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Capítulo 30

Volvieron a la casona.  Jimin en la camioneta y detrás Jungkook en Trueno.  La celebración ahora tenía tintes de felicidad.

Jungkook sentía literalmente que flotaba sobre una nube.  Así lo había dejado el beso y Jimin.  La verdad ya quería besarlo de nuevo. Era como si cada cosa estuviera en su lugar,  todo era más luminoso.  Sonrió como bobo cuando Jimin bajó de la camioneta y se dirigió a la casona para guardar las llaves.  Suspiró profundamente.  Ahora se venía lo más complicado.  Tener a Jimin cerca, compartir con él y los demás y no dar muestras del terremoto que había removido todo su interior. Pero se las arreglaría.  Quería estar con él,  reír con él,  compartir con los demás con él.

Estaba con Rosita,  Jane,  Yoongi y Mario cuando Jimin salió de la casona y se acercó hacia el grupo.  Su corazón empezó a galopar inmediatamente que temía que los demás pudieran oírlo.

Mario se acercó inmediatamente y Jungkook se puso tenso de inmediato,  pero Jimin le sonrió y se puso al lado de él rozando ligeramente su brazo con el suyo, ni siquiera haciendo contacto visual, pero ambos conscientes cien por ciento del otro.  Y así se mantuvieron durante el resto de la velada,  salvo cuando Jungkook sacó a bailar a Ma'Elena,  era algo así como una tradición cuando se celebraba la doma de potros.  Jimin no lo perdió de vista imaginándose que era a el a quien rodeaban los brazos de Jungkook,  que era el quien bailaba pegadito a su cuerpo. Después de ese baile Jungkook no bailó con nadie más y eso que las gemelas no cejaban en su empeño en arrastrarlo a la rústica pista de baile.

Ellos estaban ensimismados en darse pequeños roces que nadie más veía,  en entrelazar sus dedos por detrás de sus espaldas fuera de los ojos del resto, aunque en realidad la mayoría estaba bastante alegre y achispados producto del vino y la cerveza.

Yoongi trastabilló al caminar unos pasos y Jimin se largó a reír.

- Estás borracho,  vaquero- Jimin lo tomó para que recuperara el equilibrio.

- ¿Yo, Jimine?- Yoongi se trató de ponerse derecho cosa que le costó un poco- tienes razón- Yoongi sonrió y se acercó un poco- debo estar borracho para haberle pedido a la negra que bailara conmigo.

Jimin largó una risotada y Jungkook meneó la cabeza.

- ¿Y?- preguntó Jimin curioso sabiendo cómo se detestaba el par.

- Me mandó a freír espárragos- dijo con tono jocoso Yoongi.

Ahora Jimin y Jungkook rieron con ganas.

- Creo que ya es hora de irme- dijo Yoongi- buenas noches patrone,  Jimine- hizo un gesto llevándose la mano al sombrero.

- Descansa vaquero- le dijo Jimin.

Yoongi zigzagueando fue por su caballo.

- ¿No es peligroso que monte en ése estado?- preguntó Jimin.

- No. El caballo lo llevará a casa sano y salvo,  es más seguro que un auto, princeso- Jungkook lo miraba sonriendo- no halló la hora que los invitados se marchen.

Jimin ladeó la cabeza.

- ¿Estás muy cansado?

Jungkook sonrió con picardía y algo de timidez también.

- No, princeso.  Quiero besarte nuevamente antes de ir a la cama.

Jimin bajó la cabeza y sonrió.

- ¿Es necesario que te quedes?- le preguntó Jimin mirándolo con coquetería a través de sus pestañas.

- No me mires así princeso- suspiró Jungkook desanimado- no puedo dejar a Ma'Elena sola.

- Pero puedes perderte unos minutos,  ¿verdad?- preguntó Jimin rozándole la palma de la mano con la yema de sus dedos- te espero en el despacho.

Jimin le cerró un ojo y se dirigió hacia la casona sonriendo.

Jungkook meneó la cabeza sonriendo y se mordió los labios.  El princeso lo mataría de un infarto. Tras un rato lo siguió.

- ¿Princeso?- el despacho estaba a oscuras con las cortinas semi cerradas,  el pequeño haz de luz no dejaba ver mucho.

Unas manos le taparon los ojos y un cuerpo tibio se pegó a su espalda.

- ¿Princeso?- susurró Jungkook.

Jimin le mordisqueó el lóbulo de la oreja desde atrás.

- Serás bruto- le susurró Jimin en la oreja, ese bruto era lo más dulce que Jungkook había escuchado en la noche- ¿esperabas encontrar a alguien más?

Jungkook rió bajito y se dio la vuelta apresándolo entre sus brazos.

- Debo volver luego,  los invitados comienzan a irse- Jungkook le mordió la punta de la nariz con suavidad- ¿me necesitabas para algo importante,  princeso? ¿Puedo ayudarte en algo?

Jimin ahogó una risita y puso ambas manos en su nuca.

- Creo que sí-  Jimin le dio un pequeño piquito- necesito un recordatorio de que lo que sucedió no fue una ilusión. ¿Podría su majestad recordármelo?

Jungkook se largó a reír.  Se sentía vivo y feliz como hacía tiempo no lo hacía.  Esas cosquillas en la guata las producía Jimin.

- Será un placer,  princeso.

Jungkook lo apretó más cerca de su cuerpo y sus manos se posaron en la parte baja de la espalda de Jimin,  luego  inclinó la cabeza y Jimin fue a su encuentro sabiendo exactamente lo que quería. Comerse de mala manera la boca de su bruto.

Ahora no había la timidez del primer beso y sus lenguas se encontraron dándose la bienvenida,  se enzarzaron en una caricia íntima,  apasionada,  con  suspiros y gemidos bajos , la humedad de sus  bocas,  el ardor de sus labios ante el roce sin restricciones de sus labios,  ambos perdidos en las sensaciones que se producían.  Las manos de Jimin enredadas en el pelo de Jungkook,  las manos de Jungkook acariciando la espalda y bajando hasta su trasero,  amasándolo con fuerza.  Ninguno supo como terminaron recostados en el sillón,  con Jimin recostado a lo largo del cuerpo de Jungkook que tenía una pierna estirada sobre él y la otra doblaba por fuera, sintiendo cada parte de la anatomía de Jimin mientras se seguían besando.  Jungkook no pudo evitar excitarse y más aún al sentir la exitación evidente de Jimin cerca de su cadera.  Las cosas no podían ir más lejos con un jardín todavía con muchos invitados y Ma'Elena entre ellos.  Jungkook empezó a bajar las revoluciones hasta que el beso se fue transformando en algo más suave y menos intenso.  Jimin respiró y jadeo encima de su boca y Jungkook lo abrazó calmándolo y calmándose.

- No puedo salir con este bulto,  princeso- Jungkook se rió bajito.

- Lo sé- suspiró Jimin dando besitos en su cuello- dame unos minutos para reponerme.

- ¿Siempre es así?- preguntó Jungkook regulando su respiración afanosa e irregular.

- Sólo si hay química,  supongo.  Parece que la nuestra funciona a las mil maravillas- Jimin rodó para colocarse a un costado de Jungkook que aún lo abrazaba y para dejar de sentir los músculos celestiales de Jungkook en cada parte de su anatomía- ¿estás seguro de querer continuar con esto?

- Es de lo que estoy más seguro,  princeso- Jungkook le besó la nariz- de aquí para adelante, que pase lo que tenga que pasar.  Sin arrepentimientos ni lamentaciones. 

Jimin sonrió en la oscuridad.  Él también estaba a bordo.  Ya no había marcha atrás.


* un agradecimiento especial a los creadores de estos fanart.

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