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Capítulo 26: Egoísta.

Nick POV

Definitivamente Sam perdió la cabeza al ir a esa cárcel, pero es mi prima, la conozco lo suficiente para saber que cualquier palabra en contra sería en vano. Ella sólo se hace caso a sí misma. Estoy cruzando mis dedos porqué Tyler no se dé cuenta de que ella no está, porque de lo contrario, las cosas terminarían muy mal.

Austin se encuentra en casa con los mellizos bajo la supervisión de Jazmín. Liam se encontraba con Ashton y Drake creo que también, porque aún no ha vuelto a la casa.

—Sky está durmiendo —dice Emily totalmente enternecida— Se cansó de estudiar...

Tyler hace un gesto extrañado, pero no dice nada.

—Deben estar cansadas. Estuvieron despiertas toda la noche por mí —dice Tyler con algo de pena. Lleva una mano a sus ojos vendados con molestia— Esto me está molestando.

—Pues no toques —le regaña Emily.

—¿Cómo demonios voy a saber cuándo vuelva mi visión con estas vendas? —pregunta Tyler con tono neutro.

Lleva sus manos a sus ojos y se quita las vendas con lentitud, haciendo algunas muecas de dolor. Puedo ver alrededor de sus ojos unas pequeñas cortadas, pero son casi invisibles. Nosotros tres nos acercamos a Tyler con asombro, esperando su respuesta, pero no dice nada.

—¿Y...? —pregunta Caroline.

—No veo una mierda.

Soltamos bufidos y Emily le presta a Tyler sus ray-ban negras. Ordenamos algo para comer aunque no comimos casi nada porque estamos nerviosos por Luke y Sam.

—¿Por qué no vas a buscar a Skyler? —le pregunta Caroline a Emily.

—Está durmiendo.

—Pero debe comer algo...

—Ya comerá después.

—Sí, mejor déjala —habla Tyler mientras busca con su mano el vaso con jugo— Se despertará de malhumor y prefiero no enfrentarme a eso en este momento.

Las horas pasan con rapidez. Mantenemos a Tyler en el sofá de la sala, intentando distraerlo porque quiere hacer cosas de la vida cotidiana y su condición en estos momentos no lo permite. El doctor le dijo reposo y nada de preocupaciones. Justamente hoy a Sam se le dio para meterse en problemas.

—¿Sam aún no despertó? —pregunta Tyler.

Los tres nos miramos.

—No —respondo yo— Sabes cómo es Sam cuando duerme... nadie la puede despertar —río forzadamente.

—A Sam le dio por jugar a la bella durmiente —comenta Caroline siguiéndome a mí.

Tyler asiente lentamente y se queda en silencio unos segundos que parecen ser eternos.

—Quiero ir con ella.

Miro a las chicas, ambas elevan sus manos sin saber qué hacer.

—Eh... ¿Estás seguro de eso? A Sam no le gusta que la molesten... —digo riendo nerviosamente— Estará de pésimo humor.

—Tienes razón... —asiente lentamente y me abstengo de soltar un suspiro. Cuando el alivio se apropia de mí, Tyler agrega—... Aun así quiero ir con ella.

Caroline y Emily se miran. La castaña eleva su dedo meñique y asiente sonriendo, tira de la mano de mi esposa. Ambas desaparecen por la escalera, no sin antes hacerme una seña de que espere.

—¿Y qué tal todo en la empresa? —le pregunto para hacer tiempo.

—Tengo muchas cosas pendientes que no puedo hacer porque estoy ciego.

Bueno, mala pregunta.

—Vele el lado positivo, no trabajas. Son como mini vacaciones.

—A mí me gusta trabajar... —responde Tyler extrañado— ¿Nick estás bien?

—Perfecto... —Emily me hace una seña para que suba. Tomo la mano de Tyler— Ya subamos.

—Nick, sé que me extrañaste pero no podemos hacer nada en estos momentos —noto la diversión en sus palabras y no puedo evitar reírme.

—Te llevaré con tu esposa, sólo... no la despiertes.

Ayudamos a subir a Tyler mientras Caroline esta aun en la habitación, preparando todo quizás. No sé qué planea Emily, pero espero que funcione. Al entrar a la habitación, puedo ver que hay un pequeño bulto en la cama. Busco a mi esposa con la mirada.

—Ahora te llevaré para que te acuestes con Sam —le avisa Emily mientras le guía hasta la cama.

Al ver asomarse un mechón rubio platino, muy conocido para mí, soy consciente de que ese pequeño bulto es Caroline. Miro a Emily, ella se encoje de hombros con una media sonrisa.

Tyler se acuesta en la cama, su hermana le acomodo las almohadas de forma que pueda estar cómodo. Lleva su mano hasta el cabello de Caroline, ella suelta un gruñido casi idéntico al de Sam.

—Lo siento, Sam —se disculpa Tyler casi en un murmuro— ¿Todo bien?

Caroline asiente haciendo sonidos con la boca.

—Bueno.

Se incorpora en la cama manteniendo un completo silencio. Suelta un suspiro.

—¿Podrían llevarme a la sala? —pregunta bajándose.

—Sí, claro —asiente Emily acercándose para ayudarlo.

Caroline y yo sonreímos. Tyler se lo creyó.

—Y de paso, me explican a donde fue Sam y por qué deben encubrirla.

Mierda.

Skyler POV

Mamá me observa enojada y lo único que puedo hacer es sonreír divertidamente. Colarme aquí junto a ellos fue más fácil de lo que pensé y fue por una razón; no esperaban que yo hiciera esto. Mis tíos tampoco parecen haberse dado cuenta, porque si no ya le hubieran avisado a mi madre. El cuerpo de almohadas y ropa que cree sirvió muy bien, los libros abiertos y posiblemente al revés también.

—Hola ma... —me interrumpe.

—¿Puedes explicarme que haces aquí? —lleva sus manos en su cintura y sus ojos celestes me fulminan. Típico de ella cuando me regaña, que son muy pocas veces.

—Yo... pensé que irían a comprar helado.

En realidad... no.

Cuando estábamos todos reunidos alrededor de papá quise ir a buscar mi cuadernillo que había dejado en la habitación de huéspedes porque debía hacer un resumen para estudiar, la cual ocupa el tío Drake. Para llegar allí debo pasar por la oficina de mamá. Fui a la habitación, no había rastros de mi tío y tomé mi cuadernillo. Cuando volví a pasar por ahí la puerta estaba mal cerrada, podía escuchar un poco y la curiosidad de apoderó de mí. Oí todo su plan y no pude evitar querer involucrarme, aun sabiendo que mamá se enojaría. Dije que iría a completar, arme un cuerpo acostado en mi cama y bajé con rapidez las escaleras con mi manta celeste para dormir en el viaje, claro en la parte trasera.

—Skyler —dice mi madre con tono autoritario.

Ante esa voz amenazante y temiendo por tener dos semanas de castigo, le cuento la verdad. Ella y el tío Luke escuchan mi relato con atención, finalmente mi tío dice:

—Maravillosa jugada.

Nosotros dos nos reímos y mamá sólo niega con la cabeza. Se aleja para entrar en la cárcel. Opps, creo que esta vez si la cague. Seguimos a mi madre que habla con un guardia que está parado en la entrada. Él le pregunta algo y ella asiente, comienza a buscar algo en su celular. Frunzo mi ceño al ver que se le va la mirada a su escote.

—Que imbécil —digo molesta.

—Y mucho —me sigue el tío Luke. Nos acercamos a ellos— Luke Williams —se presenta.

—Un gusto señor —dice sonriendo con algo de pena porque lo descubrimos. Mamá le enseña algo en su celular y asiente— Pueden pasar. Síganme.

Da la señal a un guardia para que abra las puertas y así lo hace. Lo seguimos por todo el lugar, pasando las oficinas de los policías. Llegamos a una puerta totalmente negra que está cerrada. Se voltea a vernos.

—Sólo pueden pasar dos personas —dice el guardia mirando a mamá.

Mamá mira a el tío Luke y luego a mí.

—Satisface la curiosidad de tu hija, Sam —asiente el tío Luke.

Entonces mamá me mira por unos cortos segundos, aun puedo ver el enojo en su mirada y aprieto mis labios.

—Entraremos nosotras dos —le dice mamá al guardia.

—Perfecto. Pueden entrar, ya la traerán —mira al tío Luke— Nosotros esperaremos aquí.

Mamá asiente y abre la puerta, me obligo a seguirla. Me siento nerviosa por conocer a esta loca mujer que causó tanto en mi familia. Cierro la puerta. Es una de esas habitaciones donde uno charla con un prisionero. Estamos divididas del otro lado por un cristal. Me siento en la silla que quedo libre.

—Mamá... —comienzo a decir.

—Hablaremos en casa.

Y con eso me calla los siguientes minutos que esperamos aquí dentro. Cuando ya me estaba aburriendo, contando cuántas baldosas tiene el piso, la puerta del otro lado se abre. Una mujer de cabello rubio con algunas —muchas— canas está del otro lado mirando con asombro y diversión. El guardia le dice algo y ella asiente, este se retira.

—Cuando me dijeron que Samantha Harrison vino a visitarme fue como "¡Oh por Dios!" —exclama con una sonrisa.

—Hola Jessica —dice mamá secamente sin demostrar ninguna expresión facial.

Oh, sí que está enojada.

—¡Y mira nada más! —me mira elevando las cejas— Una mini Sam. ¿Cómo te llamas, querida?

—Eh... Soy Skyler.

—Me suena mucho a algo —ríe sin gracia— Puedes decirme tía Jess si quieres.

Frunzo el ceño.

—No quiero robarte mucho tiempo aunque sé qué tienes demasiado —le dice mamá. Jessica sonríe cínicamente— Dime, ¿Qué es lo que quieres?

Jessica mantiene su sonrisa, sus dientes son perfectos aunque algo amarillos. Parpadea un par de veces y niega con la cabeza.

—No comprendo...

Mamá ladea su cabeza.

—Estamos un poco grandes para esos jueguitos, ¿no crees? —toca su cabello, quizás haciendo referencia a las canas de Jessica. Eso parece molestarle.

—No estoy jugando, Sam. ¿Por qué no hablas claro? —cambia su semblante burlón por uno serio.

—Hace un tiempo mis hijos y yo recibimos un mensaje con una X de un número desconocido —Jessica entrecierra sus ojos— Y anoche llamaron a mi celular, Tyler respondió y ahora está ciego temporalmente. Ahora, ¿por qué tú no hablas claro y me dices que quieres?

Jessica cruza sus manos sobre la madera, de la misma forma que mamá y ambas observan desafiantes. No puedo creer que esta mujer —mayor que mi padre— haya estado enamorada o aun lo está de él.

—Yo no estoy haciendo nada. No podría aquí dentro.

Mamá arquea una ceja.

—¿Y la última vez qué?

Jessica arquea una ceja.

—Guardias influenciables y un esposo en libertad —responde— Ahora ya no cuento con eso, querida.

Mamá se queda unos segundos en silencio. Jessica baja la mirada a sus uñas.

—Te llevaré con tus hijos —dice mamá. Eso capta su atención— Sólo deja a mi familia en paz.

Jessica sonríe pero la sonrisa no llega a sus ojos.

—¿Eres en serio tan detestable? Es decir, cosechas enemigos —ríe pero en realidad parece que quiere llorar. Sorbe su nariz— No tengo nada que ver en esto. Ya no quiero a Tyler. Por mí, ambos pueden irse al infierno.

Mamá asiente con la cabeza, su mirada se ve cansada. No durmió en toda la noche, ni en todo el día de ayer. Aun así se mantiene firme. Se pone de pie.

—Entonces eso es todo —dice mamá.

Me pongo de pie junto a ella.

—¡Espera! —exclama casi levantándose de su silla— Aunque puedo saber quién está haciendo todo esto.

Mamá y yo nos miramos, ella asiente indicándole a proseguir.

—Claramente es alguien que conoce lo que has pasado y envía mensajes así porque sabe que pensarás que soy yo —dice. Eso tiene mucho sentido.

Mamá asiente con la cabeza.

—Adiós, Jessica —dice secamente.

Salimos de esa habitación. El tío Luke y el guardia se encuentran a unos metros de nosotras dos, charlando. Los pasillos aquí son enormes quizás esa es la causa de que sienta frío de repente. Me abrazo a mí misma intentando darme calor, pero es en vano mis manos y extremidades están heladas también.

—Yo le creo —le digo a mamá con respecto a lo que dijo Jessica. Ella me lanza una fugaz mirada para que me calle.

Sólo vine con ellos a escondidas, eso no es ningún delito. ¿Tanto va a enojarse? Hace que yo me enoje.

—¿Y? —le pregunta el tío Luke a mamá.

—Te cuento en el camino.

El viaje de vuelta no es más que largo y oscuro. La noche nos tomó de regreso y muchas ganas de dormir se apoderaron de mí, así que supongo que mamá y el tío Luke pudieron hablar con tranquilidad sobre Jessica.

Acabo de despertarme, aun no llegamos a casa, pero estamos dentro de la cuidad. Ella fue lo primero que se me vino a la cabeza en cuanto abrí mis ojos y... yo le creo. Lo que dijo tiene coherencia. Esa persona sabía que mamá iría tras Jessica, así que no habría riesgo de que lo descubran.

Pasamos a dejar al tío Luke, se despide de ambas con una sonrisa. Me quedo en silencio hasta que llegamos a casa. Mamá no tiene ganas de escucharme y yo no tengo ganas de hablar. Mi cuerpo comienza a exigirme las horas de sueño que no recibió y además tengo hambre. En cuanto el auto se detiene me incorporo.

Sam POV

Apenas detengo el auto, me bajo. Odio estar sentada mucho tiempo, me pone de malhumor. Claro que está vez deje eso de lado. Hay cosas más importantes que mi malhumor por tener el trasero entumecido. Por suerte durante el trayecto de vuelta Luke me ayudo a olvidarme de los problemas haciendo esos chistes malos que siempre me hacen reír, por lo malos que son.

Apenas llegamos a Los Ángeles Tyler se cruzó por mi mente y el hecho de que ya sepa que me fui a ver a Jessica, para colmo a escondidas me hace sentir como una niña pequeña. Ya puedo sentir su mirada sobre mí, si, ya recupero la visión. Gracias al cielo.

Nos adentramos en la casa, Caroline no tarda en recibirme con un abrazo. Skyler saluda con cansancio y nos indica que irá a dormir.

—Hola tía Caroline —dice y luego da un bostezo— Buenas noches, tía Caroline.

—Ah-ah —le detengo— Tenemos una plática pendiente. Enseguida subo.

Skyler asiente y sube a su habitación. Miro a Caroline, Nick viene detrás.

—Son los mejores —los abrazo a ambos— No sé qué haría sin ustedes.

—Estamos de acuerdo en que somos los mejores —responde Nick dándome unas palmaditas en la espalda.

—Y sin nosotros estarías perdida —susurra Caroline con una sonrisa en el rostro.

Emily viene bajando las escaleras y me dice.

—Anda, ve a enfrentarte a la bestia y luego a dormir, bella —sonríe divertida.

—¿Dónde está...? —me señalan la dirección a su oficina— Esta bien...

Camino en dirección a su oficina, apenas entro me quito los tacones. Ya estaba cansada de ellos. Pero puedo notar que las luces están apagadas, antes de que pueda poner mi mano en el interruptor para encenderlas la lámpara que esta junto a su escritorio se enciende. No puedo evitar reírme.

—¿Cómo debo llamarte ahora? ¿Tyler el señor de la oscuridad? —intento bromear.

Se ríe levemente.

—¿Y cómo debo llamarte a ti? ¿Sam la agente secreta? —pregunta irónico.

Entorno mis ojos.

—Tyler debía hacerlo, creí que eso podía terminar con todo y sabía que si te lo decía no estarías de acuerdo... —me interrumpe.

—¿No pensaste que sería peor si me mentías?

Ahora que lo pienso, sí. Mierda. No importa cuánto tiempo pase, siempre voy a cagarla. Creo que eso es lo que mejor me sale.

—No pensé en eso. Lo siento.

Se pone de pie y camina hasta quedar frente a mí. Sus ojos marrones me observan intimidantes.

—Claro que no pensaste en eso, Sam.

—Lamento haberte mentido, Tyler. Yo sólo quería...

—¿Querías? Sam siempre estás pensando sólo en ti. Sólo se hace lo que Sam quiere, ¿no es así?

Frunzo el ceño, esta vez enojada. Cualquier rastro de tristeza que sentí año y es enojo.

—¿De qué demonios estás hablando? —pregunto.

—¡Hablo de que eres egoísta y sólo haces lo que tú quieres sin pensar en los demás!

Oh, Tyler. Si gritas, yo gritare aún más fuerte y más porque lo que dices una estupidez.

—¡Yo fui allí a intentar solucionar los problemas que tu causaste al meterte con Jessica! —grito enojada.

El rostro de Tyler cambia apenas termino de pronunciar esa oración y el mío también. Él asiente levemente con la cabeza, se voltea para volver a su silla.

—Tyler...

Me ignora y se sienta, abre su computadora para comenzar a teclear algo. Mantiene sus labios apretados en una línea recta.

—Tyler, yo...

—Hablamos mañana, Sam —me dice sin mirarme— Ve a descansar. Ha sido un largo día.

—Tú también debes descansar.

—Termino algo del trabajo y voy a acostarme.

Ni siquiera me mira, sigue tecleando en su computadora. Sólo me volteo para ir hacia la puerta, me inclino para recoger mis zapatos y salgo de la oficina. Totalmente consciente de que la he vuelto a cagar.

Paso por la habitación de Skyler para ver si sigue despierta y... no. Esta plácidamente dormida, abrazando un peluche que Luke le regaló. Apago las luces y cierro su puerta. Voy a la de Liam, él también está durmiendo. Por último, paso por la habitación de Austin. Me adentro para arroparlo y cuando deposito un beso en su mejilla, él habla.

—¿Puedes dormir conmigo? —pregunta en un susurro— Como recompensa por perderte mi partido de hoy.

Austin tenía partido de fútbol hoy. ¿Cómo pude olvidarlo?

—Claro, cariño.

Me acuesto a su lado, tocando su cabello. Creo que Tyler tiene razón. Soy egoísta y ahora una pésima esposa. 

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