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Los rayos del sol atravesaban las nubes a medida que iba bajando cada vez más y más para luego perderse en el agua, se encontraba en aquel tono naranja, violeta y rosa que tanto admiraba y le costaba plasmarlo en una pintura.
Su lápiz trazó una línea y lo borró, volvió a formar otra línea y esta vez lo dejó. Sonrió para sí misma al ver que su dibujo estaba quedando como lo quería, alejó levemente su bocetero para poder saber con exactitud qué era lo que faltaba en ella. Lo comparó por milésima vez con el paisaje de en frente y prosiguió.
—Sabía que te encontraría aquí.
—Hola, Steven. ¿Qué ocurre? —respondió sin apartar la vista de su dibujo.
—¡Woow! —exclamó cerca de su oído, ésta se sobresalta— ¡Te está quedando increíble! ¿Cómo es que puedes dibujar mi casa y la estatua con esos detalles estando tan lejos de ella?
—Creo que he estado ahí tantas veces que mi cerebro los memorizó, no lo sé.
—Interesante. Yo no logro recordar lo que he almorzado ayer.
La joven ríe ante tal comentario mientras Steven toma asiento al lado suyo en el césped. Se trataba de una colina un tanto alejada de la ciudad, era un buen lugar para estar al aire libre, en contacto con la naturaleza. Resultaba ser un lugar especial para dibujar, según la chica.
—¿Tienes planes para esta noche?
—No en realidad —levanta la mirada hacia Steven—, ¿porqué? ¿Tienes algo en mente?
—Una invitación de hecho. ¡Ven a cenar con nosotros esta noche! —sus ojos brillaron junto con los rayos del sol— Ya sabes, como en los viejos tiempos.
—¡Eso suena increíble! Debo avisar a mis padres primero, pero dudo que haya algún problema. —sonríe tomando su celular.
Steven bajó la mirada levemente observando su bocetero por unos segundos, algo en aquel objeto le llamaba la atención.
—¿Puedo ver tus dibujos? —preguntó, casi de forma impulsiva. Alzó la mirada hacia la joven al mismo tiempo en que ella también lo hizo, sus fracciones se tensaron. Qué horror, ¿la habrá ofendido de algún modo creyendo que sería una invasión a su privacidad?. Steven enderezó la espalda y trató de disculparse de inmediato.
—Claro, Steven, no hay problema. —contestó ella de forma gentil. El joven sintió un alivio en su interior al verla sonreír— No son la gran cosa pero si quieres verlos, está bien.
Ella se lo entregó y luego se dispuso a buscar entre sus contactos el número de su madre. Steven observó la página actual y después el paisaje de en frente, eran casi idénticos, salvo que al dibujo le faltaba colores.
Hojeó las páginas anteriores, algunos dibujos estaban pintados con acuarela pero la mayoría eran a lápiz; flores, paisajes, algunas tiendas de la ciudad, incluso habían bocetos de algunas personas, como la de Sadie en una presentación con su banda. Escuchó a la joven hablar por teléfono pero no prestaba atención a sus palabras, estaba concentrado en los detalles que había plasmado en el vestuario de Sadie en aquel dibujo.
Una sonrisa escapó de sus labios al ver un retrato de León, esta vez el dibujo fue coloreado con lápices de colores. Era increíble lo que aquella chica lograba hacer con una hoja y un lápiz.
—Entonces nos vemos más tarde. Gracias, mamá. —comentó la joven y colgó— Es oficial, cenaré con ustedes esta noche, Steven. —dirige la vista hacia el chico, éste sonríe observando al felino en el papel— ¿Quieres quedarte con ese?
Steven reacciona y eleva la vista hacia ella:— ¿Qué?
—Puedo regalartelo si quieres, será como un recuerdo de mi parte para ti.
Los rasgos de Steven se curvaron, en forma de tristeza, su corazón dio un pinchazo. Por un momento había olvidado el hecho de que en algunas semanas ella viajaría con sus padres y no volvería a verla durante un largo tiempo. Estaba tan acostumbrado a su presencia que imaginar tenerla tan lejos dolía.
—No, es mejor que lo conserves. Para que tengas un recuerdo de León. —respondió el castaño.
—Aww, Steven. No te pongas triste —pasa su brazo sobre sus hombros—, no me iré para siempre. Créeme que volveré a Ciudad Playa antes de que te des cuenta que me he ido. Además, no creas que te librarás tan fácilmente de mí.
—Lo sé, lo sé, "librarse de ti es imposible". —trata de imitar su voz, era una frase que solía repetir en algunas ocasiones cuando discutía con alguien.
—Veo que lo tienes bastante claro. —alborota los risos del otro— Bien, basta de caras tristes, debemos irnos ya antes de que Amatista vuelva a triturar los ingredientes para la cena.
—Está bien. —Steven es el primero en ponerse de pie, luego extiende su mano hacia la joven y esta acepta su ayuda. Por un instante deseó no volver a soltarla, se sintió extraño, extrañamente increíble. Pero de todas formas apartó su mano.
Empezaron a caminar a espaldas del sol. La chica vuelve a mirar hacia atrás, Steven imita su acción.
—¿Qué sucede?
—Sólo quería contemplar la puesta de sol una vez más. Es sumamente hermosa.
El chico no dijo nada, sólo se dispuso a observar en silencio. Pero no precisamente el paisaje.
.
[...]
.
—¿Porqué en el circo las focas siempre miran hacia arriba?
—¿Porqué?
—Por que arriba están los focOs. Bata-pss. —la gema morada simula golpear unos platillos imaginarios y empieza a reír de forma escandalosa.
La risa del señor Universe y la de Connie acompañaron a la gema, pero no eran tan exagerados como ésta. Perla volteó a observarlos desde la sección de la cocina mientras charlaba con la otra joven humana.
—Es increíble que siga riéndose de esa manera al contarlo —comentó la chica—, hace una semana no lograba entender el chiste. Tuve que explicárselo más de diez veces.
—Yo sigo sin entenderlo. —respondió Perla.
—Supongo que los chistes no aplican en todos. —ríe. Sintió algo suave rozar su mano, dirigió su mirada a un costado encontrándose con la melena de León. Éste frotaba su cabeza contra sus piernas, como si se tratase de un gato. Una enorme sonrisa apareció en su rostro al acariciar su rosada y esponjosa melena— Hola, León. ¿Cómo has estado? Hace bastante no vengo a visitarte, ¿me extrañaste?
Bajó de la silla en la que se encontraba para inclinarse hacia el felino, quedando de rodillas ante él mientras seguía acariciando su cabeza. León simplemente se dejaba acariciar, parecía no prestar atención a lo que ella decía.
—Ey, tomemos una foto de este momento. ¿Qué te parece? —volvió a hablarle, éste sólo inclinó la cabeza a un lado— No escuché un no. —aunque era obvio que León no respondería a su pregunta, se dispuso a enfocar la cámara frontal de su celular hacia ellos— Dí "roar!"
El felino bosteza en respuesta de la humana, seguido de un click por parte de su celular.
Tiró una risa al observar la fotografía de ambos, deslizó el dedo hacia un lado dejando ver otra foto de ambos, pero de hace como 5 semanas. Volvió a deslizar el dedo por la pantalla revelando consigo la vista de un atardecer sobre el agua, luego a Amatista comiendo frituras junto a ella, Perla en un entrenamiento con Connie, Garnet junto a Steven en pose de meditación y luego una de ella junto con Steven y León.
Sus ojos recorrieron toda la habitación, buscando al chico, pero no logró encontrarlo.
—Perla —llamó casi en un susurro—, ¿has visto a Steven?
Perla imita su acción, buscándolo con la mirada en toda la habitación:— Estaba aquí hace unos instantes.
—Iré a buscarlo, tal vez salió por aire fresco.
Se puso de pie dirigiéndose hacia la puerta y León la acompañó.
Bajó las escaleras para luego dirigirse hacia la ciudad pero León interfirió su caminar, estuvo a punto de protestar cuando éste elevó su hocico, olfateando algo en el aire y fue hacia otra dirección.
—¿León, a dónde vas? León.
El felino siguió su rumbo, ignorando por completo los llamados de la chica. Ésta no tuvo más opción que seguirlo.
Está claro que León actuaba más raro de lo habitual.
Se dirigieron al lado opuesto de donde quedaba la casa, por las orillas del mar. Caminaron un poco más hasta que el felino se detuvo en una esquina, observando lo que sea que estuviera al frente. La joven se acercó para confirmar su sospecha; que tal vez lo estuviera guiando hacia Steven. Y así era. Él se encontraba sentado en la arena, con los pies descalzos tocando la orilla del mar, parecía estar atento a los constantes movimientos del agua.
Cambió su campo visual de forma drástica hacia ella y León, como si los hubiera percibido. Y eso no era tan seguro ya que se encontraba a espalda de ambos.
—Uhh, ¿_____ qué haces aquí? —preguntó.
—¿Qué hago aquí? No, ¿qué haces tú aquí?
El castaño llevó las palmas de sus manos a sus mejillas, como si tratara de deshacerse de algo. Fue en ese entonces cuando ella notó sus ojos rojos.
—Steven, ¿estás bien? ¿Qué ocurre? —se apresuró en acercarse, poniéndose de cuclillas a un lado suyo— ¿Te duele algo?
Estuvo a punto de responder que sí, pero no lo hizo.
—Ya, no es nada. Tranquila.
—No me pidas que me tranquilice —lo agarró de sus hombros buscando alguna herida física—, ¿qué haces aquí solo y con los ojos llorosos? —hizo una pausa muy corta— ¿Fue Kevin de nuevo? Ahg, ese estúpido, espera a que--..
—¡No! _____, estoy bien. No fue Kevin, ni nada por el estilo. —la sostuvo de los brazos antes de que se levante y se aleje de él— Estoy bien.. Físicamente. Créeme.
La joven lo observó por un momento, parecía decir la verdad, aunque no del todo, Steven no estaría llorando por cualquier cosa que no le importase. Había algo más.
—Está bien, te creo. —añadió. Se acomodó mejor a su lado hundiendo sus rodillas en la arena, quizo apartar sus manos de sus hombros para no incomodarlo pero, él no dejaba libre sus brazos, la seguía sosteniendo con firmeza. Así que, los dejó donde estaban— Entonces, dime, ¿porqué estabas llorando?
Steven no sabía exactamente cómo responder a ello, quería decírselo pero, que no sonara tan.. Estúpido. Según su propia opinión.
—Yo.. Ahh.. —se limitó a pronunciar sólo eso.
La otra joven elevó una ceja ante su respuesta tan vaga y sin nada de información. Steven observó con atención sus ojos y encontró a la luna y las estrellas reflejadas en ellas, perdió levemente el sentido de las palabras que no supo qué más decir.
—Steven. —lo llamó, seguido de un leve apretón en los hombros.
—¿Qué? ¿Qué dije?
—Aún nada. ¿En serio estás bien?
Soltó los brazos de la chica con delicadeza y apartó los ojos hacia León, quien se encontraba observándolos sentado a unos pocos metros de ellos.
—Sí, estoy bien.
—No es cierto. —Steven volvió los ojos a su persona de inmediato— Steven, por favor, sé que te ocurre algo, puedo verlo en tus ojos. Sólo dime qué es para poder ayudarte.
Aunque Steven ya no la sostenía de los brazos, ella no apartó sus manos de él, eso ocasionó una sensación extraña en el estómago del chico. Es la misma sensación de siempre al estar junto a ella, al verla sonreír, al oírla reír, incluso con tan sólo oír su nombre, ha estado sintiendo sensaciones tan nuevas y maravillosas desde hacía tiempo. No sabía exactamente qué hacer, decírselo a alguien o simplemente decírselo a ella, jugarse a la suerte con saber lo que ella piense o diga sobre él luego de decirle que se estaba volviendo loco al tenerla todo el día en la cabeza. Se sentía nervioso, ansioso y extrañamente increíble.
—Yo sólo.. —las palabras salieron de sus labios sin siquiera tener una respuesta fija— Yo sólo.. Ahh.. —se dió por vencido y se atrevió a tirar un suspiro— Yo sólo estoy algo sentimental, supongo..
—¿Supones?
—Bueno, ya sabes, los últimos meses han sido un caos. Sé que mi vida en sí es un caos pero —una risa algo fingida escapa de él, empezando a hablar más rápido—, sumando el hecho de que te irás de Ciudad Playa lo empeora aún más. Es decir, es demasiado para procesarlo. Estaba consciente de que llegaría el momento en que te volvieras a ir con tus padres de viaje por quién sabe cuánto tiempo pero no creí que me llegaría a encariñar bastante con tu persona, todo pasó tan rápido que, que.. No lo aproveché al máximo. Y están los otros problemas que solucionar en la nueva escuela y, y.. Yo no sé cómo lidiar con todo esto. Es tan frustante que no tengo la más mínima idea de qué hacer con todos estos sentimientos encontrados y reprimidos en mi interior, no quiero decepcionar a nadie y si llegara a explotar dañaría a todos a mi alrededor. ¡Por mis estrellas, _____ no podría soportar el hecho de dañar a los que amo!
Tomó una gran bocada de aire con desesperación, estaba tan agitado luego de terminar de decir cada una de esas palabras. Sus ojos volvieron a estar humedecidos. No supo en qué momento empezó a lagrimear nuevamente, o en qué instante llevó sus manos encima de las de ella, sólo el hecho que se sentía un poco más aliviado al hablarle de lo abrumado que se sentía. Era tan liberador comentarle a alguien sobre ello.
Sintió las manos de _____ moverse debajo de los suyos, Steven los apartó de inmediato y los dejó caer sobre sus propias piernas. Tal vez fue demasiada información de su parte, tal vez la estaba incomodando o incluso abrumándola también a ella con sus cosas.
Estaba equivocado.
Ella escuchó con atención cada palabra que le había dicho, dejándolo desahogarse todo lo que deseara, era una sensación maravillosa saber que lo había compartido con ella y, tal vez, percatarse de algunas indirectas en su pequeño discurso. Posó sus manos en las mejillas de Steven limpiando las pocas lágrimas que habían caído de sus ojos, éste endereza la espalda ante su tacto volviendo a clavar su mirada a los de ella.
—Own, mi pequeña estrella —habló ella. Los ojos de Steven se iluminaron—, sé que es difícil sobrellevar todos los cambios por los que estás pasando. No quisiera decir "te entiendo" cuando en realidad tú luchas y defiendes tus ideales que van más allá de este universo. Ideales tan maravillosos e increíbles, como tú, Steven. No puedo compararlo con mi vida ordinaria, pero mentiría si dijiera que no te entiendo del todo. Comprendo el sentimiento de no querer decepcionar a nadie, de verse fuerte ante los que amas para transmitirles esa misma fortaleza, los problemas que uno debe sobrellevar, las responsabilidades que parecen estar más allá de nuestras capacidades, comprender de una vez por todas que nada es para siempre y aceptarlo, porque así lo es. —una cálida sonrisa se dibujó en su rostro— No debes temer, no debes sentirte solo, Steven, siempre habrá alguien en quien puedas confiar, alguien que te impulse nuevamente a salir adelante. Tienes a tu familia, a tus amigos.. Me tienes a mí, y prometo hacer todo lo posible en ayudarte en lo que necesites.
Steven la envolvió en sus brazos, aferrándose a ella, tratando de sentirla tan cerca como era posible. Su pobre corazón latía tan rápido que temía a que se le saliera del pecho en cualquier momento. No quería dejarla ir, no lo deseaba en lo más mínimo.
En cuanto a la otra joven, el abrazo de Steven la tomó de sorpresa pero eso no impidió a devolverle el acto. De todos modos ella también tenía planeado hacerlo.
—Todo estará bien. —añadió la chica.
Steven se atrevío a esbozar una sonrisa, aunque ésta no lo presenciara pues seguían abrazados:— Gracias.
Su estómago le hizo cosquillas, quizá el sentimiento de la famosa frase mariposas en el estómago. No estaba seguro. Sus brazos le temblaron, al igual que sus piernas, tuvo una sensación inconfundible de vértigo al momento de no sentir más a la joven entre sus brazos que terminó abrazándose a sí mismo. Abrió los ojos de golpe, asustado, _____ había desaparecido. Llevó su campo visual por todo el lugar buscándola, encontrándose sólo con el felino rosado quien lo observaba con atención.
No tenía sentido. ¿A dónde había ido? ¿Qué sucedió?
Se puso de pie en un respingo y dio una vuelta completa en su mismo eje, para buscarla nuevamente. Mala idea, sintió una puntada en la cabeza por el mareo.
—Ahh.. ¿_____? —se atrevió a pronunciar— ¿Steven? ¿_____? Espera, ¿qué?
Su voz sonaba totalmente diferente. Llevó sus manos en frente de sus ojos; esas no eran sus manos. Luego a su cuerpo; tampoco era su cuerpo. Un fuerte grito escapó de sus labios seguido del sentimiento de vértigo.
Una fuerza lo aventó de espaldas contra la arena, su cabeza daba vueltas, estaba confundido. Escuchó un quejido en el lugar, elevó la cabeza hacia esa dirección y ahí estaba ella, en la misma posición que él; tirada de espaldas contra la arena.
—¡Ah, Steven! —se apresuró en levantarse. Éste se encontraba observándola a unos pocos metros de ella, es como si la misma fuerza que la aventó contra la arena lo hubiera hecho también con él.
La mirada de ambos reflejaba confusión, no comprendían lo que acababa de pasar.
En eso, un pequeño click dentro de sus cabezas los hizo reaccionar.
—Una fusión. —susurró Steven.
—¿Una fusión? ... ¡Una fusión! —exclamó la joven con un toque de desconcierto.
—¿Pero cómo--?
—¡No tengo idea! —llevó ambas manos al aire y empezó a reír.
Steven la notó tan alegre por lo que acababa de pasar que su entusiasmo lo contagió. Sus risas invadieron el lugar, el sonido de las olas fueron casi inaudibles a comparación de estos. Una fusión significaba bastante, en especial para el joven mitad gema; no era simple unión para reforzar sus fuerzas y habilidades, como era habitual en las otras gemas. No, esto era mucho más que eso, era amistad, alegría, cariño.. Era amor, y Garnet es la prueba absoluta de esto.
El de risos se acercó a la joven para ayudarla a levantarse:— ¿Te hiciste daño?
—No, no. Estoy bien, gracias. —aceptó su mano, logrando así ponerse de pie— ¿Y tú? ¿Cómo te sientes, Steven?
—Mucho mejor gracias a ti.
—¿Gracias a mí?
La mano de Steven se sintió más firme en ese instante, fue consciente de que aún estaban tomados de las manos, la piel de la chica se erizó al observar los ojos de Steven brillar de un modo tan mágico que su respiración se detuvo.
El sonido de las olas se hace presente nuevamente, el viento helado chocando contra sus cuerpos tiesos y el silencio absoluto carcomiéndolos en el momento.
No había palabras exactas para describir todo lo que ocurría en su interior; para ambos jóvenes. Estaban tan perdidos en sus mundos que no advirtieron a León acercándose a ellos. El felino los observó con aburrimiento y de un momento a otro los empujó contra el suelo.
Ambos gritaron al caer, otra vez, entre la arena.
—¡León! ¿Qué ocurre contigo? —exclamó el castaño.
León se acercó a la chica y volvió a acariciar su cabeza contra ella.
—¿Se supone que es una disculpa? —añadió ella acariciando su melena— Bien, lo acepto. Pero sé que lo hiciste a propósito.
—¡Por supuesto que lo hizo a propósito! —el felino rosado lo observó y luego saltó contra él, lamiendo su mejilla. Steven comenzó a reír— Está bien, está bien. Tú ganas, no puedo enojarme contigo. —llevó sus manos a su esponjosa melana rosada para acariciarlo.
La joven sonrió ante esa escena. Su celular empezó a sonar alarmándola un poco, sacudió sus manos, el cual se hallaban con un poco de arena y lo sacó de su bolsillo. Pudo divisar el nombre de "Connie" en la pantalla y contestó la videollamada.
Lo primero que vio fue el rostro de Perla cerca de la cámara:— ¿Esto está funcionando?
—Perla, no puedo ver nada. Debes alejarte de la pantalla. —se oyó la voz de Connie.
—¿Ah? Ah, sí, sí. Lo siento. —la gema se hizo a un lado dejando ver al fin a Connie.
—Oh, genial. Ya contestó. —la morena sonríe— ¿_____, Steven está contigo?
—Sí, está aquí conmigo. Aunque León se lleva el crédito por encontrarlo. —en eso el felino se acerca a su rostro invadiendo su espacio personal— Ey, no. León. ¡León! —su celular cae al suelo.
Steven recoge el celular de la chica mientras ésta trata de apartar a León de ella. Connie se hallaba riendo de la escena.
—Como sea, sólo quería avisarles que la cena está lista.—añadió Connie, en este caso a Steven.
—Vamos para allá. Gracias, Connie. —respondió para luego cortar la llamada. Observó a los otros par junto a él, se acercó a León para evitar que siga molestando a la chica quien no parecía tener éxito en alejarlo de sí misma— Bien, es suficiente, amigo. Hay que ir a casa. Es hora de cenar.
El felino se hizo a un lado. Dejándola en paz.
—Soborno con comida. ¿Porqué no pensé en eso?—comentó la joven causando que Steven riera.
.
.
Estrella fugaz, dime, ¿eso es verdad?
Ella se ha ido dejando todo atrás.
Estrella fugaz, dime a dónde vas.
Sin ti a mi lado no puedo vivir en paz.
Son tan pocas las posibilidades que tengo
De volver a amar. Si no es con ella, me rehúso
A entregarle mi corazón a alguien más.
Mírame, abrázame, no me vuelvas a soltar.
Estrella fugaz, ¿porqué te alejas de mí?
Por favor, has que se quede a mi lado un segundo más.
Te lo ruego, ¡ten piedad!
Estrella fugaz, ¿algún día volverás?
Sigo mirando el cielo, anhelando, soñando
Con verte pasar. Deseo que vuelvas, lo deseo de verdad.
Estrella fugaz, ¿porqué lloras?
¿Acaso ella no volverá?
.
.
—Steven. —su voz lo sobresaltó ligeramente, a pesar de nombrarlo en un susurro— ¿Te sucede algo?
Él mantuvo la mirada en el cielo, sin decir nada. Escuchar su voz era un constante martilleo en el pecho. No lograba comprender el porqué seguía haciendo esto.
—¿Steven? —volvió a hablar. Esta vez él se atrevió a mirarla, ella siempre lucía tan bonita como aquella noche.
—Estoy bien. —respondió— Sólo estaba pensando. Eso es todo.
La joven se acercó junto al barandal de las escaleras, Steven se encontraba sentado en uno de los escalones que unía la arena de la playa y su hogar.
El rostro del joven reflejaba tristeza, siempre fue así desde que empezó a repetir esta misma escena una y otra vez en la vieja habitación de su madre. Sabía que esto no le haría bien pero, quería estar al lado de su amada estrella una vez más, aunque fuera sólo un recuerdo, una mentira.
—Sabes, también he estado pensando bastante. —la oyó decir. Steven esperó a que continuara, pero estaba claro que no lo haría si no hacía la pregunta de siempre.
—¿Pensando en qué?
—En el futuro. —hizo una pausa— Me pone tan triste dejar este lugar; el paisaje, las personas, la historia de esta ciudad, son tan.. Increíbles. El impacto que esta gente ha causado en mí es extraordinario. —sus ojos se delizaron con los de Steven— Incluyéndote a ti.
Su respiración se detuvo, como aquella noche.
Sólo que esta vez no quizo seguir con la conversación programada, estaba harto de guardarse todo lo que había deseado decir esa noche. En saber qué es lo que hubiera pasado si no hubiera sido tan cobarde.
Aunque todo fuera mentira.
El castaño se puso de pie y subió algunos escalones para quedar en frente de ella.
—Por favor, no te vayas. —la frágil voz de Steven causó que ella se estremeciera.
—¿Qué? —una ligera distorsión se produjo en su cuerpo y en la escena/habitación. Steven la sostuvo de las manos, ésta bajó la mirada a ellas.
—Por favor, quédate conmigo. No quiero que me dejes solo. Ya no quiero que se alejen de mí. No puedo soportarlo más, por favor. —su corazón se encogía cada vez que su cerebro le recordaba que esto no era real— Por favor, _____, no me abandones tú también.
La joven volvió a elevar la mirada, encontrando los brillantes y húmedos ojos de Steven, pidiendo ayuda, suplicando con la mirada y en voz alta que no se aparte de su lado.
—Oh, estrellita. —sus manos se posaron sobre sus mejillas y Steven le sostuvo con delicadeza de las muñecas— Aunque deseara quedarme sabes que eso no es posible. Mi intención no es causarte más daño, sólo es que.. Esta decisión está fuera de mi alcance. ¿Lo entiendes, verdad?
—Sí, lo sé. Pero--
—Steven, te prometí que volvería. ¿Acaso no confías en mí?
—Por supuesto sí.
—No pierdas la esperanza, volveremos a estar juntos, Steven.
El joven cerró los ojos, con fuerzas, tratando de convencerse a sí mismo que eso pasaría, que llegaría el día en que pueda sentirla en sus brazos una vez más y decirle de una vez por todas cuánto la amaba.
—Confía en sus palabras —Steven abrió los ojos al oirla hablar—, estoy segura de que ella volverá.
Sintió cuando depositaban un beso en su frente y luego sus manos atravesaron las muñecas de la joven.
Desapareciendo cual holograma.
Nuevamente estaba solo.
Limpió sus lágrimas y volvió a sentarse en uno de los escalones. Aceptando su realidad.
Sintió su celular vibrar dentro del bolsillo de su chaqueta, lo sacó con pesar advirtiendo el mensaje en la pantalla de bloqueo. Su sangre se congeló.
"Te extraño."
Su corazón volvió a palpitar tan fuerte que una vez más sintió temor a que éste se salga de su pecho. Una enorme sonrisa se formó en su rostro.
Tal vez el universo se apiade de su pobre corazón y lo vuelva a reunir con ella antes de que pueda darse cuenta de ello.
💎💎💎💎
🌸🌸🌸
¡Hola a todos! Vengo a dejarles este nuevo oneshot, lo tenía guardado desde Octubre el año pasado (2019) más o menos, pero no lograba darle un final que me convenciera del todo (típico de mí), y con los recientes episodios pude unir algunas cosas. Tenía planeado publicarlo en mi cumpleaños pero tampoco pude, ni modo, aquí está <3
Espero que sea de su agrado💕
Y recuerden, lávense las manos con agua y jabón y no salgan de sus casas :3
Los quiero, gracias por el apoyo✨
-Yellow🌙-
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