Despertó, Matt estaba más que adormilado al darse cuenta de donde estaba. Seguía en la sala, Edd estaba en su pecho, recostado sin mover un músculo sobre el, una manta rosada estaba encima de ambos por alguna razón, toda la casa estaba acomodada, a un lado del sillón se encontraba la pequeña mesa de centro de la sala.

Algo encima de la mesa le llamó la atención, dos desayunos, una exactamente igual al otro.
Pan francés espolvoreado con azúcar encima y una fresa en cada pan, dos por plato, un vaso de leche tibia a un lado del plato azul decorado con pequeños detalles en la orillas de este. Obviamente servilletas y cubiertos estaban acomodado, además de una pequeña carta escrita con papel morado que se reposaba entre ambos desayunos.

Matt intento pararse con cuidado para no dejar caer a Edd, tomo su cabeza lentamente, acercó a Edd y de enderezó en el sillón, teniendo una postura perfecta a la hora de sentarse, además de acurrucar a Edd en sus brazos.

Tomo la tarjeta de la mesa, la abrió lentamente y leyó:

"Querido Matt:
Mi cielo, parecías cansado por el día de ayer, no se que a pasado con la escuela y lo lamento tanto.
Como puedo ver hay un chico contigo, entiendo si es un amigo o algo más, vive tu vida cariño, no te impediré nada.
Quise ser cortés así que prepare dos desayunos, una para cada quien.
Te doy permiso de faltar a la escuela, observe que tenias unas. Entonces ojeras negras por debajo de tus ojos.
Te quiere mucho.
Mama"

Matt sonrío después de haber leído la carta de su madre, realmente le alivio por lo menos poder leer su letra y poder comer su comida.

Suspiro profundamente y sintió cómo Edd se retorcía en sus brazos, estaba despertando.

Estiró sus brazos, gimió y bostezo. Matt solo se quedo mirando como su amado despertaba frente a el y como frotaba sus enormes ojos con sus pequeños puños - buenos días ,mi cielo - saludo Matt después de haber besado la pequeña nariz de Edd. - buenos días, amor - respondió Edd con una voz seca.

Matt soltó a Edd y lo sentó delicadamente en el sillón mientras se seguía estirando.

Tenían la misma ropa de ayer, no había cambiado nada, además de que la lluvia había parado y la luz había vuelto a casa.

Edd seguía bostezando en su lugar, hasta que vio el desayuno enfrente de el - ¿lo hiciste tú? - preguntó con cautela - no, lo hizo mi madre - respondió mientras tapaba la espalda del de rizos con la sabana rosa - ya veo ... Matt, ahora que sabes que solo soy luz ... también tengo que confesarte que no tengo familia, y esa casa ni siquiera tiene dueño, y teóricamente, no tengo donde vivir, y pensaba que - Matt le interrumpió - puedes quedarte - Edd sonrió bastante contento.

...

Unos minutos después

...

Ya habían terminado su desayuno.