi profesor se tornan un poco rojas. La forma en la que Jazmín lo llamó lo puso de esa forma. ¿Quién diría que mi sexy profesor se sonrojaría por algo que mi prima dijo?

—¿Cómo persecución? —pregunta.

—Nos estaban siguiendo y chocaron mi auto —Jazmín se cruza de brazos como una niña caprichosa que no consiguió lo que quiere— Estúpidos. Ugh.

—¿Qué chocaron tu auto? ¿Ustedes están bien? —pregunta ahora preocupado.

Ambas asentimientos, puedo ver por el vidrio de la puerta que Sophie mantiene su mirada aquí afuera y no en la pizarra.

—Perfectas —asiente sonriendo— Bueno, nos vemos después. Sky, presta atención a tus clases, ¿sí?

El profesor Richwell la detiene tomando su muñeca suavemente.

—¿A dónde vas?

—A la universidad. Tengo clases.

—No irás sola.

Jazmín lo mira sorprendida. ¿Y qué demonios esperaba? No entiendo. Viene aquí a contarle a su novio que chocaron su auto y casi la secuestran, para después pretender que dejará que siga viviendo su vida normalmente. Luego sentarse a chalar sobre lo divertido que fue acompañado de un té o quizás un café, ¿eso?

No digo que no pueda defenderse sola, estoy segura de que Jazmín es capaz de golpear duro, después de todo sabe karate. Pero esos tipos eran cuatro. Cuatro hombres contra ella sería imposible de ganar y en verdad me preocupa que ande por allí sola luego de esto. Esas personas ya saben dónde estudia y su horario, ¿Qué le hace creer que no irán por ella nuevamente?

—Aish, puedo con esos idiotas, Chris. Estaré bien —le dice sonriendo.

—No dudo de tu fortaleza, Jazzy —le dice con las cejas elevadas y un tono tranquilo— Pero no permitiré que vuelvas a pasar por algo así. Quiero ir contigo.

—Tienes clases...

—Iré a notificar mi retiro.

No deja que Jazmín diga ninguna palabra más porque sale en dirección a la oficina del director. Mi prima entorna sus ojos. Debo admitir que es tierno que el profesor se preocupe por Jazzy, lástima que la orgullosa no lo dejé hacerlo.

—Creo que no tengo otra alternativa —dice para sí misma. Luego sus ojos marrones se centran en mí— Por supuesto que tú también vendrás con nosotros.

¿Qué? No puedo hacer eso. Debo hablar con Ben y Connor, sé que fuera del instituto no tendré otra oportunidad para lograr reunirlos.

—Tengo examen —miento— Y es importante. No me dejarán hacerlo otro día.

Jazmín entrecierra sus ojos. Cruzo mis dedos detrás de mí para que me crea.

—Bien, pero a penas lo termines vendré por ti —me dice señalándome con el dedo índice.

El proferir viene hacia nosotras a indicarnos que ya podemos retirarnos con él. Pero cuando le digo que me quedaré porque tengo examen no parece agradarle la idea, de todas formas acepta con la misma condición de Jazmín.

Vuelvo a adentrarme en el curso donde Sophie ya ha escrito todo el texto y sopla sus uñas recién pintadas de azul. Me dirijo a mi lugar con Heather, ella me ofrece una sonrisa antes de preguntar si sucede algo y claro respondo que no. No desconfío de ella, sólo que creo que es mejor mantenerlo entre familia.

Ben se acerca a nosotras con una sonrisa en el rostro. No puedo devolverle la sonrisa sin pensar en lo que Heather me contó. ¿Cómo pudo hacerle eso a Connor? Se ve tan lindo e incapaz de ser un estúpido sin códigos.

—Hola Heather —le saluda, mi amiga responde con una tímida sonrisa antes de volver a copiar lo que está en la pizarra— Hey, Langford, ¿Por qué llegaste tarde?

—Tuve un percance —respondo cortante.

Comienzo a sacar mis cosas para copiar y también con misión de ignorarlo para que se vaya. Creo que estoy a punto de clavarle un lápiz en la pierna.

—¿De que querías que habláramos? —pregunta un poco desconcertado.

—Lo sabrás en el receso —le digo sin mirarlo— Debo copiar eso —señalo la pizarra con la mirada.

Ben no dice nada más y se va. Saco mi celular para enviarle un mensaje a Connor.

Yo: ¿Podemos vernos bajo las gradas?

Comienzo a escribir sin siquiera prestar atención a lo que estoy escribiendo. Mis ojos leen las palabras, pero mi cerebro no las procesa. Mi mente está lejos, pensando en que si es verdad que Ben me miente, todo será una mierda y estoy segura de que no impediré que papá le rompa una pierna por jugar conmigo de esa manera. Inclusive yo le romperé la otra.

Si, últimamente estoy muy agresiva y no es culpa mía.

—¿Hablaras con ellos? —me pregunta Heather asomando su rostro detrás del libro. Asiento con la cabeza— Será mejor que lo hagas por separado.

—¿Por qué? —cuestiono arqueando una ceja.

—No quiero que Connor vuelva a golpear a Ben —dice y hace una mueca.

Frunzo el ceño. Ahora que lo recuerdo, Heather no mencionó que lo golpeó en el estacionamiento cuando discutieron.

—¿Cuándo lo golpeó?

—Esa misma noche fue a casa. Para disculparse, supongo —se encoje de hombros— Pero las cosas salieron mal y tuve que intervenir para que mis padres no se levantarán.

Miro a Ben, está sentado en su lugar con la mirada perdida en un punto muerto del lugar. Su golpe aún sigue ahí, sólo que ya no le duele y poco notable. De todas formas me hace sentir mal que Connor lo haya golpeado, aunque se lo merece por aprovecharse de la timidez de su amigo. Oh y olvidar los códigos. Soy fiel creyente de esos códigos.

La puerta se abre y aparece Brooke trayendo unos papeles en sus manos. Se acerca al director para decirle que necesita que los firme. Él comienza ojearlos y mi prima aprovecha para acercarse a nosotras dos.

—¿Qué tal todo? —saluda con una pequeña sonrisa— El sábado tenemos que mover el trasero, chicas.

Heather y yo nos reímos.

—Eso si no te pierdes con Ashton —dice Heather y entorna sus ojos.

—Hay Brooke para todos —le guiña un ojo.

—Hola preciosuras.

Sophie se acerca a nuestro lugar. Dedicándonos una sonrisa amable como saludo, ignorando a Brooke. Se coloca en medio de nosotras, manteniéndose de cuclillas.

—¿Por qué Jazzy estaba con el profesor Richwell?

Casi, pero casi, entorno mis ojos ante su pregunta. No es asunto suyo y algo dentro de mí me indica que Dinah es la persona que realmente quiere saber. No es un buen momento para que el apetito de chisme de estas dos se manifieste, por lo menos no a mi alrededor.

—No tengo idea —me encojo respondiendo de modo desinteresado— ¿Por qué te interesa?

—Creo que ella lo está manipulando —dice Sophie entrecerrado sus ojos, haciendo caso omiso de mi pregunta— Es decir, ¿Como el profesor saldría con ella?

Esta vez si no impido a mis ojos rodar. Esto en realidad es estúpido, innecesario e inmaduro.

—Jazmín es muy bonita, parece una modelo —acota Heather con cierta molestia.

Sophie ríe falsamente.

—Bonita por fuera, horrible por dentro. Se nota que no la conoces —niega con la cabeza, llevando la mirada a sus uñas.

Brooke arquea una ceja y la mira con desagrado.

—¿No será que le tienes un poquito envidia? —pregunta Brooke.

Sophie eleva la mirada y la observa con de pies a cabeza con aires de superioridad.

—¿Qué podría envidiarle? —pregunta con una sonrisa falsa.

—Tal vez que sus padres si se aman y no están casados por compromiso o que su padre si se interesa por ella —acota Brooke con mucho, mucho veneno— Piénsalo, Soph —dice antes de guiñarle un ojo.

Brooke vuelve a irse donde está el director que le entrega los papeles firmados, dejándonos a las tres en shock por lo que dijo.

Sophie mantiene su mirada abajo, perdida por unos minutos. Eso sí fue un golpe bajo y quizás sé lo merezca, pero con otra cosa, no sobre eso. Fue muy cruel y me cuesta creer que Brooke Williams haya dicho eso.

—Soph, ¿Estás bien? —pregunto sintiéndome mal por ella.

Parpadea varias veces volviendo a la realidad. Eleva la mirada. Puedo ver sus ojos celestes un poco brillosos y puedo entender por qué.

—Por supuesto que lo estoy —asiente y se pone de pie.

Vuelve a irse a su lugar con Dinah donde ella comienza platicándole sobre algo, pero Sophie esta pérdida en sus pensamientos. Demasiado centrada para prestar atención a lo que la castaña está contándole, pero no parece notar eso porque continúa hablando y hablando.

—Eso estuvo mal —dice Heather mirando con tristeza.

—Mucho —asiento.

Diez minutos después la campana toca, indicando el receso. Heather me desea buena suerte en mi misión de hablar con este par de estúpidos. Reviso mi celular para ver si Connor respondió el mensaje y en afecto, lo hizo. Prometió estar bajo las gradas para escuchar lo que tenga que decir.

—Harrison, ¿puedes...? —detengo a Ben elevando una de mis manos.

—Vamos bajo las gradas.

Ben no insiste y vamos a las gradas. Caminamos juntos por los pasillos pero sin dirigirnos la palabra, ni miradas, ni nada. De alguna forma eso parece llamar la atención de algunos estudiantes porque voltean a vernos desconcertados y susurran cosas.

Al llegar bajo las gradas, puedo visualizar la espalda ancha de Connor. Está en la parte más alejada, donde casi nadie va porque es más cerrada. Tomo la mano de Ben para su no intente huir o algo por el estilo, eso confunde a mi novio, pero no dice nada. A medida que nos acercamos a él va dándose cuenta.

Se voltea y sus ojos primero se centran en Ben, quien tampoco está muy feliz de verlo.

—¿Qué hace él aquí? —preguntan los dos al mismo tiempo.

Suelto la mano de Ben y me siento en el césped. Ambos se me quedan mirando como si estuviera loca. Palmeo el césped para que se sienten.

—No voy a sentarme allí, puede estar mojado —dice Ben con el ceño fruncido.

—O pues haber un insecto —dice Connor negando con la cabeza.

Suspiro. Tranquila, Skyler, tranquila.

—Apoyen sus traseros en el césped.

Ante mi tono falso y firme, se sientan mostrando la desconformidad en sus rostros.

—¿Cuántas veces los dejaron caer cuando eran bebés? —pregunto enojada— ¿Por qué diablos se pelean por una chica que no vale la pena?

Estoy hablando de mí en tercera persona, si y lo que dije a lo último es verdad. Me parece una idiotez que se peleen por mí. Son amigos, no pueden dejar que una tonta chica los separe.

—No digas que no vales la pena, Skyler —dice Ben pareciendo molesto con lo que dije.

—Skyler, sé a lo que quieres llegar pero no lograras nada —dice Connor— Hay muchas cosas que ya no soporto de Ben, como por ejemplo su maravillosa y envidiable habilidad para engañar a otras personas.

—Deja de decir estupideces, Connor... —le advierte Ben.

Connor se pone de pie con una mirada de enojo por todo su rostro. Me mantengo con el ceño fruncido al escuchar eso. ¿Envidiable habilidad para engañar a las personas?

—Vamos, cuéntale sobre tu verdadera vida, Ben —dice con diversión— Tengo que ir a entrenar. Lo siento, Sky.

Se va dejándonos a los dos solos en un completo silencio, puedo sentir la mirada de Ben pero lo ignoro. Otra vez Connor uso algo sobre una vida falsa, ¿Qué demonios intenta decir con eso? ¿Acaso Ben está fingiendo ser alguien que no es?

—Skyler, no le creas —le miro— ¿Vas a dejar que las estupideces de Connor arruinen nuestro noviazgo? Nada de lo que dice y de lo que te contó Heather es cierto.

—¿Cómo sabes que me contó Heather? —pregunto despacito.

—Porque sabes solo las cosas que yo hice —dice bajando la mirada— Connor no es ese chico tímido que te dijo Heather.

—¿Y cómo es, entonces? —arqueo una ceja.

—No quieres saber, él...

—Si quiero saber —le interrumpo.

Ben suspira y una sonrisa enmarca sus labios. Se acerca un poco a mí y permito que pase uno de sus brazos detrás de mis hombros, sintiendo la su piel rozar con la de mi cuello.

—Te lo contaré. Lo prometo —asiente.

—¿Qué es eso de vida falsa? —pregunto ladeando la cabeza.

—Sky, eso es mentira —dice mientras pasa una mano por su cabello para despeinarlo.

—¿Lo prometes? —arqueo una ceja.

Se queda en silencio unos segundos.

—Lo prometo, Harrison —asiente mirándome a los ojos. Me quedo en silencio, sintiéndome más tranquila con todo esto— ¿Estamos bien?

Ben me observa con carita de perrito abandonado pidiendo un plato de comida, se hace imposible decirle que no a algo así. Lo que me genera ganas de estrangularlo es que él estúpido es muy apuesto, aun estando enojada no podía ignorar que quería besarlo. Ugh. Mi mente anula todo lo que escuche antes, olvida mi mal humor y solo deja una respuesta.

—Si —asiento entornando mis ojos.

—Esto es un ritual ¿o algo así? —oímos la voz de Ashton a nuestras espaldas.

Brooke y Ashton se encuentran sonriéndonos con diversión. Al parecer nuestro tiempo de enojo y privacidad se terminó porque la pareja toma asiento junto a nosotros.

Miro por donde se fue Connor, de alguna forma siento curiosidad por preguntarle sobre esa vida falsa. Aunque Ben haya dicho que no significa nada, yo quiero escuchar lo que él tiene para decir. 

Hasta acá el maratón. Mañana comienzo las clases, ¿y ustedes? 

Preguntas: ¿Quien estaba siguiendo a Jazmín y Skyler? ¿De quienes o quien creen que se trate? ¿Brooke no fue demasiado dura con Sophie? ¿Ben y Connor? 

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  ¡Gracias por leer! Voten y comenten que saben que adoro leer sus comentarios, siempre me ponen de buen humor.   

Antessss de irme, ¿Quien quieren que narre en el proximo cap? x2 no sé donde lo pregunté antes jaja
















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