Capítulo 23: Celos, propuestas e historias pasadas.
Ayer no tuvimos la oportunidad de hablar con nuestros padres porque estaba toda la familia y querían que Austin en serio la pasara muy bien. Es decir, tuvo que hacer nuevos amigos y es muy tímido aunque no lo parezca, ellos solo querían darle un cumpleaños genial como recompensa por eso.
Con respecto a mí, no pude pegar un ojo en toda la noche. En cuanto no encontré el diario por ningún lado baje rápidamente y le mentí a Jazmín, le dije que se lo entregaría hoy porque Brooke estaba en mi habitación. No sé cómo decirle porque se enojara. Fui una estúpida al dejar ese diario en un lugar tan indefenso como mi armario.
—Soñé algo muuuy loco —dice Austin riéndose.
—¿Qué soñaste, Aust? —pregunta papá.
—Soñé que era el rey del mundo, estaba sentado en un trono de pizza. Todos estaban vestidos con pijamas de hamburguesas y comenzó a llover salchichas —dice recordando todo con una sonrisa— ¿Creen que sea una especie de predicción?
—Creo que es porque tenías hambre —opina Liam.
—¡Oh! Y además vino una nave espacial donde salieron papá y mamá, ambos decían "Omnibobu".
Mamá y papá comienzan a reírse, en realidad todos. Por suerte mi hermanito tiene sueños muy normales.
—Bueno, rey del mundo —dice mamá colocándose su bolso— Es hora de ir a la escuela.
—Mamá, ¿tu comías helado como desayuno? —le pregunta Austin.
—Dije que es hora de ir a la escuela —responde evitando contestar con una sonrisa en sus labios nos hace reír.
—Niña floja, te llevo —me dice papá.
—Yo la llevo—responde Liam por mí— Ustedes vayan tranquilos.
Mamá y papá se dan una mirada cómplice.
—Tengan cuidado y un lindo día —dice mamá— Los amo.
—Hablaremos en la noche —nos dice papá.
—¿Hablar? ¿Sobre qué deben hablar? —pregunta Austin— ¿Van a decirles por fin que son adoptados?
Papá carga a Austin para evitar responder su pregunta. Ambos se marchan cada uno en su auto y nos quedamos Liam y yo desayunando.
—¿Cuál crees que sea su explicación? —le pregunto a mi hermano mayor.
—Quizás... tiene que ver con el trabajo —dice encogiéndome de hombros.
—Pero ambos trabajan de forma honesta, no sabotean a nadie y solo se centran en lo suyo...
—Pero ya sabes cómo son las personas —responde— Hagas lo que hagas, siempre tendrás enemigos.
Katy, quien estaba regando las plantas —cosa que les ahorra a los jardineros— viene a sentarse con nosotros dos.
—¿De qué hablan? —pregunta con una sonrisa.
Miro a Liam. No es que no confié en Katy, es la novia de mi hermano y muy buena persona, pero este tema en particular creo que debería quedar entre nosotros porque es algo de nuestros padres.
—Creemos que están amenazando a nuestros padres.
Ay, quisiera golpear a mi hermano.
—Pero, ¿Cómo? ¿Quién querría amenazarlos?
—Personas enfermas, claro.
—Bueno, ¿me llevas? —le digo cambiando de tema, poniéndome de pie— No quiero llegar tarde.
Katy también se pone de pie.
—Iré a cambiarme para correr —dice— ¿Vuelves y vamos?
—Claro —asiente mi hermano.
Ya en el auto reina el silencio entre nosotros. Liam va escuchando una de las nuevas canciones de G-Eazy, su rapero favorito. No tengo ganas de hablar con él, ¿Por qué le cuenta cosas de nuestros padres a su novia? Entorno mis ojos.
A penas llegué al instituto ya me encontré con Heather que también estaba llegando con su hermano Connor. Ambos me saludaron de la mejor manera, luego él se fue por su lado y nosotras por el nuestro. Mi pelirroja amiga está resfriada y me cuenta que sus padres la obligaron a venir, que eso posiblemente sea la razón por la cual cometa homicidio. Esta insoportable y cuando estas de mal humor... es mejor estar sólo.
—Lamento no haber ido... me sentía muy mal, no muy distinta a ahora —ríe. La comprendo y demasiado, está demasiado pálida— ¿Me guardaste dulces, verdad?
Me río.
—Tengo que contarte algo.
Se detiene.
—¿No me guardaste dulces? —pregunta haciendo puchero.
—¿Qué? Claro que lo hice —me río nuevamente— Es algo sobre Ben.
Heather frunce el ceño unos segundos y luego recuerda lo que les conté en un audio de dos minutos por whatsapp. Asiente con la cabeza esperando a que continúe, pero mi sonrisa lo explica todo sin necesidad de palabras.
—No... ¿Estas bromeando? —me dice abriendo mucho los ojos en signo de sorpresa— ¡Ahora veo por qué tan radiante! Siempre he leído sobre eso en las revistas pero no lo creía.
Por la forma en la que está diciendo eso, me atrevo a preguntarle qué cree que hice, porque siento que no estamos hablando de lo mismo. Entonces, responde:
—Tú y Ben —me guiña un ojo en forma pervertida, entonces comprendo lo que su sucia mente piensa.
—¡No! —Comienzo a reírme— No, Ben y yo sólo...
—Buenos días.
Una Dinah muy sonriente nos saluda antes de entrar al curso. Ambas nos miramos extrañadas por su actitud.
—Seguramente hizo algún especie de ritual y me causó éste resfriado, por eso la bruja está feliz —me susurra Heather siguiendo con la mirada a Dinah, haciéndome reír.
Finalmente la campaña suena, obligándonos a entrar a nosotras también. Nos sentamos en nuestro lugar, casi al fondo, listas para la clase de historia que si mal no recuerdo teníamos un pequeño examen para el cuál no estudié ni un poco. Por suerte para nosotras —y creo que para todos— el profesor Richwell no se presentó.
—Gracias Dios por esta oportunidad para estudiar —dice Heather mirando hacia arriba— Intentaré no desaprovecharla como usualmente hago o por lo menos para hacer machete... —susurra lo último y me río.
Las siguientes dos horas de clases pasan demasiado rápidas, nos dimos cuenta de que si hacemos algo en clase el tiempo parece correr más rápido de lo usual, aunque claro es porque estamos ocupadas. La campaña suena para que vayamos al teatro, donde se hará una especie de acto de despedida para una profesora que esta hace años aquí.
—Hola primita —Ashton aparece detrás de mí. Pasa su brazo por mis hombros y por los de Heather, poniéndose en medio de nosotras— ¿Tienes ganas de ver ese acto?
Odio los actos, en mi anterior instituto hacían uno cada semana y por cada estupidez. Siempre me dolía el trasero de tanto estar sentada. A parte de que me da muchísimo sueño.
—Realmente no —respondo.
—¿Y tú, Heather? —voltea hacia mi amiga.
Ella se queda unos segundos mirándole hasta que reacciona.
—Eh... no, ¿por? —responde parpadeando varias veces.
—Porque, señoritas, he venido a guiarlas hasta su salvación.
Heather y yo nos miramos, esperando su respuesta.
—¿Confían en mi o no? —pregunta sonriendo.
Heather y yo respondemos cosas totalmente diferentes, pero al mismo tiempo.
—No.
—Sí, claro que sí.
Ashton asiente.
—Sólo tendré en cuenta la respuesta de Heather —dice. Mira a nuestro alrededor— Síganme.
Ay, no. Ashton no es la persona más calmada del mundo, de hecho la mayor parte del tiempo está rompiendo reglas y disfrutando de eso. Ahora estamos yéndonos casi a escondidas, intentando pasar de ser percibidos por los profesores que nos encontramos. No entiendo a dónde vamos.
—¿A dónde se supone que vamos? —pregunto.
—Dije que a su salvación.
—Mi salvación es una heladería y no hay una en el instituto, Ashton.
—Entonces vamos a la salvación de Heather.
—La salvación de Heather creo que es un hospital en estos momentos.
Heather se ríe algo... fuerte y cubre su boca. Ashton le mira unos segundos y sonríe ya con la vista al frente.
No digo nada más, salimos del instituto para dirigirnos al campo de entrenamientos que está completamente vacío claro, allí entiendo a donde nos trajo mi primo; las gradas. Por lo que me contó Heather y he escuchado, este lugar es de lo más genial entre los estudiantes porque sólo los populares están aquí. Lo cual me parece estúpido porque sólo son gradas, algo a lo que todos tiene acceso sólo que tienen miedo de acercarse.
Ben, Brooke, Dinah y Sophie están allí junto a otras personas que no conozco pero creo haberlas visto por los pasillos. Ashton le dije a Heather para sentarse un poco más alejados de nosotros y así lo hacen. Me quedo mirando la nada, sentada junto a mis primas.
—¿Por qué es tan especial este lugar?
—No es especial —responde Brooke.
—Si es especial —le contradice Dinah.
—Si te pones a pensar en que es un lugar al que ningún profesor vendría, si, es especial —ahora habla Ben sosteniendo una lata que desconozco— Luego no encuentro nada interesante de esto.
—Este no es el maldito club de debates. Ya mejor cierren la boca —espeta Brooke entornando sus ojos.
—Oye... tranquila —dice Sophie riendo— Sólo estamos charlando.
Brooke se pone de pie, bastante molesta al parecer. Frunce el ceño y arquea una ceja. Oh.
—Me duele la cabeza. Ugh —dice antes de dar media vuelta e irse.
—¡Brooke, algún profesor te verá y te hará entrar! —le grita Ashton con una sonrisa divertida en el rostro.
—¡No me importa!
Brooke está mintiendo. No le duele la cabeza. Fruncio el ceño y arqueo una ceja, solamente hace eso cuando miente. Ella misma nos reveló eso una vez que quería demostrarnos que decía la verdad.
No le presto importancia porque creo saber la razón por la cual mintió. Sigo platicando con Sophie, evitando mirar hacia donde están Ben y Dinah.
—Sky, ay, no quería decirte esto... —me susurra Sophie casi haciendo puchero— Pero no aguanto y creo que deberías saberlo.
—¿Qué cosa? —pregunto.
—Dinah y Ben son novios.
Frunzo el ceño e inconscientemente miro a hacia ellos. Ben justo estaba mirándome y me sonríe levemente, Dinah a su lado —qué estaba platicándole algo y él parecía no prestarle atención— me mira sería.
Vuelvo a mirar a Sophie.
—¿Por qué me dices esto?
—Pues porque... —le interrumpo.
—Ben y yo no somos nada. No me interesa lo que él haga.
—Pero Ben y tú... —vuelvo a interrumpirle.
—¿Sabes? Creo que iré a ver que le sucede a Brooke.
Y sin decir más me pongo de pie sintiendo como la irá de apodera de mí. No puedo creer que sea tan imbécil para besarme teniendo novia. ¿Qué demonios cree que soy? ¿Un ladrillo que no tiene sentimientos y puede besar cuando quiera? No sé si quiero llorar o buscar un ladrillo para párteselo en la cara.
—Sky... oye... Sky... ¡Idiota, detente!
Miro hacia atrás intentando contener la calma. Heather me observa confundida y preocupada.
—¿Qué pasó?
Entorno mis ojos cristalizados y ella se acerca para abrazarme, importándome nada que posiblemente me contagie su resfrío, le respondo el abrazo porque en serio necesito uno y le cuento lo ocurrido.
Las siguientes horas son muy diferentes a las anteriores. Las agujas del reloj no se mueven rápido, se mueven de la forma más lenta y tortuosa posible. Quiero irme en este mismo momento a mi casa a hablar con Thomas, comer helado, llorar y comer un poco más de helado porque nunca es suficiente.
A Heather la retiran antes de la última hora, entonces me toca sentarme sola en literatura. Es fácil olvidarme de todo en esa clase, porque mi vida desaparece y es reemplazada por la del personaje del libro que estoy leyendo. Aunque, algunas veces volvía a la realidad porque la profesora regañaba a Ben por no prestar atención a la lectura.
Finalmente toca la campaña de salida y no puedo sentirme más bien. Todos los alumnos salen con rapidez del curso. Me quedo juntando mis cosas y un libro que Heather se olvidó.
—Harrison.
Entorno mis ojos y sigo guardando mis cosas.
—¿Todo bien? —pregunta. No respondo. Se ríe— ¿Estás ignorando a esta hermosura?
—Tengo prisa. Debo irme.
—Te llevo.
—Voy con Ashton.
—Ashton ya se fue.
—Quise decir Brooke.
—Brooke se fue con Ashton.
—¿Por qué no dejas de molestarme, Ben?
Ben frunce el ceño confundido y ladea la cabeza. Hace una pequeña mueca. Creo que mi pedido lo tocó un poco.
Carraspean y volteamos. Dinah se encuentra en el umbral de la puerta, recostada, observándonos en forma neutra. Luego pone una sonrisa en sus labios.
—¿Quieres que te lleve, Benny?
—Tengo mi auto —responde secamente— Nos vemos luego.
Y vuelve a mirarme, cortando por completo a Dinah. Ella ya no sonríe, parpadea un par de veces y vuelve al principio. Me siento un poco mal por ella.
—Sí, estás enojada por lo del beso, lo siento, ¿sí? —dice una vez que estamos solos, elevando sus cejas— No quise que te enojaras.
—Eres un imbécil, Langford.
Sonríe
—Acepto eso.
—Me besaste estando con Dinah. ¿Cómo... puedes si quiera hablarle? Eres un idiota.
Deja de sonreír.
—¿Estando con Dinah? ¿Hablas de... novios?
Asiento con la cabeza, mirándole de arriba a abajo. No puedo creer que intente hacerse el tonto conmigo, piensa que soy una estúpida. Comienza a reírse, haciéndome enfurecer aún más. No pienso dejar que siga riéndose de mí, por lo que me pongo de pie y él también. Debo elevar la cabeza.
—No quiero saber quién te dijo eso, sólo dile a esa persona que la próxima vez te pase bien la información.
Frunzo el ceño. "Esa persona" es Sophie y dudo que ella me haya pasado mal la información, después de todo es mejor amiga de Dinah como podría equivocarse. Aunque también podría... no, ella es mi prima, definitivamente no hizo lo que estoy pensando.
¿O sí?
—Dinah es sólo mi amiga. No te pongas celosa, Harrison.
Arqueo una ceja.
—No estaba celosa, sólo molesta. No puedes besarme cuando tienes novia.
—No tengo novia, así que puedo besarte.
Se acerca un poco más a mí, estamos lo suficientemente cerca para que él vuelva a provocar las mariposas mutantes dentro de mi estómago. Mi corazón comienza a latir más rápido.
—¿Y quién dijo que quiero que me beses?
—¿No quieres que te bese? —niego con la cabeza— Entonces vas a empujarme.
No tengo tiempo de preguntarle a que se refiere, porque sus labios hacen contacto con los míos, haciéndome comprender todo. No soy capaz de reaccionar de mala manera, al contrario poso una de mis manos en su mejilla, acercándonos más si es posible. En cuanto nos separamos siento mis mejillas arder como el infierno.
Ben sonríe divertido y acaricia una de mis ardientes mejillas con su pulgar.
—La persona que te dijo eso quiere claramente mantenerte alejada de mí, Harrison. No le creas a cualquiera.
¿Sophie me mintió? ¿Ella... no quiere que este con Ben?
—Vámonos. Te llevo a casa.
Ashton POV
—Entonces elegí el azul porque siento que el naranja no era mi color en absoluto.
—¿Y de quién si? —Se ríe mamá— Estará genial. Brooke se verá hermosa.
—Sí, espero que a Luke no le salga nada de trabajo ese día.
—No aceptará nada ese día, créeme. Es su hija.
—Conozco a mi esposo, Emily —dice la tía Brandy con diversión.
—Y yo conozco a mi amigo —contesta de la misma forma— Él no haría eso.
La tía Brandy suspira.
—Quizás no lo conoces como crees. Ha cambiado mucho... —dice con tono de melancolía. Frunzo el ceño, eso no sonó bien— Como sea. Debo ir a trabajar.
Mamá que se quedó en silencio ante sus palabras, se pone de pie dispuesta a acompañarla a la puerta. Sigo fingiendo que miro televisión. En un primer momento vine aquí sólo para escuchar si la tía Brandy daba algún dato de donde estaba Brooke porque estoy llamándola y no me responde.
—Adiós Ash —se despide de mí.
Apago el televisor y me pongo de pie también. Pongo mi mejor sonrisa de chico bueno.
—Oh, tía Brandy, ¿Sabes dónde está Brooke? Necesito entregarle algo que la profesora de química me dio para ella.
Ella frunce el ceño.
—Pero ustedes no están en la misma división...
—Pero tenemos profesoras en común.
—Claro, claro —se ríe— Creo que fue a visitar a Jazmín.
Asiento con la cabeza y me despido de ella. Mamá vuelve y se sienta junto a mí, no le prestó atención, sólo sigo enviándome mensajes con Liam para ver si le apetece hacer algo porque me aburro y no tengo tarea o bueno... puedo hacerlas cuando vuelva.
—¿Quieres salir a cenar esta noche? —Me pregunta mamá— Sophie no quiere porque dice que se avergüenza de que la vean con su madre —entorna sus ojos con diversión.
Creo que a mí me daría vergüenza que me vean con el imbécil que tenemos por padre.
—Si... pero antes debo localizar a Brooke para darle lo de química —digo volviendo mi vista a mi celular.
—¡De acuerdo! —da pequeños aplausos— Iré a hacer la reservación.
Sale de la habitación muy feliz. En realidad me alegra que mamá este así, no soy estúpido, me doy cuenta de las cosas que ocurren a mi alrededor por más que siempre intente dar la imagen de un chico al que no le importa nada, me preocupo por todo. Sé que pasa malos ratos por Sophie y Stefan. Intento que la mayor parte del tiempo este feliz porque no merece estar mal.
Marco el número de Brooke y espero a que conteste. Uno... dos...
—Eres peor que comprar ropa y que no sea de tu talle —dice al contestar. Me río ante la comparación.
—¿Dónde estás? Necesito entregarte algo que me dio la profesora Dalia —miento.
Algo le sucede conmigo y no quiere verme. No sé qué mosquito le pico a Brooke, pero no pienso dejarlo así. No me gusta que las personas estén molestas conmigo.
—¿Te entrego mi examen? —pregunta con un tono alegre.
—Eh... sí, claro —asiento con rapidez— ¿Tu ubicación, Rulitos?
Me dice que le espere en la entrada del centro comercial y así lo hago. Luego de cinco minutos, Brooke sale con una bolsa en cada mano, puedo darme cuenta de que son de Victoria's Secret. Mi mente comienza a jugar conmigo.
Brooke lleva unas gafas negras, las mismas del otro día. Frunzo el ceño y me acerco sin previo aviso, quitándoselas. Sus ojos marrones están hermosos como siempre y me observan molestos.
—¿Qué crees que haces? —pregunta quitándome las gafas.
—¿Por qué las usas? Ni siquiera hay mucho sol.
Se encoje de hombros.
—Últimamente mis ojos están muy sensibles ante la luz del día y me gustan —dice, pero no le creo porque hace ese gesto raro que sólo hace cuando miente— Y bueno, ¿me das mi nota?
—No tengo prisa, ¿por qué no tomamos algo?
—Yo si —se vuelve a colocar sus gafas— Y tú seguramente también debes tener cosas que hacer, ver a Heather, por ejemplo.
Encontré lo que buscaba, así que Brooke está celosa de Heather. No aguanto y comienzo a reírme. Estábamos hablando de cosas del instituto, sin importancia. Como ella conoce bien a los del Consejo estudiantil le estaba preguntado si en el próximo baile podría ayudarlos a organizar todo o hacer de DJ, eso ayudaría mucho en mis calificaciones porque cuenta como nota.
—¿Por qué no me cuentas el chiste y nos reímos juntos? —pregunta molesta, quitándose sus gafas. Acabo de ser consciente de que tiene unas ojeras, que antes no tenía.
—El chiste es que te pusiste celosa de Heather, Brooke. Es lo más estúpido del mundo —digo sonriendo divertido.
—¿Celosa? ¡Ja! En tus sueños. Sólo estaba molesta —asiento sarcástico— Estábamos hablando antes de que te fueras a buscarlas, volviste y me ignoraste completamente.
No saben lo mucho que me estoy divirtiendo con esto. Brooke molesta y celosa es lo más tierno y a la vez sexy del mundo. Siento ganas de callarla con un beso.
—Estabas con Sophie, creí que no te importaría —me encojo de hombros— No te pongas así.
—Me besas, me dices que soy hermosa y luego te vas con ella ¿Cómo...? ¿Cómo no quieres que me ponga de esa forma?
Sus ojos comienzan a cristalizarse y su voz a fallarle. Frunzo el ceño. No creí se pondría tan mal por una simple estupidez.
—Todos mienten. Ya no puedo confiar en nadie... ni siquiera mi... —limpia sus lágrimas con su muñeca— ¿Sabes qué? Lo siento. No sé qué me sucede. Olvídalo.
Intenta irse pero al pasar a mi lado la detengo agarrándole de la muñeca. Brooke no sólo está mal por eso, es algo más y lo que dijo antes de limpiar sus lágrimas me lo dejó muy en claro. Pero ella no va a sincerarse conmigo, nunca habla de sus problemas con nadie.
—Heather no me interesa en lo absoluto, a mí me interesas tú, Brooke Williams.
—Entonces, ¿Por...?
—Quiero ayudar en el próximo baile para tener nota extra y necesito su ayuda. No seas tonta.
Suspira y recuesta su cabeza sobre mi pecho.
—Lo siento. Últimamente me estoy comportando como una idiota, yo... no tenía por qué hacerte una escena de celos. Lo siento tanto en sé...
—Sé mi novia.
Skyler POV
Ben viene platicándome sobre lo insoportable que se le hace la profesora Ferrer, cuando mi celular interrumpe su relato. Miro en la pantalla, es Jazmín.
—Contesta. No hay problema —me dice.
Suspiro. No quiero contestarle, no sé cómo demonios decirle que perdí el diario. Miro a Ben y sonrío forzadamente al mismo tiempo que contesto.
—¿Hola?
—Hola pequeña perra, ¿todo bien?
—Eh... sí, estoy con Ben en este momento —eso que digo parece agradarle a Ben, porque sonríe con la vista al frente.
—Entonces no te robo mucho tiempo —Jazmín ríe— ¿Cuando me darás el diario?
—Creo que debes dejármelo un poco más de tiempo. Yo... puedo averiguar más.
—Mmmh... —hace un sonido dudoso— Prometo regresártelo pronto. Lo necesito ahora.
Demonios, Jazmín.
—Bien, yo te aviso cuando este en casa.
—Ok. ¡Adiós!
Cuelgo y vuelvo a suspirar. Intentaré buscarlo nuevamente antes de que llegue y espero encontrarlo porque definitivamente va a matarme. Esto... diablos. No era un juego.
—¿Por qué esa cara de espanto? —pregunta divertido.
—Perdí algo que es de ella y quiere que se lo devuelva —hago una mueca.
—¿Algo como qué? ¿Un libro? —ríe levemente.
Me quedo en silencio mirándole un poco extrañada. ¿Cómo pudo haberle dado en el blanco tan fácilmente?
—Cielos, ¿atine? —vuelve a reír sorprendido— Cómprale otro. No creo que se dé cuenta.
—Es un libro... familiar. No puedo reemplazarlo —me encojo de hombros.
—Entiendo —asiente— Si necesitas ayuda para cambiar de identidad avísame —bromea. Me guiña un ojo.
Me río relajándome nuevamente. Estar con Ben hace que de alguna forma lo que suceda a nuestro alrededor me importe nada. Charlamos un rato más, dando vueltas por Los Ángeles, desviándonos varias veces del camino a casa. Hasta que un mensaje de mi mamá me llega.
Mamá: Sky, ¿cuándo vendrás? Recuerda que necesitamos charlar con ustedes.
Ay, cierto. Casi lo olvido. Tenemos esa charla pendiente. Le digo a Ben que es mejor si me lleva ya a lo que asiente, aunque me gustaría seguir aquí junto a él, debo ir con mis padres.
Quince minutos después está estacionando frente a mi casa. Tomo mi mochila.
—Gracias por traerme —sonrío— Y perdón por lo de hoy...
—No te preocupes —dice— No le hagas caso a los demás. Siempre dicen estupideces.
—Nos vemos, Langford.
—Nos vemos, Harrison.
Bajo y cierro la puerta. Literalmente estoy comenzando a confundirme con respecto a Ben y yo, a lo que somos o podríamos llegar a ser. Necesito urgente una sesión con mi diario telefónico.
Entro a casa y mis padres están sentados en la sala con Liam. Por más que la charla que tendremos claramente es sería, hay un buen ambiente entre ellos.
—¿Por qué tardaste? —pregunta Liam.
—¿Eres policía? —pregunto divertida mientras me siento— Hola mamá.
Ella me sonríe y frunce el ceño.
—¿Estás bien? Te encuentras algo pálida...
—Sky siempre ha sido así —dice papá pensativo.
—Claro que no, Tyler.
—Claro que sí, Sam.
—Que no.
—Que sí.
—Que no.
—Que sí.
—Que sí.
—Que no —dice papá y al segundo se retracta— Espera...
Mamá ríe.
—Nunca falla.
—¿Es idea mía o quieren cambiar de tema? —dice Liam.
—Creo que estás en lo correcto, hermanito —respondo.
Mamá y papá suspiran. No hay escapatoria, ya deben contarnos que es eso tan secreto e importante que deben decirnos.
—Bueno... ¿Por dónde comenzar? —dice papá riendo nervioso.
—Por el principio —responde Liam.
—No lo había pensado, hijo. Gracias.
—A ver... ¿Qué significan las X?
Decido tomar la iniciativa en esto. Me pone nerviosa el hecho de que den tantas vueltas para contarlo y además no puedo perder mucho tiempo aquí debo buscar el diario de Daniela.
—No lo sabemos exactamente —responde mamá con calma.
—¿Exactamente?
—Tenemos un... historial con esas estúpidas X y mensajes claves, como el que vieron en la fiesta de Austin —escucho con atención cada palabra que dice mi madre— Por eso, creemos que la persona que envió eso fue también la que envió los anteriores. Aunque es imposible que ella los mandará.
—¿Y quién es esa persona? —pregunta Liam.
Mamá mira papá, esperando su respuesta.
—Una amiga que estaba enfermamente enamorada de mí.
Liam comienza a reírse, de hecho es el único que está riéndose. Al ver que seguimos serios, va calmándose poco a poco hasta cesar.
—Oh, es en serio —dice y aprieta sus labios.
—Lamentablemente —asiente papá.
—¿Cómo es su nombre?
—Jessica.
Los siguientes minutos nos cuentan sobre esta mujer. Como dijo papá, estaba enamorada de él, aunque lo que mamá cree es que ahora sólo busca venganza. Que su amor por papá ya no existe, sólo odio. Las X pueden ser algún aviso de lo que se viene. Papá no cree en absoluto que sea Jessica y mamá está casi segura.
—¿Y qué podemos hacer para ayudar? —pregunto.
Mamá y papá se miran.
—Ustedes no deben hacer nada —responde papá— Sólo les contamos esto para que tengan cuidado y estén informados.
—¿Qué? Pero yo quiero ayudar.
—Sky, agradezco tu preocupación, hija —los ojos de mamá me observan con cariño— Nosotros los protegeremos a ustedes.
—Yo no dejaré que una loca intente lastimarlos.
—Y yo no dejaré que una loca nos lastime, ni a ustedes.
Papá se pone de pie y se quita la corbata con un signo de molestia. Estaba demasiado floja, aun así le sigue molestando. Mamá ríe por su drama con las corbatas.
—Iremos a buscar a Austin —dice papá— El tema finalizó aquí. ¿Quieren que traiga helado?
¿Cómo pueden dejarnos así? ¿Acaso es una especie de broma? No puedo quedarme sin hacer nada, sé que posiblemente este sonando como una mimada que quiere hacer lo que quiera siempre, pero son mis padres. No quiero sólo sentarme y observar cómo se enfrentan ante estas cosas.
—Tengo que acompañar a Katy a comprar el boleto.
—¿Boleto? —pregunto.
—Sí, Katy volverá a Francia. Su abuelo está enfermo.
Asiento con la cabeza y me pongo de pie para comenzar a buscar el diario. Papá me detiene y me observa divertido.
—¿Todo bien, niña floja?
—Sí, tengo tarea.
Es lo único que respondo. Estoy un poco molesta con todo esto. Siento que creen que soy inútil más que querer protegernos.
Llaman a la puerta y mamá va a abrir. Comienzo a subir las escaleras.
—Jazzy, que gusto verte por aquí.
Me detengo. Ay no.
—Hola tía Sam, vengo de pasada —ríe levemente— Vine a buscar unos zapatos que le preste a Skyler.
—Oh, claro... —asiente mamá y me mira— Sky, es para ti.
Demonios.
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Les deseo todo lo mejor para el 2018! Gracias por seguirme en cada una de mis historias, en la saga de MEN y en Distintos (ya está publicado el capítulo final, por cierto ahre) nuevamente, gracias, gracias, graciaaaaas ❤❤❤
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