5
La semana de día del niño había iniciado oficialmente y todos los niños estaban emocionados.
El primer día tocaba disfrazarse de su cosa, personaje o animal favorito.
Por eso Chan estaba emocionado, brincando por todos lados en su cada vestido con un traje de dinosaurio y los tenis que habían sido regalo de Jun.
Esos eran sus tenis favoritos, muy parecidos a los que Hansol le robó. Eran blancos con dinosaurios verdes y algunas hojas pintadas, muy lindos.
—Chan, vamos —el niño siguió brincando emocionado pero después se metió en su papel, doblando sus codos para tener sus manos formando garritas.
—Rawr.
—Rawr —le respondió Wonwoo estirando su mano, para que ambos salgan.
—¿Vamos a pasar por naranja Kwan y Polarsol?
—¿Polarsol?
—Es que Hansol me dijo que se iba a vestir de un oso polar, así que Polarsol.
—¿Cómo sería el de Kwan?
—Eh... ¿Narawan?
—Lindos nombres, ¿Cuál es el tuyo?
Wonwoo seguía preguntando mientras guardaba algunas cosas en la camioneta, iban a ver una película infantil, así que varios papás tenían que llevar cosas, a ellos les tocó bebidas.
Guardó todo en su carro, junto a la mochila de Chan, que dentro traía algunos dulces que le gustaban, un juguete y en sus manitas traía su manta favorita, aunque también había obligado a su padre de guardar una almohada porque el suelo es duro.
—Dino.
—Lo sé, ¿No hay otro?
—Dino.
—Dinochan suena bonito —mencionó el alfa, cargando al pequeño para ponerlo sobre su asiento.
—Chandino.
—Ese no me gusta.
—¡Pues a mi sí! —le sacó la lengua y pataleó emocionado, quería que todos vieran su traje de dinosaurio regalado por su papá.
—A mi no, Dinochan —se burló Wonwoo y se subió a la camioneta.
Fueron a casa de Mingyu y Minghao, donde ya se encontraba Seungkwan porque Soonyoung y Jihoon tenían algo importante que hacer en la empresa, debían entrenar a las nuevas chicas del programa de supervivencia, así que debían de hacerlo bien, por eso no pudieron dejar a Seungkwan por ellos mismos.
—¡Narawan, Polarsol! —Chan gritó desde dentro del carro, con la cabeza asomándose, logrando que su gorrito cayera para atrás— ¡Rápido, rápido!
Los dos niños corrieron hacia la camioneta mientras Minghao caminaba detrás de ellos.
—Gracias por llevarlos, Wonwoo, surgieron cosas...
—Lo sé, Mingyu se está muriendo por un resfriado —se burló guardando las mochilas de Seungkwan y Hansol en el asiento de copiloto— Lo tienes consentido, es un perro llorón.
—Acaba de terminar de llorar porque Hansol se burló de que se le cayó un
moco —Minghao suspiró, un poco decepcionado.
—Dile que haré su trabajo por él pero que tendrá que cocinarme por un mes, verás que se le olvidará —se acercó dándole un pequeño abrazo al chino para reconfortarlo en momentos difíciles con un perro grande en casa— Sí ocupas que traiga algo, no dudes en decírmelo, me voy o estos animales y naranjas llegarán tarde.
El alfa sonrió hacia el omega y se alejó, yendo a guardar más cosas a la camioneta, como por ejemplo muchas palomitas ya hechas, otras no hechas y algunos paquetes de dulces que llevaba Seungkwan.
Terminó de guardar todo, se subió después de haber estado tardando bastante en acomodar a Seungkwan, aunque al final optó por quitarle el traje y ponerlo en el asiento de copiloto también.
Al llegar, Wonwoo bajó todas las cosas en varios viajes y después vistió nuevamente a Seungkwan, solo poniéndole el gran de bola naranja y un pequeño sombrero que simulaba en tallo.
—Papá.
—Dino.
—¿Me puedes llevar cargando? El papá de Changbin lo llevó así y yo también quiero...
—Yo también —dijo Seungkwan.
—Yo no, me gusta caminar como oso —dijo Hansol.
—Entonces yo tampoco —dijo Seungkwan nuevamente y empezó a caminar lado a lado con Hansol, pero con sus meñiques unidos.
El alfa sonrió y cargó a Chan, caminando hacia su salón donde varios padres iban a dejarlos junto a las cosas que llevaban.
—Te vas a portar bien, ¿Verdad?
—Sí, papá.
—No vas a hablar en la película, ¿Verdad?
—No, papá.
—Le vas a compartir a Seungkwan de tus dulces, ¿Verdad?
—Sólo si Kwan me comparte a mi.
—Chan.
—Sí, papá.
—Muy bien, Chan —entró a la puerta del salón lo dejó sobre el suelo dándole su mochilita— Pórtate bien y dile a Eunbi de mi parte que se ve bonita de hada.
Wonwoo besó la frente de Chan y lo dejó ir, sin notar que Jun estaba a su lado viéndolo embobado, sin parpadear y escuchando atentamente como su voz se volvía dulce cuando hablaba con su hijo, pero su voz seguía siendo grave.
—Buenos días, maestro Jun —lo saludó el alfa, acomodando sus lentes después de haberlo visto viéndolo directamente sin parpadear.
—Buenos días, Wonwoo. Puedes decirme solo Jun, es incómodo que me hables formal cuando tal vez tengamos la misma edad.
El omega sonrió tímido por ser tan aventado con el alfa, cuando con los otros papás no era tan cercano a excepción de Minghao y Jihoon.
—¿De qué año eres?
—Noventa y seis, cumplo en junio.
—Mismo año, cumplo en julio.
—Te dije —Jun lo señaló orgulloso y soltó pequeñas risas, dándose cuenta después de lo que había hecho— Perdón, sé que no tenemos esa confianza y no-
—Está bien —le interrumpió Wonwoo— Me gustaría tener confianza contigo, no me malinterpretes, eres el maestro de Chan y lo serás por mucho tiempo.
—Sí tengo suerte podré estar con ellos hasta que se graduen —rió viendo como algunos niños movían los bancos y mesas a los lados para tener el centro libre y poder acomodar sus cosas ahí— ¿Estarás ocupado el miércoles por la tarde, Wonwoo?
—Creo que no, ¿Por qué?
—Me preguntaba si... podrías llevarme a comprar las cosas para la fiesta de los niños. No tengo carro por el momento y le pedí ayuda a Minghao, pero me dijo que tu camioneta es la más grande. No quiero molestarte, así que si no puedes está bien, podría decirle a Jihoon o algún otro papá...
—Te ayudaré, no te preocupes.
—¿¡De verdad!?
Wonwoo asintió aturdido, sin esperar que Jun se emocionara por eso.
—Oh, perdón. Digo, ¿De verdad?
—Sí, no tengo problema con eso.
—¡Muchas gracias! Es difícil vivir aquí sin mucha ayuda —se acercó estando a nada de abrazarlo, pero se quedó parado en su lugar, a centímetros del alfa.
Jun dejó de respirar, el aroma del alfa se hacía cada vez más fuerte gracias al repentino acercamiento, sus narices casi se rozaban y Wonwoo estaba seguro de que Jun podía escuchar el latir de su corazón, tan rápido que incluso pensó seriamente en ir al hospital para que le revisen esas taquicardias.
Ambos quisieron acercarse más, pero una voz chillona hizo que se separaran de inmediato, quedando casi cada uno a cada extremo del salón.
—Maestro Jun, ¿Le gustan los tenis que me regaló? —llegó nuevamente Chan, modelando sus tenis frente a él.
—Claro que sí, son muy lindos, Chan —el omega respondió inmediatamente, nervioso.
—Como usted —el niño le sonrió y se fue, yendo hacia su almohada que estaba en el piso.
—Tengo que irme —Wonwoo hizo una pequeña reverencia y salió casi corriendo, limpiando el sudor de su frente.
Sentía sus mejillas calientes junto a su corazón latir demasiado rápido, no entendía como un simple chico con camiseta de gato lo podía poner tan nervioso y con dolor de estómago.
___________
Día dos de la semana del niño, tocaba un pequeño rally deportivo en las canchas con todos los alumnos.
Esta vez Mingyu fue el encargado de dejar a los niños, más que nada Soonyoung se aprovechó de que Wonwoo le encargó a Chan, así que él también le encargó a Seungkwan.
Wonwoo no quería ir, no quería ver a Jun.
Más bien, si lo quería ver. Deseaba verlo, anhelaba oler su delicioso aroma, extrañaba escucharlo hablar y soñaba con tenerlo a su lado.
Por eso no quería verlo, no podía tener esos sentimientos hacia él.
No porque el omega sea mala persona, lo contrario, es tan buena persona y el omega perfecto que Wonwoo no lo quiere a su lado.
No lo quiere hacer sentir miserable como alguna vez lo hizo con Yerin, dándole tanto amor que ella terminó aburrida, yéndose después de que ambos hubieran tenido un hijo.
No quería aburrir a Jun, por eso prefería alejarse a pesar de que mañana tenia que llevarlo a comprar cosas, lo prometió y eso sí debía cumplirlo.
Promesa es promesa.
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El tercer día llegó, siendo miércoles, mitad de semana y mitad de los festejos.
Hoy iban a jugar distintos juegos de mesa, algunos de aprendizaje y otros solo para divertirse.
Wonwoo tampoco había ido nuevamente. Más bien, si fue, pero dejó a Chan en la puerta y salió corriendo.
Sí, corriendo, para muchos niños fue gracioso ver un señor corriendo así de raro.
Ahora solo tenía que trabajar hasta que sea mediodía y poder ir por Chan y su maestro, Jun.
¿Por qué evitaba a Jun, pensándolo bien? Tal vez su encanto puede ser una razón, su aroma puede ser otra. Su delicioso aroma, que le trae tantos recuerdos que no puede estar seguro de donde vienen.
Solo recuerda unos labios suaves y una respiración tranquila, muy diferente a la suya que era rápida y pausada por algunos segundos, solo aspiraba el delicioso aroma de la persona frente a él.
¿De dónde eran esos recuerdos? Su mente no podía recordar nada, solo podía sentir.
Sentía nervios, muchísimos. Tal vez soñaba despierto.
Tal vez eso sí pasó.
No recordaba ningún Jun en su vida, ni de pequeño, así que definitivamente no era ese omega rubio.
Por alguna razón su mente no podía recordar ese evento pero si podía recordar el rostro de Jun.
Incluso se imaginaba varias veces teniendo sus manos sobre sus mejillas, inclinándose para besarlo y tocar esos suaves y rosados labios que tanto lo llamaban desde hace semanas.
Pero no podía seguir pensando en eso, debía trabajar o pensar en porque sentía eso por Jun.
Pensar, pensar y pensar que su jornada jornada de trabajo terminó antes de que se diera cuenta de eso, su cabeza estaba en otro lado.
Usualmente terminaba de trabajar al mismo tiempo que Chan terminaba sus clases, por lo que tenía el tiempo para ir por él y después ambos irse a su casa. Aunque su trabajo no terminaba ahí, en su casa solía avanzar cosas y terminar otras, aunque esta vez le tocaba avanzar unas cosas que a Mingyu le tocaban, porque el moreno estaba muy ocupado muriendo de resfriado.
Se dirigía hacia la escuela de Chan después de haber estado guardado sus cosas en su maletín y llevarse lo necesario a su casa, suponía que Jun y él irían de una vez a comprar las cosas necesarias.
Tarareó la música que se reproducía en el radio, siendo una estación de sus favoritas por las músicas que transmitían. Manejó hasta estacionar su camioneta a unas calles de la escuela, para evitar que Chan caminara por si solo a la calle y pasara algo, además debían esperar a Jun.
Salió acomodando los lentes sobre su nariz, entrando directamente por la puerta de la escuela.
—¡Papá! —escuchó un grito y rápidamente volteó hacia allá, sonriendo de inmediato al ver a su pequeño con estrellas en su frente y en su mano derecha una paleta.
—Hola, Dino, ¿Cómo estás?
—¡Bien! Maestro Jun me dio una paleta por responderle bien y ser el más inteligente.
—Lo eres, Chan —Wonwoo le sonrió a su hijo y después miró hacia el omega, nervioso por decirle algo— Cuándo todos se vayan...¿Quieres que te lleve a comprar? También podríamos ir a comer si gustas...
—Claro, suena bien, solo tienen que venir por dos niños y nos vamos.
—Perfecto, me llevaré a Chan afuera para sentarnos.
—No, yo me quiero quedar con el maestro Jun.
—Pero, Dino vamos a-
Chan lo interrumpió.
—No, yo aquí me quedo, vete tu —Chan agarró con su manita la mano de Jun y volvió a comer su paleta.
El omega soltó varias risas y para Wonwoo fue lo mejor que sus oídos escucharon.
—Está bien, Wonwoo, lo cuidaré.
El alfa entrecerró sus ojos confundido por la actitud de su hijo, pero asintió yéndose a sentar en una banca que estaba afuera para esperar.
No sabía quien lo ponía peor, si su hijo o Jun.
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