Capítulo 53
Jimin escuchó voces en cuanto entró a la casa. Dejó las llaves de su automóvil en la repisa de la entrada, se sacó los zapatos y se puso unas pantuflas. Los pies lo estaban matando por tantos ensayos. Ahora mismo sólo venía porque se le había olvidado entregarle las invitaciones a su familia.
-¿Papá? ¿Mamá? - llamó Jimin ingresando a la cocina. Se detuvo de golpe. Sorprendido y a punto de que su corazón saliera corriendo de su pecho.
-¡Hijo! - el Señor Park se acercó a darle un abrazo cariñoso - no pensé que vendrías - vio a Jimin mirando fijamente tras su espalda - oh... No tuve oportunidad de decirte que Jungkook venía a verme. ¿No piensas saludar? - dijo el Señor Park al ver a su hijo estático y sin pronunciar palabra.
-Oh... Porsupuesto papá - Jimin salió de su estupor al verlo allí, en su cocina, con su padre. Se acercó sonriendo y lo abrazó - hola Jungkook.
Jungkook no pudo evitar mirarlo con todo el amor que sentía. Bebiendo sediento la imagen de su princeso. Estaba aún más bello de como lo recordaba. Su olor inundó sus fosas nasales. Había extrañado tanto el aroma de su piel.
- Hola, princeso... - Jimin inmediatamente se alejó. Jungkook vio un destello de algo. ¿Confusión?¿Incomodidad?
- ¿Princeso? - preguntó el señor Park mirándolos a ambos.
Jimin se rió y se acercó a su padre.
-Sí, papá. Un apodo ridículo que me puso Jungkook por que según él soy caprichoso y berrinchudo.
Jungkook lo miró mordiendo su labio inferior con fuerza. ¿Un apodo ridículo? En la carta que le dejó no dijo eso. Era bueno saberlo.
-¿Y acaso no lo eres hijo? - preguntó burlonamente el señor Park.
-¡Papá! - Jimin hizo un puchero.
- Así te quiero, hijo. Princeso mmm... , creo que me gusta.
Jimin miró de reojo a Jungkook, que sonreía mientras lo miraba. Pero el sabía que estaba molesto.
-Bueno, un bruto como yo sólo pone apodos ridículos.
- ¿Bruto? - preguntó ahora el señor Park mirando de su hijo a Jungkook. Había cierta tensión. O tal vez eran ideas suyas.
-Así me puso su hijo, señor.
-No puedo creerlo - el Señor Park se volvió a su hijo - eso fue muy descortés Jimin. Elena me dijo que se habían hecho amigos, ¿eso es verdad o se llevaron como el perro y el gato?
Jimin se sonrojó. Si su padre supiera lo bien que se llevaron.
-Tía Elena no mintió, papá. Tuvimos nuestras diferencias cuando llegué, pero después Jungkook y yo nos hicimos amigos.
Jungkook sonrió escondiendo su molestia. Porqué estaba molesto.
-Señor, tiene un gran hijo. Yo aprendí a apreciarlo. Bueno yo y la gente del Golondrina. Simplemente teníamos la costumbre de molestarnos cuando estábamos juntos. Ma'Elena siempre nos regañaba por eso.
El señor Park sonrió aliviado.
-Invité a Jungkook a tu debut.
-Genial...- dijo Jimin. Jungkook notó su contrariedad.
-Pero aún no decide si quedarse o no. Ayúdame a convencerlo, hijo.
Jimin lo miró y sonrió.
-Quédate, Jungkook... Sería grandioso si lo haces.
¿Porqué Jungkook no le creyó? Su voz estaba carente de cualquier sentimiento. Era como si solo tratara de salvar la situación en que su padre lo había involucrado.
-¿Podemos hablar unos segundos? - logró articular Jungkook. Necesitaba sincerarse con Jimin. Saber si realmente fue una aventura o si también de su parte hubo sentimientos involucrados. Le costaba creer que este Jimin parado frente a él fuera su princeso. No quería creer que se había confundido tanto.
-¿Ahora?... - Jimin se movió inqueto- estoy atrasado para mi último ensayo. Sólo vine a traer las invitaciones. ¿Podemos hablar después de mi debut?
Jungkook sonrió y meneó la cabeza. Porsupuesto hablar con Jimin rodeado de gente, sin ningún atisbo de privacidad. Jimin no quería hablar y el lo había entendido. Había necesitado estrellarse de lleno contra una pared para entender.
-Porsupuesto, Jimin. Que necio, se me olvidó que eres un hombre ocupado.
-Hijo, cinco minutos no harán gran diferencia - le dijo su padre.
-No, no, señor. No era nada de importancia. Deje que se marche. Hablaremos en otra oportunidad.
Jimin estaba pálido. Quería salir de allí antes de ponerse a llorar.
-Hijo...
- Esta bien, cinco minutos no harán mucha diferencia.
- Los dejo entonces - besó la frente de su hijo y salió de la cocina.
- Dime - Jimin se giró hacia Jungkook.
- Nada - Jungkook sonrió. La amargura inundaba su mente y corazón - ve a tu ensayo. Después hablamos.
-¿Estás seguro?
-Creo que por fin estoy seguro de algo, suerte, princeso.
Jimin vio sus ojos negros decepcionados. Él lo había decepcionado. Pero no podía hacer nada por remediarlo. Se acercó y besó su mejilla. Jungkook sólo sintió frío cuando esos labios rozaron su piel.
-Nos vemos por la noche. Prometo que hablaremos.
-Seguro, princeso.
Jimin sintió aquella barrera invisible que Jungkook había erigido. Seguía sonriendo. Seguía llamándolo princeso. Pero ese princeso ya no revestía ningún calor. Se fue rápidamente. Necesitaba salir antes de colapsar.
Jungkook tenía el corazón hecho trizas. Nada había sido como había pensado. Su princeso, el Jimin que había amado durante ése verano, había sido una quimera. Éste Jimin era un completo desconocido. ¿Dolía? Sí. Como si mil cuchillos le desgarraran la carne.
Subió a su habitación. Guardó las pocas cosas que había utilizado. Buscó un papel y un lápiz y escribió. Luego dejó el sobre en el velador con el nombre de Jimin y salió con su bolso al hombro.
El señor Park salió de su oficina cuando Jungkook bajaba las escaleras.
-¿Cómo? ¿Te vas? - preguntó sorprendido.
-Sí. Recordé que no puedo quedarme.¿Firmó los papeles qué mandó Ma'Elena, Señor?
-Claro, ven. Los tengo en mi oficina, justo estaba en eso.
Jungkook recibió los documentos y los guardó.
-Bueno, fue un placer volver verlo, señor.
-¿Está todo bien, hijo?
- No puedo estar mejor. La ciudad y yo no congeniamos. En fin, creo que soy igual que su hermana. No puedo mantenerme alejado del Golondrina más de veinticuatro horas - Jungkook le tendió la mano y el Señor Park se la estrechó.
-Dale mis cariños a Elena. Apenas pueda iré a verla. Lamento que no te quedes. Me habría gustado mucho que lo hicieras.
-Para otra vez será - Jungkook sonrió - Ma'Elena estará feliz de que la visite.
-Iré, te lo aseguro. Ahora déjame buscar al chófer para que te lleve al aeropuerto.
Jungkook lo vio salir. Miró una última vez la casa donde Jimin vivía y se prometió nunca más volver. Su corazón de ahora en adelante no existía.
*Gracias a quien hizo este hermoso fanart.
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