Las huellas no sólo están tatuadas sobre mí piel
Dejan heridas graves al fondo de mí entristecida alma
Vanidades dejan rastros de mí, no escucho calma
Esperando señal como un gato fiel.

Hace tiempo que no veo la luz de la noche
Y el oscuro y misterioso amanecer
Las marchas solo quedan como reproche
Y en las dichosas dudas me quedan por creer.

Sobre mi piel se sienten pisadas
Marcas del azar de la vida
Sumergirme dentro de una barranca
Y maullidos de gatos en la cama.

Sobre mi ego ejercer mis más sucios secretos
Y atender al diablo que tengo por dentro
Enterrando mi piel en la tierra diciendo decretos
Mientras mi cuerpo se encoge en el centro.

Soy producto de la traición de la bestia
Y sus huellas ha dejado en mi alma
Arrebatando mi dura encomienda
Metiendo sus garras en mi venda.

Negros ojos penumbran mi interior
Ya no me queda mirar hacia el exterior
¿Por qué? Pregunta de siempre
Maldecido el hombre que ahora se encomiende.

Nunca creí que mis ojos fueran diluvio
Y mis manos grietas de guerra
Las huellas las marcan intrusos
Disfrazados de pena.

Llanuras y montes encierran mi petición
El mundo es una maldita maldición
Atormentado el bienaventurado
Y bendito al desgraciado ingrato.