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Capítulo 15

Jimin ni siquiera se sintió contento o disfrutó que Jungkook no le hubiera hecho caso a la Negra.  Su corazón estaba profundamente dolido porque ni Jungkook ni Yoongi le creían.  Al acercarse, Jungkook se hizo a un lado para dejarlo acercarse sin interferir.  El potrillo parecía captar el estado de desaliento en Jimin y relinchó suavecito y empezó a caminar hacia él acercando su nariz y dándole unos golpecitos suaves en el hombro.  Jimin le pasó la mano por la nariz con cariño y luego le rascó las orejas por detrás.  Esta acción calmaba a Bruto y también lo tranquilizó a él esta vez.

- Vamos niño malo- le susurró Jimin bajito.  Sólo Jungkook lo escuchó por estar más cerca.  Era increíble cómo ese potrillo respondía a la voz de Jimin y al parecer también a su olor porque olía a cada momento la cabeza de Jimin mientras lo seguía como un perrito faldero de regreso al cubil.

- Le dije patrone- habló Yoongi cuando Jimin ya había salido- ese potrillo esta enamorado de Jimine.

Jungkook pensó que no lo culpaba. El animal tenía una conexión que rara vez se daba en tan poco tiempo. Eso de cierta forma le hizo recordar  a su padre.

- Lo único que ha hecho es dañarlo- interrumpió la Negra- ahora costará el doble domarlo y enseñarle.

- ¡Lo que te pasa a tí es que estás celosa de Jimine! Todo de él te molesta,  Negra del demonio- Yoongi echaba chispas por los ojos.

- ¡Suficiente!- el grito de Jungkook los silencio a ambos justo cuando Jimin venía entrando- todos cometemos errores Negra. Jimin se ha esforzado y ha trabajado como uno más de nosotros.

- ¿Lo estás justificando?- la Negra sonó molesta.

- No, no lo estoy justificando.  Jimin cometió un error,  pero es nuevo y no lo hizo a propósito- Jungkook se pasó la mano por el pelo, aún sin darse cuenta de la presencia de Jimin a sus espaldas- ¿no recuerdas tus inicios en el Golondrina?, no seas tan severa,  tú deberías entenderlo mejor que nadie.

- Nadie fue justo conmigo cuando llegué- dijo Jane- sólo tú me ayudaste.

- Por lo mismo.  No te comportes como ellos- le dijo Jungkook- en cuanto a lo del alimento que perdimos me encargo yo y yo veo como lo soluciono.  Vuelve al trabajo Negra, en un rato estoy contigo.

La chica asintió y pasó por el lado de Jimin sin mirarlo.  Recién ahí Jungkook se percató de su presencia.

- Me dictaminaron culpable sin siquiera el beneficio de la duda- la voz de Jimin sonó apagada y con tintes de decepción.

Jungkook apretó la mandíbula y los músculos de su rostro se tensaron.

- Yoongi déjanos a solas un momento- le pidió Jungkook lo más amable que pudo- luego recojan lo que se pueda salvar del alimento en el suelo.

Yoongi asintió en silencio y salió de la bodega.

- Jimin...- empezó Jungkook- no te estoy culpando.  Se que fue un accidente.  Le pudo pasar a cualquiera...

- Ahórrate el discurso de patrón comprensivo- Jimin ni siquiera lo miró y agarró un tambor caído para colocarlo de nuevo en posición- al fin y al cabo son palabras vacías.

- ¡Mierda,  Jimin!- Jungkook pateó un tambor del suelo haciéndolo rodar lejos- todo indica que olvidaste cerrar el cubil de Bruto. Yo...yo sólo estoy tratando de solucionar
el problema de la mejor manera.

- Bueno, ¿te doy las gracias entonces?- Jimin ahora paró el tambor que Jungkook había pateado.

- ¡Deja eso ahí!- volvió a gritar Jungkook- te estoy hablando.

Jimin se incorporó derecho y lo miró.  Jungkook pudo ver la furia y decepción contenida en esos ojos castaños que tan sólo unos momentos atrás habían brillado como estrellas en el firmamento.

- ¡No deseo hablar!¡no quiero escucharte decir ni una puta palabra más!- le gritó Jimin soltando la rabia que lo consumía- vete de aquí y déjame hacer mi trabajo.  Le devolveré a tí a mi tía el valor de las pérdidas.  ¡Pero ahora no quiero verte! ¡Vete! Déjame conservar el poco control que me queda antes de mandar todo a la mierda.

Jungkook sintió un frío gélido recorrer su espina dorsal.  Jimin lo miraba con dolor. Dio un paso para acercarse,  pero Jimin al igual que el potro no quería que se acercara.  Decidió respetar su decisión y tratar de hablar con él cuando estuviera más calmado. 

Los cascos de un caballo acercándose los hizo volver la cabeza para mirar la entrada a la bodega.  Bruto relinchó feliz al ver a Jimin y trotó hacia él.

- ¿Qué demonios?¿ qué hace Bruto acá de nuevo?- Jungkook no salía de su asombro.

- ¡Patrone!- Yoongi llegó corriendo- ¡no va a creer cuando le cuente!

Jimin seguía en silencio.  El potro se colocó a su lado pegándole en la mano con su hocico para que le acariciara.

- ¿Porqué diablos está el potrillo de nuevo en la bodega?- preguntó Jungkook con voz molesta y dura.

- Bruto,  patrone. El condenado aprendió a abrir el cubil.  Con estos ojitos yo mismo lo vi y la negra también.

- ¿De qué hablas?- eso es imposible es un pestillo con seguro- dijo Jungkook.

- Sí no lo hubiera visto tampoco lo habría creído,  patrone.  ¡Me lleva el diablo! Éste condenado salió más inteligente que todos nosotros- dijo Yoongi meneando la cabeza todavía sorprendido.

- Era más fácil pensar que fue mi culpa,  ¿verdad?- Jimin pasó a Jungkook y miró con decepción a Yoongi- iré a dejarlo nuevamente y amarraré la puerta hasta que solucionen el inconveniente.

El potrillo trotó feliz tras Jimin que al salir iba llorando.  ¿Tan difícil era haberle creído cuando dijo que no había sido él quién no cerró la puerta de Bruto? Al parecer siempre sería el forastero,  el sobrino caprichoso y malcriado de la Sra. Elena.  Nunca sería parte del Golondrina.  Nunca lo dejarían mejor dicho.  Total no importaba.  Al fin y al cabo al cabo de dos meses volvería a la ciudad. ¿Qué importaba si lo aceptaban o no? Se consoló a si mismo secándose de un manotazo las lágrimas. 

Bruto se acercó oliendo su rostro bañado en lágrimas y relinchó triste.

- Tranquilo bebé.  Tú eres el único que me acepta y eso que empezamos mal, ¿verdad? Serás el único que extrañe cuando me vaya de este jodido infierno.

Jimin le besó la nariz y lo metió otra vez al cubil.  Tan concentrado en su dolor y rabia que no vio a la negra observándolo desde un rincón.

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