Capítulo 7
Jungkook ni siquiera sabía o entendía porqué había hecho lo que había hecho.
Siendo honesto, Jimin lograba sacarlo de sus casillas. Se autoconvencía que lo hacía por Ma'Elena, porque otra alternativa lo asustaba como si viera al diablo en persona.
- Ten- le extendió un pequeño canasto.
Jimin lo miró.
- ¿Qué es esto?- preguntó antes de recibirlo.
- Ma'Elena te mando esto- ahora era un mentiroso. Ma'Elena ni siquiera había regresado del pueblo. Fue él mismo que rápidamente preparó la merienda y con la misma rapidez volvió a los establos. Pero Jimin jamás se enteraría, ¿verdad?
- Ah, bueno- Jimin recibió el canasto y se trepó en los fardos. La verdad si tenía hambre. Le había vuelto de repente- ¿frambuesas?- preguntó Jimin mirándolo sospechosamente y enarcando una ceja. ¿Jungkook estaría mintiendo respecto al origen de la cesta?después de pensarlo se convenció a sí mismo de lo ridículo de su idea.
- Las recogí de vuelta- Jungkook se rascó una oreja- pensé que te gustarían.
- Bueno...gracias- dijo Jimin confundido. Pero como dice el dicho "a caballo regalado, no se le miran los dientes "
Había un trozo de pan casero, un trozo de queso madurado y una botella de agua helada. Jimin se llevó un puñado de frambuesas a la boca y las deshizo con su lengua. Se quedó quieto al ver la mirada de Jungkook fija en él.
- ¿Pasa algo?- preguntó con la boca llena de la ambrosía de la fruta.
Jungkook meneó la cabeza y se acercó. Tomó una servilleta del canasto y le limpió la comisura y barbilla a Jimin. Dándose cuenta de lo que había hecho apartó la mano presuroso. Jimin estaba con los ojos abiertos mirándolo.
- Frambuesa...te manchaste con frambuesas- mierda uno no hacía eso con los amigos y él y Jimin ni siquiera lo eran- si te cae en la camisa la mancha no sale.
¡Pero por Dios que idiota! Mejor se mordía la lengua para no decir más estupideces.
- Oh...bueno...gracias supongo- dijo Jimin saliendo del trance incómodo que se había generado- aunque la camisa ya me la arruinó tu amigo- Jimin le señaló con un gesto al potro pendenciero que ahora comía su alimento tranquilamente.
- Tal vez Ma'Elena o Rosita, aunque lo dudo, pueden saber algún truco para salvarla- dijo Jungkook un poco sonrojado tratando de no mostrar su turbación.
- ¡Que va!- Jimin hizo un mohín- tengo miles, una menos no importa.
- Claro, lo olvidé por completo- dijo Jungkook aterrizando de nuevo en la tierra.
Jimin bufó cabreado.
- No irás a empezar de nuevo, ¿no?. Métete en la cabeza que soy quien soy, y no voy a pretender ser algo diferente para caerle bien a nadie. Tengo dinero, tengo lujos, soy conocido, tengo un ego enorme- Jimin se detuvo un momento- pero tengo un corazón como cualquier persona. No fue mi culpa tener los padres que tengo. ¿O sí?
- Entiendo- dijo Jungkook- o por lo menos trato.
- Eso es suficiente para mí- Jimin le sonrió- ¿no más peleas?
- No más peleas- dijo Jungkook y sintió bonito dentro de su pecho.
- ¿Almorzamos juntos?- preguntó Jimin tendiéndole un trozo de pan.
- De acuerdo. Estoy muerto de hambre- dijo Jungkook y se puso en otro fardo.
La manta finalmente hizo las veces de mantel donde Jimin puso las cosas del canasto. Era como un picnic improvisado donde él oficiaba de anfitrión.
- ¿Agua?- preguntó Jimin.
- Por favor- respondió Jungkook y Jimin se largó a reír.
- No es necesario que seas tan correcto y amable. Sé tú. No tengo problemas con eso.
Jungkook enarcó una ceja burlón.
- ¿Quién te dijo que éste no es mi verdadero yo? Soy amable, generoso y guapo- Jungkook miró a Jimin meneando la cabeza divertido- me lo dice siempre mi Ma'Elena.
Ahora Jimin se largó a reír de buena gana.
- No te rías- le dijo Jungkook largándose a reír también contagiado por la risa de Jimin- bueno eso sonó demasiado vanidoso. Pero puedo ser amable, Jimin, no lo estoy inventando para quedar bien.
- De acuerdo. No te estoy criticando, tranquilo. Comamos mejor antes de que haya que volver al trabajo.
Compartieron la comida y no hablaron mucho más, pero se sentían cómodos. Luego Jungkook se encargó de guardar todo y Jimin se recostó para dormir aunque fuera unos diez minutos. Cuando Jungkook terminó de guardarlo todo, Jimin ya dormía. Tratando de no hacer mucho ruido se fue, pero primero se acercó al potro.
- No seas malo con él- le señaló hacia donde se encontraba Jimin hecho un ovillo sobre la manta que minutos atrás había sido un mantel- en él fondo él está intentándolo. Tú y Jimin se parecen- el potro respiró enojado como si entendiera y no le gustara la comparación- ¡es un halago tonto!- Jungkook le rascó tras las orejas- pero es nuestro secreto, ¿ de acuerdo?
Jungkook miró nuevamente a Jimin. No quería más peleas. Tal vez incluso podrían ser amigos. Prefería esta convivencia pacífica y no estar en tensión cada vez que lo tenía cerca. Ya más relajado por haber pedido disculpas se fue a su oficina. Bueno el cuarto sencillo que hacía de oficina.
Jimin despertó sobresaltado. Una mano lo movía por el hombro. La voz de Yoongi le llegó como en una bruma.
- Jimine, despierta. Se acabó el descanso- Yoongi lo sacudió un poco más- ¡tienes el sueño pesado, caray!
- Deja de moverme como si fuera un costal de papas, Yoongi- Jimin se incorporó y bostezó- ya desperté, hombre.
Yoongi largó una risotada.
- ¡Menos mal! Llevo cinco minutos tratando de que despiertes.
- ¿En serio?- preguntó Jimin saltando al suelo- debe ser el aire puro del campo que me está haciendo efecto.
- Tal vez...aunque algo me dice que eres buenazo para la pestaña- dijo Yoongi burlándose.
- ¿Yo?- dijo Jimin sonriéndole- bueno, tienes un poco, pero sólo un poquito de razón- Jimin le tiró la manta en la cabeza- pero es de mala educación señalar mis defectos, vaquero.
Yoongi se rió de buena gana y se sacó la manta de encima.
- ¿Son ideas mías o despertaste de mejor humor?¿ soñaste bonito?- Yoongi colgó la manta en un poste.
- Quizá- respondió Jimin sin ahondar en detalles. Haber recibido las disculpas de Jungkook le había mejorado bastante el día. Momento. ¿Estaba reconociendo que el bruto tal vez le agradaba un poquito? Seguro había envenenado las frambuesas y ahora tenía delirios. ¿Frambuesas? Jimin se sonrojó al recordar la mano de Jungkook limpiando su boca. Había sido un poco, ¿aterrador? Lo más probable. Porque cuando sintió la mano de él los finos vellos de su nuca se erizaron por completo.
El día estaba transcurriendo con una rareza absoluta y Jimin se sentía más perdido que nunca. Esperaba que se le pasara rapidito el efecto que Jungkook tenía en los caballos, porque al parecer también podía ejercerlo sobre él.
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