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Emocionados, es así que se sentían los Pilares ante los grandes pasos que ambos hacían respecto a su relación.

Ahora, no solo es Tomioka quien baja las vendas y besa con mucho dulzor, Obanai también se había animado a hacerlo. En estos momentos, es muy común encontrarse al Pilar de la Serpiente besar con mucha animosidad a su amado novio.

Aunque de todas formas, si se dice algo al respecto, Obanai termina lanzando maldiciones e insultos por la vergüenza. La capa de timidez aún seguía arraigada muy en el ondo de su corazón y será muy difícil hacer que se deshaga de ella.

Aunque tampoco es que sea algo muy malo, Tomioka es el primero en disfrutar de las muecas tímidas que su Obanai tiene para ofrecer.

Cómo ejemplo, ahora.

Bañarse con otra persona no es algo de que avergonzarse, después de todo, era común de hacer desde siempre, Tomioka reconoce que lo ha hecho sin vergüenza cuando era más joven y le tocaba bañarse con Sabito y los otros chicos que entrenaba el señor Urokodaki.

Y no yendo tan lejos, recientemente tuvo que bañarse con Tanjiro y su hermana por lo desastroso que terminó siendo la última misión que tuvieron.

Incluso el mismo Obanai acostumbraba hacerlo con Shinazugawa o Rengoku después de algunos de sus entrenamientos.

Sin embargo, aunque no comparte la vergüenza, podría entenderla porque en este instante sí se siente algo tímido ante la situación.

Vamos, que una cosa es bañarse con un amigo y otra es bañarse, por primera vez, con la persona que amas. Da igual si se han visto semidesnudos antes.

Esto es muy diferente.

Tanto Obanai y Giyū se sienten diferentes.

Se escuchó un pequeño chapoteo en el agua, Obanai se había movido un poco por la incomodidad, indeciso sobre como actuar.

¿Debería acercarse o seguir manteniendo distancia?

A Iguro enserio le gusta compartir calor con Tomioka, lo ha hecho incontables veces antes, pero desnudos... Sin alguna sabana o ropa interior que los ayude a tapar sus partes, o algo similar, era complicado.

Aún así, no estaba tan incómodo como para querer irse y terminar el baño rápido, el sitio seguía siendo demasiado acogedor y calentito, lo invitaba a seguir sumergido en el agua.

Obanai prefirió intentar actuar normal, cerró los ojos pero no quitó su expresión apenada, simplemente decidió hacer de cuentas que no estaba expuesto ante su Tomioka.

Mientras tanto Tomioka, aún con su mirada serena, sí que observaba a su novio. Aunque sea solo la cabeza.

Era divertida la situación, pues a quien se le ocurrió la idea de bañarse juntos fue a Iguro, alegando que no había problemas y que ambos tienen la suficiente confianza para hacerlo, cosa que era muy cierta.

Confianza en el otro hay, demasiada, pero en si mismos... Ese era el problema principal. Inseguridades.

Pequeñas o grandes, las inseguridades siempre aparecen en una situación así, y es difícil para el Pilar de la Serpiente dejar de ser tan avergonzado con esta clase de cosas.

Sobretodo cuando siente la mirada de su novio sobre él, sin darle chance a su "relajación".

—¿Qué miras tanto, Yuu?— Aún con la vergüenza puede ser capaz de hablar adecuadamente, con la voz baja.

Tomioka sonríe y ni siquiera piensa en lo que está a punto de decir.

—Lo de siempre; tu belleza, amor.— Sonríe para si mismo cuando Iguro se avergüenza dando un movimiento brusco en el agua.

El más bajito es incapaz de seguir escuchando a Tomioka y decide simplemente agacharse por completo, hundir su cabeza al agua para evitar que Tomioka siga viendo su "belleza".

Por desgracia, Giyū decidió jugar un poco, por lo que se acercó a su novio y con suavidad lo hizo salir del agua.  No necesito hacer fuerza, ya con que Iguro sintiera la presencia de Tomioka acercándose fue suficiente para que saliera y se alejara.

—¿Qué quieres, rata?— Pregunta a la defensiva, con sus mejillas ardiendo en rojo.

—Quería darte un beso, ¿quieres uno?

—¡Gi-Giyū, espérate a acabar el baño!— Exclama.

La situación era mucha para Obanai, y para cuando Giyū pensó en volver a insistir, ya Iguro estaba dándose la vuelta para salir de las aguas tibias.

—Y-Ya tuve suficiente, si tanto quieres un beso ¡apúrate!

La voz de Obanai se pierde en el subconsciente de Tomioka, por completo, como si no hubiera dicho absolutamente nada.

¿Por qué?

Pues, sin querer, totalmente sucumbido en el bochorno, Obanai había salido del agua, sí, pero brindándole a Giyū una perfecta vista de su trasero desnudo.

Tomioka había visto, por primera vez, el trasero desnudo de Obanai. Observando lo perfectamente redondo y visiblemente suave que es.

Pero lo maravilloso no es solo eso, ¡tenía un par de lunares perfectamente colocados en aquel lugar!

Uno en su glúteo derecho, estando cerca de perderse en la raya que lo dividía de la otra nalga, y el otro, un poquito más pequeño, estaba más abajo. Siendo parecidos a una pareja de estrellas que siempre gusta observar en las noches.

Era un poco divertido a la vista por la posición en la que se encontraban, pero al mismo tiempo, también eran excitantes por eso mismo.

Con una pequeña idea pervertida en su mente, quiso seguir la tradición de besar cada nueva estrella que encontraba en el basto universo que representaba su novio.

Giyū considera que es momento de seguir aumentando los niveles en la intimidad.

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