Capítulo 9
Jungkook se la pasó en su oficina toda la mañana. Tampoco fue a almorzar a la casona. Y durante la tarde se la pasó con la Negra domando caballos nuevos para prepararlos para el trabajo que desempeñarían cuando estuvieran listos. Éste proceso se realizaba durante un largo año para asegurarse de que no sucedieran accidentes. Sus principales clientes eran niños. Además debían seleccionarlos minuciosamente, porque de vez en cuando aparecía uno indomable y ése era apartado y utilizado como semental o si era demasiado indómito para la venta.
Jungkook era muy riguroso en éste tema y la negra se sabía al dedillo el trabajo. Jungkook sabía que podía confiar en ella cien por ciento referente a los caballos. La negra al igual que él tenía ese don con los caballos. Quizá debido a la difícil y complicada vida que tenía. También era consciente de lo difícil que era llevarse con ella. Generaba más reacciones de rechazo que de simpatía entre sus compañeros de trabajo. Pero Jungkook sabía su valía y trataba de mantenerla a salvo dentro del Golondrina. La negra no tenía nada más que su trabajo.
Jimin no sabía todo esto y mascullaba en silencio de vez en cuando, otras veces cuchicheaba con Bruto, que asentía con la cabeza, como si lo entendiera e hiciera de amigo solidario escuchándole sus puyas. ¿La condenada chica era la única qué no era receptora del malhumor de Jungkook? ¡Diablos! Le hervía verlos.
- ¿Te tragaste un limón?- le preguntó Yoongi mirando como Jimin hablaba sólo y dirigía miradas asesinas de vez en cuando en dirección a donde estaba Jungkook.
- ¿Porqué?¿explícame porqué?
Yoongi se encontró perdido. ¿Su amigo se estaba volviendo loco?¿ qué diablos quería que le explicara?
- ¡No te quedes callado!- lo conminó Jimin.
- No se de qué reverendo diablos me estás hablando, Jimine.
Jimin lo miró y movió la cabeza.
- ¡Jungkook!, ¿ no lo ves?- dijo Jimin rojo- hoy por la mañana le gruñó a todos, y míralo...¡Ahora entiendo!- se pegó con la palma de la mano en la frente- ¿tienen algo entre ellos?
Yoongi primero lo miró con la mandíbula desencajada y pasado el estupor largó una fuerte carcajada.
- ¿Dije algo gracioso?- lo fulminó Jimin al mirarlo.
- Tú...tú eres muy gracioso, Jimine- le señaló Yoongi y él entrecerró los ojos y frunció los labios- ¿El patrone y la Negra?- Yoongi volvió a reír- aparte de que se respetan mutuamente por cuestiones referentes a los caballos, no, no tienen nada. Claro que la negra no lo tiene tan claro. ¿Oye?- Yoongi lo quedó observando y levantó una ceja.
- ¿Qué?
- ¿Porqué te interesa tanto lo que hace el patrone?¿ celos?
Jimin lo miró como si hubiera perdido los tornillos.
- ¡No seas tonto!- Jimin le tiró un pocillo de alimento que Yoongi esquivó riéndose- simplemente me molestan las injusticias.
- Ah, eso era- dijo Yoongi.
Jimin lo empujó y pasó de largo. Mejor no seguía perdiendo el tiempo mirando a Jungkook. ¿Celoso él? Ni en un millón de años celaría a nadie. No eso no iba con él. Además ni siquiera eran amigos. ¿Verdad? Ahora quien se puso de malhumor era él. Condenado Yoongi, él y su mente ociosa.
Por la noche mientras cenaban Jungkook aún no le dirigía la palabra y comía en silencio. Jimin lo pilló unas cuantas veces mirándolo, pero enseguida apartaba la mirada.
- Mi niño- empezó la Sra. Elena- ¿porqué tan callado?
Jimin se hizo el interesado en su comida pero sus orejas estaban atentas a su respuesta.
- Estoy cansado eso es todo- Jungkook le sonrió y acarició su mano por encima de la mesa- nada grave.
- ¿Y tú Rosita? Tampoco has hablado mucho y eso sí que es una novedad- la Sra. Elena miró ahora a la chica que permanecía callada.
- Nada. Debe ser que he pillado un resfriado- le respondió Rosita y luego miró a Jungkook y bajó la mirada nuevamente a su plato.
- ¡Ah!- dijo la Sra. Elena- ¿Debo preocuparme? No vaya a contagiarme también con el virus del resfriado silencioso- los miró a ambos y luego sonrió- mantente lejos Jimin, al parecer es bastante contagioso.
Jimin la miró y le cerró un ojo.
- No te preocupes tía, para contagiarse hay que compartir con los infectados...- miró fijamente a Jungkook y enarcó una de sus cejas- creo que me voy a mi habitación. También estoy cansado.
- Ve, cariño- la Sra. Elena le sonrió.
- Buenas noches- dijo Jimin levantándose y saliendo de la cocina.
Ahora estaba casi seguro que la cosa era con él, si no, ¿porqué Jungkook le rehuía la mirada y no le hablaba?
Cuando Jungkook subió Jimin lo estaba esperando.
- Necesito hablar contigo.
- Estoy cansado. Mañana hablamos- Jungkook pasó por su lado y abrió la puerta de su habitación. Iba a cerrarla cuando el pie de Jimin se lo impidió.
- ¿Qué diablos...?
- No hablaremos mañana- le puso las manos en el pecho y lo empujó al interior de la habitación y después cerró la puerta tras él- dije que quería hablar contigo. Hoy, no mañana ni pasado, ¿ te quedó claro?
Jungkook fue pillado de sorpresa y se quedó helado y sin reaccionar.
- ¿Qué diablos te pasa conmigo?- Jimin lo apuntó con el dedo- y no te atrevas a decirme que nada. No subestimes mi inteligencia.
Jungkook suspiró pesadamente.
- Ve a tu habitación, Jimin. Es lo mejor- le dijo Jungkook- no quiero hablar. No puedo.
- ¡No!- dijo Jimin con fuerza- no voy a salir de tú habitación hasta que me digas que es lo que te pasa. Tengo toda la noche. Tú decides- Jimin se sentó en la cama y lo miró desafiante.
- ¡Mierda Jimin¡¿es que no puedo tener un minuto de paz ni en mi propia habitación?
Jimin se encogió de hombros y siguió esperando.
Jungkook paseó molesto por el cuarto y finalmente se detuvo frente a la ventana y suspiró.
- Sí quieres saber- Jungkook volvió la cabeza y lo miró por primera vez ese día- debes hacerme una promesa.
Jimin arrugó el entrecejo.
- No le hago promesas a nadie- le dijo Jimin estirando las piernas.
- Entonces, el asunto llega hasta aquí. Buenas noches, Jimin- le señaló la puerta.
Jimin se mordió el labio y se quedó un segundo pensativo.
- ¿Porqué necesitas mi promesa?¿ más bien que quieres que prometa?
- Porqué al decírtelo puedo dañar a alguien. Necesito que me prometas que cuando te cuente no tomarás ninguna represalia en contra de esa persona.
Jungkook lo pensó. Quería saber. Ahora estaba intrigado. ¿A quién quería proteger Jungkook?¿Qué tenía que ver él en todo el misterioso asunto?
- Te lo prometo- Jimin se levantó de la cama de un salto- ahora escupe lo que te tiene tan malhumorado.
Jungkook tragó saliva y ahora él se sentó en la cama.
*Agradecimiento a quien hace los fanart.
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