Hace cientos de años, existió un hombre, el primer exorcista que existió en el planeta tierra, su nombre era Abe no Seime, el fuel primer exorcista supremo que habito en la tierra, sus habilidades espirituales rebasaban en grandes magnitudes, y se decía que con una sola palabra podía desterrar toda una legión impura.

Se decía de él que había sido enviado por los dioses para erradicar el mal del planeta tierra, pero eso no se podía asegurar en totalidad; duro décadas entre los seres humanos, ganándose su respeto y admiración, tomándolo casi como una deidad más siendo solo un hombre; pero esto no fue lo único que Seime ganó, década tras década que permaneció en la tierra se dio cuenta que su trabajo se iba volviendo algo imposible, ya que cada vez que exterminaba una legión de Kegare (impurezas) nacían en cuestión de segundos millones más, él intentó evitar esto, pero al final de mucho se dio cuenta que las impurezas nacían de los humanos y cada uno de los pecados, malos pensamientos y rencores que poco a poco guardaban, y llego a pensar que debería dejar que los Kegare se aprovecharan y acabaran inconscientemente con sus creadores, pero no pudo, en aquel entonces su corazón aun era piadoso, y se prometió el proteger a los humanos albergando la esperanza de que ellos cambiarían al ver el esfuerzo que el hacia día tras día acabando con lo Kegare.

El tiempo de Seime se iba acabando y sabia que su misión de protección aun no había finalizado, y que tampoco podía dejar a los débiles e indefensos humanos; plantó entonces un enorme árbol al cual nombró Abe no Mishihara, quien seria quien mantendría el equilibrio entre el mundo real y el mundo paralelo al cual le dio el nombre de Magano, lugar a donde desterró a los Kegare, creando un tiempo de paz, entre estos y los humanos.

También le propinó al los humanos unos protectores que lo remplazarían en el momento de abandonar el mundo, ''sus hijos'' guerreros nacidos entre humanos que secretamente lucharían para eliminar las impurezas. Pero este remedio no duró mucho, los jóvenes y nuevos combatientes se iban tentando cada vez más por las banalidades, creando ellos mismos Kegare, cosa que él no permitió para nada, dando una gran reprimenda a sus seguidores y desterrándolos a morir en Magano devorados por los pecados que alguna vez habían erradicado.

En su lecho de muerte, Abe no Seime, le dijo a su amigo y seguidor más fiel: Que después de muchas lunas, después que la tierra cambiara, llegaría una pareja de jóvenes, los mejores exorcistas que existirían, ellos serian llamados las estrellas gemelas y de su unión nacería un niño, quien seria el que acabaría totalmente con los Kegare. y luego, murió.

Pasaron siglos y la unión de exorcistas fue creciendo y centrándose poco a poco, transmitiendo de generación en generación esta promesa que poco a poco fue olvida y tomada por muchos como un simple mito...hasta ahora.