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capítulo diez

Jeongin corría por el espacioso jardín sin ninguna intención de detenerse, sus pequeñas piernas dolían pero no se iba dejar vencer por la persona que lo perseguía.

—¡Alto ahí ladrón! — un grito lo hizo sobresaltarse en su lugar escondiéndose detrás del pequeño oso de peluche que llevaba consigo.

—¡Yo no robé nada! — dio como respuesta con su voz temblorosa —, ¡Soy inocente!

—Eso tendrás que decírselo a la policía, ¡Estás detenido!

"Estrellita, ¿dónde estás?, quiero verte titilar...

Jeongin lanzó su pequeño juguete como distracción para correr hacia el interior de la casa mientras reía sin control alguno.

—Oye eres un tramposo — Hyunjin entró a la sala de estar con ambos peluches en sus manos —. Tenías que entregarte y en lugar de eso, ¡me golpeaste con el señor Abrazos!

Jeongin siguió riendo ante las quejas de su amigo, le encantaba ver a Hyunjin de aquella forma; con breves indicios de estar molesto ya que lo hacía lucir tierno a veces.

—El Señor Abrazos fue quien organizó el robo de las galletas de tu papá — encogió de hombros restándole importancia —. No soy el culpable.

—Ustedes dos son compañeros, de alguna forma le ayudaste a cometer el crimen — el pelinegro se sentó a un lado de su amigo entregándole el oso de peluche.

—¿Qué? — el castaño miró mal a su juguete —, ¡eres un traidor!, habíamos quedado en que jamás ibas a delatarme.

—Tu eres la mente maestra del robo, eso te hace malvado Innie — Hyunjin tomó entre sus manos un conejo vestido de policía —, ¿Sabes que le sucede a la gente malvada?

Jeongin lo miró con terror en sus pequeños ojitos :— ¿Qué le pasa a la gente malvada?

—¡Les hacen cosquillas!

Hyunjin se abalanzó contra el cuerpo de su mejor amigo cayendo completamente en el sofá en el que ambos estaban sentados, las risas de ambos parecían no querer parar nunca porque por una parte Jeongin reía al sentir las manos de su amigo tocando su estómago, mientras el contrario no podía dejar de reír con las risas del menor.

—Me pareció que alguien ha robado mis galletas — los dos niños salieron de su trance para mirar al hombre frente a ellos —, ¿Quieren decirme quién fue?

Ambos se miraron para después señalar al oso de peluche que estaba tirado en el piso, Dongyul lo tomó con sus manos mirándolo algo confundido.

—¿Fuiste tú? — preguntó dirigiéndose al juguete que no podía hacer movimiento alguno.

—No le pregunte nada, se pone demasiado nervioso y empieza a cantar — Jeongin explicó señalándolo.

—¿En serio canta? — Dongyul preguntó una vez más hacia los niños quienes asentían energéticamente —, ¿Fuiste tú?

El Señor Hwang presionó el botón que había en la pancita del oso provocando que una melodia ya conocida para ambos comenzara a sonar.

"Estrellita, ¿dónde estás?, quiero verte titilar. En el cielo y en el mar, un diamante de verdad. Estrellita, ¿dónde estás?, me pregunto que serás..."

Los tres comenzaron a reír ante lo que había sucedido.

—Es hora de cenar chicos, así que vayan a lavarse las manos — Dongyul dejó el oso de peluche en el sofá para así evitar que se ensucie —. Jeongin tu papá me mencionó que por hoy vas a quedarte a dormir, tiene algo que atender con tu mamá.

El niño sonrió demasiado entusiasmado miró a su lado a su mejor amigo, Hyunjin a su lado también parecía demasiado feliz con aquella noticia.

—¡Vamos Jeongin! — Hyunjin tomó la mano del niño para dirigirse juntos al baño y ahí comenzar a lavar sus manos.

—Parecen demasiado felices con la noticia — Misuk llegó al lado de su esposo para dejar un suave beso en su mejilla.

—Hyunjin desde la otra vez quería que Jeongin se quedara a dormir con él, no sé si lo habías notado pero de alguna forma Jeongin logra calmar a Hyunjin. Quiere estar con él todo el tiempo porque lo hace sentir seguro.

La mujer a su lado sonrió demasiado enternecida ante lo que su esposo había dicho, los niños volvieron a la sala de estar y sus manos unidas sólo hacía que Misuk estuviera más segura de aquello, los niños eran inseparables y parecía que cada uno se sintiera seguro de la mano del otro.

—Vayamos a cenar entonces — Dongyul guió a aquel par hacia el comedor donde ya se encontraba la cena servida.

—¿Ya saben como se llamará el bebé? — preguntó Jeongin al momento que acariciaba suavemente el vientre de la mujer.

—Aún no sabemos siquiera que será, Jeonginnie. Queremos que sea una sorpresa — habló Dongyul bebiendo un poco de jugo de naranja.

—Pero podrían ayudarnos a pensar en nombres para cuando nazca y podamos saber si es un lindo niño o una niña bonita — Misuk acarició con ternura el cabello del pequeño a su lado.

—¡Yerim! — mencionó Jeongin emocionado —. Si es niña puede llamarse Yerim, mamá me dijo que así pensaban ponerme si era niña, cuando lo escuché me gustó mucho. Quizá no deba decirlo por sí algún día llego a tener una hermanita pero sería lindo que le pusieran así.

—Misuk pensaba en ponerle Chaewon o Yeji y la verdad me gusta más Yeji — mencionó Hyunjin, comiendo bajo la mirada molesta de su mejor amigo.

—Deberían ponerle Yerim — Jeongin ignoró a su amigo, una vez hablándole suavemente a la linda mujer que lo miraba sonriente.

—Hwang Yeji suena mejor, Innie — el pelinegro volvió a retar a su amigo provocando una competencia de miradas entre los dos.

—Hwang Yerim — afirmó Jeongin, más aferrado a su propuesta.

—¿Qué sucede si es niño? — Dongyul se interpuso entre los dos así evitando una pelea en medio de la cena.

—Estoy seguro que será niña, mi instinto de superhéroe me lo dice — el pequeño Yang admitía si darle demasiada importancia.

—Pero tú no eres superhéroe — el menor de los Hwang volvió a retarlo con algo de burla.

—Shh ellos no deben saber eso — susurró demasiado audible para los dos adultos —. Pero si es niño podría llamarse Jongseong.

—¿De dónde sacas nombres tan feos? — el pelinegro frente suyo lo miraba mal —. Deberías ponerle Yunseong, Sukie.

—Y así te atreves a decirme que soy el de los nombres feos — murmuró Jeongin cruzando sus pequeños brazos totalmente indignado.

—Mi hermanito no se llamará Jongseong, es feo — Hyunjin se defendía ante las miradas malas de su amigo.

—Tampoco puedes permitir que lo llamen Yanseung.

—Es Yunseong, tonto.

—¡Sigue siendo feo!

—Supongo que tendremos en cuenta las dos propuestas de nombres que nos dieron — Misuk les sonrió interviniendo una vez más en la inocente pelea de ambos.

—Hyunjin, deberías prestarle una pijama a Jeongin, SeunHee solo me trajo su cepillo de dientes y algo de ropa para que se ponga mañana pero no me trajo nada para que pueda dormir — explicó Dongyul, levantándose de la mesa para ayudar a su esposa a limpiar.

Hyunjin miró mal a su mejor amigo una vez más para después tomarlo de la mano. Dongyul cuando regresó al comedor no vio ningún rastro de aquel par, sonriendo algo divertido.

—Pueden ser los más lindos juntos pero llegan a estar desacuerdo en algo y debemos prepararnos para una guerra — el hombre soltó una carcajada ante las palabras de su esposa.

—Tienes razón, cariño — habló comenzando a lavar los platos que habían usado en esa cena —. Son tan lindos juntos.

—Y que lo digas.

La luz de la luna iluminaba sus lindos rostros, las estrellas y el rocío que caía del cielo los envolvía en una linda aurora donde solo existían ellos dos.

Jeongin abrazaba fuertemente su oso de peluche contra su pecho mientras cantaba la canción que sonaba desde su pancita, Hyunjin sólo tenía al niño a su lado mientras su cabeza se reposaba en su pecho disfrutando aquel momento que sólo les pertenecía a ellos.

—Las estrellas son tan bonitas — mencionó Jeongin tallando uno de sus ojos con su pequeña mano al comenzar a sentir algo de sueño —. Ya veo por qué te gustan.

Hyunjin acarició el cabello del pequeño Yang mientras con su otra mano se apoyaba contra el pasto, sonreía al momento que sentía varias gotas diminutas cayendo sobre su rostro.

—Me gustan por todo lo que son, siempre están ahí hasta en mis noches más oscuras, aunque suene tonto a veces me pongo a hablar con ellas cuando me siento solo, son mi compañía en mis momentos más tristes. Las estrellas son tan bonitas y tan radiantes, no puedo evitar que me gusten.

Jeongin sonrió sin despegar su vista del cielo.

—Lixie tiene una constelación de estrellas en su carita, Minho tiene la marca de un beso de la luna en su nariz — dejó sus palabras en el aire ante el silencio cómodo que los envolvía —. Pero aún así me gusta más la estrella fugaz que tienes tú.

Hyunjin giró su cabeza para mirarlo confundido : —¿Estrella fugaz?

—Sí — respondió el niño intentando acercarse más al cuerpo del pelinegro —. Una estrella fugaz recorría la galaxia entera con mucha alegría, pero en uno de sus tantos viajes se perdió entre miles de estrellas, un día creyó haber encontrado su hogar y aunque no fuera, se sentía cómoda por lo cual decidió quedarse ahí. La estrella fugaz encontró su hogar debajo de tu ojo.

Hyunjin sintió la mirada del niño sobre su persona, se giró algo nervioso ante la cercanía que había entre ambos. Su rostro ardía en llamas y por eso mismo no quería que su mejor amigo lo viera en aquella situación ya que creía que era algo demasiado vergonzoso.

—Cuando le dije eso a mi mamá me dijo que era una tontería, papá me dijo que era tierno y demasiado lindo considerar eso, me dio un beso cuando le dije que esa era mi estrella favorita — explicó todo rápidamente ignorando el sonrojo que hacía en las mejillas del mayor.

—¿Estás diciendo que mi lunar es tu estrella favorita? — Hyunjin preguntó algo curioso por todo lo que acababa de escuchar, era la primera vez que escuchaba algo como eso.

—Aún no lo sé, me gusta mucho la estrella debajo de tu ojo — se levantó para sentarse frente de él y acercarse poco a poco a su rostro —. Pero también me gusta la galaxia que hay en ellos.

Hyunjin podía sentir el olor a menta que entraba en sus fosas nasales, Jeongin estaba demasiado cerca de él que podía percibir la mezcla de olores que el menor poseía. Miel y menta era una extraña mezcla pero en esos momentos parecía ser su olor favorito.

—¿Cuál es tu estrella favorita, Jinnie? — Yang se alejó de él para así tener sus miradas conectadas, muy en el fondo deseaba que el niño se olvidara de Fomalhaut y le dijera que había algo en su rostro que le hacía pensar en una estrella y esa era su favorita.

Su deseo se vio interrumpido cuando Misuk apareció en su campo de visión vestida con una linda pijama que hacía resaltar más sus ya 6 meses de embarazo.

—Ya es muy tarde para estar mirando las estrellas, sé que mañana es Sábado pero igual deben dormir sus horas necesarias — habló dulcemente revolviendo el cabello de ambos niños —. Adentro chicos, es hora de dormir.

Los dos niños se levantaron rápidamente para entrar corriendo a la casa con sus energías restantes, Misuk miró el oso de peluche que Jeongin había olvidado en el jardín, lo miró sonriente para después tomarlo entre sus manos y finalmente dirigirse a la casa.

Ambos se encontraban acostados en la cama de Hyunjin, estaban siendo protegidos por un edredón que los hacía sentir cálidos ante el aire frío que hacía afuera de la casa. Misuk les brindaba un beso en la frente a cada uno antes de salir de la habitación.

—Jinnie, estaba pensando en algo — el pelinegro se giró para mirar a su amigo quien se acomodaba para verlo mejor.

—¿En qué cosa pensabas, Innie? — preguntó Hyunjin algo adormilado.

—¿De verdad te gustaría que la bebé se llamara Yeji?. No soy nadie para decirte que elegir, pero es un nombre feo — habló con una mueca de total desagrado.

—Es un lindo nombre, a Misuk y a papá les gusta. Siendo sincero no me importa como se llame, tampoco me importa si es niño o niña, sólo sé que Misuk y papá están felices de que sea su hermano mayor y esto también me hace feliz.

—Voy a pedirle a mi mamá que mande una carta a la cigüeña y así pueda darme un hermanito, ¡podríamos ser los mejores hermanos mayores! — habló Jeongin demasiado emocionado.

—Seremos los mejores hermanos mayores — confirmó Hyunjin sonriente ante lo que su amigo decía.

—¿Sabes Jinnie?, me siento tan feliz de que seamos amigos, siempre buscas cuidarme y protegerme de todo, sé que serás un gran hermano — confesó acercándose más al cuerpo del mayor —. Espero nunca nos separemos, porque será muy triste que rompas la promesa de la garrita.

—Eres mi mejor amigo y eso me hace tan feliz — se sinceró Hyunjin con una sonrisita en su rostro —. No te preocupes Innie, nunca romperé la promesa de la garrita, jamás te diría adiós porque quiero estar siempre contigo, quiero recorrer la galaxia entera a tu lado.

Jeongin sonrió demasiado contento ante lo que había dicho :—Más te vale nunca dejarme, porque yo tampoco lo haré, debemos recorrer el universo entero juntos.  ¿Sabes?, incluso podríamos hacer tantas cosas con nuestras experiencias, como escribir un cuento sobre nosotros.

Hyunjin lo miraba con ternura :—Sí, un cuento con un sinfín de aventuras.

Sus miradas se conectaron durante unos breves momentos, ambos mantenían sus sonrisas sin tener intención de siquiera intentar dormir.

Jeongin se sentía algo aturdido al mirar la forma en la que Hyunjin brillaba con sólo una sonrisa, sabía que lo quería pero ¿como podría demostrárselo?. Había visto a sus papás diciéndose aquellas palabras para después darse un par de besos... Claro, antes de que su madre se convirtiera en la mujer fría que últimamente había conocido.

Sonrió de lado sin pensarlo más, se acercó rápidamente a su amigo para dejar un corto beso que más que eso había sido un roce de labios, y antes de que Hyunjin pudiera reaccionar ante lo que había sucedido, Jeongin ya se encontraba lejos de él.

—Te quiero Hyunjin — habló algo adormilado intentando mantener sus ojitos abiertos —. Te quiero a pesar de tener malos gustos en nombres.

Hyunjin soltó una pequeña risita ante lo que había escuchado, miró como Jeongin cerraba sus ojos poco a poco cayendo en brazos del morfeo.

—Yo también te quiero, Jeongin— se acercó a su amigo para dejar un suave beso en su mejilla —. Te quiero tanto que estoy seguro que tú eres mi estrella favorita.

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