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capítulo cuatro

El cielo era de un color azul brillante, intentaba combinarlo con un tono más claro y hacer de él un bonito paisaje. Hyunjin dibujaba un pueblo de fondo algún color negro, haciendo de aquel dibujo una bonita obra de arte.

—Hola — una voz lo hizo salir de su trance, levantó la mirada para encontrarse con un niño que lo miraba atentamente con un semblante neutro.

—Uhm, hola — respondió con cierta timidez, escondiendo al instante su dibujo entre sus brazos, haciendo reír al contrario.

—Me gusta como dibujas — admitió aquel niño desconocido, sentándose a su lado con total confianza.

Hyunjin miró atentamente al niño de cabellos castaños, tenía unos ojos similares a los de un felino, su sonrisa lucía tan amigable y el lindo lunar que adornaba su nariz le daba un aspecto adorable.

—Yo también dibujo — habló aquel de forma inmediata, leyendo a través de los ojitos asustados del contrario su timidez —. Bueno, algo así, sólo hago dibujos de mis gatos.

Hwang lo miraba atentamente con lo que decía, el niño — que aseguraba tenía el mismo aspecto que el de un gatito — hablaba sin miedo, envolviéndolo en una especie de burbuja de confianza. Rompiendo cualquier barrera de defensa que Hyunjin se ponía ante las burlas constantes que recibía.

—Oye te quedó muy bonito — expresó el adversario con total emoción al ver que el niño le permitía admirar lo que dibujaba.

—Es la ciudad en la noche — habló Hyunjin por primera vez en ese lapso de tiempo —. La noche es muy bonita.

—Me gusta mucho viajar de noche — concordó el mayor —. A veces me gusta pensar que la luna nos persigue a mi y a mis papás.

El pelinegro sonrió ante lo dicho :—Soy Hyunjin.

—Soy Minho — respondió el de cabellos castaños.

Comenzaron a tener una conversación bastante entusiasmada, ya que con los dibujos que Hyunjin mostraba, Minho se encargaba de halagarlos y relacionar momentos que le recordaban a ciertos paisajes. Y a pesar de que fuera un poco apresurado, Hyunjin sabía que había encontrado a otra persona con la que se sentía cómodo.

Jeongin miraba atentamente como Hyunjin no dejaba de hablar con un niño desconocido en la cafetería de la escuela, ambos parecían reír de algo que el extraño había dicho, haciéndole sentir un pequeño dolor en su pechito.

—¿Estás bien, Jeongin? — Seungmin a su lado preguntó algo dudoso, no era un experto en demostrar apoyo o preocupación hacia alguien, en general no era bueno mostrando sus sentimientos.

—Jinnie — soltó mirando hacia dónde estaba aquel par, siguiéndole la vista el niño a su lado.

Antes de que Seungmin reaccionara, Jeongin lo tomó de la mano para dirigirse a donde estaban ambos niños.

—Deberías ponerle un gato en el techo de esa casa, quedaría increíble — el castaño que se encontraba a la derecha de su mejor amigo decía al momento que hacía reír al pelinegro.

—Ya van cuatro veces que te hago caso, parece que sólo sé dibujar gatos en los techos de las casas — comentó Hyunjin con algo de diversión en sus palabras.

—Hyunjinnie, venimos a almorzar contigo — Jeongin intervino en la extraña plática de los dos mayores.

El menor tiró a Seungmin de su manga para que hablara, sin embargo se quedó en su lugar guardando silencio al observar como el acompañante de Hyunjin lo miraba atentamente.

—Hola — les saludó con emoción —. Siéntense.

Jeongin tomó asiento a un lado de Hyunjin, sentía la necesidad de hacerlo desde que lo había visto reír animadamente con alguien más.

—Ellos son Jeongin y Seungmin — Hyunjin presentó a sus amigos para así lograr que al menos pudieran llevarse los cuatro —. Él es Minho.

—Me gusta tu abrigo — mencionó el mayor mirando atentamente a la prenda beige que Seungmin poseía, provocando que un leve color carmesí se instalara en las mejillas de este.

—¿Cuántos años tienes, Minho? — preguntó Jeongin con algo de curiosidad, la verdad es que parecía más grande que él y sus dos amigos.

—Cumplí 10 años hace una semana — sonrió mostrando sus lindos dientes similares a los de un conejo —, ¿Y ustedes?

—Seungmin tiene 7 y yo 6 — Jeongin comentó con emoción, el dolor en su pecho había cesado al darse cuenta que Hyunjin sonreía al verlos interactuar.

—¿Les gustan las noches estrelladas? — Minho preguntaba atentamente a lo que los tres restantes asentían —. Listo Hyunjin, en lugar de dibujar un gato en el techo, podrías dibujar cuatro, cada uno nos representaría. Seríamos nosotros mirando las estrellas.

—Eso suena bien — Seungmin habló apoyando la idea del mayor —. Bueno, si Hyunjinnie quiere hacerlo.

Los niños lo miraron atentamente, haciéndolo sentir un tanto nervioso. Jamás había tenido a tantas personas atentas a lo que hacía.

—Bien, lo haré — sonrió ganándose un grito de emoción de los niños que lo acompañaban.

Ahora necesitaba hacer el mismo dibujo cuatro veces para así obsequiarle a cada uno como especie de símbolo de amistad. Eran cuatro gatitos mirando las estrellas y los simulaba a cada uno, era fantástico.

—Conseguí un nuevo trabajo y me enteré que el papá de Hyunjin trabaja ahí también, es genial eso, ¿No creen?

—Sólo espero que su padre sea un poco más decente que la madre — Jeongin miró a su mamá algo confundido.

—Ambos son decentes, no sé qué querías decir con eso, Haneul — mencionó SeunHee, que se limitaba a seguir comiendo, no quería iniciar una discusión con su esposa.

—Se me olvidaba que eres defensor de cualquier persona — habló ella en un tono de fastidio, llamando la atención del niño frente a ella, que ya hacía mirándola desconcertado.

—La mamá de Hyunjin nos hace galletas y chocolatada — el pequeño explicó con emoción, llevando el vaso de jugo de naranja a sus labios para beber de él —. A veces también hace palomitas de maíz cuando vemos alguna película, otras veces nos da gomitas y si se hace tarde, nos hace de cenar.

—Te digo que ella es decente — SeunHee sonreía viendo a su hijo que hablaba entusiasmado acerca de lo que hacía en la casa de su mejor amigo.

—Y su papá también es bueno, a veces nos lleva al parque a jugar, otras veces se pone a dibujar con nosotros y una vez nos compró unas pulseritas, dijo que era una especie de símbolo entre la amistad de Jinnie y mía — alzó su brazo mostrando el brazalete de color rojo combinado con dorado.

—Supongo que nos llevaremos igual de bien que ustedes, Innie — su padre jugaba con el cabello de su pequeño mientras este reía por lo bajo.

—Esa familia no me deja mucho que pensar, ella tiene a otro hombre en la casa y la verdad no me da confianza — Haneul chasqueó la lengua realmente disgustada. Odiando la idea de tener que soportar más aquella familia.

—Hyunjin parece muy feliz, creo que lo que más importa es el bienestar del niño — el hombre siguió comiendo al dejar aquellas palabras en el aire.

—¿Que tal la escuela, Jeongin?, ¿Ya hiciste tus tareas? — la mujer optó por cambiar de tema antes de que su paciencia terminara.

—Sip, ya hice todas mis tareas — sonreía con orgullo —. Estuvo muy bien, les había contado que conocí a Seungmin y justo cuando íbamos a ir a almorzar con Jinnie, vimos que estaba con otro niño, se llama Minho y ahora los cuatro somos amigos.

—Es genial que tengas más amigos, campeón, espero se diviertan muchísimo juntos — SeunHee habló antes de que la mujer pudiera decir lo que opinaba acerca de lo que él niño les platicaba.

—Deberías hacerte más amigos como Seungmin, ya sabes, que tú los conozcas, no sabemos el tipo de amistades que tiene Hyunjin.

—Haneul ya basta — el señor Yang alzó un poco la voz, se estaba cansado de lo que su esposa decía —. Son sólo niños, ¿qué intentas diciéndole eso?, son inofensivos, Jeongin sólo quiere tener amigos y te aseguro que ellos jamás le harán daño, así que si eso es lo que te preocupa deberías pensar al menos. Más daño le hace tu indiferencia.

La mujer se levantó de la mesa bastante enojada, se cansaba que su hijo no le hiciera caso en tener las amistades que ella le pedía para su conveniencia, estaba cansándose de que al momento de querer educar a su hijo, su esposo se lo impidiera. Estaba hartándose.

—Jin — Jeongin nombró a su amigo mientras se encargaba de mirar el cielo y las nubes que poco a poco desaparecían entre lentos movimientos.

—¿Qué pasa? — preguntó el mencionado mientras dejaba de armar el telescopio que tenía guardado sólo para mirar al menor.

—¿El cielo se puede caer? — miraba atentamente aquel color azul intenso, ya que anteriormente había sentido algo caer de arriba sobre su frente.

—¿Eh? — Hyunjin puso toda su atención en el castaño dejando de lado el instructor de aquel aparato.

—Está cayendo algo del cielo, Jinnie — habló alarmado mientras se sentaba rápidamente en el suave pasto —. El cielo no se está cayendo por pedazos, ¿Cierto?

Hyunjin negó :—¿No sabes que sucede?

—Caen gotas, sé que es normal que suceda pero me da miedo de que entre más veces caigan, el cielo se destruya completamente — habló con cierto temor en su voz.

—El sol hace que se caliente la superficie de la tierra, ésto provoca que parte del agua que hay en la superficie, sobre todo en lagos, ríos o mares, se evapore y se condensa en la atmósfera formando nubes, ahora no se notan mucho pero aún así hay — explicó al momento que poco a poco se acercaba al menor —. Cuando las gotas de agua en las nubes crecen y miden más de 0,1 milímetro caen en forma de lluvia. Caen porque pesan y según su peso caen en distintas formas.

—¿Entonces es normal? — cuestionaba un poco confundido ya que la explicación de la lluvia no le había aclarado su duda, debido que era algo que él ya sabía.

—Claramente, Innie — abrazó al niño dejando su cabeza recargada en su pecho —. La lluvia es un proceso natural y eso no hará que el cielo caiga o se destruya, eso es casi imposible.

Jeongin sólo asintió mientras seguía sintiendo como poco a poco unas gotas los empapaban a ambos, sin embargo estar cerca de Hyunjin lo hacía sentir cálido.

—Sería algo raro que el cielo se cayera — mencionó el menor algo adormilado.

—Tienes razón, imagínate estar en contacto con todos los cuerpos celestiales, sería increíble — Hyunjin acariciaba levemente el brazo de su mejor amigo, parecía que a ninguno de los dos les importaba el frío que hacía y sus ropas un tanto mojadas.

—Igual sería doloroso, imagina que un planeta caiga en tu cabeza, dolería un montón — exclamó el castaño dramatizando haciendo reír a su amigo.

—Jeongin — el niño levantó la mirada para encontrarse con los ojos color avellana de su amigo, sonriéndole levemente.

—¿Pasa algo, Hyunjinnie? — preguntó algo tímido ante la cercanía con el mayor.

—No creo que el cielo se caiga, pero si algo así sucediera — tragó saliva algo nervioso por lo que quería decir.

—¿Si el cielo se cae? — preguntó confundido haciendo que Hyunjin asintiera.

—Si el cielo llega a caerse lo atraparía, sólo para robar una estrella para ti.

—¿Harías eso por mí? — el pequeño Yang tenía un lindo brillo en sus orbes, parecía demasiado emocionado.

—Me metería a una batalla por ti si fuera necesario — agregó Hyunjin ante la pregunta de su amigo.

Jeongin se lanzó a los brazos del pelinegro mientras escondía su cabeza en cuello de su mejor amigo ocasionándole algunas cosquillas. Sabía que Hyunjin había dicho eso sólo si algo así sucediera, igualmente escuchar aquello lo había hecho sentir como si fuera una persona especial.

“Sí el cielo cayera lo atraparía, sólo para robar una estrella para ti”

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