El lunes llegó, y por ende el trabajo.  Rosita a la hora del desayuno estaba más hiperactiva que nunca.

- ¡Mimi!- chilló cuando lo vio entrar a la cocina haciéndolo sonreír- ¿hoy?¿hoy podemos empezar con mis clases de baile?

Jimin tomó un trozo de manzana que su tía le pasó y se lo llevó  a la boca,  el dulzor de la fruta lo ayudó a despertar.

- ¿Y, Mimi?- volvió a preguntar Rosita sin apartar su mirada,  ansiosa por la respuesta.

- Está bien Rosita,  hoy puedes venir.

- ¡Yupi!- Rosita dio un pequeño brinco- seré la envidia de mis compañeras.

La Sra. Elena meneó la cabeza sonriendo ante la efusividad de la niña.  Jimin tomó asiento cuando Jungkook hizo su aparición.

- ¡Kookie!- Rosita corrió a su lado abrazándolo- ¡Hoy Mimi me dará clases de baile!

Jungkook le tiró la trenza que colgaba en su espalda. Miró a Jimin y sonrió,  Jimin le sonrió de vuelta,  ambos sin poder dejar de mirarse, hasta que reaccionó al ver la mirada curiosa de Ma'Elena y apartó la mirada y se acercó a ella para besar sus mejillas.

- ¿Crees qué esté mono saltarín pueda bailar,  Ma'Elena?- preguntó Jungkook burlándose de polilla.

- Quien sabe.  Tal vez si Jimin logra que se concentre por cinco minutos...- dijo Ma'Elena siguiéndole la broma.

Rosita hizo un puchero, y miró a Jimin.

- No les creas.  Seré tu mejor alumna,  ya verás Mimi- volvió a hablarle con entusiasmo.

- Te tengo fe, Rosita- dijo Jimin cerrándole un ojo.

- ¿Ven?  Mimi si cree que puedo- Rosita le sacó la lengua a Jungkook y luego besó espontáneamente la mejilla de Jimin.  Jungkook sólo miraba.  Moría por poder al igual que Rosita darle los buenos días al princeso con un beso.

Cuando su tía y Rosita se enfrascaron en la disposición del desayuno,  Jimin le tiró un besito apenas perceptible con sus labios a Jungkook que  no pudo evitar que una sonrisa boba se dibujara en sus labios.

- Amaneciste muy contento hoy- comentó la Sra. Elena poniéndole un plato de tocino con huevos sobre la mesa mientras Rosita le servía una taza de café- últimamente estás más animado que de costumbre.

Jungkook se sonrojó un poco mientras veía a Jimin mirarlo burlón.

- El verano,  Ma'Elena,  el sol me pone de buen humor- le dijo Jungkook y Jimin levantó una ceja mientras tomaba un sorbo de su jugo.

- Bendito sol , entonces- dijo la Sra. Elena sonriente sentándose a desayunar, luego miró a Jimin- me alegra mucho que te lleves bien con Jungkook.

- ¿Ah?- Jimin sonrió- Sí,  creo que encontramos la manera- Jimin miró a Jungkook y luego le sonrió a su tía.

- Eso es bueno- comentó ella.

Jungkook omitió decir lo bueno que era.  Ma'Elena era una persona muy observadora,  debía ser menos obvio,  pero le costaba.  Nunca ocultaba nada de ella.  Era la primera vez.

Jimin sacó otro tema para desviar la conversación.

- Rosita,  ¿porqué vas al colegio en verano?

- El invierno es muy lluvioso acá,  por eso es difícil ir a clases,  así que tenemos nuestras vacaciones en invierno- le explicó Rosita sentándose a su lado.

- ¿Y no es aburrido?- preguntó Jimin curioso.

- No.  No sabes lo rico que es quedarse acurrucada y calientita cuando hace frío.  Creo que soy un oso,  me gusta flojear sin hacer mucho en invierno.

- Siempre flojeas,  polilla, sea la estación del año que sea- dijo Jungkook riéndose.

- ¡Eso no es cierto!- masculló Rosita- ¿verdad que no,  Ma'?

- No le hagas caso,  sólo está bromeando- le dijo cariñosamente la Sra. Elena- ¿No lo conoces acaso?

Rosita asintió con la cabeza.

- Pero...pero Mimi puede creerlo.  No quiero que piense que soy floja- miró a Jimin por debajo de sus pestañas.

- No te preocupes, no lo haré- Jimin le acarició su cabeza- eres la primera en despertar y preparar nuestro desayuno,  eso me dice que eres muy trabajadora.

- ¡Te amo,  Mimi!- Rosita le mostró sus hermosos dientes blancos en una sonrisa de lado a lado de su carita- ¿Kookie?- Rosita lo miró altiva- creo que ya no tienes el número uno entre mis personas favoritas.

Jimin soltó una carcajada.

- ¡Oh!- dijo Jungkook- ¿Debería preocuparme?¿Me pongo a llorar?

- ¡Eres insoportable a veces,  Kookie!- Rosita lo miró enfurruñada- lo haces porque sabes que te quiero más que nada en este mundo.

Ahora se largaron a reír del doble e infantil discurso de Rosita.

- Bueno creo que es hora de irme- Jungkook se levantó- iré al baño primero- le dio un beso a Ma'Elena y otro a Rosita antes de salir.

- Mmmm...creo que también debo irme- dijo Jimin y se levantó- que tengan un buen día- Jimin las besó a ambas.

- Igual tú,  cielo- le dijo cariñosamente su tía y Jimin desapareció de la cocina.  Tenía una idea en mente al subir apresuradamente las escaleras.

Jungkook se estaba enjuagado la boca cuando vio la imagen de Jimin reflejaba en el espejo del lavamanos.

- Princeso- murmuró bajito.

Jimin le cerró un ojo,  tomó un cepillo extra del portavasos y se lavó los dientes mientras Jungkook lo miraba asombrado.

- Ahora sí- Jimin dejó el cepillo y se volvió para quedar frente a Jungkook- ahora puedes besarme.

Jungkook sonrió y dejó su cepillo que aún sostenía en su mano.

- Definitivamente me vas a matar,  princeso- dijo Jungkook y tomó el rostro de Jimin para acercarlo y besarlo como había deseado desde que despertó esa mañana.

Era un beso con sabor a pasta dental,  fresco y picante.  Se besaron lentamente por algunos minutos y se separaron a regañadientes.

- Pensar que te tendré todo el día y no podré hacerte cariñitos- puchereó Jimin  como un bebé malcriado al que le niegan su juguete favorito.

- Tenemos la hora de almuerzo,  princeso- le dijo Jungkook pícaro- puedes ser mi postre si quieres- se lamió los labios y movió sus cejas.

Jimin sonrió.

- Tal vez- dijo Jimin y salió del baño para ir por su gorra.

Jungkook lo alcanzó unos metros más allá y como siempre lo aupó de un tris a Trueno haciéndolo chillar.  ¿Sería normal encontrar hasta sus chillidos lindos? Mala cosa. Su corazón al parecer no había entendido lo de no enamorarse.