Capítulo 32
Se encontraban recostados en la manta, sólo ataviados con sus boxers, mientras sus prendas de ropa colgaban de las ramas de uno de los árboles para que el aire y el sol las secaran. Lo que más lamentaba Jimin y hacía reír a carcajadas a Jungkook, eran sus zapatillas Gucci que quedaron llenas de arena y de blancas ya no tenían nada.
- Son sólo zapatillas, princeso- le dijo Jungkook riéndose- nadie se muere por un par arruinado.
- Esas zapatillas son exclusivas, bruto- se quejó Jimin- me costaron un ojo de la cara y eran el único par, ¿entiendes? No hay otro par igual.
- Es sólo dinero, princeso- le dijo Jungkook- en la vida hay cosas más importantes que un par de zapatillas.
- Lo sé- suspiró Jimin derrotado. Jungkook tenía razón. En momentos así era cuando se daba cuenta de la diferencia que tenían ambos en como ver y enfrentar la vida.- perdona...es que me gustaban mucho- Jimin hizo un puchero casi infantil.
Jungkook rodó sobre la manta y lo abrazó mirándolo a los ojos.
- No pidas perdón, princeso- le besó la punta de la nariz- no pretendo que seas otra persona o cambies. Me gustas así.
Jimin se colocó encima de Jungkook dejándolo de espaldas en la manta.
- ¿Te gustó mucho? - preguntó Jimin con tono juguetón y a la vez tierno.
- Aha- musitó Jungkook deslizando cariñosamente su mano por su espalda desnuda y fresca- mucho es poco.
Jimin sonrió complacido.
- Tú también me gustas mucho- Jimin se agachó sobre el pecho de Jungkook y le besó el cuello haciendo que Jungkook sintiera un leve hormigueo donde sus labios se posaban- ¿me darías un beso?
Jungkook se río haciendo que el cuerpo de Jimin se estremeciera sobre él.
- Puede ser, princeso- Jungkook le cerró un ojo y se puso los brazos doblados tras su nuca- convénceme.
- ¿Crees qué no puedo?- dijo Jimin aceptando gustoso el reto.
- Hablas mucho...veamos que puedes hacer para lograrlo- Jimin le picaneó las costillas con fuerza.
- Creo que ya no quiero- dijo Jimin y se rodó fuera del cuerpo de Jungkook.
Jungkook se largó a reír y lo atrapó bajo su cuerpo antes de que Jimin se diera cuenta. Le mantuvo firme bajo su cuerpo y con una mano atrapó sus manos y se las sujetó sobre su cabeza.
- Caprichoso- le susurró en la oreja- caprichoso y endemoniado, me vuelves loco.
Jungkook beso la orilla de aquella pequeña oreja y luego su lengua le rindió pleitesía. Todo en Jimin era sexy, su piel blanca, tersa, firme. Sus labios voluptuosos hechos para ser besados, la pequeñez de su cuerpo en comparación con el suyo, sus manos pequeñas que cabían perfectamente dentro de su mano. Todo él era perfecto.
Jimin permaneció atrapado en aquellos ojos negros, hipnotizado por su voz suave y seductora, cual caballo listo para ser domado. Cuando la boca de Jungkook besó cerca de la comisura de sus labios su respiración se aceleró ansiosa esperando aquel beso. Pero Jungkook se detuvo.
- No tenías qué hacer nada, princeso, tu boca es mi debilidad. Te podría besar hasta dormido y todavía querer más.
Jimin sonrió. Jungkook si sabía cómo usar las palabras a su favor. Si no tenía cuidado terminaría como los potros. Dócil y sumiso a la voz del amo.
- Ahora eres tú quien habla demasiado- se quejó Jimin.
Jungkook se largó a reír de nuevo.
- Y yo que creía que estaba siendo romántico, contigo nada es previsible princeso.
- En eso tienes razón- Jimin sorprendiéndolo lo atrajo hacia su boca y lo besó. Jungkook ni tonto ni perezoso se rindió y le devolvió el beso con más ardor de lo que tenía previsto.
Ya empezaba a refrescar pero su piel estaba afriebada. Sus manos por sí solas se desplazan por la piel satinada de Jimin de arriba a abajo de su espalda al igual que su lengua se entrelazaba con vehemencia a la de Jimin, los sonidos del beso, la fricción de sus cuerpos, los dedos de Jimin aferrándose con fuerza a sus hombros, lo tenían al borde. Un calor profundo quemaba su entrepierna al sentir la dureza del bulto de Jimin frotándose contra la suya. Estaban sumergidos de lleno en el frenesí de una pasión avasalladora.
No supo en qué momento sus llegaron al borde del bóxer de Jimin y se introdujeron allí acariciando aquella carne turgente y suave, empujándolo a hacer el roce más cercano y más profundo. Un gemido abandonó la boca de Jimin y Jungkook lo besó aún más fuerte. Para luego deslizar su lengua hacia el cuello y seguir bajando y bajando hasta apoderarse de un pezón pequeño y amarronado, duro y turgente contra su lengua y lo succionó ávido de su textura y sabor salado y almizclado. Los sonidos de placer que emitía Jimin le decían que estaba disfrutando tanto como él. Envalentonado al calor de la pasión llevó una de sus manos al miembro duro de Jimin y lo encerró entre sus dedos, la mirada de Jimin era vidriosa y se quedó inmóvil unos instantes, luego cerró los ojos mientras movía toda su extensión entre los dedos habilidosos de Jungkook. Jungkook era un maestro en aquellas artes, pensó Jimin a punto de venirse.
- Es...estoy a punto- dijo Jimin tratando de retirarse para no ensuciar a Jungkook con sus fluidos. Era consciente que era la primera vez para él y tal vez no fuera de su agrado quedar con la mano embadurnada de su semen.
Pero Jungkook lo retuvo dónde estaba mirándolo con sus pupilas dilatadas y la respiración agitada.
- Quiero que lo hagas conmigo, en mi mano, en mi cuerpo...
Jimin sólo lo besó como respuesta y con un gemido ronco se descargó mientras sentía la esencia de Jungkook descargándose sobre su abdomen también. Una última simulación de estocada y Jungkook se desplomó laxo y totalmente en las nubes, pero sin soltar a Jimin arrastrándolo con él mientras lo abrazaba fuerte para escuchar el loco repiqueteó de sus corazones.
Jimin era de arrumacos. El sexo o casi sexo lo dejaba vulnerable y con necesidad de mimos. Así que llenó de besitos el pecho de Jungkook. Jungkook descubrió que ensarzar sus dedos lánguidamente en la nuca de Jimin, en una caricia lenta, era tan agradable y placentero como lo que habían compartido antes. ¡ Diablos! Amaba cada cosa y situación mientras fuera con el princeso. Amaba lo tierno y vulnerable que Jimin quedaba tras un orgasmo. Un orgasmo del que sólo el había sido artífice.
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