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Capítulo 12: La tercera pista.

—¿Y qué vas a regalarle?

—Ya te lo dije, ¿Cuántas veces quieres que te lo repita?

—Es que tengo la esperanza de que hayas cambiado tu idea y hagas lo que te dije.

Me rio. Su idea fue que le regalara mi ropa interior.

Si, a mi mejor amigo le faltan varios caramelos en el frasco.

Puedo divisar la cabellera pelirroja de Heather a unos cuantos metros de mí, está hablando con un chico. Creo que es Connor.

—Ya estoy llegando al instituto —le aviso— Debo colgar.

—Oh, tu no me cuelgas —dice con rapidez— Yo voy a colgarte. No puedo creer que tenga que compartirte con esa tal Heather.

Si, le conté a Thomas que Heather también se quedaría conmigo el fin de semana. Lo primero que salió de su boca fue: "¿Ahora tu casa se convirtió en hotel?". Claramente lo dijo en broma, porque él quiere conocer a la pelirroja que me soporta la mitad del día. Estoy muy segura de que ambos van a llevarse genial.

—¡Oh! Estoy viendo a Xey. Está con sus amigos y me hizo una señal de que me acerque, ¡¿Qué hago?! —susurra/grita con desesperación.

Me quedo pensando. Últimamente Xey se estuvo comportando bien con Thomas y poco a poco voy aceptando que está en algo con mi mejor amigo. Pero, sus amigos, ellos son los seres humanos más estúpidos que conocí hasta el momento y no quiero que le digan alguna estupidez a Thommy. Recuerdo una vez que ellos le arrojaron una lata de gaseosa en la cabeza a él en clase. Ese día papá tuvo que ir a retirarme de la dirección, porque golpee a uno de ellos con mi libro de historia. Se excusaron diciendo que querían lanzar la lata al basurero. Imbéciles.

—¡Skyler! —la voz desesperada y nerviosa de Thomas hace que vuelva a la realidad, haciéndome dar cuenta de que me detuve. Vuelvo a caminar.

—No vayas.

Eso es lo primero que sale de mi boca. Algunos chicos suelen comportarse como idiotas cuando están con sus amigos y esto es peor, porque sus amigos son unos imbéciles. Tengo el presentimiento de que nada bueno puede salir de eso, por lo menos no con ellos.

—Voy a ir.

Y me cuelga.

Me quedo mirando la pantalla de mi celular totalmente indignada. No entiendo por qué demonios me pide consejos si hará lo que quiera. Vuelvo a llamarlo y nada, apago su celular. Si no estuviéramos tan lejos, juro que iría y lo estrangularía con mis propias manos.

Heather me hace una seña con sus manos para que me apresure. Ahora está sola. En cuanto estoy a su lado no tarda en darse cuenta de mi mal humor. Y si, Thomas ha logrado ponerme de esa forma. Solo espero, que esos idiotas recuerden mi amenaza, la que hice en mi último día de clases en el cual me expulsaron. Sigue muy intacta.

—Suele pasar —dice riendo e intentando quitarme un poco el enojo— Mis dos hermanos me piden consejos todo el tiempo y al final, hacen lo que ellos quieren.

—¿Tienes más de un hermano? —pregunto rascando mi nuca.

—Ajá —asiente— Son Connor y Travis. Soy la única mujer —sonríe complacida por ello.

No decimos nada más hasta que llegamos al gimnasio, donde será nuestra primera clase. La profesora Ferrer quiere que nos quedemos todos allí y luego de a uno iremos a dejar nuestro regalo en el lugar de la persona que nos tocó. Saludamos y nos disculpamos por llegar tarde, a lo que la profesora no le toma mucha importancia. No nos puso tardanza o al menos eso pareció.

—¿Tienen sus regalos? —todos asentimos. Los tenemos en nuestras mochilas para que los envoltorios no nos delaten— En cuanto diga su nombre se levantarán e irán a dejar su regalo.

Ben está hablando con Sophie y Dinah. Me quedo observándolo. Parece enojado, pero me di cuenta de que su rostro es así la mayor parte del tiempo.

Se da cuenta de que estoy viéndolo y me saluda con la cabeza. Eso hace que ambas volteen a verme. Sophie me lanza un beso, mientras que Dinah solo sonríe. Muevo mi mano en respuesta.

Justo en ese momento la profesora nombra el nombre de Ben y está vez me sonríe. Se levanta con su mochila negra en su mano y sale del gimnasio.

—Literalmente, yo, no... —dice Heather mientras pinta una de sus uñas de rojo—... Entiendo, como... puede... haber personas tan imbéciles en el mundo.

—Yo tampoco —respondo recordando a los amigos de Xey. Al pensar en ellos recuerdo a Thomas y vuelvo a ponerme nerviosa— Pero, ¿de quién hablamos?

—De mis abuelos —cierra el esmalte y mira sus uñas— Odian a mamá porque fue a la...

Se queda viéndome como si se acabará de dar cuenta de que hablaba conmigo y eso que dirá no puedo saberlo. Aclara su garganta y sonríe incómodamente.

—Hizo cosas malas en el pasado —sigue hablando— Pero era joven y... estúpida. Todos cometemos errores alguna vez en la vida.

La profesora Ferrer nombra el apellido de Heather y entonces ella se levanta, colgándose la mochila en el hombro. Ben ya está sentado nuevamente junto a Dinah y Sophie.

Me quedo pensando ¿Qué pudo haber hecho su mamá? Ella se puso tan incómoda de repente que debe ser algo muy malo y privado. De todas formas no preguntaré. Tampoco tiene que importarme.

Cuando Heather vuelve, mi nombre es el siguiente y ella me ayuda a levantarme del suelo tirando de mi mano. Me susurra algo al oído que no pude entender, pero por la cara que puso fue algo pervertido y claro que tenía que ver con Ben.

Salgo del gimnasio esperando que a Ben le guste mi regalo. Platique sobre esto con Heather y Thomas, por supuesto acepte la idea de la pelirroja porque no iba a regalarme mi ropa interior como había sugerido mi pervertido amigo. Y las pistas que debo dejarle son algo difíciles si no tiene buena memoria.

Me adentro en el salón. El regalo de mi amigo invisible ya se encuentra sobre mi pupitre. Siento tantas ganas de acercarme y ver que es, pero me controlo y voy hacia el lugar de Ben. Dejo la caja blanca que contiene auriculares sobre su pupitre, y la primera pista sobre ella. Luego, dejo la segunda pista sobre su silla.

Salgo con paso apresurado y me voy nuevamente al gimnasio. Me siento junto a Heather que me comenta sobre un libro nuevo que comenzó a leer y con sólo cinco capítulos el personaje principal ya la tiene enamorada.

—A veces odio los libros —me dice riendo con la cabeza gacha. Le miro sorprendida. Ella se da cuenta de mi mirada y se ríe más— No en el mal sentido, tranquila. Es que hacen que tenga expectativas muy altas en los chicos.

—Oh, si es por eso, coincidimos —asiento riendo.

Cuando todos ya han dejado sus regalos vamos al salón. Ya faltan pocos minutos para el primer receso, entonces nos apresuramos. Sólo somos veinte en la clase, pero algunos se quedaban para hacer tiempo.

Heather a mi lado chilla emocionada al ver su regalo. Es una brazalete de con piedras azules y algunos dibujos blancos en ellas. Comienza a leer las pistas, entonces decido leer las mías.

"No hay ser más fabuloso que yo"

Ashton y Liam no pueden ser. Mi primo no está en mi clase y mi hermano ya no está en el instituto. Decido leer la segunda pista.

"Sólo piensa en la persona más perfecta que exista y podrás descubrir quién soy ;)"

No creo que Ed Sheeran o Harry Styles sean mis amigos invisibles.

Leo la tercera.

"X"

¡Definitivamente esta es Sophie! Ella era la persona misteriosa del mensaje. ¿Ven? Sabía que era alguno de mis primos haciéndome una broma, como siempre.

Abro el regalo. Es maquillaje, unos labiales y un osito de peluche. Me dijo bien lo que tiene escrito en el estómago, dice: "De parte de la mejor prima que tienes". Sonrío. Ella como siempre tan modesta.

Veo a Ben disimuladamente, se encuentra viendo las pistas con el ceño fruncido. Siento ganas de reír ante su confusión. No será fácil descifrar mis pistas. Y estoy muy satisfecha con ello.

(...)

Me siento junto a Brooke. Ella estaba muy concentrada con su celular y en cuanto siente mi presencia, lo bloquea para sonreírme.

—Enséñamelo —digo elevando y bajando mis cejas con rapidez. Brooke se ríe y dobla las mangas de su campera violeta— Es muy lindo.

Paso mis dedos suavemente por el tatuaje de Brooke. Es un corazón. Comienza a contarme que una vez, en unas vacaciones, su padre le dibujo un corazón en su muñeca y recuerda que fue el día más divertido de su vida, por eso se lo tatuó. Cada vez que vea su muñeca recordará ese día y el sonido de las olas, los chistes malos de su padre y las risas de su madre.

—A papá le encantará —dice para sí misma, asintiendo con la cabeza— ¡Oh, y no sabes!

—No, realmente no se —digo riendo.

—¡Me comprarán un auto antes! —suelta un chillido— Esa fue la razón de la cena de último momento.

—Me alegro mucho —la abrazo sintiendo su perfume adentrarse en mis fosas nasales— Ahora podrás llevarme a donde quiera —bromeo.

—A donde quieras —réplica— Hasta el fin del mundo juntas.

Sonrío.

Ashton viene a sentarse junto a nosotras y a unos metros se quedan Connor y Ben, no entiendo porque no se acercan también hasta que unas chicas vienen a su lado. Mi primo saluda con la mano a esas chicas y Brooke también, poniendo una sonrisa falsa en su rostro. No respondo el saludo, porque no las conozco, pero puedo deducir que a mi prima no le caen bien.

—¿Quieren que las lleve hoy, damas? —pregunta nuestro primo sonriéndonos de lado.

—No, gracias —digo levantándome— Creo que papá vendrá a buscarme.

—Tengo que ir a otro lado —responde Brooke con aires misteriosos. Ashton le queda viendo, esperando que le diga donde— No voy a decirte a donde iré.

Ashton aprieta sus labios.

—Bien —se levanta del césped— Nos vemos entonces, Sky.

Va junto a sus amigos y todos juntos vuelven a adentrarse al instituto. Nos miramos entre nosotras y reímos.

—No se despidió de mi —dice Brooke negando con la cabeza— ¡Qué maleducado! —espeta con fingido dolor.

—¿Dónde irás de todos modos? —pregunto divertida.

—Saldré con papá a tomar un helado —se encoje de hombros— Hace años que no me invitaba a tomar un helado...

—El siguiente año irás a la universidad. Quizás se puso melancólico —elevo mis cejas— Sabes cómo son los padres.

Recuerdo cuando mamá llevo a Liam a un parque de diversiones el año pasado. Fue para revivir todas esas veces que lo llevaron cuando era niño. Seria normal si mi hermano mayor no hubiera discutido con un niño de diez años por chocarlo en los autitos chocones.

Liam POV

Mis padres están en el trabajo, Austin y Skyler en clases. Estamos solamente Katy y yo en la casa. Pero no sé qué le sucede. La observo pintar con el semblante triste y suelta un suspiro.

Salgo al patio ante su mirada y me acuesto en el piso. Coloco una mano en mi cintura y con la otra mantengo elevada mi cabeza.

—Dibújame como una de tus chicas francesas, Katy —digo sonriendo.

Katy se ríe un poco y vuelve la vista a su pintura. Me levanto del suelto y voy hasta su lado. Observo como desliza el pincel suavemente por el lienzo.

—¿Qué tienes? —pregunto comenzando a jugar con unos mechones de su cabello rubio.

—Tú estarás a mi lado siempre, ¿verdad? —pregunta ella mirándome directamente a los ojos.

Frunzo el ceño y me incorporo algo sorprendido por su pregunta. No me esperaba algo así, pero tampoco necesito pensar mucho mi respuesta.

—Claro que si —sonrío aún confundido— ¿Por qué me preguntas eso?

Ella parece más tranquila y más alegre. Sonríe abiertamente volviendo su atención a la pintura.

—Inseguridades mías —responde negando con la cabeza y restándole importancia— Te quiero, Liam.

—También te quiero, Kat.

Katy besa mi mejilla y comienza a terminar su pintura de un atardecer.

Skyler POV.

Puedo reconocer el auto de mi papá en el estacionamiento del instituto. Camino hasta él y abro la puerta con una sonrisa, papá me recibe igual.

—¿Qué tal todo, niña floja? —me pregunta mientras comienza a escribir un mensaje.

—Bien hasta el momento —me encojo de hombros.

Puedo ver que Ben está estacionado frente a nosotros. Él viene caminando hasta su auto y mira por reflejo hacia nosotros. Me saluda con la mano y una sonrisa en el rostro. Le devuelto el saludo.

—Ugh —dice papá— Ese chico.

—¿Qué tienes con Ben? —pregunto riendo.

—No me cae bien.

—Ningún chico que se acerque a mi te cae bien.

—Exacto —asiente riendo y arranca el auto.

En el camino ambos colocamos una canción y vamos cantando. Mientras hacemos movimientos raros. Esa es una de las razones por las cuales amo a mi papá. Cuando estamos en casa mi mamá se encuentra sentada con Austin en la sala.

—Hola Sky, ¿Al final quien era tu amigo invisible? —pregunta mamá en cuanto me ve.

—Era Sophie —digo riendo— Me olvidé de contarte, papá. Me regaló maquillaje y un osito muy lindo.

—Es muy tierno de su parte —dice mamá sonriendo.

Asiento y voy a mi habitación a dejar mi mochila. Coloco el osito que me regaló Sophie en mi mesita de luz y el maquillaje en mi baño. Vuelvo al living donde Austin está contándole algo a mis padres.

—¡Ya se lo que quiero ser cuando un adulto! —exclama mi hermano elevando su puño al aire.

—Cuéntanos, Austin —dice papá mientras mamá escucha con atención.

—Quiero ser astronauta para volver a encontrarme con los ovnis.

Mi hermano es muy normal, por suerte.

—Tú puedes ser lo que tú quieras ser, cariño —dice mamá acariciando la mejilla de Austin.

Alguien llama a la puerta principal y como soy la que más cerca de ella está debo encargarme de atender. Abro la puerta encontrándome a Sophie y la tía Emily.

—Hola Sky —me saluda la tía Emily sonriendo.

Se ve hermosa. Puedo notar que ya no se ve más como antes, ahora parece realmente feliz, no como antes, que parecía que iba a llorar en cualquier momento. No sé qué haya cambiado, pero me alegra verla bien.

Sophie y yo nos vamos a mi habitación. Ella chilla enternecida al ver al osito en mi mesita de luz. Nos sentamos en mi cama para platicar.

—¿Y Ashton? —le pregunto recostándome por el respaldo.

—Oh, con sus amigos —responde mirando sus uñas— ¿Puedes creer que pronto es el baile y no tengo pareja?

Frunzo el ceño.

—¿Cuál baile? —pregunto.

—El baile por el cumpleaños del instituto —contesta— ¿Con quién crees que pueda ir?

Me encojo de hombros. No conozco a casi nadie del instituto. Sólo a algunos compañeros, los amigos de Ashton, mis primas y Heather.

—Dinah piensa ir con Ben —suelta con la mirada en el techo— Así que... ¿Crees que vaya con Connor? Porque ellos son los únicos pasables del instituto para mí...

—Como tú quieras —me encojo de hombros algo desganada.

Por eso estaban hablando tanto hoy Dinah y Ben, hablaban del baile y de cómo asistirán juntos. Bueno, me gustaría decir que harían una pésima pareja, pero estaría mintiendo.

—¿Acaso te gusta Connor? —me pregunta abriendo sus ojos celestes con sorpresa. Niego con el ceño fruncido— Entonces, ¿te gusta Ben?

—No me gusta nadie.

Hace un sonido con la nariz.

—Como tú forma de hablar cambio tan de repente... —se encoje de hombros— Como sea. Ayúdame a decidir con quién ir...

Y estuvo mencionando nombres de chicos que desconozco por más de quince minutos, explicándome como son físicamente y diciendo los pros, y sus contras de aceptar ir con ellos. Amé a Katy cuando nos avisó que bajáramos a cenar, con la comida era la única forma de callar a Sophie.

—De nosotros dos siempre fui el más responsable —dice papá mirando a la tía Emily— El más guapo también, ¿verdad, Em?

 La tía Emily se pone seria de repente y eleva su mentón.

—¿Quién ganaba concursos de belleza cuando era pequeña tú o yo? —pregunta divertida.

—Claro que yo —responde papá y mira a Austin— Me coronaron Miss New York cuando tenía siete —hace una mala imitación de la tía Emily.

La cena fue muy divertida. Hablamos del instituto, los planes que tiene mi hermano por el momento y Sophie comentó que comenzaría clases de jardinería. No sabía que había clases de jardinería, pero me alegré por ella. Austin nos platicó sobre los ovnis, cosas normales como siempre.

Por un momento olvide que Ben aún no me ha enviado un mensaje, ¿aún no resolvió mis pistas? Hoy no tuvimos la oportunidad de hablar en persona. Quizás me dirá mañana que soy su amiga invisible o quizás está ocupado hablando con Dinah, planeando todo para el baile.

¿Por qué eres tan negativa?

Soy así consciencia. Déjame ser. Además, lo último es más probable. Sólo estoy siendo realista.

—Olvide mi celular en tu cama —me dice Sophie tirando de mi mano.

Subimos a mi habitación y al mencionar celular recuerdo el mensaje que me envió en broma. Me río, pero ella ignora eso.

—Así que tú me enviaste ese mensaje texto —muerdo mis labios y niego con la cabeza— Que suerte que no le dije a mis padres.

—Yo no te envié nada —abre la puerta de mi habitación y se adentra para buscar su celular— No envío mensajes de texto en pleno siglo veintiuno.

Frunzo el ceño y me río secamente.

—Vamos, no te hagas.

Se voltea con su celular en manos.

—No me hago —se ríe— Puedes revisar mis mensajes si quieres.

Ahora ya no me río.

—¿Entonces por qué era la tercera pista?

Ladea la cabeza.

—Yo sólo te dejé dos pistas. No sé de qué tercera me estás hablando.

Un escalofrío recorre mi cuerpo. Justo en ese momento la tía Emily le grita a Sophie que se apresure en buscar su celular. Mi prima entorna sus ojos y se acerca para depositar un beso en mi mejilla.

—Sólo deje dos pistas y son fabulosas como yo —sonríe— Buenas noches, Sky.

Pero no me muevo. Me quedo recostada en el umbral de mi puerta. Si ella no dejó la tercera pista, ¿entonces quién? ¿Qué otra persona querría hacerme una broma? Heather no puede ser, no le conté sobre el mensaje. De última podría ser Dinah, pero no tenemos la confianza suficiente para que quiera hacerme una broma.

Mi celular comienza a sonar en la cama. Me acerco lentamente con el ceño fruncido y demasiado confundida. La pantalla dice "Ben", él está llamándome. Cierro la puerta de mi habitación y contesto la llamada.

Harrison, tú sí que sabes dejar pistas y a la vez no.

Su voz grave y ronca hace que me olvide del tema del mensaje y la tercera pista.

—¿Y cómo sería eso, Langford? —pregunto con una sonrisa.

Tus pistas eran muy fáciles, pero lo que las hacían difícil es que estaban en japonés.

Me siento tan orgullosa y agradezco a Austin por darme esa idea. Oh, también le doy las gracias al traductor de Google, no sé qué hubiera sido de mis pistas sin ellos.

Tuve que cambiar el idioma de mi celular a japonés —cuenta riendo— No pude volver a ponerlo en inglés y tuve que llevar a configurar mi celular.

Comienzo a reírme.

—Soy muy genial —digo entre risas.

Sí que lo eres —dice sin reírse— Por cierto, gracias por los auriculares, Harrison.

—De nada —contesto— ¿Puedo saber por qué ya no me llamas por mi nombre? Acabo de darme cuenta de ello.

Se toma unos segundos para responder.

Porque quiero recordar que eres una Harrison.

Frunzo el ceño divertida.

—¿Por qué quieres recordar eso? —pregunto riendo.

Porque el día que fui a tu casa tu padre se encargó de decirme que recuerde eso antes de pensar si quiera en hacerte daño —contesta riendo y siento morir de vergüenza.

Ay, por Dios, ¿por qué me tuvo que tocar el padre más sobreprotector del planeta tierra?

—Lo siento, de verdad. Papá es muy sobreprotector —siento mis mejillas arder. Suelto un suspiro— Cuéntame algo.

Tengo ganas de hablar con él. Me siento muy aburrida.

Dinah quiere que vaya con ella al baile, pero aceptar sería una locura.

—¿Por?

Quiere que mi ropa convine con la suya —responde— Planea llevar un vestido rosa. ¿Te imaginas verme con un traje rosa? Dijo que se encargaría de comprarlo.

Comienzo a reírme. No puedo imaginarme a Ben con traje rosa, estoy acostumbrada a verlo con colores neutros. Le sacaría una foto y felicitaría a Dinah si logra meterlo en un traje rosa.

—Le diré a Ashton que te saque una foto —digo riendo.

¿No iras?

—No tengo pareja.

No es necesario ir en pareja.

—Lo sé, pero no quiero ir.

Pero yo quiero que vayas.

Me quedo con la boca entreabierta cuando dice eso. No esperaba que dijera eso. Me siento feliz de repente y siento ganas de reírme. Corrección, me rio ante lo que acaba de decirme y lo peor de todo es que no puedo detenerme.

Eh, tengo que salir —dice— Hablamos mañana, Harrison.

—No, espera...

Me colgó.

Diablos. ¿Por qué tengo que reírme descontroladamente cuando me pongo nerviosa?

Brooke POV

Sonrío al leer ese mensaje.

"Te veías muy linda hoy"

Estuve leyendo una y otra vez el mismo mensaje. No fue difícil aprendérmelo de memoria. Cuando mamá me pregunto si quería ordenar pizza porque no le apetecía cocinar, casi le respondo eso. ¿No les pasa que un mensaje es tan lindo que sienten ganas de enmarcarlo? Porque a mi si y mucho.

Mi respuesta no fue ni la mitad de eufórica y alegre que estoy ahora. Mamá una vez me dijo: No demuestres mucho lo que te hacen sentir, a veces pueden usar eso en tu contra.

Entonces, mi respuesta solo fue un:

"Y todos los días de mi vida."

¿Por qué ese mensaje tan simple y tonto causó una exposición de mariposas dentro de mi estómago?

Sé la respuesta, pero me niego a decirla en voz alta o pensarla si quiera. Porque está mal. Mi corazón debe entender que no se puede, pero es obstinado y no se fija en nadie más.

—Brooky... —papá golpea la puerta de mi habitación.

—¡Pasa! —exclamo incorporándome en la cama y dejando de ver el mensaje que marqué como favorito— ¿Todo bien?

Desde la cena he notado que mi papá está diferente. No sé qué estará afectándole, aunque tengo mis teorías. Puede ser algo del trabajo o como dijo Sky se puso melancólico porque este es mi último año de secundaria.

—Sí, todo tranquilo —ríe y se sienta a los pies de mi cama. Frunce el ceño divertido— ¿Por qué estás tan sonriente?

Recuerdo el mensaje y... siento mi cara arder.

—Sólo... estoy feliz —él asiente sarcástico— Es que, ¿no puedo estar feliz, padre? —pregunto arqueando una ceja.

Eso cambia su mirada.

—Para mí que seas feliz es lo más importante del mundo —me dice sonriendo de lado— Y también que te cuides mucho.

Frunzo el ceño ante lo último que dijo. Papá se pone de pie e introduce una de sus manos en los bolsillos de su pantalón, vuelve a sacarla y unas llaves bailan en sus dedos. Abro mis ojos lo más que puedo, no logro creerlo.

—Es... mí...

Papá posa sus manos en sus orejas en el momento justo. Comienzo a gritar emocionada. Sabía que iban a regalármelo, pero la cena fue ayer, pensé que lo harían más adelante. Me levanto y abrazo a mi padre, para eso necesito hacer puntitas.

—Gracias, gracias, gracias. ¡Te amo! —digo sonriendo.

La risa de papá suena en mis oídos. Ambos nos separamos y bajamos las escaleras juntos. Cuando salíamos de la casa puedo ver a mi primer hijo estacionado junto al auto de mamá.

—¡Sorpresa! —exclama mamá y Melanie con alegría.

Papá va a pararse junto a mamá y me permito apreciar a mi hijo. No, es hija. Se llamará Daisy.

—¡Los amo!

Mamá sonríe y pasa uno de sus brazos por la espalda de papá. Quien sonríe sin separar los labios.

—¿Y cuándo me regalaran un auto a mí? —pregunta Melanie mirando a nuestros padres.

—Cuando seas grande como tú hermana, cielo —le responde mamá.

—Aish, tengo que esperar muuuchos años.

—No tengo cincuenta, Mel —digo riendo.

—¡Entonces quiero tener novio! —dice ignorando lo que acabo de decirle.

Papá eleva sus cejas en sorpresa y mamá sólo se ríe.

—Sobre mi cadáver.

—¡Luke! —le regaña mamá riendo— Cariño, no digas eso.

—Ambas son muy pequeñas para tener novio —niega con la cabeza— No lo apruebo.

Si supieras quien me gusta papá...

Skyler POV

Deben ser las una de la madrugada. Mi garganta está muy seca y es porque no bebí agua en todo el día. Es tan molesto, tanto que no me dejará dormir. Así que me levanté para buscar agua en la cocina. Me sorprendí a mí misma al no chocarme con nada, ya que estaba intentando no hacer ningún ruido y con la mala suerte que tengo siempre me choco todo. Esta vez no.

Camino por el pasillo haciendo puntitas y el vaso en una de mis manos, y mi celular en la otra. La linterna está encendida. Liam tiene la manía de apagar todas las luces antes de dormir. Es un enfermo. ¿Acaso quiere que ruede por las escaleras?

—Tyler, deja de pensar en eso.

Mamá y papá aún están despiertos. La luz que se cola por debajo de la puerta de su habitación me enseña un poco el camino.

—Es nuestra hija, Sam.

Me detengo al oír eso. Están hablando de mí, claramente. A menos que tengan otra hija y no me haya enterado.

—¿Recuerdas lo que nos dijeron los orfanatos? —dice mamá— Los tres han sido adoptados por diferentes familias y se encuentran en diferentes lugares del mundo. Inclusive Gabriel nos lo confirmó...

—Si algo llegará a pasarles a alguno de nuestros hijos por mi culpa no me lo perdonaría...

—Nada va a pasarles —le interrumpe mamá— Deja de pensar negativamente.

Comienzo a caminar hacia atrás y choco con un pequeño cuerpo. Ahogo un grito mordiendo mi lengua con fuerza. Volteo encontrándome con Austin y un chocolate en la mano.

Mis padres no le dejan comer golosinas cuando es de noche y menos en la madrugada porque luego le duele el estómago.

—¿Por qué tienes un chocolate en la mano? —pregunto en susurro.

—¿Y tú por qué escuchas las conversaciones de nuestros padres?

Austin puede ser anormal, pero es astuto e inteligente.

—Yo no te vi y tú no me viste, ¿trato hecho? —digo.

—Trato hecho.

Se da media vuelta y se va.

Mis padres apagan la luz de su habitación, entonces decido irme a acostar. Bebo el agua y dejo el vaso medio lleno en mi mesita de luz. Con la mirada en el techo, me pregunto:

¿De quienes estaban hablando? 

Nuestra bella Emily en multimedia.

¿Saben de quien gusta Brooke? ¿De quienes hablaban Sam y Tyler? ¿Qué paso con la decisión de Luke? ¿Quién dejo la tercera pista?

¿Les gustaría otro chat? Cada voto es un "Tramítame el chat, Valentina" ahre


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