Siempre que se trate de motivaciones no utilices los logros de otros, cita los tuyos propios por más minúsculos que sean. No me tomes como ejemplo a seguir y sigue tus propios pasos, no me tomes como ejemplo de resiliencia y tómate a ti mismo, no me tomes como alguien que entiende lo que sientes porque nadie puede entender tu situación mejor que tú mismo y no me tomes como alguien de quien sentirte orgulloso, antes de enorgullecerte de ti mismo. Date el amor que le das a otros y comprenderás que lo hermoso de ser amado no radica en las personas que nos aman sino en los motivos por los que lo hacen. Así que has de sentirte especial siempre que alguien te elogie, has de sentirte importante siempre que alguien te piense y has de sentirte feliz cada vez que alguien te ame, porque esa es la forma de pago que la vida te brinda a cambio de tu duro trabajo resistiendo.
Tómate tu tiempo para vivir, no dejes que la vida se te pase volando. Tómate tu tiempo para escribir, para escribir tu historia, para escribir tus anhelos y tus súplicas. Tómate tu tiempo para pensar y disfrutar de la simpleza que tienen algunos paisajes tristes y de la magia que radica en los momentos alegres. Tómate tu tiempo para apreciar cómo el mundo gira y pregúntate si realmente es plano. Tómate tu tiempo para cuestionar cada cosa que no termines de comprender y deja que la duda y la curiosidad hagan el resto para entenderlo. Tómate tu tiempo para sonreír, pero también tómate tu tiempo cuando tengas sueño, porque nuestra salud depende de lo bien que dormimos y comemos. Tómate tu tiempo para bailar, para disfrutar con amigos y con gente desconocida, porque allí está lo atractivo de la gente, cuando no la conoces; son un libro en blanco que se va escribiendo poco a poco y a su paso te termina atrapando. Tómate tu tiempo para llorar si hace falta porque la vida no es fácil y tú no eres de piedra, porque sé que puedes con todo, pero a veces no merece la pena, llora cuando estés solo, pero si hay alguien más y lo necesitas gritas, porque no puedes esperar que los que te aman te rescaten cuando ya estés en el fondo de esa cisterna. Grita y pide ayuda antes de ahogarte, te salvarán y, si no lo hacen, tu último aliento no será de dudas ni culpas. Tómate tu tiempo, tómate un descanso, tómate un segundo, tómate un café en la mañana y un trago en la noche, tómate un momento para entender por qué vives, por qué sigues resistiendo y si aun después de hacer todo esto sigues sin encontrar respuestas, pues tómate más tiempo. Aunque es cierto que se va volando; el tiempo, es cruel y espera, espera siempre al momento oportuno para volverse fugaz. Por ello, cuando aparecen las penas, las disfruta desde una esquina y todo parece eterno. Pero, ¿y cuándo aparece el amor? Se disipa tan rápido como el humo. Le escuché una vez decir al alma que era por envidia que se iba. El tiempo amaba a la muerte, pero la vida no les permite estar juntos, entonces va veloz para encontrarla, pero la vida se extiende todo lo que puede, la muerte se agota y maldice, el tiempo, sufre la espera, es por eso que no soporta esas escenas felices que no son suyas. Allí donde la muerte llegó no hay vida detrás de ella, no valía la pena seguirla extendiendo. Allí donde la muerte llega es donde el tiempo toma un descanso y se come a besos con la Parca. No podrás tomarte un tiempo después de eso, no podrás pensar después de eso y si esto que te digo te parece satisfactorio adelante, corre en contra del viento, del tiempo, del mar, de las ganas de vivir, de la esperanza y arrójate por ese acantilado de paz ficticia.
No hablo de lo que no he visto y no temo a lo que no me ataca, no sonrío a quien me lastima ni soporto a quien me imita. No me gusta sembrar misterio, tampoco dar por sentado, pero tengo claro que no podrás regresar de la muerte, no podrás volver por la pena, incluso si el tiempo y la vida lo permitieran. El remordimiento sería un puñal eterno que hará tus pies más pesados. No te vayas aún. Tu ritmo está bien porque es tuyo. Tómate tu tiempo y tómalo con calma.