Capítulo 59
La felicidad se les notaba en los ojos, en cada mirada que se daban, en cada roce sutil. Ma'Elena los miraba y sentía tibiecito el corazón. Llegó pasado el mediodía, no quería que perdieran el poco tiempo que tenían con esa vieja. Sabía lo que era amar y se alegraba que sus dos niños tuvieran la suerte de hacerlo.
El día se les hizo corto. Tenía tantas cosas que contarse, tantos besos atrasados, tantas sonrisas al debe.
Jungkook lo llevó a ver al otro enamorado. Conste, con el único que aceptaba compartir a su princeso.
Bruto.
El potrillo paró las orejas apenas Jimin entró al corral, olfateó el aire y relincho acercándose al trote.
Jimin casi murió de ternura al ver a su bebé trotando hacia él, poniendo su cabeza a disposición de su mano para que lo acariciara .
-Bebe, yo también te eché en falta. Estás tan grande y fuerte.
Jungkook los miraba sonriendo. Y pasó algo increíble, Trueno que estaba en los alrededores se acercó hacia Jimin y le dio unos toponcitos con su hocico en el hombro.
-¿También me extrañaste grandulón? - Jimin le palmeó la cabeza.
Después de eso trueno se vio más interesado en morder un poco de hierba.
-Creo que se acostumbró a escuchar tus chillidos cada vez que lo montabas - se burló Jungkook.
-Soy irresistible, esa es la razón. Mis encantos son muchos. ¿Verdad bebé? - Jimin le besó la nariz a Bruto que seguía pidiéndole caricias.
Jungkook se acercó y lo abrazó por la espalda dándole un besito en el cuello.
-La razón es que ellos aman lo que yo amo - dijo Jungkook sonriendo.
-Te recuerdo, que Bruto, me quiso antes que tú.
- Eso no es totalmente cierto. Tu ya me robabas el sueño. Así que seguiré siendo el bruto número uno, porque yo te ame antes que él.
Jimin se largó a reír.
-Mentiroso- Jimin sonrió - Dime la verdad. ¿Cuándo empezaste a fijarte en mi?- Jimin rascó las orejas de Bruto, mientras Jungkook lo abrazaba dándole besitos en el cuello.
- Creo, que la primera vez que sentí algo, fue cuando creí que ibas a besarme, ¿recuerdas? - Jimin asintió. Como olvidar su "gay panic" - pero cuando realmente me di cuenta que me gustabas más que como un amigo, que me sentía atraído por un hombre, fue en mi plantación de frambuesas. Después ya no pude sacarte de mi mente. ¿Y tú cuando caíste por este cuerpecito?
Jimin largó una carcajada.
-Vanidoso. Debo reconocer que tú cuerpo fue lo primero que llamó mi atención, pero esa no fue la razón de que me terminará enamorando de ti. Fueron pequeñas cosas las que me empezaron a atraer. Como me tratabas, como me mirabas, me sentía especial. El día que hicimos el amor en aquella carpa supe que me había enamorado. Nunca había sentido tanto y tan profundo. Me asuste mucho.
-Y por tu miedo casi nos perdemos está oportunidad de intentarlo, princeso . Nunca más. Nunca tengas miedo de este amor. Nunca tengas miedo de hablar lo que sea conmigo.
Jimin dejó de acariciar a Bruto y se giró en los brazos de él.
-Nunca. Nunca más. Esa forma que tienes de decir las cosas, de expresarte, es tan hermosa . Eso es lo que más me enamoró de ti. Tus palabras, como las dices, fue lo que me sedujo y terminé cayendo redondito.
Jungkook sonrió y se inclinó para besarlo. Dulce y lentamente. Olvidándose de todo. Como pasaba siempre que sus bocas se amaban. Pero Bruto se puso celoso y empezó a relinchar.
-¡Es mío! - le dijo Jungkook - debes metértelo en tu cabecita. ¿Entendiste?
Bruto relinchó más fuerte e ignorándolo acercó nuevamente su cabecita a Jimin que se reía del par de Brutos. Sus brutos. Pero era imposible resistirse a ninguno de los dos. Así que le rasco sus orejitas.
-Adiós, bebé. Tío Jimin debe irse nuevamente. Pero volveré para verte convertido en un hermoso caballo.
-El es mío ahora - le contó Jungkook - después de que te fuiste no quería alimentarse. Yoongi lo intentó tal como tu le habías dicho, pero el no quería. Así que me hice cargo de él. Será mi caballo igual que Trueno. Creo que se apego a mí porque sabía que te extrañaba tanto como él lo hacía.
A Jimin se le llenaron los ojos de lágrimas. Nunca creyó provocar tales sentimientos en dos seres tan hermosos y buenos.
-No llores, princeso. Ahora te tenemos con nosotros aunque sea por poco. Ahora yo y él - señaló a Bruto - sabemos que nos amas.
Jimin le acunó el rostro con ambas manos.
-¿Cómo puedes ser tan perfecto? ¿Cómo puedo seguir enamorándome cada segundo más y más? - lo miró con todo el amor reflejado en sus ojos húmedos - ¿cómo voy a hacer para no extrañarte como loco? ¿Me puedes decir como?
Jungkook lo abrazó fuertemente. ¿Cómo haría el para aguantar un año sin su princeso? Sería difícil, pero lo superarían, de eso estaba seguro.
-Lo haremos, princeso. Cada día lejos, será un día menos para nuestro reencuentro. Piensa en eso cuando creas no aguantar la distancia. Yo haré lo mismo. Viviremos cada día pensando que la felicidad se acerca cada día que pase. ¿Harías eso por mi y por ti?
Jimin asintió y le sonrió entre sus lágrimas.
-Te amo.
-Yo también, mi princeso. Te besaría, pero Bruto me está mirando feo.
Jimin no pudo evitar reír. En estos momentos se sentía tan amado que sabía que la espera valdría la pena.
Se fueron de regreso a la casona. Querían compartir también su felicidad con Ma'Elena. Ella era una parte muy importante dentro de su felicidad.
El resto de tiempo que le quedaba a Jimin le contaron a Ma'Elena como se habían enamorado. La larga espera que les esperaba a ambos antes de planear un futuro juntos.
-Si se aman, no habrá distancia ni tiempo que haga que se olviden. Me siento orgullosa de ustedes mis niños. Ojalá pueda estar cuando disfruten de su felicidad.
-Es sólo un año, Ma'Elena. Porsupuesto que estarás y festejaras con nosotros - Jungkook la abrazó. No quería pensar que esa noble mujer un día ya no estaría más.
-Te quiero mucho, tía. - Jimin se sumó al abrazo.
- Mis muchachos hermosos. Soy feliz por ustedes- se quedó un momento rodeada por los brazos de sus muchachos- ¿Jungkook? - la Sra Elena lo miró - ¿porqué no vas a Seúl con Jimin para despedirlo?
-Sería maravilloso, Jungkook - los ojos de Jimin brillaban al mirarlo.
-Iré.
Esa simple palabra hizo a Jimin tan feliz. Otro pedacito de tiempo para tenerlo junto a él. Definitivamente tía Elena valía su peso en oro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro