Capítulo 26
El día viernes todos comentaban, alegres, sobre la dichosa doma de potros que ocurriría al otro día, hasta la Negra no tenía su habitual cara de poker. Era como una especie de alegría flotando en el ambiente mientras hacían el trabajo diario.
- ¿Tan buena es la celebración?- preguntó Jimin a Yoongi que silbaba alegremente mientras limpiaba los cubiles de los potrillos con Jimin.
- ¡Ay, Jimine! Esperamos esta fiesta todo el año. Además siempre llegan invitados de la Doña Elena. El año pasado vinieron unas gemelas que estaban buenísimas. Ojalá este año vengan de nuevo- Yoongi silbó apreciativamente- claro que a la negra no le hicieron ni pizca de gracia porque andaban tras los huesos del patrone.
- ¿De Jungkook?- preguntó Jimin ahora con interés.
- Sí, el patrone las trae loquitas a casi todas.
- Mmmm...creo que será divertido verlo en plan de galán- dijo Jimin, pero la verdad la idea de ofrecidas tras Jungkook no le agradaba ni pizca.
- ¿El patrone galán?- Yoongi se largó a reír- al contrario las trae loquitas porque no les presta atención. Siempre está más preocupado de los caballos que de ellas.
Jimin sonrió con ganas.
- Típico del bruto. Hacerse desear.
- ¿Le dijiste bruto al patrone, o yo escuché mal?- preguntó Yoongi asombrado.
- Es una broma entre nosotros- dijo Jimin- no te preocupes no le diré así delante de nadie. Tú eres de confianza- Jimin le cerró un ojo.
El día se pasó rápidamente, también porqué los viernes se trabajaba una hora menos. Jimin se despidió de Bruto, besándole la nariz.
- Nos vemos bebé- el potrillo relinchó sabiendo que era el momento en que Jimin se iba- no seas malcriado. Después Jungkook me lo saca en cara cada vez que puede.
- Y tengo razón. Lo malcrias- dijo Jungkook entrando a la estancia- no puedes negarlo, princeso.
- Te lo dije- miró a bruto hablándole- siempre me dice lo mismo. ¿Lo escuchaste , verdad?
El caballo movió la cabeza como si supiera de lo que Jimin hablaba, haciendo reír a Jungkook.
- Este animal es un pilluelo- dijo acercándose para acariciar sus orejas quedando al lado de Jimin- y también es caprichoso como tú, princeso- Jungkook se agachó un poquito para susurrárselo al oído.
Un escalofrío placentero lo recorrió al sentir el aliento de él cerca a su oreja y se quedó mirándolo.
- ¿Qué?¿no es cierto?- preguntó Jungkook mirándolo con diversión.
- No me hables al oído bruto. Esa es una de mis zonas más sensibles- le advirtió Jimin.
- ¿Ah, sí?- Jungkook sonrió de lado- un dato interesante.
Jimin bufó. Luego besó nuevamente la nariz de Bruto y salió a grandes zancadas.
- Tiene un genio de los mil demonios- le dijo al potrillo- así que yo que tú me iría con cuidado- Jungkook le acarició una vez más su morro y salió corriendo tras Jimin hasta alcanzarlo, poniéndose a su lado.
- No te molestes, princeso. Era una broma.
- Broma, ¿eres un payaso acaso?- le dijo Jimin y Jungkook se puso a reír- acabo de recordar algo muy interesante . Está semana tienes una deuda conmigo- Jimin se detuvo y sonrió con malicia.
- Yo creía que ya me habías perdonado, princeso- se quejó Jungkook.
- Deudas son deudas, amigo- le dijo Jimin.
Jungkook resopló fuertemente.
- ¿Y ahora qué quieres que haga?- le preguntó Jungkook.
- Mmmmm...- Jimin se puso el dedo en la barbilla y demoró un instante en responder- ensaya conmigo hoy.
- ¡Pero, princeso!- exclamó Jungkook- ¡yo no soy bailarín!
- Deja las excusas. Además lo que necesito es tu fuerza para practicar algunas alzadas.
- ¿Alzadas?- repitió Jungkook.
Jimin se puso a reír. La cara de Jungkook era de no entender nada.
- No te preocupes, tonto. Es algo simple. Ya sé que no eres bailarín. Seras una especie de soporte.
- Yo creía que me había reivindicado al ayudarte a montar tu sala de prácticas- se quejó Jungkook.
- Mira, como soy tan bueno, esta será tu última tarea y luego me olvidaré de todo. ¿Trato?
- ¿Y si me lastimo? Recuerda que mañana tengo la doma de los potros.
- Te prometo que saldrás de una pieza- lo tranquilizó- ¿porqué tantas excusas?- Jimin lo miró fijamente- no tendrás miedo de pasar tiempo a solas conmigo, ¿verdad?
- ¿Debo tenerlo?- preguntó sonriéndole.
- No. Mírame, soy un dulce corderito- Jimin puso cara de inocente.
- Entonces deberías tener miedo tú, princeso- le dijo sonriendo.
- ¿Yo?¿porqué?
- Podría convertirme en un lobo feroz- Jungkook estaba conteniendo la risa.
- Sí, así supe- dijo Jimin.
- ¿Cómo?
- Por ahí dicen que vuelves loquitas a las féminas que asisten a la fiesta- dijo Jimin y empezó a caminar.
- Ése fue Yoongi- dijo Jungkook riéndose- ¿qué puedo hacer? Éste cuerpecito es ...I-rre-sis-ti-ble...
- ¡Serás vanidoso!- exclamó Jimin.
- Eso es ser realista, princeso, no vanidoso.
- ¡Guau!, veremos si eres competencia para mí mañana- le dijo Jimin cerrándole un ojo.
Jungkook se largó a reír divertido.
- Jimin a tí no te atraen «ellas».
- Cierto. Pero ellas no lo saben. Y tú no quieres que lo sepan, ¿cierto?
Jungkook abrió y cerró la boca porque no supo que responder.
- Vamos que la tía debe estar esperándonos para cenar- Jimin empezó a caminar más rápido. El maldito bruto, igual que siempre, lo levantó en el aire y lo subió a Trueno.
- Odio cuando haces esto- se quejó mientras se acomodaba entre los brazos de Jungkook resignado.
- Mentiroso, te encanta- le habló nuevamente al oído riéndose silenciosamente a espaldas de Jimin.
- ¡Te dije que no lo hicieras!- volvió a quejarse Jimin.
- Mentiroso nuevamente. Se que te gusta que te hable bajito en la oreja- Jungkook adrede apretó más sus brazos cerca de Jimin acortando las riendas para empezar a galopar.
- ¡Odio esto!, ¡de verdad lo hago!. Estoy pensando seriamente en no perdonarte y tenerte de sirviente por el resto del veran...- Jimin no terminó de hablar y pegó un chillido cuando Jungkook pasó de galopar a correr a bastante velocidad. Jimin sólo veía la silueta de los árboles pasando y mejor cerró los ojos.
- ¡Te odio, Jeon Jungkook!- gritó o mejor dicho chilló Jimin con el estómago revuelto por el vaivén violento del caballo.
- ¡Mentiroso nuevamente!- le dijo Jungkook y soltó una risa que le llegó hasta los huesos a Jimin.
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