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5:48
Habían contratado a un nuevo repartidor de pan.
Mateo Warren estaba contento por la adquisición de un nuevo empleado a la panadería de su padre, de esa manera podría concentrarse en Juliana y su embarazo.
La vida no era tan sencilla como la había imaginado, aún había muchos momentos tensos en la relación y palabras no dichas.
Aún se sentía dolido por la forma en la que lo había abandonado sin decir nada y para empeorar las cosas, ocultando que estaba esperando un hijo suyo.
Había días en los que se ponía a pensar ¿Qué hubiera pasado si él se rindiera y nunca la buscaba? ¿Ella le hubiera dicho que esperaba un hijo? ¿Se lo hubiera ocultado por años? ¿Para siempre?.
Esas dudas le carcomían la cabeza.
—¿Y de dónde salió este nuevo bombón de hombre? — preguntó Triz viendo cómo el nuevo empleado cargaba la camioneta con el pan recién horneado.
—Llegó hace unos días pidiendo el puesto por una recomendación — él dejó de observar el libro de cuentas para verla a ella sentada en la mesa enfrente suyo —. No lo asustes, por favor.
—Ni que fuera un ogro — lo observó con los ojos entrecerrados y retirando su largo cabello negro del hombro. Mateo rodó los ojos.
—¿No deberías estar agotada y durmiendo a esta hora? — cambió de tema.
—Me he acostumbrado a despertar temprano, aunque esté muerta de cansancio no puedo dormir más de las cinco —suspiró — A todo esto, gracias por ir a apoyarme el día del estreno.
—No fue nada —le sonrió—. Sabes que a Juli le gusta el ballet.
—Es una pena que no continuará como bailarina, era una de las mejores.
Mateo asintió aún concentrado en los números enfrente suyo. Durante unos minutos dónde Triz continuaba observando al repartidor y dándole sonrisitas y Mateo haciendo sus cuentas, ambos se encontraban en un armónico silencio.
Hasta que la camioneta se fue y la pelinegra volvió a concentrarse en su amigo.
—¿Cómo van las cosas con Juliana?.
—Bien.
—¿Solo bien?
—Bueno, es tu amiga también...¿Por qué no le preguntas a ella?
—Porque te lo estoy preguntando a ti. Quiero escuchar tu versión.
—Estamos bien... Es complicado porque las cosas no son como antes.
—Por supuesto que no, ella está embarazada.
—No es solo eso...no sé — jugó con su cabello—. Me siento un poco perseguido. Hay días en los que despierto y temo que ella vuelva a irse...
—Comprendo.
—Creí que podría hacer esto — la observó desesperado—. Pero tengo miedo de no poder volver a confiar en ella.
...
17:34
— ¿Así qué te pidió una cita?
— Si — respondió ella doblando otro enterito de bebé —. Será como borrón y cuenta nueva.
— Yo creo que deben dejar las cosas como están.
Ruth observó a su hermana con expresión que dejaba en claro lo que pensaba en ese momento: "¿En serio?".
—No me mires así — chasqueo la lengua acariciando su vientre, ya se encontraba en las últimas semanas por ello le había pedido ayuda para ordenar la ropa del nuevo integrante de la familia —. Sabes que Stuart no me convence como pareja para ti.
— A ti no te convence nadie para mí — réplica la menor de las hermanas. Toma asiento a su y sonríe con timidez —. Lo extraño — suspira— mis días son un poco más coloridos con él. Cuando estoy con Bel... Es difícil de explicar, pero siento que soy yo misma... Siento que nos complementamos.
—Ruru — Rocío acaricia su cabeza con cariño—. ¿Estás enamorada de él?.
Ruth se enderezó en un segundo. ¿Ella enamorada de Bel? ¿Era posible?.
Sintió algo extraño en su estómago.
No, no, no, pensó, no quiero mariposas en la panza. Ni ningún otro síntoma complicado por el momento.
—No creo que sea para tanto — respondió a su hermana —. Pero quiero descubrir que sucede entre nosotros. Y esta vez hacerlo bien.
Estaba haciendo lo correcto - se dijo- debía darle una oportunidad a Bellami. A ella misma. A ambos.
...
Lunes 16 marzo 2015
8:30
—Asi que... Aceptaste una cita con Bellami — comentó desinteresadamente Mikki mientras limpiaba el mostrador.
La pregunta de la pelinegra tomó a Ruth por sorpresa, tanto que casi deja caer el dinero que contaba.
—Si — respondió volviendo a su trabajo.
—Me alegro, al menos de esa forma dejará de llorar por los rincones de la casa — dijo divertida.
¿Bel llorando por ella? Reprimió la risa que le daba imaginarlo de esa manera.
—No creo que él llore por ninguna mujer.
—Lo digo en serio — la enfrentó con una sonrisa divertida—. Era insoportable estar con él.
—Bueno, no parecía estar tan mal — suspiró apoyándose en la mesada y cruzando los brazos analizando las palabras de su compañera.
—Lo conozco desde que tengo memoria, créeme, era un desastre — Mikki le dio una mirada sincera —. Ya que hablamos de Bel, me gustaría disculparme por lo que pasó esa noche.
Ruth la observó sin saber qué decir, Mikki había aparecido de la nada y arruinado aquella loca noche, pero en realidad la pelirroja sabía que nadie tenía la culpa de lo sucedido ni de las decisiones que cada uno tomó.
—No te preocupes — le respondió con una sonrisa. El minuto que siguió fue en un silencio algo incómodo que la pelirroja decidió cortar —. Entonces... ¿Cómo te va con el cambio de tu casa a la ciudad?.
—Bien — contestó algo evasiva —. Extraño mi casa y el pueblo, pero necesitaba un cambio y escapar...
—Algunos cambios son buenos.
—Eso espero — suspiró llevando sus manos al cabello y por un segundo olvidando que lo había cortado —. Aún no me acostumbro a algunos cambios.
—Es diferente al estilo de antes, pero te queda bien — se sinceró ella, a pesar de que solo la había visto una vez con el cabello rubio y largo.
—Gracias.
—¿Por qué el estilo completamente distinto? — se le escapó la pregunta —. Quiero decir, te queda bien de las dos formas, pero es...
—Hay cambios que son necesarios.
Sentenció con una sonrisa forzada antes de volver a prestarle atención a la mesada dando fin a aquella extraña conversación.
No ha estado nada mal, pensó Ruth volviendo a concentrarse en el trabajo, toda la charla podría haber salido peor.
En los pocos días que estuvo trabajando con ella le pareció una buena mujer por lo que no podía odiarla. Pero lo que si podía hacer era sentirse más culpable por haber huido de Bellami aquella noche.
—¡Buenos días! — su voz la sacó de sus pensamientos y levantó la mirada encontrándose con aquellos ojos ámbares que tanto había extrañado ver.
—Buenos días — contestó tímidamente. Bellami apoyó los brazos en el mostrador acercándose más a ella.
—Espero no te moleste que me acerqué a saludarte — le sonrió algo dudoso.
—No, no — se apresuró a contestar negando con la cabeza —. Puedes venir cuando gustes...¿Quieres un café?
Se apresuró a preparar el café como a él le gustaba incluso antes de que este pudiera abrir la boca. Ruth necesitaba estar en movimiento y hacer algo para no volverse una tonta llena de nervios allí parada. Lo escuchó soltar una risilla que ocultó tras una tos falsa.
Mikki quien veía todo desde su lugar rodó los ojos por el comportamiento tan juvenil de dos personas adultas y negando con una sonrisa se encaminó a la puerta que conducía al almacén de atrás.
—Iré a ver si ya pusieron huevo las gallinas — dijo antes de desaparecer.
—¿Qué?
— No le hagas caso — Bellami sonríe ignorando a Mikki y poniendo su atención en la pelirroja —. Estuve pensando...
—¿Piensas, Stuart?
—Muy graciosa, cariño — toma su mano acariciando su suave piel —. Estuve pensando en la cita...
—¿Si?
—Ya tengo el lugar indicado — sonrió de medio lado —. ¿Sigue en pie, entonces?
—Claro — susurró con las mejillas sonrojadas.
Cuando el celular de él comienza a sonar, a regañadientes suelta su mano y busca el aparato en el bolsillo de su chaqueta.
Ruth aprovecha esto para acabar el café e intentar tranquilizar su nerviosismo. ¿Por qué parecía ser mucho más guapo que antes? Se preguntó ella.
—Es Jer, necesito subir — le explica tomando el café que le alcanzó ella.
—Bueno — logró decir ella antes de qué él se incline lo suficiente como para rozar sus labios en un rápido beso —. ¡Bel!.
— Nos vemos luego, cariño — le dijo con una sonrisa en los labios alejándose de ella —. ¡Ah! El café ponlo en su cuenta — le gritó desapareciendo en los ascensores.
—Pero...
—Siempre tan infantil — escuchó la voz risueña de su compañera que la observaba desde la puerta.
Ruth simplemente sonrió y sin darse cuenta llevó su mano los labios. Aún podía notar el calor del beso.
Esperaría con ansias el día de la cita.
...
Bellami sale del ascensor rumbo a oficina de Jeremy con una sonrisa en los labios.
La había besado. Luego de tanto tiempo pudo estar cerca de ella y la sensación que le invadía el cuerpo era inexplicable. Se sentía como si todo en el mundo estuviese bien y nada importara, nada además de Ruth Bonafide.
Luego de la reunión se encerró tras su escritorio arreglando los últimos detalles de su trabajo, lo último que deseaba era tener que retrasar la cita por problemas en el trabajo.
—Señor Stuart— Wendy su secretaria ingresó en la oficina entregándole una carpeta —. Aquí están las copias que me pidió y le recuerdo que tiene una reunión a las trece treinta con Anderson.
—Gracias, Wen — le respondió con una sonrisa—. No sé que haría sin vos.
— Probablemente olvidar hasta donde tiene la cabeza.
—Tienes mucha razón.
—Esta de buen humor — lo estudio detenidamente y su vista cayó en el recipiente de café sobre el escritorio —. Veo porque ¿Así que por fin tomó coraje para hablarle? — sonrió tomando asiento enfrente de él.
—¿Qué te hace pensar eso? — lo observó fijamente sin decir una palabra hasta que él se rindió— ¡Bien! Sí. Le he hablado... Bueno, hemos hablado.
—¡Ay! Que bien — aplaudió feliz —. Me alegro por ustedes... Es horrible ver como una hermosa historia es destruida únicamente por un malentendido o falta de comunicación.
— No quiero que las cosas salgan mal con Ruth — murmuró Bellami sonriendo algo avergonzado, Wendy siempre fue su aliada cuando salía a escondidas con la pelirroja. Confiaba plenamente en ella—. No sé cómo explicarlo, Wen, pero creo que ella es la indicada.
—Está enamorado, señor Stuart — le devolvió la sonrisa poniéndose de pie—. Lo supe en el primer momento en que lo vi con ella, su forma de mirarla era...es de amor.
—¿Por eso organizabas nuestras citas los jueves? — le preguntó antes de que ella saliera.
— Me gustan los finales felices — respondió encogiéndose de hombros antes de cerrar la puerta detrás de sí.
Bellami se quedó observando su ya vacía taza de café. Él estaba enamorado de Ruth Bonafide. No lo negaría, pero ¿Ella llegaría a enamorarse de él?.
Cuánto se lo confesó aquella noche le había dicho que era muy pronto y que venía con el corazón roto por el idiota de Mateo. Ahora el tiempo transcurrió, aún sentía lo mismo por su hermosa pelirroja...¿Ella podría dejarlo juntar los trozos de su roto corazón e intentar arreglarlo con amor?.
El ringtone de su celular lo trajo nuevamente a la realidad. Al ver la pantalla se trataba de la controladora, extrañado responde.
—Hola, Rocío.
—Stuart.
—¿Se te ofrece algo?.
—Tenemos que hablar.
...
Martes 17 de marzo de 2015
07:09
Mikki se encontraba preparando todo para otro día de trabajo cuando siente la escalofriante sensación de que alguien la está observando.
—Es imposible — se dice mientras disimuladamente observa su entorno.
El guardia de la entrada en su lugar, las recepcionistas hablando por teléfono, los trabajadores matutinos y medio zombis esperando frente al ascensor, Ruth hablando con el repartidor de pan y un par de jóvenes conversando en un rincón.
No había nada fuera de lo normal, lo que quiere decir, que Mikki se encontraba un poco paranoica. Se acarició de manera inconsciente la muñeca derecha.
— Ya tenemos el pedido de la panadería, compañera — Ruth se ubica a su lado sonriendo. Desde que Bellami y ella comenzaron a hablarse nuevamente se les veía más vivos que antes.
—Que bien — respondió simulando una sonrisa.
—¿Te encuentras bien?.
—Sí, estoy bien — mintió pasando las manos por su cabello, decepcionada al llegar al final de este antes de lo esperado.
Extrañaba el cabello largo y rubio.
Lo extrañaba porque le recordaba a su madre, ella siempre la llamaba pequeña Rapunzel cada vez que la peinaba.
Extrañaba también a su madre, cada vez que pensaba en que ya no la tendría ahí cuando la necesitará, cuando estuviera triste y precisará sus sabios consejos.
No podía creer que ya habían pasado meses desde la última vez que la abrazó, que la besó que vio su sonrisa.
—Estoy bien— volvió a repetir más para sí misma aquella mentira.
Extrañaba a su madre y se sentía una pésima hija porque en el fondo estaba aliviada de no tener nada que la retenga en el pueblo.
Era una persona horrible porque con la muerte de su madre, ella por fin pudo escapar.
...
Hola a todos 💖 estoy de vuelta con esta historia 🎉
Con respecto a la tardanza pido perdón...
Fue una mezcla de asuntos personales y bloqueo de escritor lo que me retuvo en esta parte.
Aunque en el fondo lo agradezco porque ahora estoy mucho más segura con respecto al rumbo que iré dando a la historia, especialmente a la vida de Mikki, ya que la historia de Mateo y Juliana esta casi terminada decidí en el otro lado del cuadrado amoroso Ruth-Bellami-Mikki-???? en lugar de Juliana-Mateo-Ruth-Bellami...
Me estoy extendiendo y aburriendo así que me despido hasta la próxima mis amores.
⬇️⬇️No olviden dejar estrellita ⬇️⬇️
Y comentar que tal les pareció...
Los quiero 💖💖
Dani
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