1
Chan corrió por toda la sala buscando sus tenis mientras Wonwoo tomaba pacientemente su café, viendo a su pequeño hijo desesperarse.
—¿Qué buscas, Dino? —la voz profunda del mayor hizo que su hijo se detuviera.
Chan paró en seco llevando su mirada hacia la televisión prendida, buscando rápidamente una excusa.
—Al agente P.
—¿Seguro?
—Sí, es que dijeron que se perdió y estoy preocupado.
Wonwoo asintió con su cabeza, dejándolo buscar nuevamente lo que sea que buscaba.
—¿De pura casualidad no estas buscando tus tenis de dinosaurio?
—No...
—Entonces podemos irnos.
Se levantó de la silla después se haber terminado su café y dejó la taza en la cocina, dejando pendiente el hecho de lavar los platos que usaron para el desayuno.
—Vamonos Dino, tenemos que pasar por Hansol —se dirigió hacia la puerta, yendo directo a ponerse sus zapatos mientras esperaba a su hijo.
Chan corrió hacia su habitación, poniéndose unos zapatos de vestir que no combinaban para nada con su uniforme y menos con sus calcetas blancas de dinosaurio, pero era lo único que tenía a su alcance.
Wonwoo vio de reojo los zapatos de su hijo, suspirando un poco frustrado de que no fuera sincero, pero aún así agarró la pequeña mochila del menor y caminó hacia afuera.
—Mingyu me dijo que un niño muy amable le regaló a Hansol unos tenis de dinosaurios y que ahora esta muy feliz y no se los va a devolver.
Mencionó mirando con desinterés a su hijo que se veía preocupado.
—¿Él dijo eso?
—Sí, incluso los llevará hoy a su escuela para que todos lo vean.
Chan frunció sus labios jugando con el borde de su suéter, el frío aún no se quitaba a pesar de que sea marzo, por eso cuidaba de tener abrigado al pequeño.
—¿Tu crees que sea verdad?
Wonwoo lo miró con preocupación al ver su rostro triste y de agachó frente a él después de haber dejado su mochila en los asientos.
—Chan, ¿Por qué le regalaste tus tenis a Hansol?
Chan lo miró con sus ojos llorosos, su papá solo lo llamaba por su nombre cuando estaba preocupado, enojado o triste. Parpadeó tratando de dispersar las lágrimas, pero terminaron cayendo por sus mejillas rojas y gorditas.
Wonwoo suspiró abrazándolo rápidamente para que no pensara que estaba enojado, solo no entendía de donde salió tanta amabilidad de repente para terminar regalando sus cosas. Había tenido que comprarle muchas cosas nuevas porque quería regalar todo.
—Mi nuevo maestro me enseñó a compartir y Hansol no tenía unos tenis como yo y dijo que quería unos iguales pero no tiene unos iguales entonces yo le dije que podíamos tener unos iguales si yo le daba los míos y me dijo que sí pero si tu no te enojabas y le dije que no porque quieres que comparta con mis amigos —habló mientras dejaba soltar todo su llanto entre los brazos cómodos de su padre.
—Chan... —acarició sus cabellos lacios oscuros, tratando de tranquilizarlo.
—No te enojes, papi —levantó su mirada para verlo y limpió sus mejillas con su manita.
—No estoy enojado, Chan, pero debiste decirme a mi, podríamos incluso haberle ido a comprar unos juntos.
Sacó un pañuelo del bolsillo de su traje, hoy tenía una junta importante en su trabajo así que debía de ir de esa forma. Puso el pañuelo en la nariz del niño, dándole a entender que quería limpiar sus mocos.
Chan le entendió rápidamente pero agarró el pañuelo él solo para ser un niño grande, pero terminó por entregarle el pañuelo blanco lleno de mocos y extendido sobre la palma abierta del mayor, que lo miró con asco lo soltó en automático.
—¿Qué vas a hacer? ¿Dejarle tus tenis? —Dino se encogió de hombros, ya más calmado— Intenté hablar con Hansol pero dijo que lo pensaría.
El niño hizo un puchero triste y subió a la camioneta negra con ayuda de su papá, se sentó en el asiento para niños y el solito se puso su cinturón, recibiendo halagos por parte de Wonwoo.
Wonwoo corrió hacia el bote de basura y tiró su pañuelo, después se dirigió de nuevo hacia su camioneta y emprendió camino hacia la casa de Mingyu y Minghao para recoger a Hansol.
Mingyu y él trabajaban en la misma empresa con puestos bastante reconocidos, pero ahora mismo se encontraba ocupado organizando una junta y Minghao estaba de viaje en China para la exposición de una de sus pinturas, por lo que debía de encargarse de llevar y posiblemente traer a Hansol junto a Chan.
—Habla con Hansol, te los devolverá —habló Wonwoo no muy seguro, porque conocía bien al niño y sabía que era celoso con sus cosas y personas cercanas, así que si le agarró cariño a los tenis, era un poco imposible que se los devuelva.
—Perdón papi, me los regalaste de cumpleaños... —murmuró aún triste el pequeño, viendo por la ventana la llovizna que había empezado por ser temporada de lluvias.
—Está bien, Dino, intenta recuperarlos —estacionó su carro frente a la casa de sus mejores amigos— Espérame aquí.
Wonwoo bajó del carro corriendo, dejando la radio prendida para que Dino se entretuviera cantando. Sacó de su cajuela un paraguas y se dirigió hacia la puerta, donde estaba Hansol ya parado con Mingyu detrás, también en traje.
—Lo siento, Wonu, no se quiso quitar los tenis —Mingyu suspiró poniendo a Hansol bajo el paraguas del mayor— Intenté de todo pero no quiere, Dino debe hablar con él.
—Lo sé, gracias, Mingyu. Ve a la empresa, los dejaré a ellos y pasaré por café y desayuno, Minghao te dejó muy mal desacostumbrado —negó con su cabeza suspirando decepcionado y palmeó su hombro— Vamos, Hansol, Dino ya está arriba.
Wonwoo recibió sus brazos el asiento para niños de Hansol que era completamente negro, a diferencia del de Chan que tenía un estampado de tigre por ser regalo de Soonyoung.
Hansol se despidió de Mingyu y agarró el borde del saco de Wonwoo, caminando a su lado hacia el carro. Sostuvo entre sus manitas el gran paraguas para intentar cubrir a Wonwoo también, pero nunca tomó en cuenta que el mayor era muchísimo más alto y solo se cubría él.
Wonwoo acomodó su sillita y lo ayudó a subirse, escuchando los saludos de ambos niños, dejó su mochila en el asiento del medio y se dirigió al asiento del piloto después de haber guardado nuevamentesu paraguas, limpiando las gotas que le cayeron en sus lentes.
Condució escuchando de fondo la voz de su hijo cantar y los pequeños ruidos que hacía Hansol queriendo imitar el ritmo o algunas voces.
Se estacionó unas calles antes de la escuela, era más seguro así porque luego la gente se amontonaba en sus carros y lo harían perder tiempo valioso.
—Vamos a caminar un poco, no vayan a querer correr porque esta resbalosa la calle —les advirtió antes de salir nuevamente, esta vez con el paraguas al alcance para no mojarse, porque la lluvia incrementaba pero sin ser peligrosa.
Se dirigió primero a la puerta por donde estaba Hansol, sabía que él era más calmado y si le decía que se mantuviera con él, lo hacía. Lo ayudó a ponerse su mochila de colores y caminaron ambos hacia el otro lado.
Wonwoo ayudó a Chan aunque quiso hacerlo él todo solo, así que lo dejó que abriera su paraguas transparente pequeño y se cubriera del agua junto a Hansol.
—Hansol, agarra también el paraguas junto a Dino, Dino dame tu mano —Wonwoo agarró su manita después de haberse puesto la mochila de dinosaurios sobre su hombro y caminaron los tres hacia la puerta donde los niños entraban emocionados.
—¡Mira, papi, él es nuestro maestro nuevo —gritó Chan logrando que el maestro nuevo voltera hacia donde escuchó el grito.
—Es chino como mi papá y se llama Jun —dijo Hansol levantando su mirada hacia el mayor— Le gustan los gatos.
—¿De verdad? Los gatos son lindos —dijo Wonwoo sin saber que decir, solo hizo una reverencia hacia el maestro que seguía viéndolos se agachó para despedirse de ambos.
Besó la frente de Chan y acarició la mejilla de Hansol después de haber despeinado sus cabellos.
Los niños entraron bajo el pequeño techo de la entrada, Wonwoo le ayudó a su hijo a cerrar el paraguas y después le puso su mochila.
—Adiós Hansol, adiós Dino, portense bien y no regalen sus cosas. A la salida vendré yo.
Chan sonrió tímido y Hansol solo asintió con su cabeza, ambos entrando detrás de muchos niños para llegar a su salón.
—Disculpe... ¿Es el papá de Chan?
Llevó su mirada hacia donde estaba un omega alto de cabello castaño claro y ojos grandes observadores, además de un acento notable.
—Sí, ¿Por qué? ¿Es usted su nuevo maestro, verdad? —preguntó rápidamente al notar la timidez del omega frente a él.
—Lo soy, por eso mismo me atrevo a hablarle —tomó aire bastante avergonzado de sí mismo por avergonzarse frente a un alfa atractivo— Noté que Chan no trae tenis deportivos y trae otros zapatos.
Wonwoo ladeó su cabeza confundido por donde se dirigía la conversación.
—Hubieron algunos problemas y no pudo traer otros, ¿Hay algún problema en eso?
—De hecho sí, teníamos pensado hacer una actividad deportiva en la cancha techada y es obligatorio que trajeran sus tenis deportivos, también lo dijimos por el grupo de padres. Lamento que Chan no pueda participar en la actividad de hoy, son reglas.
—¿Qué grupo? ¿Hay un grupo?
Jun levantó sus cejas más confundido que Wonwoo.
—Es nuevo, lo hicieron con mi llegada.
—Tiene sentido... perdón por eso, no volverá a pasar, ¿Podría pasarme su número y así me mete al grupo? —preguntó Wonwoo sacando rápidamente su teléfono, dispuesto a dárselo o a escribir el del maestro.
—Claro... —Jun no entendía porque estaba tan tímido con él, nunca le pasaba, así que agarró con bastante vergüenza su teléfono, casi tirandolo al piso pero tuvo buenos reflejos para agarrarlo.
Puso su número y su nombre acomodado de un gato y le entregó rápidamente el teléfono.
—Llámeme, así podré agregarlo —Wonwoo hizo lo que pidió y le llamó, colgando al instante.
—Nuevamente lo siento por Chan, ha estado regalando sus cosas y le dio sus tenis a Hansol...
—Oh, ¿Quiere que haga algo al respecto? —rápidamente se vio preocupado por los comportamientos de sus pequeños alumnos?
—Lo agradecería, pero, me parece conocido...
Wonwoo lo miró atentamente, entrecerrando sus ojos. Jun solo desvío su mirada nervioso.
—No creo, recién volví de China...
—Está bien, nos vemos después, maestro Jun —sonrió con sus labios pegados y dio media vuelta, volviendo a abrir su paraguas para caminar hacia su camioneta.
Jun suspiró agradecido de que no lo haya reconocido y solo entró para dirigirse a su salón y empezar con sus clases.
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