Capítulo 12
Jimin cerró la puerta de su habitación después de irse de la habitación de Jungkook. Se sacó las botas y las tiró en el piso, luego se dejó caer de espaldas en la cama mirando el techo.
¡Diablos! Todo el asunto casi se le había ido de las manos. Se pasó las manos por la cara y luego dejó antebrazo sobre sus ojos suspirando. De primera tenía las cosas muy claras, sólo quería sacudir un poco al rígido ahijado de tía Elena. Pero cuando empezó a acercarse y vio a Jungkook con los ojos cerrados, prácticamente abandonado a su merced tuvo reales ganas de besarlo. Sus labios firmes y más delgados que los suyos, ese lunar coqueto debajo de su boca, su aliento fresco y tibio...todo eso y tal vez una especie de locura temporal lo hicieron estar a punto de besarlo, se le había hecho agua la boca por probar esos labios. ¡ Carajo! Ahí sí que la habría jodido.
¿Pero porqué esas ganas repentinas de chaparlo? Realmente no se lo explicaba. Claro, Jungkook era un espécimen atractivo, sí a eso le sumaba que llevaba una semana completa de absoluta abstinencia, era lógico que lo hubiera deseado. El disfrutaba mucho del sexo, no era tímido al respecto. Sabía lo que quería y sabía como obtenerlo. Por lo menos con Héctor el sexo siempre había sido bueno. Bueno también tenía para ambos algo de comodidad y eso también influyó en que se hicieran novios. Se daban lo que necesitaban sin tener que caer en la fatigosas molestias de meter a desconocidos en la cama o peor aún a gente de su círculo que después se creían con derechos sobre ellos. Así era mejor. Tenían sexo cuando tenían ganas y punto y se ahorraban todas las molestias post coito que le traería el sexo libre.
¿ Pero la abstinencia absoluta de esa semana justificaba que casi lo besa? ¡ Ni siquiera se había traído un juguetito para calmar las ganas!
¿Y si la falta de sexo hacía que encontrara sexy a Yoongi también?. Ese pensamiento le sacó una sonrisa. Definitivamente eso no pasaría. Yoongi no le había llamado la atención en ese aspecto y había estado trabajando con él toda la semana. Ni siquiera un retorcijón de tripas había sentido al lado de él. ¿ Qué pensaría Yoongi si supiera que era homosexual?¿dejaría de tratarlo como lo hacía? Eso de cierta forma lo puso un poco triste y melancólico.
Tardó en dormir y tuvo sueños bastante subidos de tono con un bruto que lo montaba como caballo salvaje.
A Jungkook tampoco le fue fácil conciliar el sueño. Se repetía una y otra vez en su cabeza la escena con Jimin y cada vez que lo hacía se le erizaban lo pelos y no dejaba de sentirse un poco idiota.
Además estaba la cuestión que le había dicho el princeso antes de cerrar la puerta e irse. ¿Gay panic? Definitivamente si lo había sentido. Y estaba también el hecho de que si Jimin lo hubiera besado el no habría hecho nada por impedirlo. ¿Se estaba sintiendo atraído por otro hombre por primera vez en su vida? Definitivamente no. Había sido la reacción natural ante una acción que lo había sorprendido con la guardia baja. Aunque nunca había estado en una situación así antes con un hombre. Jimin prácticamente había estado encima de él y él sólo atinó a cerrar los ojos como lo hacen los niños cuando no son capaces de enfrentar algo que los asusta. ¿ Jimin le producía miedo? No debería. Le había dejado claro que no se besuqueaba con cualquiera. Además tenía un novio en la ciudad que de seguro era todo un modelito. Respiró más tranquilo. No, no había de que preocuparse.
Por primera vez en toda su vida, Jungkook se quedó dormido. Cuando abrió los ojos y vio al sol empezando a filtrar sus cálidos rayos a través de la ventana, se despertó del todo y cayó de bruces al suelo al enredarse con las sábanas en su prisa por salir de la cama.
- ¡Kookie!- gritó Rosita espantada- ¡Te quedaste dormido!- Rosita se llevó el puño a la boca cuando vio la cara de pocos amigos que le dirigió Jungkook. Jungkook odiaba que le gritaran recién despierto.
Jungkook se fue directo al baño a cepillarse los dientes y cuando salió se encontró a Rosita olisqueando la colcha de la cama. Rosita antes de que Ma'Elena la llevara al colegio le ayudaba a tender la cama de Jungkook y ahora también de Jimin.
- ¿Qué haces, polilla?- le preguntó Jungkook sacándose la camiseta para ponerse la camisa de trabajo.
- Tu colcha huele igual que el jabón que usa Mimi... su jabón es exclusivo tiene un olor riquísimo. ¿Estuvo en tú habitación, Kookie?
Jungkook la fulminó con la mirada mientras se ponía las botas.
- Lo chismosa no se te va a pasar aunque te atores con esa lengua tuya, ¿verdad?- Jungkook se acercó y olió la colcha en manos de polilla. Efectivamente tenía el olor inconfundible de Jimin- Jimin vino anoche a mi habitación, ¿satisfecha tú curiosidad?
Apenas lo dijo y vio como los ojitos de Rosita se ponían grandes y brillantes que prácticamente lloraban brillitos, supo que mejor se hubiera quedado callado.
- ¿Tú y Mimi, solitos en tu cuarto, Kookie?- Jungkook juraría que Rosita estaba a punto de chillar.
- Sí Jimin vino a mi habitación fue todo por tu culpa, polilla- le pegó en la frente con el dedo índice- por culpa de tu manía de escuchar conversaciones ajenas...¡Ah! Él sabe que escuchaste su conversación con Ma'Elena y que me lo contaste.
Rosita ahora estaba pálida como un fantasma y tragó sonoramente saliva mirando a Jungkook. Cuando asimiló lo que Jungkook le había dicho, cayó en cuenta que sólo Jungkook podía haberla delatado.
- ¡Traidor! Le contaste- gritó Rosita a punto de ponerse a llorar.
- ¿Ahora es culpa mía? ¿Quién escuchó lo qué no debía?
- Pe...pero no le iba a decir a nadie, Jungkook. Siempre te lo cuento todo.
Jungkook suspiró y la acercó para abrazarla y le dio un beso en la cabeza.
- No tuve de otra, polilla. Pero Jimin no está enojado contigo y no le dirá nada a Ma'Elena. Me lo prometió. Desde ahora será un secreto, que aparte de Ma'Elena, sólo tú y yo sabemos. ¿No te gustaría ver en aprietos a Jimin? ¿Verdad?
Rosita lo abrazó fuertemente. Jungkook era su hermano de corazón. Lo quería por sobre todo y todas las cosas y personas. Se secó un par de lágrimas que se le cayeron.
- No, Kookie. No me gustaría. Soy una tumba. No diré nada, nadita. ¿Me crees, verdad?
Jungkook sonrió y le acarició la mejilla.
- Lo sé. Siempre voy a cuidar de tí. Te quiero mucho mi chismosa polilla.
Rosita lo abrazó más fuerte aún. Sabía que Jungkook nunca mentía. Bueno hasta ahora y por su culpa.
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