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19:49
—Te digo que fue super incómodo— murmuró Ruth dando vueltas en la cocina—. ¡Ella apareció de la nada!...Mi hermana debería haberme avisado a quién contrataría.
—¿Estás segura que era ella?.
—¡Helena! Estoy muy segura— colocó dos papas en la encimera mientras buscaba el pelapapas en uno de los cajones—. Vi a esa mujer como Dios la trajo al mundo, no por que hubiese querido para ser sincera, fue fácil reconocerla a pesar del cambio de peinado.
—¿Ella te dijo algo sobre...ya sabes?. Tal vez no te reconoció.
—No, no hablo de Bellami. Pero a juzgar por su expresión al verme estoy segura de que me recuerda.
—Mmm...Bel seguramente le habló de ti.
—Él no...— suspiró frustrada colocando la última papa pelada en una olla para lavar —. Él no tiene nada que decirle de mi.
—Es tan injusto que no te enamores de Gonzalo — Ruth le frunció el entrecejo al celular en la mesa.
—¿Eh?.
—Admite que sería la solución de tus problemas...no más hombres idiotas como Mateo o Bellami.
Mateo. Sintió un pinchazo en el pecho. El primer enamoramiento de Ruth, tan tonto como parece ella estuvo odiotizada por él la mayor parte de su adolescencia y un poco obsesionada los últimos meses. Tan odiotizada que se metió al vestuario del equipo de Gonzalo, acabando casi arrestada y en primera plana como la nueva novia del gran chico Ramírez.
Ella solo deseaba una cita, que él la viera y notara su presencia. Lo logró pero como si se tratase de en cuento donde sabes que al final de cada deseo descubres que deberías haber pronunciado mejor tu pedido o tal vez especificar bien lo que uno quiere porque de otra manera uno acaba por recibir gato por liebre.
Eso mismo sucedió, Mateo Warren se encontraba soltero y gracias al milagro de algún santo que de casualidad cruzaba por allí, quedaron en salir. Al inicio todo ocurrió bien pero al correr de los días fue notando que si bien la veía y sonreía, y le decía cosas tiernas...en su cabeza y corazón solo había espacio para una persona: Juliana.
Y de esa manera el cuento acabó. Juliana apareció toda hermosa, explendorosa, maravillosa y Mateo corrió tras su amor verdadero dejando a Ruth detrás. Se sintió como si ella fuera un simple extra en la historia de amor de Mateo y Juliana. Para colmo sería la villana que roba al príncipe y acaba perdiendo... siempre perdiendo y sola.
Hasta Bellami Stuart.
—No creo que ese sea un tema del que quiera volver a hablar ahora...
—Luego de escucharte hablar del “amado Teo” hasta acabar sangrando mis oídos, creo que tengo derecho de decir que fue un idiota.
—Creo que fue...
—¡No! —la interrumpió su amiga—. Fue un idiota y punto.
Ruth preparó el aceite para fritar las papas cortadas. Esa noche acabaría cómoda en su cama mirando películas románticas en Netflix, comiendo una hamburguesa con papas y olvidando a cualquier ser humano con testosterona que alguna vez llegó a considerar un buen partido para algo más que un simple revolcón.
—Y Bellami...—Helena sonó tan desepcionada a través del celular—... realmente esperaba más de él, pero acabó siendo igual que el otro.
—¿Porqué no hablamos de tu relación con Carlos? —intentó cambiar el tema —.¿Cómo van las cosas entre ustedes?.
—Bien...bien...—dudó—. Bueno, es difícil últimamente por los entrenamientos y aunque está en un equipo de la segunda división le exigen un montón y no tenemos mucho tiempo para vernos.
—Comprendo, Gonzalo está igual —si no fuera por las fiestas de donación a las que me invitó no lo vería... Su vida ultimamente consta de la cancha y la pelota.
—Cuando dije que quería un novio deportista no creí que fuera así.
Ruth rió por el comentario de su amiga. Helena siempre soñó con un hombre deportista como pareja, literalmente la arrastraba a bares y discotecas donde sabía que ellos se encontraban para poder “conseguir uno".
Y lo logró. Más o menos, esa noche Carlos le había mentido diciendo que era “Chico” Ramírez robando el corazón de la “pobre e inocente” Helena.
Hasta que Gonzalo llegó a la casa y se descubrió la verdad. No podía culpar a su amiga por confundirse ya que los hermanos a pesar de los años que los separaban eran muy parecidos.
Y de esa manera comenzó su historia de amor. De premio extra, Ruth recibió un amigo: Gonzalo.
Lo que la llevaría a cuestionarse : ¿Es está mi historia de amor?.
Las repetidas insistencia de su amiga qué algo podría existir entre ellos lamentablemente hecho raíz en la pelirroja cabeza de Ruth.
¿Quiere decir esto que su relación con Bellami nunca tuvo una oportunidad?.
...
21:34
El aroma a comida recién hecha llegaba desde la cocina inundando la sala hasta llegar a él.
Mikki estaba cocinando una deliciosa cena para ambos, pero él solo podía quedarse allí en el sofá con un vaso de whisky en la mano mirando como en televisión volvían a hablar de Ruth y “chico" Ramírez.
—¿Por qué sigues viendo eso? —Mikki se paró a su lado con las manos en la cintura.
—Masoquismo—Bellami se encogió de hombros y vacío el contenido de su vaso de un trago. No sé encontraba de buen humor aquella noche.
—Tsk..—chasqueó la lengua y se ubicó frente suyo. El corte de cabello le quedaba bien aunque a él le costaría acostumbrarse a verla con su nuevo look; toda la vida había llevado el cabello largo y rubio —. Deja de ser un insufrible borracho y pon un poco de sentido a tu vida, Stuart.
—¡Ja! Mira quien habla — saltó arrastrando un poco las palabras. Enfocando su frustración en la única persona que se encontraba cerca.
—¿Perdón?.
—Tu —se levantó y caminó hacía ella con pasos inestables—. Tu llegas de la noche a la mañana sin explicación coherente, poniendo mi vida de cabeza en el momento menos oportuno. ¡Por eso ella se fue!.
—¡Claro! —Mikki se cruza de brazos observando con una ceja alzada—. Si quieres culparme adelante... Pero en el fondo sabes que no tengo nada que ver en tu estúpido problema con tu novia o lo que fuera —terminó de cerrar la distancia entre ellos y le clavó un el dedo índice en el pecho—. Tu, y solo tu, eres el responsable si ella se va con otra persona. Mírate, tirado en casa vaciando la licorera mientras la vez en las noticias con otro todos los días. Lamentando y llorando sin hacer nada.
—No sabes nada —costestó apretando los dientes y tambaleándose un paso atrás.
—No eres el centro del mundo, Bellami Stuart — acabó frunciendo los labios—. La gente no gira a tu alrededor ni baila al son de tu canción. Si te quedas aquí sin hacer nada eso es lo que obtendrás: nada.
—Mikki no estoy de humor para una charla sobre nosotros —soltó dándole la espalda para buscar la botella de Whisky.
—¡Idiota! —contestó luego de un minuto—. No estaba hablando de nosotros. No hay un nosotros desde hace mucho tiempo.
—¿En serio? —la volvió a ver sin creerle ni una palabra—. ¿Entonces porqué estás aquí? ¿Por qué viniste a mi casa a arruinar todo?.
—¡Porque no tenía donde más ir! —los ojos se le llenaron de lágrimas pero no derramó ninguna. La siempre fuerte Mikki, pensó Bel—. ¡Porque creí que eras mi amigo!.
—Somos amigos...
—Entonces deja de actuar como el intento de hombre que eres ahora y pon tu cabeza en orden.
¡Auch! Eso dolió. Bellami no la vió acercarse y tomar la botella, pero en un pestañear su mano se encontraba vacía y la ex-rubia caminaba con paso firme a la cocina.
—La comida ya está lista. Ve a lavar tu cara y a cenar.
—Si, mamá —dijo sarcásticamente.
Bellami caminó al baño y se observó en el espejo. Era un desastre andante: las ojeras bajo los ojos, el cabello despeinado y la barba incipiente de varios días sin afeitarse.
¿Las cosas con Ruth hubiesen ocurrido de manera diferente si él hubiera corrido trás ella esa noche?.
Recordaba lo feliz que se encontraba ella cuando habían llegado a la casa luego de escapar de Rocío y Jeremy, luego de haber rebelado que estaban saliendo, luego de que Bellami le había dicho que estaba enamorado de ella.
Suspiró mojando su rostro con el agua. Intentando borrar el dolor en su pecho y las imágenes del dolor en el rostro de la pelirroja cuando se enteró que Mikki, su ex-novia, se quedaría en su casa.
¿Qué debía hacer? ¿Realmente merecía la pena arriesgarse a que lo deje otra vez? ¿A qué lo rechacé como la mañana en qué la volvió a ver?.
Secó su rostro y volvió a la cocina. De una cosa estaba en lo correcto Mikki: no podía quedarse quieto esperando que todo se arregle por si solo a su alrededor. Debía poner en orden sus sentimientos y su vida.
Pero primero...
Se dirigió a la cocina donde lo esperaba Mikki, con una expresión seria, colocando la mesa. Le debía una disculpa, recapacitó.
—Ejemm...Mikki, yo...
—Olvidalo —lo interrumpió sentándose en su lugar —. Entiendo lo que pasó.
—En verdad lo siento...no quise ser grosero contigo.
—Eres un idiota, tú lo sabes, yo lo sé... Todos lo sabemos.
—Bien... me merezco esto— toma su lugar en la mesa.
—Lo haces — les siguió el silencio mientras comenzaron a comer, solo el ruido de los cubiertos chocando se escuchaba. Mikki suspiró—. ¿Realmente te gusta ella?.
Bellami quién quedó con la comida a medio camino y la observó sorprendido por la repentina pregunta. Aclaró su garganta y se sentó derecho, sus mejillas se volvieron levemente sonrojadas.
—Si, claro.
—Ella parece... simpática, o me lo pareció hoy al menos.
—¿Cómo les fue trabajando juntas? — nunca admitiría que estuvo todo el día nervioso por dicho tema. Nunca.
—Bastante bien. A decir verdad creía que iba a actuar como una perra por lo ocurrido la última vez que nos vimos.
Bellami seguía todos sus movimientos, la observaba tomando toda la información que pudiera sobre Ruth. ¡Patético! Se sorprendió pensando, Estoy actuando como un patético adicto.
—Pero ambas actuamos profesionalmente, necesito el empleo y no sería inteligente de mi parte crear enemistad con ella, y creo que ella fue lo suficientemente educada como para pasar por alto cualquier problema que posea contigo.
—Es bueno saber que pueden llevarse bien y que tuvierais un buen día.
—Y por fin tengo trabajo ¡Yupi!— rió feliz alzando su vaso de jugo —. Lo próximo será un lugar donde vivir y podrás liberarte de mi —se burló.
—¡Amén! — sonrió maliciosamente e imitó el gesto con su propio vaso.
...
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Hola a todos! ¿Cómo están?.
Aquí nueva parte, espero les guste :)
No olviden comentar y dejar estrellitas que me alegran los días 🌟😉
Los quiero.
Dani.
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