Capítulo 13: No somos familia. [B]
BROOKE
¿Alguna vez se sintieron tan miserables que desearon poder arrancar ese sentimiento de ustedes y ponerlo lo más lejos posible?
Pues así me siento en este momento. Desearía poder arrancar toda la tristeza que cargo, guardarla en una caja y arrojarla al fondo del mar.
Pero lamentablemente los sentimientos no funcionan así. Sobre todo, aquellos que ignoramos durante mucho tiempo y terminan convirtiéndose en monstruos gigantes que te sostienen tan fuerte que sientes que no puedes respirar.
Así me siento desde hace mucho tiempo, solo que recién me doy cuenta.
Pasé todos estos meses ignorando mi nueva realidad que por un momento me volví solo una espectadora en mi propia vida, no tomaba ninguna decisión, no era parte de nada, solo la veía cambiar de rumbo con cada decisión que mis padres tomaban y lo aceptaba.
Pero finalmente estallé y lo veo todo muy claro. Las imágenes borrosas y los sonidos inaudibles quedaron atrás. No voy a seguir permitiendo que mis egoístas padres sigan teniendo el curso de mi vida.
No voy a dejar que mi padre venda la casa, así que voy a tener que pensar cómo convencerlo porque invadir la propiedad de forma ilegal no es una muy buena estrategia.
Primero lo primero: instalarme.
Tuve que faltar a la escuela hoy porque no traje ropa conmigo, ni ninguna de mis cosas. Tendré que ir a buscarlas, pero no puedo aparecer, así como así. La casa de Emily es grande, pero no creo que lo suficiente para que nadie note que volví y soy muy orgullosa para dejar que lo hagan.
Así que recurro a la única persona que sé que puede ayudarme: Sophie.
Ella es la única que puede hacerme entrar en esa casa sin que nadie se entere. No quiero que Emily sepa dónde estoy, mucho menos Luke, tampoco quiero preocupar a Melanie con esto, así que solo me queda Sophie.
Entonces le escribo un mensaje preguntándole si puede ayudarme, su respuesta llega unos cuantos minutos después.
Te veo en dos horas.
(...)
Mientras espero que sea hora de reunirme con Sophie, intento dormir un poco. Anoche mi mente inquieta no me dejo descansar ni un segundo, mucho menos el olor a encierro de la casa y ahora ocurre lo mismo. Hay mucho silencio a mi alrededor, pero mucho ruido dentro de mí.
Entonces me levanto y recorro las habitaciones quitando las mantas blancas que cubrían los muebles, esperando encontrar algo de la calidez en de mi antiguo hogar, pero sigo sintiéndome una desconocida aquí, buscando el calor de un fuego que ya se apagó hace tiempo.
El mensaje de Nash avisándome que está afuera hace que vuelva al primer piso. No lo invité, pero insistió en venir al saber que tuve problemas con mi padre. Al parecer estudia en casa, así que puede cancelar sus clases cuando él lo desee, así que lo hizo para poder venir.
— Hey —le digo en cuanto abro la puerta.
— Linda casa —contesta a mi saludo— Acogedora —y eso claramente fue sarcasmo.
Me hago a un lado para que pueda entrar.
— Lo fue en algún momento —contesto con tono seco.
— Pero no te preocupes, aún hay salvación —recorre la habitación con una mano en su mentón— Más iluminación, tal vez muebles blancos, no marrones, ya no se usan, sin ofender. Y... —estornuda—... el polvo.
— Tengo que hacer modificaciones, lo sé —suelto una pequeña risa— Y limpiar —agrego ladeando la cabeza— Pero primero quiero traer mis cosas.
Nash junta ambas manos y, dejando de lado cualquier intención de continuar con la broma, me pregunta:
— ¿Quieres hablar de lo que pasó con tu padre?
Lo pienso por unos segundos. Una parte de mí quiere contestar que no, que fue una estupidez y aunque no parezca, no tiene importancia. Pero la otra no quiere seguir acumulando cosas, no quiere volver a explotar como lo hice con Luke.
Aunque la parte anti acumulación de cosas está ganando, me esfuerzo por negar con la cabeza.
Comienzo a caminar hacía la sala, las puertas que llevan al patio trasero están abiertas así que deja entrar un poco de corriente, haciendo que la situación de encierro por la que ha pasado la casa durante estos meses, se note menos.
— Fue una estupidez —me encojo de hombros bajo la mirada atenta de Nash— Es solo que ya no soporto a Luke.
— ¿Luke?
— Mi padre —le explico.
— Pues mi hermano y tú se llevarían muy bien, entonces —comenta más para sí mismo que para mí— Él tampoco soporta a nuestro padre.
Me siento en el sofá que fue mi cama anoche mientras que Nash continúa recorriendo la sala.
— Escuché que es algo bastante frecuente últimamente —comento con ánimos de bromear, pero mi voz no me acompaña en el sentimiento.
Nash se acerca a la chimenea y se queda viendo uno de los cuadros que está ahí con una pequeña sonrisa.
— ¿Esta es tu familia? —me pregunta sin dejar de ver el cuadro.
Me pongo de pie para ver de qué cuadro se trata y cuando lo veo, me arrepiento de haberlo hecho. La sensación de melancolía que ignoré durante estos minutos con Nash, me golpea con fuerza al ver una postal de navidad.
La foto es vieja, de hace tres navidades tal vez, estamos los cuatro llevando pijamas a juego obviamente de la temática que festejamos. Era rojo y tenía una estúpida cara de reno en el frente que ahora me resulta traumática, pero en ese momento me pareció divertido.
La foto fue en el mismo sillón de ahora. Melanie está con una sonrisa, sentada en las piernas de mamá y ella besa su mejilla. Mientras que yo me encuentro detrás del sofá, inclinándome para abrazar a Luke por los hombros y sonreír junto a él.
Esa foto causa más de lo que me gustaría.
— Sí, esa era mi familia —contesto con tono seco.
Nash sigue fascinado mirando las fotos, entonces vuelvo a sentarme en el sofá. Inconscientemente me siento en el mismo lugar que mi mamá en la fotografía. Miro hacía la parte donde estaba Luke y siento algo feo en el pecho.
— Son fotos muy lindas —dice dejando en paz los cuadros que están sobre la chimenea— Luces muy diferente.
Eso no puedo negarlo. Durante estos años tuve bastantes crisis donde los primeros lugares a los que recurría era la peluquería o donde hicieran piercings y tatuajes.
En todas esas fotos tengo mis rizos naturales y desde hace un año me hago un tratamiento para tenerlo lacio, además de teñirme algunos mechones de colores fantasía.
Pero este último tiempo dejé un poco los colores de lado, solo me lo teñí de negro por el momento y agregué un piercing en mi nariz, y en mi ceja derecha.
— Nosotros no tenemos fotos como estas —señala pensativo— Supongo que lo agradezco. No quiero que los demás sepan como estaba antes de la pubertad.
Me quedo viendo la foto desde mi lugar. Supongo que evité acercarme a la chimenea justamente por esa razón, no quería toparme con estúpidas fotografías que me harían sentir melancólica.
— Yo las quemaría si tuviera leña —bromeo, aunque no del todo.
— Que suerte que no la tengas —contesta viéndome con curiosidad— Suena a algo de lo que te arrepentirías.
Ladeo la cabeza. También me suena a algo así. Saco mi celular dándome cuenta de que ya es hora de ir a buscar mis cosas a casa de Emily.
— Tengo que ir por mis cosas —le aviso a Nash, poniéndome de pie.
— ¿Vas a enfrentar a tu padre? —me pregunta, extrañado.
— No... —me río. Estaría completamente demente si fuera a ver a Luke a horas de nuestra discusión— La hija de su esposa va a ayudarme a recuperar mis cosas.
Le escribo un mensaje a Sophie en ese momento.
¿Ya estás en tu casa?
La respuesta llega al cabo de unos segundos; una foto de ella acostada en mi cama con enseñando la lengua.
— Es hora —murmuro guardando mi celular en el bolsillo de mi jean.
— ¿Quieres que te acompañe? —me pregunta poniéndose de pie también.
Analizo su propuesta y estoy a punto de rechazarla, pero siento que necesito compañía para volver a esa casa. Me siento extraña, todo es muy reciente y la adrenalina de mi discusión con Luke aún sigue movilizando todos mis sentidos.
Acepto que me acompañé y aunque traje mi auto, Nash insiste que quiere llevarme. También cedo a su propuesta, después de todo, no sé si voy a poder concentrarme en conducir como se debe si tengo en la cabeza que voy a volver a la casa de Emily.
— Cuéntame más sobre ti —le pido luego de quince minutos de tortura. Mi cabeza crea posibles escenarios que hacen que me ponga más nerviosa— Háblame sobre tu hermano. ¿Por qué se lleva mal con tu padre?
Mi pregunta es algo abrupta y posiblemente descortés, pero es producto de los nervios. Necesito escuchar algo más que a mí misma. En los momentos menos oportunos, soy un verdadero dolor en el trasero.
— ¿Mi hermano? —asiento, girándome lo suficiente para verlo. Nash mantiene la mirada al frente en todo momento— Él... culpa a papá por la muerte de nuestra madre.
Esto es demasiado personal. Diablos. ¿Qué debería contestar a eso?
— Lo siento. No debí... —me disculpo sin saber que decirle.
— No, está bien —contesta— Tu preguntaste, yo decidí contestar —se encoje de hombros.
— Lamento que su relación sea mala, entonces...
— ¿Relación? —se ríe y no entiendo el chiste— Ni siquiera se hablan.
— Debe ser difícil para ti —hago una mueca.
La sonrisa de Nash flaquea.
— Es gracioso, de hecho —le miro intrigada— Uno pensaría que con el tiempo iba a acostumbrarme, pero sigue siendo difícil que dos de las personas que más quieres se detesten.
El resto del camino no decimos nada y mis pensamientos me abandonaron, estuve sintiéndome mal por la situación de Nash como para preocuparme por mis problemas.
Surgieron muchas preguntas, como, por ejemplo, ¿Cómo falleció su madre para que su hermano culpe al padre por ello? Pero no quería seguir echando sal a la herida de Nash.
No quiero prestarle atención a mis problemas, pero no por ello voy a hacer que mi nuevo amigo me cuente los suyos.
Cuando nos detenemos frente a la casa de Emily, mi cabeza comienza a maquinar otra vez y reproducir la discusión que tuve con Luke hace solo unas horas. Con esos flashbacks para nada lejanos, mi nerviosismo aumenta y deseo con todo mi corazón, no cruzarme con él.
— Ya vuelvo —le digo a Nash en cuanto bajo del auto.
— Aquí voy a estar esperándote —me asegura con una mano en el volante— Tranquila.
La expresión en mis ojos lo impulsaron a decir la última palabra y de verdad me hizo sentir mejor saber que, al menos está vez, tengo alguien que va a estar para mí.
Una vez que estoy adentro soy silenciosa y rápida. Voy directamente a mi habitación, esperando estar sola para juntar mis cosas e irme, pero Sophie está ahí utilizando su celular. Cuando abro la puerta, ella hace a un lado su móvil para verme como si fuera alguna especie en extinción que necesita su ayuda.
— Me alegra que estés devuelta —dice con suavidad.
Le sonrío apenas y me pongo en marcha para juntar mis cosas. Lo primero que hago es hacer a un lado mi mochila de la escuela donde están algunos de mis libros, los demás los tengo en mi casillero.
Abro mi armario para buscar mi valija, la abro y la dejo en el suelo para comenzar a arrojar ropa ahí.
— Brooke, quiero que hablemos un poco.
Me paralizo unos segundos al escucharla.
— Estoy apurada —contesto sacando unas blusas perfectamente dobladas y las aviento dentro de la maleta.
Puedo sentir que Sophie se levanta de mi cama y da unos pasos hacía mí.
— Lo sé, pero también sé que, si no te digo esto ahora, no podré hacerlo en mucho tiempo porque obviamente vas a evitarnos a todos.
Ignoro que las manos me tiemblan y sigo sacando ropa. Tampoco le contesto. No quiero escuchar a Sophie, pero tampoco puedo decírselo y espero que mi silencio sea respuesta suficiente.
— No tienes que hacer esto, Brooke.
¿Por qué diablos me hace esto?
— Sé que estás pasando por algo difícil y también sé que esto no es nuevo —ella continua— Pero eres lo suficientemente fuerte para lograr superarlo.
Trago con dificultad debido al nudo que se formó en mi garganta desde que Sophie comenzó a hablar.
La rodeo para ir al baño a buscar algunas cosas al baño. Allí me miro al espejo casi con miedo, miedo de encontrarme con la misma persona que fui anoche con Luke. Puedo sentir que todos mis esfuerzos por contener todo lo que llevo acumulado, nuevamente empiezan a debilitarse.
Bajo la mirada rápidamente y guardo mi delineador, cepillo de dientes y pasta dental en un neceser que utilizo cuando necesito llevar estas cosas.
Sophie sigue parada ahí en silencio, viéndome moverme por toda la habitación en busca de cosas que no sé, solo para evitar hablar con ella. En un momento, me sorprende parándose frente al armario, obligándome a verla a los ojos, pero aun así no logro hacerlo.
— No tienes que hacer esto, Brooke —vuelve a repetir en un susurro cargado de tristeza.
Aprieto mis labios, rogando en silencio que se haga a un lado.
— Queremos que estés bien y aquí en casa con nosotros —intenta posar su mano en mi hombro, pero la esquivo con un movimiento leve. Ella la baja lentamente— Somos tu familia.
Esa última palabra logra acabar con todos mis esfuerzos por contenerme.
Por primera vez desde que llegué, soy capaz de verla a los ojos. Me encuentro con la mirada que estoy recibiendo de parte de todos hace meses; lastima.
Eso me enfurece más.
— Eres... increíble —espeto con enojo— No sé cómo lo haces. De verdad.
Sophie me mira desconcertada.
— Si recuerdas como estabas el año pasado, ¿no? Ya sabes, deprimida porque tu padre era una basura y tu entorno toxico —ella traga duramente— Pero te metías en la vida de todo el mundo y todos te perdonábamos porque la tuya apestaba, entonces era normal que quisieras enfocarte en la de los demás.
El año pasado cuando salía con Ashton, su hermano, Sophie literalmente hizo mi vida imposible por ello. También ayudó a que su ex mejor amiga estuviera con el, en ese entonces, actual novio de Jazmín. Aquello causó que se distanciaran por mucho tiempo.
— Ahora tu vida está mucho mejor y uno pensaría que cambiarias, que te centrarías en tus asuntos —me rio sin ganas— ¡Pero aquí estás! ¡Aun metiéndote en la vida de los demás!
Sophie parpadea, sorprendida.
— Estás enojada... —intenta excusarme.
— Sí —espeto entre dientes— Pero también estoy diciendo la verdad.
Sus ojos expresan el asombro que sus labios no pueden articular. Es la primera vez que me dirijo a ella de esta forma, también posiblemente la primera vez que alguien le dice algo que odia escuchar; la verdad.
— Yo no tengo tanta paciencia como los demás, Sophie. Ya no más —le advierto con dureza— Ya déjame en paz.
Ella asiente con la cabeza, viéndome con los ojos cristalizados. Finalmente se hace a un lado y camina hacía la puerta.
— Y no somos familia —espeto.
Escucho que sus pasos se detienen durante unos segundos y luego vuelve a caminar, cerrando la puerta de un portazo.
Termino de empacar mis cosas minutos después y bajo antes de cruzarme nuevamente con Sophie o peor, Luke.
Nash está esperándome como dijo. Al verme entrar deja de mirar el atardecer para centrarse en mí.
— ¿Cómo te fue? —me pregunta inocentemente.
Miro a Nash con pesadez.
— Creo que lo hice otra vez.
— ¿Qué cosa?
Remojo los labios.
— Explotar.
Nash me mira pensativo y luego arranca.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
El nuevo comienzo de Brooke la está alejando de todos, ¿Creen que sea para bien o para mal? ☹☹
Siendo sincera, creo que es necesario...
Conocimos un poco más de Nash :)))
¿Qué les pareció el capítulo?
Nos leemos!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro