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Único

_colorfultears    Feliz cumpleaños 💜✨🎈🎉🎉🎁🎂🎂🍰🍰🎁🎉🎉🎈💜💜💜✨✨✨❄🎁🎉🎂🎈🎈🎁









Palabras

💎Queer
💎Flamingo
💎Celos
💎Luna
💎Terciopelo

🌹Género

🌻Smutt


Hoseok nunca había encajado en el estereotipo de un hombre hecho y derecho, sus gustos eran extraños y difíciles de entender, se podria decir que eran cambiantes en todo sentido, para él la ropa no tenía género ni medida, se consideraba alguien  libre de elegir lo que quería vestir o ha quien amar, tenía diecinueve años y sabía perfectamente lo que quería y quien era.

Aunque en una sociedad llena de prejuicios, pensar así era algo que no tenía total aprobación, por eso Hoseok normalmente era víctima de insultos por parte de sus compañeros homófobos o de un par de chicas envidiosas que lo odiaban por que a él le quedaba mejor aquellas trenzas que adoraban su pelirrojo cabello.

Aunque Hoseok nunca soltaba ni una lágrima frente a esas palabras hirientes, era un ser humano de carne y hueso con sentimientos que llegaban a acumularse en su interior para luego explotar como una granada, pero no de la forma convencional, no claro que no, él era distinto por eso cada vez que aquellos sentimientos llegaban a ahogarlo de forma dolorosa se vestía de forma extravagante y salía a algún bar gay para poder conseguir algo de paz, por que lo único que parecía darle tranquilidad en esos días oscuros era tener buen sexo.

Por eso aquella noche de fin de semana se veía con tanta concentración frente a su espejo de cuerpo completo, había estado aguantando los insultos de JeongSun desde hace varios días, siempre era lo mismo aquella chica no sólo lo odiaba parecía ensimismada en hacerle la vida imposible y aunque Hoseok podía ponerla en su lugar siempre prefería ignorarla.

Ese era el principal problema, ignorarla se había vuelto casi imposible, últimamente a Hoseok le atacaba unas enormes ganas de arrancarle las extensiones a esa enana.

Su enojo se podía palpar a la perfección en la ropa que vestía esa noche, una camisa blanca, unos jeans negros ajustados y un blazer rojo, los colores que usaba normalmente combinaban con sus estados de ánimo, si estaba feliz usaría amarillo o verde, si estaba deprimido usaría azul o negro, si se encontraba tranquilo usaría algún color pastel, pero si el rojo era el que dominaba en su outfit sin duda significaba algo peligroso, y sálvese la pobre alma que caería aquella noche en sus manos.

Sonriendo a su reflejo se observo una última vez antes se salir de su habitación, despedirse de su madre y dirigirse a aquel bar que frecuentaba cuando tenía eso a ataques de ira.

El local quedaba en el centro de la ciudad, siempre estaba repleto y es que Flamingo era un local demasiado concurrido por gente que al igual que Hoseok se sentían diferentes al resto.

El letrero de un rosa neón le dio la bienvenida cuando bajo del taxi, la entrada era libre por lo que no necesitó hacer cola, después  de saludar al vigilante ingresó al local. La música llego a sus oídos de forma abrupta relajado su cuerpo y su mente, eso era lo que estaba esperando, que aquel sonido estruendoso opacara sus pensamientos y emociones.

Caminando por entre la gente se dirigió a la barra y pidió una cerveza antes de buscar a alguien que fuese capaz de soportar todo su enojo.

Hoseok buscaba a hombres en esos días donde su ira se elevaba a rangos catastróficos, la razón era sencilla, estaba seguro que las frágiles chicas no soportaría  su sentimiento, por que en días como ese se convertía en un demonio que no se satisfacía con nada, duraba horas y horas teniendo múltiples orgasmos hasta que caía rendido por el cansancio.

Para cuando se había terminado sus cerveza ya había puesto sus ojos en un par de chicos que le gustaron a simple vista. Uno de ellos tenía un choker de lo que parecía una extraña tela que a esa distancia no se lograba ver, el otro llevaba un bonito polo de tirantes que dejaban a la vista la acaramelada piel de su hombro.

Hoseok no iba a mentir el chico que tenía el choker le resultaba esquisito a simple vista, llevaba puesta una camisa blanca con cuello "v" que dejaba su clavícula a la vista, su cabello negro se movía al compás de la música y ese pantalón de cuero se le ajustaba en los lugares perfectos, se veía frágil a simple vista, pero Jung sabía que ese muchacho sería capaz de soportarlo, por ese motivo se le acerco primero.

De cerca era mucho más hermoso, su piel pálida brillaba con las luces neón del club, sin premeditarlo acerco sus manos a su cadera y el chico volteó a verlo. El tiempo se detuvo por un instante, Hoseok fue bendecido pues sus ojos vieron a la cosa más hermosa del mundo, era un ángel con la piel tan blanca y suave que se pregunto internamente si es que acaso no era porcelana, los labios rosados ligeramente abiertos dejaban a la vista un lengua que brillaba exquisitamente, y los ojos, ¡dios que ojos! Parecían plomos aunque con las luces del bar no podía estar tan seguro.

El chico le sonrió seductoramente y se pego a su cuerpo frotando sus caderas en la entrepierna medio dura de Hoseok, eso era lo que necesitaba, alguien dispuesto a soportar todas las cosas que su retorcida mente planeaba.

Bailaron por largos minutos, hasta que Hoseok se dispuso ha al menos preguntar el nombre de aquel muchacho.

"Como te llamas?" Gritó para  ser escuchado por encima de la música.

"Yoongi."

"¿Quieres ir a un lugar más privado?" Se atrevió a cuestionar.

Los ojos de Yoongi brillaron y afirmó efusivamente.

Hoseok solo atinó a coger la mano de su acompañante y jalarlo para llevárselo a un lugar mucho más privado para poder hacer realidad una que otra fantasía.









Yoongi se consideraba un queer, había salido del closet desde hace años, por lo que podía considerarse abiertamente gay.

Podía considerarse un chico versátil, de carácter directo y que  siempre buscaba nuevas experiencias.

Desde hace tiempo estaba obsesionado con un chico de su Universidad, lo había visto por los pasillos en incontables veces, llevaba el cabello teñido de un rojo sangre y unas bonitas trencitas que lo adornaban; al principio el chico le pareció sumamente irritante y escandaloso, pero con el pasar de los días comenzó a sentir en su interior una especie de atracción  indescriptible.

Siempre observaba a Hoseok pasear por el pabellón de su Universidad, lo que quería decir que el chico estudiaba la misma carrera que él, con el pasar del tiempo inevitablemente Yoongi se convirtió en un acosador, pues siempre estaba constantemente buscando su presencia o siguiendo sus pasos sin que el pelirrojo se percatarse.

Poco a poco esa extraña atracción terminó convirtiéndose en una enfermiza obsesión que desencadenó en él sentimientos oscuros, a tal punto había llegado a acosarlo que se sabía de memoria que hacía, donde estaba y que lugares solía frecuentar.

Fue así como un día llegó a seguirlo hasta un bar gay, descubriendo así que Hoseok solía buscar sexo cada vez que el enojo o el estrés hacían estragos en su cuerpo.

Los celos llegaron por si solos, pues Yoongi se dio cuenta que Hoseok normalmente buscaba chicos con apariencia delgada y algo afeminada para compartir unas largas horas de sexo duro y sudoroso. Le fue imposible no sentirse así, él quería ser el que estuviera bajo el cuerpo del pelirrojo, él quería gritar su nombre.

Cuando aquel fin de semana terminó se prometió que haría lo que fuera para ser el elegido de Hoseok, entonces comenzó a seguirlo mucho más seguido siempre detrás de él sin ser descubierto, aunque eso era casi imposible ya que el pelirrojo era un despistado.

Par su fortuna el día finalmente llegó, Hoseok había estado soportando las burlas de sus compañeras hasta el punto de casi explotar de cólera.

Por eso esa noche había tenido el descaro de robarle unos pantalones de cuero negro a su hermano menor y aunque estaba realmente incómodo por lo ajustada que le quedaba la prenda valía la pena soportar ese malestar, busco entre su ropa la camisa de cuello "v" que le había obsequiado su madre hace mucho tiempo atrás, la prenda dejaba a la vista sus clavículas de forma seductora y por último estaba aquel accesorio que había comprado unas semanas atrás cuando descubrió que Hoseok tenía debilidad por la joyería femenina. El choquer de terciopelo lucía brillante sobre su cuello pálido, el color guindo le quedaba de maravilla, quizás luego se compraría cosas del mismo tono más adelante.

Listo y preparado salió de su casa para dirigirse al bar y ver si al fin lograba ser el elegido de Hoseok.



Cuando salieron del bar era poco más de la media noche, la luna brillaba en lo más alto del cielo, aunque eso a Hoseok no le importaba lo único que quería en ese momento era encerrarse en algún cuarto de hotel para meterse entre las piernas del pálido chico que sujetaba fuertemente su mano.

Camino rumbo al hotel mas cercano y después de pagar, como un desesperado arrastro a Yoongi por los pasillos hasta que encontró su habitación.

Lo siguiente que supo, es que se estaban besando con furia, todo lengua y dientes, manos en el pelo del otro, y Dios, se sentía tan bien, tan dulce, tan correcto, adictivo.

Yoongi gimió en la boca de Hoseok y chupó su lengua, acercándolo más, con más fuerza, hasta que su espalda chocó con la puerta y el cuerpo del pelirrojo estaba encima suyo, su pesada presencia aplastándolo. Jadeando, Yoongi enganchó su pierna alrededor de la cadera de Hoseok y  froto sus erecciones juntas. El pelirrojo gimió contra su boca y lo besó con más fuerza.

Min gimoteó cuando tuvieron que dejar de besarse para tomar
un muy necesario oxígeno en sus pulmones.

Yoongi abrió los ojos y miró a los de Hoseok, a pulgadas de distancia de los suyos. Las pupilas de Jung quedaron completamente
dilatadas, y estaba respirando con tanta dificultad. Sus cuerpos
estaban entrelazados tan estrechamente que no había espacio para que quepa un pelo entre ellos. Pero Min todavía lo quería más cerca. Más. Necesitaba urgentemente tenerlo.

"Follame" susurró, mirando a
Hoseok a los ojos.

Las fosas nasales del chico se encendieron. No dijo palabra alguna, lo sujeto por los muslos y lo elevó en el aire para luego tirarlo de manera brusca sobre la cama.

Los ojos de Hoseok vagaron por el cuerpo del pálido hasta posicionarse en su cara antes de que repentinamente besar a Yoongi de nuevo.

"Eres perfecto" dijo, abandonando los hinchados labios del chico solamente para continuar con su cuello en su lugar, dejando calientes besos y dolorosos chupetones que no se borrarán en semanas.

Yoongi jadeó, apenas capaz de pensar, el pelirrojo besaba cada parte expuesta de su piel, sus pulgares frotando sus pezones por encima de la ropa. En algún momento de ese intercambio de besos Hoseok debió de haberse desecho de la ropa del pálido pues se encontraba con el pecho desnudo y los botones rosados erectos por la excitación.

Hoseok levanto la cabeza, listo para buscar lubricante en su chaqueta que había sido abandona en alguna parte de la habitación, pero antes le dio un breve y duro beso a Yoongi. Excepto que el corto beso se convirtió en uno muy largo y el pálido terminó con las piernas envueltas alrededor de la cintura de Jung, sus estómagos y erecciones apretados uno contra el otro. Se besaron así; húmedo con la boca abierta, lenguas entrando y saliendo, por interminables minutos. Yoongi se apartó con un gemido, jadeando en busca de aire.

"Nunca vamos a llegar a follar si seguimos besándonos." Se quejó en un susurro. "¿Tienes Lubricante? ¿Y un condón?"

"En mi chaqueta."

Yoongi le dijo a Jung a regañadientes, "Pues ve, que esperas."

Hoseok busco con la mirada donde se encontraba su chaqueta y al encontrarla corrio como un demonio para tomar el lubricante y un condón, luego volvió a besar los bonitos labios del palido.

Se alejó una vez mas y despojo de forma agresiva el resto de la ropa de Yoongi y terminó de desprenderse de sus propias prendas. Sus ojos recorrieron el cuerpo desnudo del pálido, casi como un toque físico.

"Abre las piernas" demandó, con voz baja y ronca.

Yoongi lo hizo, y luego Hoseok estaba empujando sus muslos
abiertos y tocando su agujero con sus dedos largos y lisos, masajeándolo.

El pálido se mordió el labio inferior, sin saber si debía empujar hacia arriba o hacia abajo, y se conformó con retorcerse un poco frenéticamente. Tenía
que mantener sus dientes apretados para evitar mendigar por más. Estaba muy sensible allí abajo. Demasiado sensible.

Lentamente, un dedo se deslizó en él. Quemó, sólo un poco, y Yoongi se cerró alrededor de el, tratando de intensificar la quemadura. Se
sentía bien, y él quería más.

"Vamos..." rogó.

El rostro de Hoseok estaba tenso, con la mandíbula apretada con
fuerza. "No. Cuando nosotros empecemos, no voy a ser suave."

El pálido se estremeció y cerró los ojos. Luego de un par de minutos, el pelirrojo estaba penetrándolo con su dedo, duro y profundo. Trabajó un segundo dedo al lado del primero, y esta vez hubo algo de verdadero dolor mientras el músculo se estiraba para dar lugar a la intrusión, pero añadido a la sensación, hizo que todo se sintiera más nítido y mejor.

Yoongi empujó sus caderas de nuevo en la mano y su miembro consiguió ponerse más duro por las entradas y salidas de su interior, dedos largos capturados
en el borde de su agujero con cada embestida.

Podía sentir la presión construyéndose en sus bolas mientras los dedos se movían en su interior, pero no era suficiente. Todavía se sentía hueco, vacío.

"¿Otro?"  Preguntó Hoseok, la voz increíblemente baja.

"Sí" gimió con voz entrecortada, al borde de la locura.

El pelirrojo agregó un tercer dedo, y Yoongi ya no podía formar
palabras. Las frescas sábanas bajo él, el cuerpo caliente del pelirrojo contra el suyo, el olor a sudor y presemen. La manera ridícula en que su trasero se sentía, repleto por tres gruesos dedos, su agujero ya estirado y dolorido, y los dedos de Jung no tenían comparación con el ancho de su pene que podía vislumbrar entre el revoltijo se sensaciones que opacaban sus sentidos.

Los músculos del palido apretaban alrededor de los dedos, y el aliento de Hoseok se quedo atrapado en su garganta.

"Muy bien, eso es todo" dijo el pelirrojo entre dientes.

Los dedos se deslizaron lentamente, dejando a Yoongi sintiéndose vacío y frío.

El sonido de la apertura del envoltorio del condón lo excitó de una manera que no podría describir. Tomando una profunda respiración, Yoongi forzó sus ojos a mantenerse abiertos. El pelirrojo estaba allí, sonrojado, despeinado y excitado, los ojos oscuros y salvajes, y luego Min sintió la presión del miembro de sus acompañante contra su suave agujero dilatado. Hoseok deslizó sus manos bajo el pálido, levantando sus caderas.

Con el lento deslizar del miembro palpitante en él, Yoongi
renunció a pensar y sólo podía gemir, el sonido procedente de algún lugar profundo en su pecho. Echó la cabeza hacia atrás, con las manos en puño en las sábanas tan apretadas que sus dedos se sentían entumecidos. Oyó a Hoseok esbozar un suspiro tembloroso.

"Jesús" dijo Jung, su voz vacilante.

Otra embestida, golpeando en su próstata, y los ojos de Yoongi se
voltearon en su cabeza. "Dios. Sí, ahí." Desenredando las manos de las sábanas, pasó sus brazos
alrededor de la espalda de Hoseok, trayéndolo más cerca, y sus bocas se reunieron en otro hambriento y profundo beso. La sensación de su pene atrapado entre sus cuerpos, manchada de sudor y presemen, le hizo
gemir.

Hoseok aceleró el ritmo, y el pálido clavó las uñas en su espalda mientras sus ojos se cerraron y su boca se abrió con la forma de una O. Dios, él se sentía perfecto en su interior, largo y grueso, estirándolo hasta esa delgada línea entre el dolor y el placer, cada golpe volviéndolo loco. Él estaba gimiendo y rogando por más y no podía parar, Hoseok no estaba mejor, gruñendo y gimiendo encima de él mientras se movían juntos.

En poco tiempo, el autocontrol de Jung se perdió por completo,
y empezó a embestir con todas sus fuerzas.

Yoongi se quedó sin aliento cuando el pelirrojo jaló su
cabeza hacia atrás, el ritmo nada menos que frenético. Animal. La cama crujía bajo ellos, y el olor a sexo llenaba el aire. Él pálido sabía que su agarre sobre Jung era lo suficientemente apretado para dejar moretones, pero no podía dejarlo ir, no podía acercarlo lo suficiente. Él gruño sobre el cuello de Hoseok y sus manos apretaron más fuerte su espalda. Su agujero estaba demasiado sensible, y
él sólo quería más, más, en este ángulo perfecto, rápido y
brutal, chocando contra él, llenándolo...

Hoseok se deshizo del agarre del pálido para mirar hacia abajo. Sus ojos aturdidos se encontraron. Una estocada final, dura y profunda para correrse, un músculo a lo largo de la cara de Jung tembló, sus ojos ampliándose. Su estómago empujó contra la polla de Yoongi, duro, el chico arqueó la espalda
mientras se corría con un grito lloroso, su agarre tan fuerte en los hombros del pelirrojo que probablemente sería doloroso.

Los temblores corrían a través del cuerpo de ambos amantes, Hoseok se deslizó encima del pálido, también temblando. Con una sonrisa satisfecha en el rostro.

Entonces Yoongi pensó que sería capaz de hacer cualquier cosa para volver a tener la mismas experiencia antes de caer profundamente dormido.


Fin

Gracias por la oportunidad espero sea de su agrado 💜

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