Capítulo 21
Jungkook tampoco apareció para la cena. Rosita por orden de la Sra. Elena le dejó un plato de comida para que se calentará cuando llegara. Según ellas a veces cuando iba el veterinario llegaba muy tarde, así que acostumbraban irse a dormir, Rosita le dejaba listo y luego se regresaba a su casa.
Jimin se sentía, aunque no lo reconociera, decepcionado. No había visto al bruto en todo el día y a pesar de haber estado ocupado igual lo extraño un poquito.
Después de despedirse de su tía y Rosita, Jimin se fue a su habitación y se preparó para dormir, pero después de acomodarse en distintas posiciones para lograrlo desistió. Así que se levantó y se sentó en el hueco de la ventana a espiar la entrada. Cerca de las once y media de la noche sintió los cascos de Trueno en la gravilla de la entrada.
Jungkook se bajó y tomó las riendas del caballo y se dirigió al galpón en la parte trasera de la casona, supuso Jimin para dar comida y dejarlo a resguardo. Luego lo vio aparecer caminando lentamente y dando uno que otro bostezo. Se veía realmente cansado apreció Jimin al mirarlo, más bien espiarlo desde la ventana de su habitación. Cuando lo vio subir los escalones de la entrada se puso sus pantuflas y salió hecho un rayo de la habitación en dirección a la cocina.
Jungkook ya calentaba en el microondas su cena, esperando apoyado en la encimera.
- ¿Muy cansado?- preguntó Jimin entrando a la cocina.
- Un poco- Jungkook lo miró- ¿qué haces despierto a estas horas, princeso?
- Uuuu...¿no podía dormir?- dijo Jimin.
- Y yo que llegó a soñar con mi cama- dijo Jungkook sonriendo y abrió el microondas, sacó el plato y se sentó a la mesa- ya que no tienes sueño acompáñame a cenar, no me gusta comer solo.
Jimin no espero que Jungkook lo repitiera y se sentó frente a él, agarrando un durazno para comérselo.
- ¿Siempre es así cuando viene el veterinario?- preguntó Jimin dando un mordisco a la fruta.
- Sí. Viene desde la ciudad. Es especialista en caballos. Así que aprovechamos cuando viene. Claro que hoy nos retrasamos porque revisó también a los potrillos.
- ¿A Bruto también?- preguntó con voz preocupada. El potrillo no era muy amistoso y seguro no le habría gustado que lo revisara un desconocido. Parecía mamá gallina preocupado por él.
- Sí, nos dio su resto de trabajo. Lo has malcriado mucho, princeso- Jungkook cortó un trozo de carne y se lo llevó a la boca.
- Jane dice lo mismo- bufó Jimin mordiendo con ímpetu el durazno- ¿Qué quieres que haga? Bruto es mi amigo.
Jungkook levantó una ceja y luego se rió.
- Jane y yo tenemos razón. Pero no tengo fuerzas para iniciar una discusión ahora mismo- Jungkook trinchó una papa y se la comió. Jimin lo miró molesto pero también miraba la comida de Jungkook con ganas, últimamente siempre tenía apetito. Jungkook vio como miraba su plato y sonrió- Abre la boca, princeso.
- ¿Ah?- preguntó Jimin.
- Se te nota que se te hace agua la boca con mi comida- anda, abre la boca- repitió Jungkook y Jimin lo hizo.
Con el mismo tenedor que él comía le dio un trozo de carne con papa untándolos en la salsa que tenía en el plato. Jimin se saboreó escandalosamente.
- Mmmm...está delicioso- gimió Jimin reapasándose los labios con la lengua que Jungkook seguía como hipnotizado. Jimin al darse cuenta sonrió con picardía. Sabía lo que podía provocar su boca.
- ¿Es-está bueno?- tartamudeo Jungkook y luego carraspeó nervioso- supongo que ya lo has probado en la cena- se echó un enorme trozo de papá y se puso a masticar como si se fuera a acabar el mundo en segundos y no fuera a probar comida por mucho tiempo.
- Sí, delicioso- dijo Jimin con la sonrisa pícara bailando en sus ojos- ¿Sabes qué?
Jungkook lo miró por el borde del vaso de agua fría que estaba bebiendo.
- Acabamos de compartir un beso indirecto. Ya sabía que el otro día te quedaste con ganas- Jimin le cerró un ojo.
Jungkook se atoró con el agua y tosió copiosamente evitando salpicar a Jimin poniéndose la servilleta en la boca.
Jimin ahora se largó a reír divertido de ponerlo en aprietos.
- Tranquilo hombre. Era una broma. Me diste de comer con el mismo tenedor que estabas comiendo, por eso te lo dije. Ahora compartimos gérmenes indirectamente.
Jungkook dejó la servilleta a un lado del plato. Se levantó y se acercó a Jimin que dejó de reír al ver su expresión seria. Jungkook puso un mano en el respaldo del asiento de Jimin y se acercó lentamente mientras Jimin hacía la cabeza hacia atrás.
- ¿Vas a besarme?- balbuceó Jimin débilmente sin poder apartar la mirada de Jungkook.
- Tal vez...- Jungkook siguió acercándose y Jimin cerró los ojos. Sentía la respiración de Jungkook sobre su boca, y por Dios santo que moría de ganas por probarlo.
Salió de su fantasía cuando la risa de Jungkook le hizo abrir los ojos sorprendido.
- ¿Estás seguro de que soy yo quien muere por besarte?- Jungkook se alejó tomando el plato para lavarlo- yo también puedo jugar, princeso.
Jimin hizo un mohín arrugando la boca y la nariz.
- Touché- dijo Jimin suspirando- estamos a mano.
Jungkook se puso a silbar mientras lavaba su plato y servicio. Luego tranquilamente lo secó y lo guardó sin dejar de silbar. Jimin lo observaba en silencio. Reconoció que ese pequeño momento lo había hecho estar más vivo que lo que había estado durante todo el día. A regañadientes asumió para si mismo que había extrañado su compañía.
- Hora de dormir, princeso- Jungkook se estiró perezoso- me duele todo el cuerpo y mañana tengo que ir al pueblo por los tambores de comida que Bruto, el malcriado- enfatizó eso- dio vuelta el otro día por seguir a otro malcriado que conozco.
Jimin le sacó la lengua picado por la comparación. Luego se quedó pensando.
- ¿Puedo acompañarte?- preguntó. Otro día aburrido sin Jungkook era mucho. Tan sólo saber que estaba cerca y podía mirarlo o decirle alguna tontería le hacía el día más liviano.
- No lo creo princeso- dijo Jungkook- Yoongi no va a ir por la mañana por las horas extras que hizo hoy. Alguien tiene que alimentar a los potrillos.
- ¡Por favor!- Jimin se acercó suplicando con la mirada y la voz- ¿no puede Jane hacerse cargo?
- Será un viaje rápido. Debo estar de regreso después del mediodía. Te vas a aburrir- siguió diciendo Jungkook- Jungkook se rascó la cabeza pensativo- pero si quieres...
- ¡Sí! Sí quiero, te prometo que no voy a quejarme de nada- le aseguró Jimin sonriéndole feliz.
- Lo dudo, pero en fin. Mañana pasamos temprano por la estancia para avisarle a la Negra. Ahora sí, vamos a dormir, estoy muy cansado.
Jimin asintió y de súbito lo abrazó desconcertando a Jungkook.
- Gracias- Jimin le besó la mejilla y Jungkook se puso tieso y coloradito- en premio te haré un regalo.
- ¿Un regalo, princeso?
Jimin asintió con la cabeza.
- Ve a darte una ducha y luego ven a mi dormitorio. Te daré un masaje de lujo. Dormirás como un bebé.
- ¿Un masaje?- Jungkook creía que se había vuelto loco, Jimin ¿le quería dar un masaje?
No pudo seguir cavilando, porque Jimin empezó a empujarlo desde atrás con las manos sobre sus hombros.
- No ha cualquiera le doy uno de mis masajes, siéntete un privilegiado- le dijo Jimin mientras lo empujaba hacia las escaleras.
- Lo que digas. Ojalá seas tan bueno como dices.
- Blablabla...apúrate y deja de hablar- Jimin lo soltó y subió corriendo las escaleras- en cinco minutos en mi habitación.
Jungkook lo vio sonriendo perderse en dirección a su habitación. Meneó la cabeza. Desde que llegó Jimin a la casona, todo era mucho mejor y mucho más peligroso también.
* Les pido disculpas por no publicar ayer, pero me fue imposible. Gracias por su comprensión, un abrazo gigante.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro