3
Chan y Hansol habían estado todo el horario escolar distraídos en los descansos, escribiendo en sus cuadernos y susurrando entre ellos para que Seungkwan no escuchara. Ellos dos se sentaban lado a lado, Chan del lado de la ventana y Hansol del otro lado, donde estaba Seungkwan al lado de otra niña llamada Eunbi.
Ellos cuatro siempre estaban juntos, pero Seungkwan siempre le buscaban pelea a Chan y viceversa, aunque se tenían un gran cariño y se podía demostrar después de defender a su querido Chan de unos niños más grandes.
Los niños más grandes se reían del él por traer todo de dinosaurio y seguir compartiendo pares de zapato con Hansol, pero a Hansol no le decían nada (a la vez agradecía eso) y a Chan sí.
Seungkwan y Eunbi se dirigieron enojados hacia los niños más grandes después de haber visto como empujaban a Chan y caía al lodo, manchando su short del uniforme de educación física. No traía más ropa, solo esa y le daba vergüenza entrar al salón así.
Ante los ojos de Chan, Seungkwan peleó como un guerrero por él, mientras Hansol lo llevaba al baño para ayudarlo a limpiarlo, no estaba lastimado o algo parecido, solo avergonzado y un poco triste, pero se le pasó cuando tuvo que regañar a Hansol por decir una mala palabra.
—Mi papá me dice que las malas palabras son malas.
—Mi papá Hao siempre dice "tonto".
—Tío Hao es un grosero —Chan negó con su cabeza, limpiando con papel el lodo.
—¡Chan, Hansol —Seungkwan tocó la puerta del baño que los dos mencionados habían cerrado para que los niños grandes no volvieran a entrar o alguien los viera intentando limpiar el short de Chan— Le dije al maestro Jun y el maestro Jun le dijo a Tío Wonwoo, te traerá un cambio.
Seungkwan no dejó que los otros dos le respondieran y se fue corriendo con Eunbi para comerse sus lonches en alguna banca cerca de la entrada para ver cuando llegara Wonwoo.
Wonwoo llegó a los cinco minutos, tenía suerte de traer en su camioneta ropa para Chan, porque nunca sabía cuándo la iba a ocupar. Cosas que se le quedaron grabadas desde que se le olvidó la pañalera de Chan estando a una hora de casa. La empresa no quedaba lejos de la escuela y aún era de mañana, así que tampoco perdió mucho tiempo en llegar.
Los guardias le abrieron la puerta después de haberle informado a que iba y después de haber visto al maestro Jun junto a Seungkwan y una niña que conocía como Eunbi.
—¡Tío Wonwoo! —Seungkwan sonrió emocionado y rápidamente esa emoción se le contagió a Jun, que sonrió inconscientemente al ver al de lentes.
—Hola Kwan, hola Eunbi —sonrió hacia los menores, esperando haberle atinado al nombre de la niña— Maestro Jun.
Inclinó levemente su cabeza ante él, siendo respetuoso porque era el maestro que le enseñaba a sus "sobrinos" y a su hijo, claramente debía tenerle respeto.
Aunque el respeto repentino asustó un poco a Jun, pero al notar su leve sonrisa se tranquilizó más, pensó que ya lo había descubierto y ya no tendría oportunidad de entablar alguna relación de amistad con él, aunque no quisiera especialmente amistad.
Solo con esa acción notó que era alguien serio, respetuoso y una persona recta.
—¿Dónde está Dino y Hansol? Traigo su ropa.
—En los baños —respondió Seungkwan y volvió a comer.
—Sígueme, no creo que sepas donde están —Jun se burló un poco de Wonwoo, aunque gracias a esa acción se avergonzó un poco por su exceso de confianza.
Wonwoo simplemente lo siguió desde atrás, teniendo en su hombro una pequeña mochila de dinosaurio que no combinaba para nada con su traje negro y su cabello peinado hacia atrás.
—Los baños están ahí, ¿Quieres que entre contigo? Chan y Hansol no han querido salir de ahí —el omega suspiró preocupado, los niños que estaban a su cargo eran pocos, pero aún así se preocupaba por cada uno, Chan siendo uno de ellos porque era bastante divertido y le gustaba mucho estar a su lado en todo momento.
—Sí, no se como estará Dino ahí dentro y tu aroma podría calmarlo más que el mío.
Jun lo miró parpadeando varias veces desconcertado ante eso, ¿Era una rara forma de decirle que su aroma era lindo? Esperaba que sí. Tocó la puerta y pegó su oreja sobre ella, escuchando algunos pasos que se acercaban.
—¿Dino? ¿Hansol? Traje la ropa, salgan —el alfa también pegó su oreja a la puerta, intentando escuchar algo.
—No.
—Dino...
—Sé más gentil —susurró Jun— No sabemos si está triste, enojado, avergonzado.
Wonwoo asintió con su cabeza, suspirando y desprendió un poco de su aroma, buscando que Chan se tranquilice.
—Dino, abre la puerta para que nos cuentes qué pasó y que puedas cambiarte.
—No.
—Chan, creo que debes de abrir —dijo Hansol en un pequeño susurro a su lado.
—No.
—Chan, lindo, abre para que podamos hablar —esta vez habló Jun, desprendiendo también su aroma tranquilizador que hizo efecto tanto en Wonwoo como en Chan.
—No.
Wonwoo suspiró sin entender porque actuaba así, ¿Tal vez lo lastimaron? Intentó abrir la puerta pero solo se podía abrir desde adentro o con llave, por eso siempre estaban abiertas.
—¿Podré empujarla? —murmuró hablando para sí mismo, pero el omega lo miró asustado.
—Dios, No. Te vas a lastimar y los niños se van a asustar, voy a buscar la llave.
—Te acompaño —el alfa dejó la mochila sobre el piso, al lado de la puerta por si Chan cambiaba de opinión y caminó nuevamente detrás de Jun.
—Están en el cuarto de aseo junto todas las llaves —Jun sacó un manojo de llaves de su bolsillo, buscando la que tenía una etiqueta que decía "aseo".
Wonwoo envidiaba su orden en esas cosas, usualmente él se memorizaba las formas de cada llave, ahora se sentía tonto por no haberlo pensado antes. Jun abrió la puerta y entró directamente, sin darse cuenta que Wonwoo lo seguía muy de cerca.
—No se donde están, tendremos que buscarlas —suspiró mirando a sus alrededores, no era muy grande, de hecho era un poco angosto debido a la cantidad de muebles llenos de distintas cosas y muchos cajones.
La puerta se cerró y ninguno de los dos le tomaron importancia, porque de todos modos Jun seguía trayendo las llaves, pero dos risas chillonas los desconcertaron.
—¿Chan? —preguntó Wonwoo confundido y en cuanto habló cerca de la puerta, las risas se dejaron de escuchar y se escucharon algunos pasos corriendo— ¿Acaban de engañarnos?
Preguntó Wonwoo volteando a verlo, sin ver por dónde camina, por lo que tropezó un poco y terminó más cerca de Jun.
—Creo que sí, no se porque —el omega susurró sosteniendo el antebrazo del contrario, moviendo el palo de trapeador con el cual había tropezado.
—Sólo espero que se haya vestido y no esté como en casa —Wonwoo levantó su vista, viendo fijamente los ojos brillosos y mieles del omega.
No entendía como sua ojos podían brillar tanto teniendo en cuenta que lo único que los iluminaba era un foco que de vez en cuando parpadeaba, tétrico.
El aroma de ambos se volvió más intenso para los dos olfatos, se combinaban perfectamente como si hubieran estado hechos para ser dos aromas compatibles. Dos personas compatibles.
Jun sentía una ráfaga de fuego en su cuerpo, un pequeño dejavú pasó por su mente y sus ojos, pensando seriamente en sí debía mencionarlo.
Sus dos cuerpos estaban juntos, en la oscuridad alumbrada por una luz muy débil, sus miradas estaban hipnotizadas una con otra, sus aromas estaban bailando por el lugar, haciéndose uno mismo. Sus manos tocaban el traje de Wonwoo. Wonwoo relamía sus labios con inquietud.
Sí, todo era igual a ese día.
—Wonwoo, yo-
—Siento que te he visto en otro lado —el alfa lo interrumpió, aún intentando recordar si lo había visto por algún lado antes de conocerlo como maestro de Chan y sus sobrinos.
—¿Sí? —Jun rió nervioso, desviando su mirada, pero no evitó sentir como el cuerpo del contrario se acercaba cada vez más.
Podía escuchar su respiración pesada y pausada, inconscientemente empezó a respirar así también, más cuando sintió la cabeza de Wonwoo inclinarse contra él.
—Tu aroma me gusta mucho, mi alfa pudo reconocerlo al instante, sé que te conozco de otro lado —se alejó un poco después de haber olido su aroma por una vez más, nunca se iba a cansar de su olor característico.
—No creo, puede haber muchos omegas con olores similares —volvió a reír nervioso, retomando su postura.
—Tal vez, pero mi alfa no miente.
—Tu alfa podría estar equivocado —caminó bastante pegado contra el arquitecto, yendo hacia la puerta para abrirla y salir de ahí antes de que el aroma potente de Wonwoo lo siguiera mareando.
—No me gustan las mentiras, maestro Jun —suspiró sintiéndose tonto por no recordar de donde sabía que lo conocía, así que solo lo siguió detrás, rogando para estar cerca de él nuevamente y oler su aroma más de cerca.
El omega trató de fingir que esas palabras no le afectaban y solamente abrió la puerta, topandose con Chan y Hansol parados frente a la puerta.
—El timbre sonó hace mucho, maestro Jun.
—¿Sí? Entonces vamos al salón, estamos perdiendo un poco de tiempo —Jun sonrió hacia Hansol— Chan, puedes quedarte un rato más hablando con tu padre, si gustas.
Jun no entendía como no había escuchado el timbre, tal vez por haber estado embobado con Wonwoo. El niño asintió con su cabeza y le devolvió a Wonwoo la mochila.
—¿Qué hacías con mi maestro Jun ahí dentro? —preguntó Chan, gritando sin querer, así que el omega lo escuchó todo con sus mejillas rojas.
Solo agradecía no haberlo besado o haberse confesado ahí, hubiera sido lo peor.
—Nada, Dino, ¿Me quieres contar que pasó?
—No, te cuento en casa, no quiero perder clases.
El alfa lo miró con su ceño fruncido, no sabía desde cuando Chan tenía miedo de perderse sus clases.
—Está bien, Dino, a la salida vendrá Mingyu por ti.
Chan solamente levantó su pulgar y corrió detrás de Hansol y su maestro. Para él no pasó desapercibido como ambos salieron impregnados con el aroma del otro, como su maestro estaba sonrojado y como su papá estaba un poco frustrado.
No se le pasaba ningún detalle.
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